'La' en la Biblia
a Timoteo, mi verdadero hijo en la fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor.
ni presten atención a fábulas y genealogías sin término, que acarrean disputas en vez de edificación de Dios que es en la fe; así te encargo ahora.
queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan, ni lo que afirman.
Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente;
sabiendo esto, que la ley no es puesta para el justo, sino para los injustos y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los malos y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas,
para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cualquier otra cosa que sea contraria a la sana doctrina;
Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús.
Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las pasadas profecías acerca de ti, milites por ellas la buena milicia;
reteniendo la fe y buena conciencia, la cual desechando algunos, naufragaron en cuanto a la fe.
el cual quiere que todos los hombres sean salvos, y vengan al conocimiento de la verdad.
La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción.
Porque no permito a la mujer enseñar, ni usurpar autoridad sobre el varón, sino estar en silencio.
y Adán no fue engañado, sino que la mujer, al ser engañada, cayó en transgresión:
(Porque el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?).
que tengan el misterio de la fe con limpia conciencia.
Porque los que ejercen bien el diaconado, adquieren para sí un grado honroso, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús.
Esto te escribo, con la esperanza que vendré pronto a ti,
para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y apoyo de la verdad.
Y sin contradicción, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne; justificado en el Espíritu; visto de los ángeles; predicado a los gentiles; creído en el mundo; recibido arriba en gloria.
Pero el Espíritu dice expresamente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;
prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes que han conocido la verdad.
porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado.
Si esto propusieres a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido en las palabras de la fe y de la buena doctrina, la cual has alcanzado.
Mas desecha las fábulas profanas y de viejas, y ejercítate para la piedad;
porque el ejercicio corporal para poco es provechoso; mas la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de la vida presente y de la venidera.
Entre tanto que vengo, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza.
No descuides el don que está en ti, que te fue dado por profecía con la imposición de las manos del presbiterio.
Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello; pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.
Y la que en verdad es viuda y sola, confíe en Dios, y permanezca en súplicas y oraciones noche y día.
Mas la que vive en placeres, viviendo está muerta.
Y si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo.
Sea puesta en la lista, la viuda no menor de sesenta años, que haya sido esposa de un solo marido.
Que tenga testimonio de buenas obras; si crió hijos; si ha ejercitado la hospitalidad; si ha lavado los pies de los santos; si ha socorrido a los afligidos; si ha seguido toda buena obra.
incurriendo en condenación, por haber abandonado la primera fe.
Si alguno, o alguna de los creyentes tiene viudas, manténgalas, y no sea gravada la iglesia; a fin de que pueda ayudar a las que en verdad son viudas.
Porque la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla. Y: Digno es el obrero de su jornal.
Si alguno enseña otra cosa, y no asiente a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad,
disputas perversas de hombres de mente corrompida, y privados de la verdad, que tienen la piedad por ganancia; apártate de los tales.
Pero gran ganancia es la piedad con contentamiento.
Porque el amor al dinero es la raíz de todos los males; el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y se traspasaron con muchos dolores.
Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.
Pelea la buena batalla de la fe; echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo eres llamado, habiendo hecho buena profesión delante de muchos testigos.
Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús, que testificó la buena profesión delante de Poncio Pilato,
que guardes este mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo:
La cual a su tiempo mostrará el Bendito y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores;
A los ricos de este mundo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas inciertas, sino en el Dios vivo, quien nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos.
atesorando para sí buen fundamento para lo por venir; que echen mano de la vida eterna.
Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas y vanas discusiones, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia;
la cual profesando algunos, han errado en cuanto a la fe. La gracia sea contigo. Amén. Epístola a Timoteo: Fue escrita de Laodicea, que es metrópoli de la Frigia Pacatiana.