Esforzaos, y aliéntese vuestro corazón, todos vosotros que esperáis en el SEÑOR.

Ten piedad de mí, oh SEÑOR, porque estoy en angustia; se consumen de sufrir mis ojos, mi alma y mis entrañas.

En tu mano encomiendo mi espíritu; tú me has redimido, oh SEÑOR, Dios de verdad.

¿Amad al SEÑOR, todos sus santos! El SEÑOR preserva a los fieles, y retribuye plenamente a los que obran con soberbia.

Para el director del coro. Salmo de David.En ti, oh SEÑOR, me refugio; jamás sea yo avergonzado; líbrame en tu justicia.

¿Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, que has obrado para los que en ti se refugian, delante de los hijos de los hombres!

En tu mano están mis años; líbrame de la mano de mis enemigos, y de los que me persiguen.

Pero yo, oh SEÑOR, en ti confío; digo: Tú eres mi Dios.

Inclina a mí tu oído, rescátame pronto; sé para mí roca fuerte, fortaleza para salvarme.

Porque tú eres mi roca y mi fortaleza, y por amor de tu nombre me conducirás y me guiarás.

Me sacarás de la red que en secreto me han tendido; porque tú eres mi refugio.

De las conspiraciones de los hombres tú los escondes en lo secreto de tu presencia; en un refugio los pondrás a cubierto de los enredos de las lenguas.

Aborrezco a los que confían en ídolos vanos; mas yo confío en el SEÑOR.

Pues mi vida se gasta en tristeza, y mis años en suspiros; mis fuerzas se agotan a causa de mi iniquidad, y se ha consumido mi cuerpo.

Me gozaré y me alegraré en tu misericordia, porque tú has visto mi aflicción; has conocido las angustias de mi alma,

Oh SEÑOR, no sea yo avergonzado, porque a ti clamo; sean avergonzados los impíos; que {desciendan} en silencio al Seol.

Porque he oído la calumnia de muchos, el terror está por todas partes; mientras traman juntos contra mí, planean quitarme la vida.

Y yo alarmado, decía: ¿Cortado soy de delante de tus ojos! Empero tú oíste la voz de mis súplicas cuando a ti clamaba.

Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo; sálvame en tu misericordia.

y no me has entregado en manos del enemigo; tú has puesto mis pies en lugar espacioso.

Enmudezcan los labios mentirosos, que arrogantes hablan contra el justo con soberbia y desprecio.

Como un muerto soy olvidado, sin ser recordado, soy semejante a un vaso roto.

A causa de todos mis adversarios, he llegado a ser objeto de oprobio, especialmente para mis vecinos, y causa de espanto para mis conocidos; los que me ven en la calle huyen de mí.

Bendito sea el SEÑOR, porque ha hecho maravillosa su misericordia para mí en ciudad asediada.