Apocalipsis 22:4

Y verán su rostro; y su Nombre estará en sus frentes.

Mateo 5:8

Bienaventurados los de limpio corazón; porque ellos verán a Dios.

Apocalipsis 14:1

Y miré, y he aquí, el Cordero estaba sobre el monte de Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el Nombre de su Padre escrito en sus frentes.

1 Corintios 13:12

Ahora vemos como por espejo, en obscuridad; mas entonces veremos cara a cara; ahora conozco en parte; mas entonces conoceré como soy conocido.

Hebreos 12:14

Seguid la paz con todos; y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor:

Apocalipsis 3:12

Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá fuera; y escribiré sobre él el Nombre de mi Dios, y el nombre de la Ciudad de mi Dios, que es la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo de con mi Dios, y mi Nombre nuevo.

Job 33:26

Orará a Dios, y le amará, y verá su faz con gritos de alegría; y él dará al hombre el pago de su justicia.

Salmos 4:6

Muchos dicen: ¿Quién nos mostrará el bien? Alza sobre nosotros, oh SEÑOR, la luz de tu rostro.

Salmos 17:15

Yo en justicia veré tu rostro; seré saciado cuando despertaré a tu semejanza.

Isaías 33:17

Tus ojos verán al Rey en su hermosura; verán la tierra que está lejos.

Isaías 35:2

Florecerá profusamente, y también alabará y cantará con júbilo; la honra del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria del SEÑOR, la hermosura del Dios nuestro.

Isaías 40:5

Y la gloria del SEÑOR se manifestará; y toda carne juntamente la verá; porque la boca del SEÑOR habló.

Ezequiel 33:18-20

Cuando el justo se apartare de su justicia, e hiciere iniquidad, morirá por ello.

Ezequiel 33:23

Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo:

Juan 12:26

El que me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Al que me sirviere, mi Padre le honrará.

Juan 17:24

Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, ellos estén también conmigo; para que vean mi claridad que me has dado; por cuanto me has amado desde antes de la constitución del mundo.

1 Juan 3:2-3

Muy amados, ahora somos hijos de Dios, y aun no es manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que si él apareciere, seremos semejantes a él, porque le veremos como él es.

Apocalipsis 7:3

diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que señalemos a los siervos de nuestro Dios en sus frentes.

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