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'David' en la Biblia

Y David volvió a juntar todos los escogidos de Israel, treinta mil.

Y se levantó David, y fue con todo el pueblo que tenía consigo, de Baala de Judá, para hacer pasar de allí el arca de Dios, sobre la cual era invocado el nombre del SEÑOR de los ejércitos, que mora en ella entre los querubines.

Y se entristeció David por haber herido el SEÑOR a Uza; y fue llamado aquel lugar Pérez-uza (rotura de Uza), hasta hoy.

Y temiendo David al SEÑOR aquel día, dijo: ¿Cómo ha de venir a mí el arca del SEÑOR?

No quiso, pues, David traer a sí el arca del SEÑOR a la ciudad de David; mas la llevó David a casa de Obed-edom el geteo.

Y fue dado aviso al rey David, diciendo: El SEÑOR ha bendecido la casa de Obed-edom, y todo lo que tiene, a causa del arca de Dios. Entonces David fue, y trajo el arca de Dios de casa de Obed-edom a la ciudad de David con regocijo.

Y cuando los portadores del arca del SEÑOR habían andado seis pasos, David sacrificó un buey y un carnero cebado.

Así David y toda la casa de Israel llevaban el arca del SEÑOR con gritos y sonido de shofar.

Y cuando el arca del SEÑOR llegó a la ciudad de David, aconteció que Mical hija de Saúl estaba mirando desde una ventana, y vio al rey David que saltaba y bailaba con toda su fuerza delante del SEÑOR; y le menospreció en su corazón.

Metieron, pues, el arca del SEÑOR, y la pusieron en su lugar en medio de una tienda que David le había tendido; y sacrificó David holocaustos y pacíficos delante del SEÑOR.

Y cuando David hubo acabado de ofrecer los holocaustos y pacíficos, bendijo al pueblo en el nombre del SEÑOR de los ejércitos.

Volvió luego David para bendecir su casa; y saliendo Mical a recibir a David, dijo: ¡Cuán honrado ha quedado hoy el rey de Israel, desnudándose hoy delante de las criadas de sus siervos, como se desnudara un hombre vacío!

Entonces David respondió a Mical: Delante del SEÑOR, que me eligió por encima de tu padre y de toda su casa, mandándome que fuera príncipe sobre el pueblo del SEÑOR, sobre Israel, danzaré delante del SEÑOR.

Sucedió que cuando el rey David {ya} moraba en su casa, y el SEÑOR le había dado descanso de sus enemigos por todos lados,

Ahora pues, dirás así a mi siervo David: Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: Yo te tomé de la majada, de detrás de las ovejas, para que fueras príncipe sobre mi pueblo, sobre Israel;

Conforme a todas estas palabras, y conforme a toda esta visión, así habló Natán a David.

¿Y qué más puede añadir David hablando contigo? Tú pues conoces a tu siervo, Señor DIOS.

Porque así será engrandecido tu nombre para siempre, para que se diga: El SEÑOR de los ejércitos es Dios sobre Israel; y que la casa de tu siervo David sea firme delante de ti.

Después de esto aconteció, que David hirió a los filisteos, y los humilló; y tomó David a Meteg-ama de mano de los filisteos.

Y derrotó a Moab, y los midió con cordel, haciéndolos tenderse en tierra; y midió dos cordeles para dar{les} muerte, y un cordel entero para dejar{los} vivos. Y los moabitas fueron siervos de David, trayéndo{le} tributo.

Asimismo hirió David a Hadad-ezer hijo de Rehob, rey de Soba, yendo él a extender su término hasta el río Eufrates.

Y tomó David de ellos mil setecientos de a caballo, y veinte mil hombres de a pie; y desjarretó David los caballos de todos los carros, excepto cien carros de ellos que reservó.

Y vinieron los sirios de Damasco a dar ayuda a Hadad-ezer rey de Soba; y David hirió de los Sirios veintidós mil hombres.

Puso luego David guarnición en Siria, la de Damasco, y fueron los Sirios siervos de David llevando presente. Y el SEÑOR salvó a David por dondequiera que fue.

Y tomó David los escudos de oro que traían los siervos de Hadad-ezer, y los llevó a Jerusalén.

Asimismo de Beta y de Beerot, ciudades de Hadad-ezer, tomó el rey David gran cantidad de bronce.

Entonces oyendo Toi, rey de Hamat, que David había derrotado todo el ejército de Hadad-ezer,

envió Toi a Joram su hijo al rey David, a saludarle pacíficamente y a bendecirle, porque había peleado con Hadad-ezer y lo había vencido; porque Toi era enemigo de Hadad-ezer. Y Joram llevaba en su mano vasos de plata, y vasos de oro, y de bronce;

los cuales el rey David dedicó al SEÑOR, con el oro y la plata que tenía dedicado de todos los gentiles que había sometido;

Y ganó David fama cuando, volviendo de la derrota de los Sirios, hirió dieciocho mil hombres en el valle de la sal.

Asimismo puso David guarnición en Edom, por toda Edom puso guarnición; y todos los idumeos fueron siervos de David. Y el SEÑOR salvó a David por dondequiera que fue.

y Benaía hijo de Joiada, estaba a cargo de los cereteos y peleteos; y los hijos de David eran sacerdotes.

Y había un siervo de la casa de Saúl, que se llamaba Siba, al cual cuando lo llamaron que viniera a David, el rey le dijo: ¿Eres tú Siba? Y él respondió: Tu siervo.

Y envió el rey David, y lo tomó de casa de Maquir hijo de Amiel, de Lodebar.

Y al llegar Mefi-boset, hijo de Jonatán hijo de Saúl, a David, se postró sobre su rostro, y adoró. Y dijo David: Mefi-boset. Y él respondió: He aquí tu siervo.

Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te haré volver todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás pan a mi mesa perpetuamente.

Respondió Siba al rey: Conforme a todo lo que mi señor el rey mande a su siervo, así hará tu siervo. Y Mefiboset comió a la mesa de David como uno de los hijos del rey.

Y dijo David: Yo haré misericordia con Hanún hijo de Nahas, como su padre la hizo conmigo. Y envió David sus siervos a consolarlo por su padre. Pero cuando llegaron los siervos de David a la tierra de los hijos de Amón,

los príncipes de los hijos de Amón dijeron a Hanún su señor: ¿Te parece que por honrar David a tu padre te ha enviado consoladores? ¿No ha enviado David sus siervos a ti para reconocer e inspeccionar la ciudad, para destruirla?

Entonces Hanún tomó los siervos de David, y les rapó la mitad de la barba, y les cortó los vestidos por la mitad hasta las nalgas, y los despachó.

Lo cual cuando se le hizo saber a David, envió a encontrarles, porque ellos estaban en extremo avergonzados; y el rey mandó a decirles: Estaos en Jericó hasta que os vuelva a nacer la barba, y entonces regresaréis.

Y viendo los hijos de Amón que se habían hecho odiosos a David, enviaron los hijos de Amón y tomaron a sueldo a los Sirios de la casa de Rehob, y a los Sirios de Soba, veinte mil hombres de a pie; y del rey de Maaca mil hombres, y de Is-tob doce mil hombres.

Lo cual cuando lo oyó David, envió a Joab con todo el ejército de los valientes.

Y fue dado aviso a David, y juntó a todo Israel, y pasando el Jordán vino a Helam; y los Sirios se pusieron en orden contra David, y pelearon con él.

Mas los Sirios huyeron delante de Israel; e hirió David de los Sirios setecientos carros, y cuarenta mil hombres de a caballo; hirió también a Sobac general del ejército, y murió allí.

Y aconteció a la vuelta de un año, en el tiempo que salen los reyes a la guerra, que David envió a Joab, y a sus siervos con él, y a todo Israel; y destruyeron a los amonitas, y pusieron cerco a Rabá; mas David se quedó en Jerusalén.

Y acaeció que levantándose David de su cama a la hora de la tarde, se paseaba por el terrado de la casa real, cuando vio desde el terrado una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa.

Y envió David a preguntar por aquella mujer, y le dijeron: Aquella es Betsabé hija de Eliam, mujer de Urías el heteo.

Y concibió la mujer, y envió a hacerlo saber a David, diciendo: Yo estoy embarazada.

Entonces David envió a decir a Joab: Envíame a Urías el heteo. Y Joab envió Urías a David.

Y cuando Urías vino a él, David le preguntó por la salud de Joab, y por la salud del pueblo, y asimismo de la guerra.

Después dijo David a Urías: Desciende a tu casa, y lava tus pies. Y saliendo Urías de casa del rey, le fue enviada comida real.

E hicieron saber esto a David, diciendo: Urías no ha descendido a su casa. Y dijo David a Urías: ¿No has venido de camino? ¿Por qué, pues, no descendiste a tu casa?

Y Urías respondió a David: El arca, e Israel y Judá, están debajo de tiendas; y mi señor Joab, y los siervos de mi señor sobre la faz del campo; ¿y había yo de entrar en mi casa para comer y beber, y dormir con mi mujer? Por vida tuya, y por vida de tu alma, que yo no haré tal cosa.

Y David dijo a Urías: Estáte aquí aún hoy, y mañana te despacharé. Y se quedó Urías en Jerusalén aquel día y el siguiente.

Y David lo convidó, y le hizo comer y beber delante de sí, hasta embriagarlo. Y él salió a la tarde a dormir en su cama con los siervos de su señor; mas no descendió a su casa.

Venida la mañana, escribió David a Joab una carta, la cual envió por mano de Urías.

Y saliendo luego los de la ciudad, pelearon con Joab, y cayeron algunos del pueblo de los siervos de David; y murió también Urías el heteo.

Entonces envió Joab, e hizo saber a David todos los negocios de la guerra.

Y fue el mensajero, y llegando, contó a David todas las cosas a que Joab le había enviado.

Y dijo el mensajero a David: Prevalecieron contra nosotros los varones, que salieron a nosotros al campo, bien que nosotros les hicimos retroceder hasta la entrada de la puerta.

Y David dijo al mensajero: Dirás así a Joab: No tengas pesar de esto, que de igual y semejante manera suele consumir la espada; esfuerza la batalla contra la ciudad, hasta que la derribes. Y tú aliéntale.

Y pasado el luto, envió David y la recogió en su casa; y fue ella su mujer, y le dio a luz un hijo. Mas esto que David había hecho, fue desagradable a los ojos del SEÑOR.

Y envió el SEÑOR a Natán ante David, el cual viniendo a él, le dijo: Había dos hombres en una ciudad, el uno rico, y el otro pobre.

Entonces se encendió el furor de David en gran manera contra aquel hombre, y dijo a Natán: Vive el SEÑOR, que el que tal hizo es digno de muerte;

Entonces dijo Natán a David: Tú eres aquel varón. Así dijo el SEÑOR, Dios de Israel: Yo te ungí por rey sobre Israel, y te libré de la mano de Saúl;

Y Natán se volvió a su casa. Y el SEÑOR hirió al niño que la mujer de Urías había dado a luz a David, y enfermó gravemente.

Sucedió que al séptimo día el niño murió; y los siervos de David temían informarle que el niño había muerto, pues se decían: He aquí, cuando el niño estaba {todavía} vivo, le hablábamos y no nos escuchaba. ¿Cómo, pues, vamos a decirle que el niño ha muerto? Puede hacer{se} daño.

Mas David viendo a sus siervos hablar entre sí, entendió que el niño había muerto; por lo que dijo David a sus siervos: ¿Ha muerto el niño? Y ellos respondieron: Ha muerto.

Entonces David se levantó de tierra, y se lavó y se ungió, y mudó sus ropas, y entró a la Casa del SEÑOR, y adoró. Y después vino a su casa, y demandó, y le pusieron pan, y comió.

Y consoló David a Betsabé su mujer, y se llegó a ella, durmió con ella; y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Salomón (pacífico), al cual amó el SEÑOR;

Entonces envió Joab mensajeros a David, diciendo: Yo he peleado contra Rabá, y he tomado la ciudad de las aguas.

Y juntando David todo el pueblo fue contra Rabá, y la combatió, y la tomó.

Y tomó la corona de su rey de su cabeza, la cual pesaba un talento de oro, y tenía piedras preciosas; y fue puesta sobre la cabeza de David. Y trajo muy grande despojo de la ciudad.

Y sacó el pueblo que estaba en ella, y lo puso debajo de sierras, y de trillos de hierro, y de hachas de hierro; y los hizo pasar por hornos de ladrillos; y lo mismo hizo a todas las ciudades de los hijos de Amón. Se volvió luego David con todo el pueblo a Jerusalén.

Aconteció después de esto, que teniendo Absalón hijo de David una hermana hermosa que se llamaba Tamar, se enamoró de ella Amnón hijo de David.

Y Amnón tenía un amigo que se llamaba Jonadab, hijo de Simea, hermano de David; y era Jonadab hombre muy astuto.

Y David envió a Tamar a su casa, diciendo: Ve ahora a casa de Amnón tu hermano, y hazle de comer.

Y estando aún ellos en el camino, llegó a David el rumor que decía: Absalón ha dado muerte a todos los hijos del rey, que ninguno de ellos ha quedado.

Entonces levantándose David, rasgó sus vestidos, y se echó en tierra, y todos sus siervos tenían rasgados sus vestidos.

Y Jonadab, hijo de Simea hermano de David, habló y dijo: No diga mi señor que han matado a todos los jóvenes hijos del rey, ya que sólo Amnón ha muerto; porque en la boca de Absalón estaba puesto desde el día que Amnón forzó a Tamar su hermana.

Mas Absalón huyó, y se fue a Talmai hijo de Amiud, rey de Gesur. Y David lloraba por su hijo todos los días.

Y el rey David deseó ver a Absalón; porque ya estaba consolado acerca de Amnón que había muerto.

Dijo entonces la mujer: ``Permita que su sierva diga una palabra a mi señor el rey." ``Habla," le dijo David.

También envió Absalón por Ahitofel, el gilonita, del consejo de David, a Gilo su ciudad, mientras hacía sus sacrificios. Y fue hecha una grande conjuración, y el pueblo con Absalón se iba aumentando.

Y vino el aviso a David, diciendo: El corazón del varón de Israel se va tras Absalón.

Entonces David dijo a todos sus siervos que estaban con él en Jerusalén: Levantaos, y huyamos, porque no podremos escapar de otra manera delante de Absalón; daos prisa a andar, no sea que apresurándose él nos alcance, y arroje el mal sobre nosotros, y hiera la ciudad a filo de espada.

Entonces David dijo a Itai: Ven pues, y pasa. Y pasó Itai, el geteo, y todos sus varones, y todos sus pequeños.

También el rey David dijo al sacerdote Sadoc: `` ¿{No} eres vidente? Regresa en paz a la ciudad, y con ustedes sus dos hijos, tu hijo Ahimaas, y Jonatán, hijo de Abiatar.

Y David subió la cuesta de las olivas; y la subió llorando, llevando la cabeza cubierta, y los pies descalzos. También todo el pueblo que tenía consigo cubrió cada uno su cabeza, y lloraban mientras subían.

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