No tiene descendencia ni posteridad entre su pueblo, ni sobreviviente alguno donde él peregrinó.

De su destino se asombran los del occidente, y los del oriente se sobrecogen de terror.

Ciertamente tales son las moradas del impío, este es el lugar {del que} no conoce a Dios.

Devora su piel la enfermedad, devora sus miembros el primogénito de la muerte.

Entonces respondió Bildad suhita y dijo:

¿Hasta cuándo estaréis rebuscando palabras? Mostrad entendimiento y entonces hablaremos.

Ciertamente la luz de los impíos se apaga, y no brillará la llama de su fuego.

Es arrancado de la seguridad de su tienda, y se le conduce al rey de los terrores.

¿Oh tú, que te desgarras en tu ira! ¿Ha de ser abandonada la tierra por tu causa, o removida la roca de su lugar?

Por todas partes le atemorizan terrores, y le hostigan a cada paso.

Es lanzado de la luz a las tinieblas, y de la tierra habitada lo echan.

Su vigoroso paso es acortado, y su propio designio lo hace caer.

Nada suyo mora en su tienda; azufre es esparcido sobre su morada.

La luz en su tienda se oscurece, y su lámpara sobre él se apaga.

Porque es arrojado en la red por sus propios pies, y sobre mallas camina.

Por el calcañar {lo} aprisiona un lazo, {y} una trampa se cierra sobre él.

¿Por qué somos considerados como bestias, y torpes a vuestros ojos?

Por abajo se secan sus raíces, y por arriba se marchita su ramaje.

Escondido está en la tierra un lazo para él, y una trampa le {aguarda} en la senda.

Su memoria perece de la tierra, y no tiene nombre en toda la región.

Se agota por el hambre su vigor, y la desgracia está presta a su lado.