'Debo' en la Biblia
Y el siervo le dijo: Tal vez la mujer no quiera seguirme a esta tierra. ¿Debo volver {y} llevar a tu hijo a la tierra de donde viniste?
Pero él le dijo: Mi señor sabe que los niños son tiernos, y que debo cuidar de las ovejas y las vacas que están criando. Si los apuramos mucho, en un solo día todos los rebaños morirán.
Y dijo Moisés a Faraón: Gloríate sobre mí: ¿cuándo debo orar por ti, y por tus siervos, y por tu pueblo, para que las ranas sean quitadas de ti, y de tus casas, y que solamente se queden en el río?
Y él respondió y dijo: ¿No debo tener cuidado de hablar lo que el SEÑOR pone en mi boca?
Pero Balaam respondió y dijo a Balac: ¿No te dije que todo lo que el SEÑOR habla, eso debo hacer?
Dijo, pues, Saúl a Jonatán: Cuéntame lo que has hecho. Y Jonatán le respondió, y dijo: En verdad probé un poco de miel con la punta de la vara que {tenía} en la mano. Heme aquí, debo morir.
Y David respondió a Jonatán: He aquí, mañana es luna nueva y debo sentarme a comer con el rey, pero déjame ir para que me esconda en el campo hasta el atardecer del tercer día.
Entonces consultó David al SEÑOR, diciendo: ¿Debo ir a atacar a estos filisteos? Y el SEÑOR dijo a David: Ve, ataca a los filisteos y libra a Keila.
Entonces la mujer dijo: ¿A quién debo hacerte subir? Y él respondió: Tráeme a Samuel.
Y Samuel dijo a Saúl: ¿Por qué me has inquietado haciéndome venir? Y Saúl respondió: Estoy muy acongojado; pues los filisteos pelean contra mí, y Dios se ha apartado de mí, y no me responde más, ni por mano de profetas, ni por sueños; por esto te he llamado, para que me declares qué debo hacer.
Dijo, pues, David a los gabaonitas: ¿Qué debo hacer por vosotros? ¿Y cómo haré restitución para que bendigáis la heredad del SEÑOR?
Entonces el rey de Israel reunió a los profetas, unos cuatrocientos hombres, y les dijo: ¿Debo ir a pelear contra Ramot de Galaad o debo desistir? Y ellos respondieron: Sube porque el Señor {la} entregará en manos del rey.
Entonces el rey de Israel reunió a los profetas, cuatrocientos hombres, y les dijo: ¿Iremos a pelear contra Ramot de Galaad, o debo desistir? Y ellos dijeron: Sube, porque Dios {la} entregará en mano del rey.
Y cuando llegó al rey, el rey le dijo: Micaías, ¿iremos a Ramot de Galaad a pelear, o debo desistir? El respondió: Sube y tendrás éxito, porque serán entregados en tu mano.
Amasías dijo al hombre de Dios: `` ¿Y qué {debo} hacer con los 3.4 toneladas que he dado a las tropas de Israel?" ``El SEÑOR tiene mucho más que darle que esto," respondió el hombre de Dios.
Por la mañana hazme oír tu misericordia, porque en ti confío; enséñame el camino por el que debo andar, pues a ti elevo mi alma.
¿A quién debo de hablar y amonestar, para que oigan? He aquí que sus oídos son incircuncisos, y no pueden escuchar; he aquí que la palabra de Jehová les es cosa vergonzosa, no la aman.
¡Ay de mí, por mi quebrantamiento! Mi llaga es muy dolorosa. Pero yo dije: Ciertamente enfermedad mía es ésta, y debo sufrirla.
Pero El les dijo: También a las otras ciudades debo anunciar las buenas nuevas del reino de Dios, porque para esto yo he sido enviado.
Sin embargo, debo seguir mi camino, hoy, mañana y pasado mañana; porque no puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén.
Cuando Jesús llegó al lugar, miró hacia arriba y le dijo: Zaqueo, date prisa y desciende, porque hoy debo quedarme en tu casa.
"Tengo otras ovejas que no son de este redil; a ésas también Yo debo traerlas, y oirán Mi voz, y serán un rebaño {con} un solo pastor.
Y les dijo: Vosotros sabéis cuán ilícito es para un judío asociarse con un extranjero o visitarlo, pero Dios me ha mostrado que a ningún hombre debo llamar impuro o inmundo;
y después de sacarlos, dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?
Pasadas estas cosas, Pablo decidió en el espíritu ir a Jerusalén después de recorrer Macedonia y Acaya, diciendo: Después que haya estado allí, debo visitar también Roma.
Y yo dije: `` ¿Qué debo hacer, Señor?" Y el Señor me dijo: ``Levántate y entra a Damasco; y allí se te dirá todo lo que se ha ordenado que hagas."
Entonces Pablo respondió: Ante el tribunal del César estoy, que es donde debo ser juzgado. Ningún agravio he hecho a {los} judíos, como también tú muy bien sabes.
por el cual soy embajador en cadenas; que resueltamente hable de él, como debo hablar.
para manifestarlo como debo hacerlo.
sabiendo que en breve debo dejar mi tabernáculo, como nuestro Señor Jesucristo me ha declarado.