'Que' en la Biblia
Las palabras de Amós, que fue entre los pastores de Tecoa, las cuales vio acerca de Israel en días de Uzías rey de Judá, y en días de Jeroboam hijo de Joás rey de Israel, dos años antes del terremoto.
Y quebraré la barra de Damasco, y cortaré a los moradores del valle de Avén, y al que empuña el cetro de Bet-edén; y el pueblo de Aram será trasportado a Kir, dice Jehová.
Y cortaré a los moradores de Asdod, y al que empuña el cetro de Ascalón; y volveré mi mano contra Ecrón y el remanente de los filisteos perecerá, dice Jehová el Señor.
Así dice Jehová: Por tres pecados de los hijos de Amón, y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque para ensanchar su término abrieron a las mujeres de Galaad que estaban encintas.
Que codician aun el polvo de la tierra sobre la cabeza de los pobres, y tuercen el camino de los humildes; y el hombre y su padre entran a la misma joven, profanando mi santo nombre.
Y yo os hice a vosotros subir de la tierra de Egipto, y os traje por el desierto cuarenta años, para que poseyeseis la tierra del amorreo.
Y levanté de vuestros hijos para profetas, y de vuestros jóvenes para que fuesen nazareos. ¿No es esto así, dice Jehová, hijos de Israel?
y el que toma el arco no resistirá, ni escapará el ligero de pies, ni el que cabalga en caballo salvará su vida.
Oíd esta palabra que ha hablado Jehová contra vosotros, hijos de Israel, contra toda la familia que hice subir de la tierra de Egipto. Dice así:
Porque no hará nada el Señor Jehová, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas.
Así dice Jehová: De la manera que el pastor libra de la boca del león dos piernas, o la punta de una oreja, así escaparán los hijos de Israel que moran en Samaria en el rincón de una cama, y al lado de un lecho.
Que el día que visite las rebeliones de Israel sobre él, visitaré también sobre los altares de Betel; y serán cortados los cuernos del altar, y caerán a tierra.
Oíd esta palabra, vacas de Basán, que estáis en el monte de Samaria, que oprimís a los pobres, que quebrantáis a los menesterosos, que decís a sus señores: Traed, y beberemos.
Jehová el Señor juró por su santidad: He aquí, vienen días sobre vosotros en que os llevará con ganchos, y a vuestros descendientes con anzuelos de pescar.
Y ofreced sacrificio de alabanza con leudo, y pregonad, publicad ofrendas voluntarias; pues que así lo queréis, hijos de Israel, dice Jehová el Señor.
Porque he aquí, el que forma los montes, y crea el viento, y declara al hombre su pensamiento; el que hace a las tinieblas mañana, y pasa sobre las alturas de la tierra; Jehová, Dios de los ejércitos es su nombre.
Oíd esta palabra que yo levanto por lamentación sobre vosotros, oh casa de Israel.
Porque así ha dicho el Señor Jehová a la casa de Israel: La ciudad que salía con mil, quedará con cien; y la que salía con cien, quedará con diez.
Buscad a Jehová, y vivid; no sea que Él acometa como fuego a la casa de José y la consuma, sin haber en Betel quien lo apague.
Los que convertís en ajenjo el juicio, y echáis por tierra la justicia,
buscad al que hace las Pléyades y el Orión, y las tinieblas vuelve en mañana, y hace oscurecer el día en noche; el que llama a las aguas del mar, y las derrama sobre la faz de la tierra: Jehová es su nombre.
Que da fuerzas al despojador sobre el fuerte, de modo que el despojador venga contra la fortaleza.
Ellos aborrecen en la puerta de la ciudad al que reprende, y abominan al que habla lo recto.
Por tanto, pues que vejáis al pobre y recibís de él carga de trigo; edificasteis casas de piedra labrada, mas no las habitaréis; plantasteis hermosas viñas, mas no beberéis el vino de ellas.
Porque he sabido vuestras muchas rebeliones, y vuestros grandes pecados: que afligen al justo, y reciben cohecho, y a los pobres en la puerta hacen perder su causa.
Buscad lo bueno, y no lo malo, para que viváis; porque así Jehová Dios de los ejércitos será con vosotros, como decís.
Por tanto, así dice Jehová Dios de los ejércitos, el Señor: En todas las plazas habrá llanto, y en todas las calles dirán: ¡Ay! ¡Ay!, y al labrador llamarán a lloro, y a endecha a los que saben endechar.
¡Ay de los que desean el día de Jehová! ¿Para qué queréis este día de Jehová? Será de tinieblas, y no de luz:
Como el que huye de delante del león, y se topa con el oso; o el que entra en casa y arrima su mano a la pared, y le muerda una serpiente.
¿No será el día de Jehová tinieblas, y no luz; oscuridad, que no tiene resplandor?
Aleja de mí el ruido de tus cantos, que no escucharé las salmodias de tus instrumentos.
Mas llevabais el tabernáculo de vuestro Moloc y Quiún, ídolos vuestros, la estrella de vuestros dioses que os hicisteis.
¡Ay de los reposados en Sión, y de los confiados en el monte de Samaria, los que son llamados príncipes de las naciones, ante quienes acude la casa de Israel!
Pasad a Calne, y mirad; y de allí id a la gran Hamat; descended luego a Gat de los filisteos; ved si son aquellos reinos mejores que estos reinos, si su término es mayor que vuestro término.
Vosotros que dilatáis el día malo, y acercáis la silla de la iniquidad.
Por tanto, ahora irán cautivos, a la cabeza de los que van en cautiverio, y el banquete de los disolutos será removido.
Y acontecerá que si diez hombres quedaren en una casa, morirán.
Y su tío tomará a cada uno, y le quemará para sacar los huesos de casa; y dirá al que estará en los rincones de la casa: ¿Hay aún alguno contigo? Y dirá: No. Entonces dirá aquél: Calla que no podemos hacer mención del nombre de Jehová.
Vosotros que os alegráis en nada, que decís: ¿No nos hemos tomado poderíos con nuestra propia fuerza?
Pues he aquí, levantaré yo sobre vosotros, oh casa de Israel, dice Jehová Dios de los ejércitos, gente que os oprimirá desde la entrada de Hamat hasta el arroyo del desierto.
Así me ha mostrado el Señor Jehová; y he aquí, Él criaba langostas al principio que comenzaba a crecer el heno tardío; y he aquí, era el heno tardío después de las siegas del rey.
Y aconteció que cuando acabó de comer la hierba de la tierra, yo dije: Oh Señor DIOS, perdona, te ruego; ¿quién levantará a Jacob? Porque es pequeño.
Jehová entonces me dijo: ¿Qué ves, Amós? Y dije: Una plomada de albañil. Y el Señor dijo: He aquí, yo pongo plomada de albañil en medio de mi pueblo Israel: No le pasaré más:
Entonces respondió Amós, y dijo a Amasías: Yo no era profeta, ni hijo de profeta, sino que era boyero, y recogía higos silvestres.
Y dijo: ¿Qué ves, Amós? Y dije: Un canastillo de fruta de verano. Y me dijo Jehová: Ha venido el fin sobre mi pueblo Israel; no le pasaré más.
Oíd esto, los que devoráis a los menesterosos, y arruináis a los pobres de la tierra,
diciendo: ¿Cuándo pasará la luna nueva, para que vendamos el grano; y el sábado, para que abramos los alfolíes del trigo, para que achiquemos la medida, y aumentemos el precio, y falseemos con engaño la balanza;
¿No se estremecerá por esto la tierra? ¿No llorará todo aquel que habite en ella? Y subirá toda como un río, y será arrojada, y se hundirá como el río de Egipto.
Y acontecerá en aquel día, dice el Señor Jehová, que haré que se ponga el sol al mediodía, y la tierra cubriré de tinieblas en el día claro.
Y tornaré vuestras fiestas en lloro, y todos vuestros cantares en endechas; y pondré cilicio sobre todo lomo, y calvicie sobre toda cabeza; y haré que sea como duelo por hijo único, y su postrimería como día de amargura.
Los que juran por el pecado de Samaria, y dicen: Vive tu dios, oh Dan: y: Vive el camino de Beerseba, caerán, y nunca más se levantarán.
Vi al Señor que estaba sobre el altar, y dijo: Hiere el umbral, y estremézcanse las puertas: y córtales en piezas la cabeza de todos; y el postrero de ellos mataré a espada; no habrá de ellos quien se fugue, ni quien escape.
El Señor Jehová de los ejércitos es el que toca esta tierra, y se derretirá, y llorarán todos los que en ella moran; y subirá toda como un río, y menguará luego como el río de Egipto.
El que edifica en el cielo sus cámaras, y ha establecido su expansión sobre la tierra; El que llama a las aguas del mar, y las derrama sobre la faz de la tierra: Jehová es su nombre.
Porque he aquí yo mandaré, y haré que la casa de Israel sea zarandeada entre todas las naciones, como se zarandea el grano en un harnero, y no cae un granito en la tierra.
A espada morirán todos los pecadores de mi pueblo, que dicen: No se acercará, ni nos alcanzará el mal.
para que aquellos sobre los cuales es invocado mi nombre, posean el resto de Idumea, y a todas las naciones, dice Jehová que hace esto.
He aquí vienen días, dice Jehová en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador de las uvas al que lleva la semilla; y los montes destilarán mosto, y todos los collados se derretirán.
Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les di, dice Jehová Dios tuyo.