89 casos

'Hablaba' en la Biblia

Entonces llamó el nombre de Jehová que con ella hablaba: Tú Dios me ves; porque dijo: ¿No he visto también aquí al que me ve?

Y Rebeca estaba oyendo, cuando hablaba Isaac a Esaú su hijo; y se fue Esaú al campo para cazar lo que había de traer.

Entonces Rebeca habló a Jacob su hijo, diciendo: He aquí yo he oído a tu padre que hablaba con Esaú tu hermano, diciendo:

Y mientras él aún hablaba con ellos Raquel vino con el ganado de su padre, porque ella era la pastora.

Y sucedió que como oyó su señor las palabras que su esposa le hablaba, diciendo: Así me ha tratado tu siervo; se encendió su furor.

Y el sonido de la trompeta iba aumentándose en extremo: Moisés hablaba, y Dios le respondía en voz.

Y cuando Moisés entraba en el tabernáculo, la columna de nube descendía, y se ponía a la puerta del tabernáculo, y Jehová hablaba con Moisés.

Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero. Y él volvía al campamento; mas el joven Josué, su criado, hijo de Nun, no se apartaba de en medio del tabernáculo.

Y cuando venía Moisés delante de Jehová para hablar con Él, se quitaba el velo hasta que salía; y saliendo, hablaba con los hijos de Israel lo que le era mandado;

Y cuando entraba Moisés en el tabernáculo de la congregación, para hablar con Él, oía la voz que le hablaba de encima del propiciatorio que estaba sobre el arca del testimonio, de entre los dos querubines; y hablaba con Él.

Y aconteció que cuando Saúl aún hablaba con el sacerdote, el alboroto que había en el campamento de los filisteos se aumentaba, e iba creciendo en gran manera. Entonces dijo Saúl al sacerdote: Detén tu mano.

Y mientras él hablaba con ellos, he aquí aquel adalid que se ponía en medio de los dos campamentos, que se llamaba Goliat, el filisteo de Gat, salió de los escuadrones de los filisteos, y habló las mismas palabras; y David las oyó.

Y he aquí que mientras ella aún hablaba con el rey, vino también Natán el profeta.

Y mientras él aún hablaba, he aquí vino Jonatán hijo del sacerdote Abiatar, al cual dijo Adonías: Entra, porque tú eres hombre valiente, y traerás buenas nuevas.

Además de esto escribió cartas en que blasfemaba a Jehová el Dios de Israel, y hablaba contra Él, diciendo: Como los dioses de las naciones de otras tierras no pudieron librar a su pueblo de mis manos, tampoco el Dios de Ezequías librará al suyo de mis manos.

E hizo lo malo ante los ojos de Jehová su Dios, y no se humilló delante del profeta Jeremías, que le hablaba de parte de Jehová.

Y entendí que Dios no lo había enviado, sino que hablaba aquella profecía contra mí, porque Tobías y Sanbalat le habían alquilado por salario.

Entre tanto que éste hablaba, vino otro que dijo: Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito;

Así se sentaron con él en tierra por siete días y siete noches, y ninguno le hablaba palabra, porque veían que su dolor era muy grande.

¿Quién es el que oscurece el consejo sin conocimiento? Por tanto yo hablaba lo que no entendía; cosas muy maravillosas para mí, que yo no sabía.

Detenías los párpados de mis ojos: Estaba yo quebrantado, y no hablaba.

En columna de nube hablaba con ellos; guardaban sus testimonios, y el estatuto que les había dado.

Y oyó Sefatías hijo de Matán, y Gedalías hijo de Pasur, y Jucal hijo de Selemías, y Pasur hijo de Malquías, las palabras que Jeremías hablaba a todo el pueblo, diciendo:

Como la apariencia del arco iris que está en las nubes el día que llueve, así era el parecer del resplandor alrededor. Ésta fue la visión de la semejanza de la gloria de Jehová. Y luego que yo la vi, caí sobre mi rostro, y oí la voz de uno que hablaba.

Y oí a uno que me hablaba desde la casa; y el varón estaba junto a mí,

Y mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí que otro cuerno pequeño subía entre ellos, y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los primeros; y he aquí, en este cuerno había ojos como ojos de hombre, y una boca que hablaba grandezas.

Yo entonces miraba a causa de la voz de las grandes palabras que hablaba el cuerno; miré hasta que mataron a la bestia, y su cuerpo fue destrozado y entregado para ser quemado en el fuego.

Asimismo acerca de los diez cuernos que tenía en su cabeza, y del otro que había subido, de delante del cual habían caído tres; y este mismo cuerno tenía ojos, y boca que hablaba grandezas, y parecía más grande que sus compañeros.

Y oí a un santo que hablaba; y otro de los santos dijo a aquél que hablaba: ¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora que pone el santuario y el ejército para ser hollados?

Y mientras él hablaba conmigo, caí dormido en tierra sobre mi rostro; y él me tocó, y me hizo estar en pie.

Y me dijo: Daniel, varón muy amado, está atento a las palabras que te hablaré, y levántate sobre tus pies; porque a ti he sido enviado ahora. Y cuando él hablaba conmigo estas palabras, yo estaba temblando.

Cuando Efraín hablaba, hubo temor; se exaltó en Israel; mas pecó en Baal, y murió.

Entonces dije: ¿Qué son éstos, Señor mío? Y me dijo el Ángel que hablaba conmigo: Yo te enseñaré qué son éstos.

Y Jehová respondió buenas palabras, palabras consoladoras, al Ángel que hablaba conmigo.

Y me dijo el Ángel que hablaba conmigo: Clama, diciendo: Así dice Jehová de los ejércitos: Estoy celoso por Jerusalén y por Sión, con gran celo:

Y dije al Ángel que hablaba conmigo: ¿Qué son éstos? Y me respondió: Éstos son los cuernos que dispersaron a Judá, a Israel y a Jerusalén.

Y he aquí, salía aquel Ángel que hablaba conmigo, y otro ángel le salió al encuentro,

Y volvió el Ángel que hablaba conmigo, y me despertó como un hombre que es despertado de su sueño.

Proseguí, y hablé a aquel Ángel que hablaba conmigo, diciendo: ¿Qué es esto, mi Señor?

Y el Ángel que hablaba conmigo respondió, y me dijo: ¿No sabes qué es esto? Y dije: No, mi Señor.

Y salió aquel Ángel que hablaba conmigo, y me dijo: Alza ahora tus ojos, y mira qué es esto que sale.

Y dije al Ángel que hablaba conmigo: ¿A dónde llevan el efa?

Respondí entonces, y dije al Ángel que hablaba conmigo: Señor mío, ¿qué es esto?

Y cuando Él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y querían hablar con Él.

Todas estas cosas habló Jesús por parábolas a la multitud, y sin parábolas no les hablaba;

Y oyendo sus parábolas los príncipes de los sacerdotes y los fariseos, entendieron que hablaba de ellos.

Y cuando Él aún hablaba, vino Judas, uno de los doce, y una gran multitud con él, con espadas y palos, de parte de los príncipes de los sacerdotes y de los ancianos del pueblo.

Y con muchas parábolas semejantes les hablaba la palabra, conforme ellos podían oír.

Mientras Él aún hablaba, vinieron unos de la casa del príncipe de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro?

Y al instante sus oídos fueron abiertos, y fue suelta la atadura de su lengua, y hablaba bien.

Y en ese momento, mientras Él aún hablaba, vino Judas, que era uno de los doce, y con él una gran multitud con espadas y palos, de parte de los príncipes de los sacerdotes y de los escribas y de los ancianos.

Y cuando salió, no les podía hablar; y entendieron que había visto visión en el templo, pues les hablaba por señas, y permanecía mudo.

Y ésta, viniendo en la misma hora, también daba gracias al Señor, y hablaba de Él a todos los que esperaban la redención en Jerusalén.

Y cuando la gente lo supo, le siguieron; y Él les recibió, y les hablaba del reino de Dios, y sanaba a los que necesitaban ser curados.

Y mientras Él aún hablaba, he aquí una turba; y el que se llamaba Judas, uno de los doce, iba delante de ellos; y se acercó a Jesús para besarle.

Y Pedro dijo: Hombre, no sé qué dices. Y al instante, mientras él aún hablaba, el gallo cantó.

Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?

Y en esto llegaron sus discípulos, y se maravillaron de que hablaba con la mujer; pero ninguno dijo: ¿Qué preguntas? O: ¿Por qué hablas con ella?

Y hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón, porque éste era el que le iba a entregar, y era uno de los doce.

Pero esto decía Jesús de su muerte; y ellos pensaban que hablaba del reposar del sueño.

A éste, pues, hizo señas Simón Pedro, para que le preguntase quién era aquel de quien hablaba.

Éste es aquél que estuvo en la iglesia en el desierto con el Ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres; y recibió los oráculos de vida para dárnoslos:

Éste había sido instruido en el camino del Señor; y siendo ferviente de espíritu, hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor, aunque sólo conocía el bautismo de Juan.

Y cuando oyeron que les hablaba en lengua hebrea, guardaron más silencio. Y les dijo:

Y los que estaban conmigo vieron a la verdad la luz, y se espantaron; mas no oyeron la voz del que hablaba conmigo.

Esperando también con esto, que de parte de Pablo le sería dado dinero para que le soltase; por lo cual, haciéndole venir muchas veces, hablaba con él.

Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua hebrea: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra los aguijones.

y al sonido de la trompeta, y a la voz que les hablaba, la cual los que la oyeron rogaron que no se les hablase más;

Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro;

Después de estas cosas miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, era como de trompeta que hablaba conmigo, diciendo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de ser después de éstas.

Y le fue dada boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y le fue dada potestad de actuar cuarenta y dos meses.

Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como un dragón.

Y el que hablaba conmigo, tenía una caña de oro para medir la ciudad, y sus puertas, y su muro.

Resultados de Búsqueda por Versiones

Resultados de Búsqueda por Libro

Todos los Libros

Reina Valera Gómez (© 2010)