38 casos

'Diga' en la Biblia

Y tú estáte aquí conmigo, para que te diga todos los mandamientos, y estatutos, y derechos que tú les enseñarás que los hagan en la tierra que yo les doy para que la hereden.

Y Josué mandó al pueblo, diciendo: Vosotros no daréis grita, ni se oirá vuestra voz, ni saldrá palabra de vuestra boca, hasta el día que yo os diga: Gritad; entonces daréis grita.

Y luego él llamó a su escudero, y le dijo: Saca tu espada y mátame, para que no se diga de mí: Una mujer lo mató. Y su escudero le atravesó, y murió.

Diga, pues, nuestro señor a tus siervos que están delante de ti, que busquen alguno que sepa tocar el arpa; para que cuando fuere sobre ti el espíritu malo de parte de Dios, él taña con su mano, y tengas alivio.

Porque así será engrandecido tu nombre para siempre, para que se diga: El SEÑOR de los ejércitos es Dios sobre Israel; y que la casa de tu siervo David sea firme delante de ti.

Y Jonadab, hijo de Simea hermano de David, habló y dijo: No diga mi señor que han muerto a todos los jóvenes hijos del rey, ya que sólo Amnón es muerto; porque en la boca de Absalón estaba puesto desde el día que Amnón forzó a Tamar su hermana.

Entonces Benaía hijo de Joiada respondió al rey, y dijo: Amén. Así lo diga el SEÑOR, Dios de mi señor el rey.

Y el atalaya que estaba en la torre de Jezreel, vio la cuadrilla de Jehú, que venía, y dijo: Yo veo una cuadrilla. Y Joram dijo: Toma uno de a caballo, y envía a reconocerlos, y que les diga: ¿Hay paz?

Permanezca, pues , y sea engrandecido tu nombre para siempre, a fin de que se diga: El SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, es Dios para Israel. Y sea la casa de tu siervo David firme delante de ti.

Una cosa resta es a saber que yo diga: Al perfecto y al impío él los consume.

que le diga que Dios tuvo de él misericordia, que lo libró de descender al sepulcro, que halló redención;

para que no diga mi enemigo: Lo vencí; mis enemigos se alegrarán, si yo resbalare.

Diga ahora Israel: Que para siempre es su misericordia.

Diga ahora la casa de Aarón: Que para siempre es su misericordia.

Canción de las gradas: de David. Al no haber estado el SEÑOR por nosotros, diga ahora Israel:

Canción de las gradas. Mucho me han angustiado desde mi juventud, diga ahora Israel:

porque mejor es que se te diga: Sube acá, que no que seas abajado delante del príncipe a quien han mirado tus ojos.

para que no me sacie, y te niegue, y diga, ¿Quién es el SEÑOR? O no sea que siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi Dios.

Y si se diere el libro al que no sabe leer, y le diga: Lee ahora esto; él dirá, No sé leer.

Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; para que no echéis a la mano derecha, y para que no echéis a la mano izquierda.

Por tanto éste es pueblo saqueado y hollado; todos ellos han de ser enlazados en cavernas, y escondidos en cárceles. Serán puestos a despojo, y no habrá quien los libre; serán hollados, y no habrá quien diga: Restituid.

Y el hijo del extranjero, allegado al SEÑOR, no hable diciendo: Me apartará totalmente el SEÑOR de su pueblo. Ni diga el eunuco: He aquí yo soy árbol seco.

Por tanto, he aquí vendrán días, dijo el SEÑOR, que no se diga más, Tofet, ni valle de Ben-Hinom, sino Valle de la Matanza; y serán enterrados en Tofet, por no haber lugar.

Por tanto, oíd palabra del SEÑOR, todo Judá que habitáis en tierra de Egipto: He aquí que yo juré por mi grande Nombre, dijo el SEÑOR, que mi Nombre no será más invocado de ningún varón judío, que diga: Vive el Señor DIOS, en toda la tierra de Egipto.

Respondieron la segunda vez, y dijeron: Diga el rey el sueño a sus siervos, y le mostraremos su declaración.

Haced espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga el flaco: Fuerte soy.

Y partidos ellos, he aquí el ángel del Señor aparece en sueños a José, diciendo: Levántate, y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te lo diga; porque ha de acontecer, que Herodes buscará al niño para matarlo.

y viniendo el que te llamó a ti y a él, te diga: Da lugar a éste; y entonces comiences con vergüenza a tener el lugar último.

Mas cuando fueres llamado, ve, y siéntate en el postrer lugar; porque cuando viniere el que te llamó, te diga: Amigo, ven arriba; entonces tendrás gloria delante de los que juntamente se sientan a la mesa.

¿Y quién de vosotros tiene un siervo que ara o apacienta, que vuelto del campo le diga luego: Pasa, siéntate a la mesa?

para que ninguno diga que habéis sido bautizados en mi nombre.

Resultados de Búsqueda por Versiones

Resultados de Búsqueda por Libro

Todos los Libros

Sagradas Escrituras (1569)