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'Las' en la Biblia

Y me dijo el SEÑOR: Hijo de hombre, pon tu corazón, y mira con tus ojos, y oye con tus oídos todo lo que yo hablo contigo sobre todas las ordenanzas de la Casa del SEÑOR, y de todas sus leyes; y pon tu corazón a las entradas de la Casa, y a todas las salidas del Santuario.

Y no habéis guardado las ordenanzas de mis cosas santas, sino que habéis puesto extranjeros como guardas de mis ordenanzas en mi santuario.

Y serán ministros en mi Santuario, porteros a las puertas de la Casa, y sirvientes en la Casa; ellos matarán el holocausto y la víctima al pueblo, y ellos estarán delante de ellos para servirles.

No serán allegados á mí para serme sacerdotes, ni se llegarán á ninguna de mis santificaciones; á las santidades de santidades; sino que llevarán su vergüenza, y sus abominaciones que hicieron.

`Los pondré como guardas de las ordenanzas del templo, de todo su servicio y de todo lo que se ha de hacer en él.

Y será que cuando entraren por las puertas del atrio interior, se vestirán de vestimentas de lino; no asentará sobre ellos lana, cuando ministraren en las puertas del atrio de adentro, y en el interior.

Y cuando salieren al atrio de afuera, al atrio de afuera al pueblo, se desnudarán de sus vestimentas con que ministraron, y las dejarán en las cámaras del Santuario, y se vestirán de otros vestidos; así no santificarán el pueblo con sus vestimentas.

Y las primicias de todos los primeros frutos de todo, y toda ofrenda de todo lo que se ofreciere de todas vuestras ofrendas, será de los sacerdotes; daréis asimismo las primicias de todas vuestras masas al sacerdote, para que haga reposar la bendición en vuestras casas.

`Y el príncipe tendrá {tierra} a ambos lados de la parte sagrada y de la propiedad de la ciudad, a lo largo de la parte sagrada y de la propiedad de la ciudad; por el lado occidental hacia el occidente y por el lado oriental hacia el oriente, {su} longitud corresponderá a una de las porciones, desde el límite occidental hasta el límite oriental.

``Así dice el Señor DIOS: `Basta ya, príncipes de Israel; dejad la violencia y la destrucción, y practicad el derecho y la justicia. Acabad con las extorsiones que hacéis a mi pueblo' --declara el Señor DIOS.

Y una cordera de la manada de doscientas, de las gruesas de Israel, para sacrificio, y para holocausto y para pacíficos, para ser reconciliados, dijo el Señor DIOS.

Mas del príncipe será la obligación de dar el holocausto, y el sacrificio, y la libación, en las solemnidades, y en las lunas nuevas, y en los sábados, y en todas las fiestas de la Casa de Israel; él ofrecerá el pecado, el presente, el holocausto, y los pacíficos, para reconciliar la Casa de Israel.

Y el sacerdote tomará de la sangre del pecado, y pondrá sobre los postes de la Casa, y sobre los cuatro ángulos del patio del altar, y sobre los postes de las puertas del atrio de adentro.

Asimismo adorará el pueblo de la tierra delante del SEÑOR, a la entrada de la puerta, en los sábados y en las nuevas lunas.

Mas cuando el pueblo de la tierra entrare delante del SEÑOR en las fiestas, el que entrare por la puerta del norte, saldrá por la puerta del mediodía; y el que entrare por la puerta del mediodía, saldrá por la puerta del norte; no volverá por la puerta por donde entró, sino que saldrá por la de enfrente de ella.

Y en las fiestas y en las solemnidades será el presente un efa de flor de harina con cada becerro, y otro efa con cada carnero; y con los corderos, don de su mano; y un hin de aceite con cada efa.

Y con él harás todas las mañanas presente de la sexta parte de un efa de flor de harina, y la tercera parte de un hin de aceite para mezclar con la flor de harina; esto será presente para el SEÑOR continuamente por estatuto perpetuo.

Ofrecerán, pues, el cordero, y el presente y el aceite, todas las mañanas en holocausto continuo.

Me metió después por la entrada que estaba hacia la puerta, a las cámaras santas de los sacerdotes, las cuales miraban al norte, y había allí un lugar a los lados del occidente.

Y me dijo: Este es el lugar donde los sacerdotes cocerán la ofrenda por la culpa y la ofrenda por el pecado, {y} donde cocerán la ofrenda de cereal, para que no tengan que sacar{las} al atrio exterior, y santifiquen {así} al pueblo.

Y había una pared alrededor de ellos, alrededor de todos cuatro, y chimeneas hechas abajo alrededor de las paredes.

Me hizo tornar luego a la entrada de la Casa; y he aquí aguas que salían de debajo del umbral de la casa hacia el oriente; porque la fachada de la casa estaba al oriente; y las aguas descendían de debajo, hacia el lado derecho de la casa, al mediodía del altar.

Y me sacó por el camino de la puerta del norte, y me hizo rodear por el camino fuera de la puerta, por fuera al camino de la que mira al oriente; y he aquí las aguas que salían al lado derecho.

Y saliendo el varón hacia el oriente, tenía un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas hasta los tobillos.

Y midió otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta las rodillas. Midió luego otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta los lomos.

Y midió otros mil, e iba ya el río que yo no podía pasar, porque las aguas se habían alzado, y el río no se podía pasar sino a nado.

Y me dijo: Estas aguas salen a la región del oriente, y descenderán al desierto, y entrarán en el mar; y entradas en el mar, recibirán sanidad las aguas.

Y sucederá que dondequiera que pase el río, todo ser viviente que en él se mueve, vivirá. Y habrá muchísimos peces, porque estas aguas van allá, y {las otras} son purificadas; así vivirá todo por donde pase el río.

Y junto a él se pararán los pescadores, y desde En-gadi hasta En-eglaim habrá un lugar para tender las redes. Sus peces serán según sus especies, como los peces del mar Grande, numerosísimos.

Así dijo el Señor DIOS: Este es el término en que partiréis la tierra en heredad entre las doce tribus de Israel: José dos partes.

Y al lado del mediodía, hacia el mediodía, desde Tamar hasta las aguas de las rencillas; desde Cades y el arroyo hasta el gran mar; y esto será el lado austral, al mediodía.

Partiréis, pues, esta tierra entre vosotros por las tribus de Israel.

Y será que echaréis sobre ella suertes por herencia para vosotros, y para los extranjeros que peregrinan entre vosotros, que entre vosotros han engendrado hijos; y los tendréis como naturales entre los hijos de Israel; echarán suertes con vosotros para heredarse entre las tribus de Israel.

Y éstos son los nombres de las tribus: Desde la parte del norte por la vía de Hetlón viniendo a Hamat, Hazar-enán, al término de Damasco, al norte, al término de Hamat, tendrá Dan una parte, siendo sus extremidades al oriente y al occidente.

Y junto al término de Judá, desde la parte del oriente hasta la parte del mar, será la suerte que apartaréis de veinticinco mil cañas de anchura, y de longitud como cualquiera de las otras partes es a saber, desde la parte del oriente hasta la parte del mar; y el Santuario estará en medio de ella.

No venderán de ello, ni permutarán, ni traspasarán las primicias de la tierra; porque es consagrado al SEÑOR.

Y las cinco mil cañas de anchura que quedan de las veinticinco mil, serán profanas, para la ciudad, para habitación y para ejidos; y la ciudad estará en medio.

Y los que servirán a la ciudad, serán de todas las tribus de Israel.

Y del príncipe será lo que quedare de una parte y de la otra de la suerte santa, y de la posesión de la ciudad, es a saber, delante de las veinticinco mil cañas de la suerte santa hasta el término oriental, y al occidente delante de las veinticinco mil hasta el término occidental, delante de las partesdichas será del príncipe; y suerte santa será; y el Santuario de la Casa estará en medio de ella.

En cuanto a las demás tribus, desde la parte del oriente hasta la parte del mar, tendrá Benjamín una parte.

Y junto al término de Gad, a la parte del mediodía, al mediodía, será el término desde Tamar hasta las aguas de las rencillas, y desde Cades y el arroyo hasta el gran mar.

Esta es la tierra que partiréis por suertes en heredad a las tribus de Israel, y éstas son sus partes, dijo el Señor DIOS.

Y éstas son las salidas de la ciudad a la parte del norte, cuatro mil quinientas cañas por medida.

Y las puertas de la ciudad serán según los nombres de las tribus de Israel, tres puertas al norte: la puerta de Rubén, una; la puerta de Judá, otra; la puerta de Leví, otra.

muchachos en quienes no hubiera tacha alguna, y de buen parecer, y enseñados en toda sabiduría, y sabios en ciencia, y de buen entendimiento, y que tuvieran fuerzas para estar en el palacio del rey; y que les enseñara las letras y la lengua de los caldeos.

Mas hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios, y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer al cabo de días. Tu sueño, y las visiones de tu cabeza sobre tu cama, es esto:

Entonces fue también desmenuzado el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y se tornaron como tamo de las eras del verano; y los levantó el viento, y nunca más se les halló lugar. Mas la piedra que hirió a la imagen, fue hecha un gran monte, que llenó toda la tierra.

y dondequiera que habiten los hijos de los hombres, las bestias del campo o las aves del cielo, El los ha entregado en tu mano y te ha hecho soberano de todos ellos; tú eres la cabeza de oro.

Y el cuarto reino será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y doma todas las cosas, y como el hierro que quebranta todas estas cosas, desmenuzará y quebrantará.

Y envió el rey Nabucodonosor a juntar los grandes, los asistentes y capitanes, jueces, tesoreros, los del concejo, presidentes, y a todos los gobernadores de las provincias, para que vinieran a la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor había levantado.

Fueron, pues, reunidos los grandes, los asistentes y capitanes, los oidores, receptores, los del concejo, los presidentes, y todos los gobernadores de las provincias, a la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor había levantado; y estaban en pie delante de la estatua que había levantado el rey Nabucodonosor.

Beltasar, príncipe de los sabios, ya que he entendido que hay en ti espíritu del santo Dios, y que ningún misterio se te esconde, dime las visiones de mi sueño que he visto, y su declaración.

Las visiones de mi cabeza en mi cama eran: Me parecía que veía un árbol en medio de la tierra, cuya altura era grande.

Su copa era hermosa, y su fruto en abundancia, y para todos había en él mantenimiento. Debajo de él se ponían a la sombra las bestias del campo, y en sus ramas hacían morada las aves del cielo, y toda carne se mantenía de él.

Veía en las visiones de mi cabeza en mi cama, y he aquí que un centinela y santo descendía del cielo.

Y clamaba fuertemente y decía así: Cortad el árbol, y desmochad sus ramas, derribad su copa, y derramad su fruto; váyanse las bestias que están debajo de él, y las aves de sus ramas.

Mas el tronco de sus raíces dejaréis en la tierra, y con atadura de hierro y de bronce quede atado en la hierba del campo; y sea mojado con el rocío del cielo, y su parte sea con las bestias en la hierba de la tierra.

y cuya copa era hermosa, y su fruto en abundancia, y que para todos había mantenimiento en él; debajo del cual moraban las bestias del campo, y en sus ramas habitaban las aves del cielo,

Y en cuanto a lo que vio el rey, un centinela y santo que descendía del cielo, y decía: Cortad el árbol y destruidlo; mas el tronco de sus raíces dejaréis en la tierra, y con atadura de hierro y de bronce quede atado en la hierba del campo; y sea mojado con el rocío del cielo, y su parte sea con las bestias del campo, hasta que pasen sobre él siete tiempos:

que te echarán de entre los hombres, y con las bestias del campo será tu morada, y con hierba del campo te apacentarán como a los bueyes, y con rocío del cielo serás bañado; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que entiendas que el Altísimo se enseñorea del reino de los hombres, y que a quien él quisiere lo dará.

Y lo que dijeron, que dejaran en la tierra el tronco de las raíces del mismo árbol; tu reino se te quedará firme, para que entiendas que el señorío es en los cielos.

y de entre los hombres te echan, y con las bestias del campo será tu morada, y como a los bueyes te apacentarán; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que conozcas que el Altísimo se enseñorea en el reino de los hombres, y a quien él quisiere lo dará.

En aquel mismo instante se cumplió la palabra acerca de Nabucodonosor: fue echado de entre los hombres, comía hierba como el ganado y su cuerpo se empapó con el rocío del cielo hasta que sus cabellos crecieron como {las plumas} de las águilas y sus uñas como las de las aves.

Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi sentido me fue vuelto; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre; porque su señorío es sempiterno, y su Reino por todas las edades.

Entonces el rey se demudó de su color, y sus pensamientos lo turbaron, y se desataron las ceñiduras de sus lomos, y sus rodillas se batían la una con la otra.

La reina, por las palabras del rey y de sus príncipes, entró a la sala del banquete. Habló la reina, y dijo: Rey, para siempre vive, no te asombren tus pensamientos, ni tus colores se demuden;

Yo pues he oído de ti que puedes declarar las dudas, y desatar dificultades. Si ahora pudieres leer esta escritura, y mostrarme su declaración, serás vestido de púrpura, y collar de oro será puesto en tu cuello, y en el reino serás el tercer señor.

Y fue echado de entre los hijos de los hombres; y su corazón fue puesto con las bestias, y con los asnos monteses fue su morada. Hierba le hicieron comer, como a buey, y su cuerpo fue bañado con el rocío del cielo, hasta que conoció que el Altísimo Dios se enseñorea del reino de los hombres, y que pondrá sobre él al que quisiere.

Después de esto miraba yo en las visiones de la noche, y he aquí la cuarta bestia, espantosa y terrible, y en gran manera fuerte; la cual tenía unos dientes grandes de hierro; devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies; y era muy diferente de todas las bestias que habían sido antes de ella, y tenía diez cuernos.

Yo entonces miraba a causa de la voz de las grandes palabras que hablaba el cuerno; miraba hasta tanto que mataron a la bestia, y su cuerpo fue deshecho, y entregado para ser quemado en el fuego.

Habían también quitado a las otras bestias su señorío, porque les había sido prolongada la vida tiempo y tiempo.

Mi espíritu fue turbado, yo Daniel, en medio de mi cuerpo, y las visiones de mi cabeza me asombraron.

Lleguéme á uno de los que asistían, y preguntéle la verdad acerca de todo esto. Y hablóme, y declaróme la interpretación de las cosas.

Entonces tuve deseo de saber la verdad acerca de la cuarta bestia, que tan diferente era de todas las otras, espantosa en gran manera, que tenía dientes de hierro, y sus uñas eran de bronce, que devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies;

Y se engrandeció hasta el ejército del cielo; y parte del ejército y de las estrellas echó por tierra, y las holló.

Y la visión de las tardes y de las mañanas que ha sido relatada, es verdadera; pero tú, guarda en secreto la visión, porque {se} refiere a muchos días {aún lejanos}.

en el año primero de su reinado, yo, Daniel, pude entender en los libros el número de los años en que, por palabra del SEÑOR que fue {revelada} al profeta Jeremías, debían cumplirse las desolaciones de Jerusalén: setenta años.

Tuya es, Señor, la justicia, y nuestra la confusión de rostro, como el día de hoy es a todo hombre de Judá, y a los moradores de Jerusalén, y a todo Israel, a los de cerca y a los de lejos, en todas las tierras adonde los has echado a causa de su rebelión con que contra ti se rebelaron.

y no escuchamos a la voz del SEÑOR nuestro Dios, para andar por sus leyes, las cuales puso él delante de nosotros por mano de sus siervos los profetas.

Y El ha confirmado las palabras que habló contra nosotros y contra nuestros jefes que nos gobernaron, trayendo sobre nosotros gran calamidad, pues nunca se ha hecho debajo del cielo {nada} como lo que se ha hecho contra Jerusalén.

Por tanto, el SEÑOR ha estado guardando esta calamidad y la ha traído sobre nosotros; porque el SEÑOR nuestro Dios es justo en todas las obras que ha hecho, pero nosotros no hemos obedecido su voz.

Oh Señor, conforme a todos tus actos de justicia, apártese ahora tu ira y tu furor de tu ciudad, Jerusalén, tu santo monte; porque a causa de nuestros pecados y de las iniquidades de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo son el oprobio de todos los que nos rodean.

En una semana (son ya setenta) confirmará el pacto por muchos, y a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y el presente; y a causa de la multitud de las abominaciones vendrá desolamiento, hasta que perfecto acabamiento se derrame sobre el pueblo abominable.

Y, he aquí, una mano me tocó, e hizo que me moviera sobre mis rodillas, y sobre las palmas de mis manos.

Y me dijo: Daniel, varón de deseos, está atento a las palabras que yo te hablaré, y levántate sobre tus pies; porque yo soy enviado ahora a ti. Y estando hablando conmigo esto, yo estaba temblando.

Vendrá el rey del norte, levantará un terraplén y tomará una ciudad bien fortificada; y las fuerzas del sur no podrán mantenerse, ni aun sus tropas más selectas, porque no habrá fuerzas para resistir.

Y afirmará su rostro para venir con el poder de todo su reino, trayendo consigo oferta de paz, lo cual llevará a cabo. También le dará una hija de las mujeres para destruirlo, pero ella no {le} respaldará ni se pondrá a su lado.

Volverá después su rostro a las islas, y tomará muchas; mas un príncipe le hará parar su afrenta, y aun tornará sobre él su oprobio.

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