'Con' en la Biblia
Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como yo fui con Moisés, seré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.
De la manera que escuchábamos a Moisés en todas las cosas, así te escucharemos a ti; solamente el SEÑOR tu Dios esté contigo, como estuvo con Moisés.
Os ruego pues ahora, que me juréis por el SEÑOR, que como he hecho misericordia con vosotros, así la haréis vosotros con la casa de mi padre, de lo cual me daréis una señal cierta;
Entonces ella los hizo descender con una cuerda por la ventana; porque su casa estaba a la pared del muro, y ella vivía en el muro.
Y ellos le dijeron: Nosotros seremos desobligados de este juramento con que nos has conjurado en esta manera.
Y si tú denunciares este nuestro negocio, nosotros seremos desobligados de este tu juramento con que nos has juramentado.
Entonces el SEÑOR dijo a Josué: Desde este día comenzaré a hacerte grande delante de los ojos de todo Israel, para que entiendan que como estuve con Moisés, así estaré contigo.
y mandadles, diciendo: Tomaos de aquí del medio del Jordán, del lugar donde están firmes los pies de los sacerdotes, doce piedras, las cuales pasaréis con vosotros, y las asentaréis en el alojamiento donde habéis de tener la noche.
Mas el SEÑOR dijo a Josué: Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra.
Mas la ciudad será anatema al SEÑOR, ella con todas las cosas que están en ella; solamente Rahab la ramera vivirá, con todos los que estuvieren en casa con ella, por cuanto escondió los mensajeros que enviamos.
Entonces el pueblo gritó, y los sacerdotes tocaron los shofarot; y aconteció que cuando el pueblo hubo oído la voz del shofar, dio el pueblo el grito con gran vocerío, y el muro cayó a plomo. El pueblo subió luego a la ciudad, cada uno derecho hacia adelante, y la tomaron.
Fue, pues, el SEÑOR con Josué, y su fama se divulgó por toda la tierra.
Por esto los hijos de Israel no podrán estar delante de sus enemigos, sino que delante de sus enemigos volverán las espaldas; por cuanto han estado en el anatema; ni estaré más con vosotros, si no destruyereis el anatema de en medio de vosotros.
Entonces Josué, y todo Israel con él, tomó a Acán hijo de Zera, y la plata, el manto, el lingote de oro, sus hijos, sus hijas, sus bueyes sus asnos, sus ovejas, su tienda, y todo cuanto tenía, y lo llevaron todo al valle de Acor;
y dijo Josué: ¿Por qué nos has turbado? Túrbete el SEÑOR en este día. Y todos los israelitas los apedrearon, y los quemaron a fuego, después de apedrearlos con piedras;
Y levantándose Josué muy de mañana, contó al pueblo, y subió él, con los ancianos de Israel, delante del pueblo contra Hai.
Y toda la gente de guerra que con él estaba, subió, y se acercó, y llegaron delante de la ciudad, y asentaron el campamento a la parte del norte de Hai; y el valle estaba entre él y Hai.
Lo cual cuando vio el rey de Hai, se levantó prestamente de mañana, y salió con los hombres de la ciudad contra Israel para pelear, él y todo su pueblo en un tiempo señalado, por el llano, no sabiendo que le estaba puesta emboscada a las espaldas de la ciudad.
Porque Josué no retrajo su mano que había extendido con la lanza, hasta que hubo destruido a todos los moradores de Hai.
ellos obraron con prudencia; pues fueron y se fingieron embajadores, y tomaron sacos viejos sobre sus asnos, y cueros viejos de vino, rotos y remendados,
y zapatos viejos y recosidos en sus pies, con vestidos viejos sobre sí; y todo el pan que traían para el camino, seco y mohoso.
Así vinieron a Josué al campamento en Gilgal, y le dijeron a él y a los de Israel: Nosotros venimos de tierra muy lejana; haced pues ahora con nosotros pacto.
Y los de Israel respondieron a los heveos: Por ventura vosotros habitáis en medio de nosotros. ¿Cómo pues podremos nosotros hacer pacto con vosotros?
Por lo cual nuestros ancianos y todos los moradores de nuestra tierra nos dijeron: Tomad en vuestras manos provisión para el camino, e id al encuentro de ellos, y decidles: Nosotros somos vuestros siervos, y haced ahora con nosotros pacto.
Y Josué hizo paz con ellos, y trató con ellos alianza que les dejaría la vida; también los príncipes de la congregación les juraron.
Pasados tres días después que hicieron con ellos el pacto, oyeron como eran sus vecinos, y que habitaban en medio de ellos.
Esto haremos con ellos: les dejaremos vivir, para que no venga ira sobre nosotros a causa del juramento que les hemos hecho.
Y cuando Adonisedec rey de Jerusalén oyó que Josué había tomado a Hai, y que la habían asolado, (como había hecho a Jericó y a su rey, así hizo a Hai y a su rey;) y que los moradores de Gabaón habían hecho paz con los israelitas, y que estaban entre ellos;
Subid a mí, y ayudadme, y combatamos a Gabaón; porque ha hecho paz con Josué y con los hijos de Israel.
Y cinco reyes de los amorreos, el rey de Jerusalén, el rey de Hebrón, el rey de Jarmut, el rey de Laquis, el rey de Eglón, se juntaron y subieron, ellos con todos sus ejércitos, y asentaron campamento sobre Gabaón, y pelearon contra ella.
Y los hombres de Gabaón enviaron a Josué al campamento en Gilgal diciendo: No aflojas tus manos para con tus siervos; sube prestamente a nosotros para salvarnos y ayudarnos; porque todos los reyes de los amorreos que habitan en las montañas, se han juntado contra nosotros.
Y subió Josué de Gilgal, él y todo el pueblo de guerra con él, y todos los hombres valientes.
Y el SEÑOR los turbó delante de Israel, y los hirió con gran mortandad en Gabaón; y los siguió por el camino que sube a Bet-horón, y los hirió hasta Azeca y Maceda.
Y aconteció que cuando Josué y los hijos de Israel acabaron de herirlos con mortandad muy grande, hasta destruirlos, los que quedaron de ellos se metieron en las ciudades fuertes.
Y cuando sacaron estos reyes a Josué, llamó Josué a todos los varones de Israel, y dijo a los principales de los hombres de guerra que habían venido con él: Llegad y poned vuestros pies sobre los cuellos de estos reyes. Y ellos se acercaron, y pusieron sus pies sobre los cuellos de ellos.
Y de Maceda pasó Josué, y todo Israel con él, a Libna; y peleó contra Libna;
y el SEÑOR la entregó también a ella, y a su rey, en manos de Israel; y la hirió a filo de espada, con todo lo que en ella había vivo, sin quedar nada; mas a su rey hizo de la manera que había hecho al rey de Jericó.
Y Josué, y todo Israel con él, pasó de Libna a Laquis, y puso campamento contra ella, y la combatió;
y el SEÑOR entregó a Laquis en mano de Israel, y la tomó al día siguiente, y la metió a espada, con todo lo que en ella había vivo, como había hecho en Libna.
De Laquis pasó Josué, y todo Israel con él, a Eglón; y pusieron campamento contra ella, y la combatieron;
Subió luego Josué, y todo Israel con él, de Eglón a Hebrón, y la combatieron;
y tomándola, la hirieron a espada, a su rey y a todas sus ciudades, con todo lo que en ella había vivo, sin quedar nada; como habían hecho a Eglón, así la destruyeron con todo lo que en ella había vivo.
Y volviéndose Josué, y todo Israel con él, sobre Debir, la combatió;
Hirió pues Josué toda la región de las montañas, y del mediodía, y de los llanos, y de las cuestas, con todos sus reyes, sin quedar nada; destruyó todo lo que respiraba, de la manera que el SEÑOR Dios de Israel lo había mandado.
Estos salieron, y con ellos todos sus ejércitos, pueblo muy grande, como la arena que está a la orilla del mar, con gran muchedumbre de caballos y carros.
Y vino Josué, y con él todo el pueblo de guerra, contra ellos, y dio de repente sobre ellos junto a las aguas de Merom.
Y Josué hizo con ellos como el SEÑOR le había mandado: desjarretó sus caballos, y sus carros quemó al fuego.
Por muchos días tuvo guerra Josué con estos reyes.
No hubo ciudad que hiciera paz con los hijos de Israel, sacados los heveos, que moraban en Gabaón; todo lo demás lo tomaron por guerra.
Porque esto vino del SEÑOR, que endurecía el corazón de ellos para que resistieran con guerra a Israel, para destruirlos, y que no les fuera hecha misericordia, antes fueran desarraigados, como el SEÑOR lo había mandado a Moisés.
Y éstos son los reyes de la tierra que hirió Josué con los hijos de Israel, del otro lado del Jordán al occidente, desde Baal-gad en el llano del Líbano hasta el monte de Halac que sube a Seir; y Josué dio la tierra en posesión a las tribus de Israel, conforme a sus repartimientos;
Porque la otra media recibió su heredad con los rubenitas y gaditas, la cual les dio Moisés del otro lado del Jordán al oriente, según que se la dio Moisés siervo del SEÑOR;
Hesbón, con todas sus villas que están en la llanura; Dibón, Bamot-baal, Bet-baal-meón;
También mataron a espada los hijos de Israel a Balaam adivino, hijo de Beor, con los demás que mataron.
Y el término de los hijos de Rubén fue el Jordán con su término. Esta fue la herencia de los hijos de Rubén conforme a sus familias, estas ciudades con sus villas.
Esta es la herencia de los hijos de Gad, por sus familias, las ciudades con sus villas.
Porque los hijos de José fueron dos tribus, Manasés y Efraín; y no les dieron parte a los levitas en la tierra, sino ciudades en que moraran, con sus ejidos para sus ganados y rebaños.
Lebaot, Silhim, Aín, y Rimón; en total veintinueve ciudades con sus aldeas.
Saaraim, Aditaim, Gedera, y Gederotaim; catorce ciudades con sus aldeas.
Gederot, Bet-dagón, Naama, y Maceda; dieciséis ciudades con sus aldeas.
Keila, Aczib, y Maresa; nueve ciudades con sus aldeas.
Desde Ecrón hasta el mar, todas las que están a la costa de Asdod con sus aldeas.
Asdod con sus villas y sus aldeas; Gaza con sus villas y sus aldeas hasta el río de Egipto, y la gran mar con sus términos.
Gosén, Holón, y Gilo; once ciudades con sus aldeas.
Humta, Quiriat-arba, que es Hebrón, y Sior; nueve ciudades con sus aldeas.
Caín, Gabaa, y Timna; diez ciudades con sus aldeas.
Maarat, Bet-anot, y Eltecón; seis ciudades con sus aldeas.
Quiriat-baal, que es Quiriat-jearim, y Rabá; dos ciudades con sus aldeas.
Nibsán, la Ciudad de la Sal, y En-gadi; seis ciudades con sus aldeas.
Mas a los jebuseos que habitaban en Jerusalén, los hijos de Judá no los pudieron desarraigar; antes quedó el jebuseo en Jerusalén con los hijos de Judá, hasta hoy.
Hubo también ciudades que se apartaron para los hijos de Efraín en medio de la herencia de los hijos de Manasés, todas las ciudades con sus aldeas.
Efraín al mediodía, y Manasés al norte, y el mar es su término; y se encuentran con Aser en la parte del norte, y con Isacar al oriente.
Quefar-haamoni, Ofni, y Geba; doce ciudades con sus aldeas:
Zela, Elef, Jebús, que es Jerusalén, Gabaa, y Quiriat; catorce ciudades con sus aldeas. Esta es la heredad de los hijos de Benjamín, conforme a sus familias.
Bet-lebaot, y Saruhén; trece ciudades con sus aldeas;
Aín, Rimón, Eter, y Asán; cuatro ciudades con sus aldeas;
con todas las aldeas que estaban alrededor de estas ciudades hasta Baalat-beer, que es Ramat del mediodía. Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Simeón, según sus familias.
y abraza Catat, Naalal, Simrón, Idala, y Belén; doce ciudades con sus aldeas.
Esta es la heredad de los hijos de Zabulón por sus familias; estas ciudades con sus aldeas.
y llega este término hasta Tabor, Sahazima, y Bet-semes; y sale su término al Jordán; dieciséis ciudades con sus aldeas.
Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Isacar conforme a sus familias; estas ciudades con sus aldeas.
abraza también Uma, Afec, y Rehob: veintidós ciudades con sus aldeas.
Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Aser por sus familias; estas ciudades con sus aldeas.
y tornando de allí este término hacia el occidente a Aznot-tabor, pasa de allí a Hucoc, y llega hasta Zabulón al mediodía, y al occidente confina con Aser, y con Judá al Jordán hacia donde nace el sol.
Irón, Migdal-el, Horem, Bet-anat, y Bet-semes; diecinueve ciudades con sus aldeas.
Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Neftalí por sus familias; estas ciudades con sus aldeas.
Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Dan conforme a sus familias; estas ciudades con sus aldeas.
Y el que se acogiere a alguna de aquellas ciudades, se presentará a la puerta de la ciudad, y dirá sus causas, oyéndolo los ancianos de aquella ciudad; y ellos le recibirán consigo dentro de la ciudad, y le darán lugar que habite con ellos.
y les hablaron en Silo en la tierra de Canaán, diciendo: El SEÑOR mandó por Moisés que nos fueran dadas villas para habitar, con sus ejidos para nuestras bestias.
Entonces los hijos de Israel dieron a los levitas de sus posesiones, conforme a la palabra del SEÑOR, estas villas con sus ejidos.
Y así dieron por suerte los hijos de Israel a los levitas estas villas con sus ejidos, como el SEÑOR lo había mandado por Moisés.
a los cuales dieron Quiriat-arba, del padre de Anac, la cual es Hebrón, en el monte de Judá, con sus ejidos en sus contornos.
Y a los hijos de Aarón sacerdote les dieron la ciudad de refugio para los homicidas, a Hebrón con sus ejidos; a Libna con sus ejidos,
a Aín con sus ejidos, a Juta con sus ejidos, y a Bet-semes con sus ejidos; nueve villas de estas dos tribus.