Y él es el que muda los tiempos y las oportunidades: quita reyes, y pone reyes: da la sabiduría á los sabios, y la ciencia á los entendidos:

Quitó los poderosos de los tronos, Y levantó á los humildes.

Luego el fin; cuando entregará el reino á Dios y al Padre, cuando habrá quitado todo imperio, y toda potencia y potestad.

Hiciste cesar su brillo, Y echaste su trono por tierra.

Compadeceos de él todos los que estáis alrededor suyo; y todos los que sabéis su nombre, decid: ¿Cómo se quebró la vara de fortaleza, el báculo de hermosura?

El quebrantará á los fuertes sin pesquisa, Y hará estar otros en su lugar.

Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos é idolatría el infringir. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.

Y Samuel respondió á Saúl: No volveré contigo; porque desechaste la palabra de Jehová, y Jehová te ha desechado para que no seas rey sobre Israel.

Aun estaba la palabra en la boca del rey, cuando cae una voz del cielo: A ti dicen, rey Nabucodonosor; el reino es traspasado de ti:

Empero se sentará el juez, y quitaránle su señorío, para que sea destruído y arruinado hasta el extremo;

Y arrojarte he de tu lugar, y de tu puesto te empujaré.

Habían también quitado á las otras bestias su señorío, y les había sido dada prolongación de vida hasta cierto tiempo.

Y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes; y tras ellos se levantará otro, el cual será mayor que los primeros, y á tres reyes derribará.

Pero cuando estará enseñoreado, será quebrantado su reino, y repartido por los cuatro vientos del cielo; y no á sus descendientes, ni según el señorío con que él se enseñoreó: porque su reino será arrancado, y para otros fuera de aquellos.

Y díjole Jehová: Ponle por nombre Jezreel; porque de aquí á poco yo visitaré las sangres de Jezreel sobre la casa de Jehú, y haré cesar el reino de la casa de Israel.

Mi pueblo fué talado, porque le faltó sabiduría. Porque tú desechaste la sabiduría, yo te echaré del sacerdocio: y pues que olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.

Díte rey en mi furor, y quitélo en mi ira.

Y trastornaré el trono de los reinos, y destruiré la fuerza del reino de las gentes; y trastornaré el carro, y los que en él suben; y vendrán abajo los caballos, y los que en ellos montan, cada cual por la espada de su hermano.

Entonces el mayordomo dijo dentro de sí: ¿Qué haré? que mi señor me quita la mayordomía. Cavar, no puedo; mendigar, tengo vergüenza.

Yo sé lo que haré para que cuando fuere quitado de la mayordomía, me reciban en sus casas.

Y quitado aquél, levantóles por rey á David, el que dió también testimonio, diciendo: He hallado á David, hijo de Jessé, varón conforme á mi corazón, el cual hará todo lo que yo quiero.

Empero mi misericordia no se apartaré de él, como la aparté de Saúl, al cual quité de delante de ti.

Y también privó á su madre Maachâ de ser princesa, porque había hecho un ídolo en un bosque. Además deshizo Asa el ídolo de su madre, y quemólo junto al torrente de Cedrón.

Si parece bien al rey, salga mandamiento real delante de él, y escríbase entre las leyes de Persia y de Media, y no sea traspasado: Que no venga más Vasthi delante del rey Assuero: y dé el rey su reino á su compañera que sea mejor que ella.

Mas cuando su corazón se ensoberbeció, y su espíritu se endureció en altivez, fué depuesto del trono de su reino, y traspasaron de él la gloria:

Y no solamente hay peligro de que este negocio se nos vuelva en reproche, sino también que el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y comience á ser destruída su majestad, la cual honra toda el Asia y el mundo.