'Lo' en la Biblia
Todas las cosas fueron hechas por medio de El, y sin El nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.
{Entonces} lo trajo a Jesús. Jesús mirándolo, dijo: Tú eres Simón, hijo de Juan; tú serás llamado Cefas (que quiere decir: Pedro).
Su madre dijo* a los que servían: Haced todo lo que El os diga.
Entonces les dijo*: Sacad ahora {un poco} y llevadlo al maestresala. Y {se} lo llevaron.
Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, y {como} no sabía de dónde era (pero los que servían, que habían sacado el agua, lo sabían), el maestresala llamó* al novio,
Jesús respondió y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.
Entonces los judíos dijeron: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú lo levantarás en tres días?
y no tenía necesidad de que nadie le diera testimonio del hombre, pues El sabía lo que había en el hombre.
Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
En verdad, en verdad te digo que hablamos lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero vosotros no recibís nuestro testimonio.
Porque todo el que hace lo malo odia la luz, y no viene a la luz para que sus acciones no sean expuestas.
Lo que El ha visto y oído, de eso da testimonio; y nadie recibe su testimonio.
Vosotros adoráis lo que no conocéis; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos.
Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo lo que yo he hecho. ¿No será éste el Cristo?
Yo os envié a segar lo que no habéis trabajado; otros han trabajado y vosotros habéis entrado en su labor.
Y de aquella ciudad, muchos de los samaritanos creyeron en El por la palabra de la mujer que daba testimonio, {diciendo:} El me dijo todo lo que yo he hecho.
y decían a la mujer: Ya no creemos por lo que tú has dicho, porque nosotros mismos {le} hemos oído, y sabemos que éste es en verdad el Salvador del mundo.
Así que cuando llegó a Galilea, los galileos le recibieron, {pues} habían visto todo lo que hizo en Jerusalén durante la fiesta; porque ellos también habían ido a la fiesta.
Cuando Jesús lo vio acostado {allí} y supo que ya llevaba mucho tiempo {en aquella condición,} le dijo*: ¿Quieres ser sano?
Después de esto Jesús lo halló* en el templo y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te suceda algo peor.
El hombre se fue, y dijo a los judíos que Jesús era el que lo había sanado.
Por eso Jesús, respondiendo, les decía: En verdad, en verdad os digo que el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que hace el Padre, eso también hace el Hijo de igual manera.
Pues el Padre ama al Hijo, y le muestra todo lo que El mismo hace; y obras mayores que éstas le mostrará, para que os admiréis.
Porque ni aun el Padre juzga a nadie, sino que todo juicio se lo ha confiado al Hijo,
y saldrán: los que hicieron lo bueno, a resurrección de vida, y los que practicaron lo malo, a resurrección de juicio.
Pero decía esto para probarlo, porque El sabía lo que iba a hacer.
Entonces Jesús tomó los panes, y habiendo dado gracias, {los} repartió a {los} que estaban recostados; y lo mismo {hizo} con los pescados, {dándoles} todo lo que querían.
Por lo que Jesús, dándose cuenta de que iban a venir y llevárselo por la fuerza para hacerle rey, se retiró otra vez al monte El solo.
Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que viene a mí, de ningún modo lo echaré fuera.
Y esta es la voluntad del que me envió: que de todo lo que El me ha dado yo no pierda nada, sino que lo resucite en el día final.
Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo aquel que ve al Hijo y cree en El, tenga vida eterna, y yo mismo lo resucitaré en el día final.
Nadie puede venir a mí si no lo trae el Padre que me envió, y yo lo resucitaré en el día final.
El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final.
Y decía: Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí si no se lo ha concedido el Padre.
El que cree en mí, como ha dicho la Escritura: ``De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva."
¿Acaso juzga nuestra ley a un hombre a menos que le oiga primero y sepa lo que hace?
Y El que me envió está conmigo; no me ha dejado solo, porque yo siempre hago lo que le agrada.
Yo hablo lo que he visto con {mi} Padre; vosotros, entonces, hacéis también lo que oísteis de {vuestro} padre.
Pero ahora procuráis matarme, a mí que os he dicho la verdad que oí de Dios. Esto no lo hizo Abraham.
¿Por qué no entendéis lo que digo? Porque no podéis oír mi palabra.
Vuestro padre Abraham se regocijó esperando ver mi día; y {lo} vio y se alegró.
El respondió: El hombre que se llama Jesús hizo barro, {lo} untó {sobre} mis ojos y me dijo: ``Ve al Siloé y lávate." Así que fui, me lavé y recibí la vista.
pero cómo es que ahora ve, no lo sabemos; o quién le abrió los ojos, nosotros no lo sabemos. Preguntadle a él; edad tiene, él hablará por sí mismo.
Entonces él les contestó: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé: que yo era ciego y ahora veo.
El les contestó: Ya os lo dije y no escuchasteis; ¿por qué queréis oír{lo} otra vez? ¿Es que también vosotros queréis haceros discípulos suyos?
Entonces lo insultaron, y le dijeron: Tú eres discípulo de ese {hombre;} pero nosotros somos discípulos de Moisés.
Respondieron ellos y le dijeron: Tú naciste enteramente en pecados, ¿y tú nos enseñas a nosotros? Y lo echaron fuera.
Jesús oyó decir que lo habían echado fuera, y hallándolo, {le} dijo: ¿Crees tú en el Hijo del Hombre?
Cuando saca todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz.
Jesús les habló {por medio de} esta alegoría, pero ellos no entendieron qué era lo que les decía.
Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en el nombre de mi Padre, éstas dan testimonio de mí.
Y muchos vinieron a El y decían: Aunque Juan no hizo ninguna señal, sin embargo, todo lo que Juan dijo de éste era verdad.
Cuando Jesús {lo} oyó, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por medio de ella.
Aun ahora, yo sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá.
Tan pronto como ella {lo} oyó, se levantó* rápidamente y fue hacia El.
Por eso los judíos decían: Mirad, cómo lo amaba.
Entonces quitaron la piedra. Jesús alzó los ojos a lo alto, y dijo: Padre, te doy gracias porque me has oído.
Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que {me} rodea, para que crean que tú me has enviado.
Por esto muchos de los judíos que habían venido {a ver} a María, y vieron lo que {Jesús} había hecho, creyeron en El.
Pero algunos de ellos fueron a los fariseos y les contaron lo que Jesús había hecho.
Pero dijo esto, no porque se preocupara por los pobres, sino porque era un ladrón, y como tenía la bolsa del dinero, sustraía de lo que se echaba en ella.
Entonces Jesús dijo: Déjala, para que lo guarde para el día de mi sepultura.
Y así, la multitud que estaba con El cuando llamó a Lázaro del sepulcro y lo resucitó de entre los muertos, daba testimonio {de El.}
Felipe fue* y se lo dijo* a Andrés; Andrés y Felipe fueron* y se lo dijeron* a Jesús.
Si alguno me sirve, que me siga; y donde yo estoy, allí también estará mi servidor; si alguno me sirve, el Padre lo honrará.
Sin embargo, muchos, aun de los gobernantes, creyeron en El, pero por causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga.
Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no lo juzgo; porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo.
El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, ésa lo juzgará en el día final.
Porque yo no he hablado por mi propia cuenta, sino que el Padre mismo que me ha enviado me ha dado mandamiento {sobre} lo que he de decir y lo que he de hablar.
Y sé que su mandamiento es vida eterna; por eso lo que hablo, lo hablo tal como el Padre me lo ha dicho.
Y durante la cena, como ya el diablo había puesto en el corazón de Judas Iscariote, {hijo} de Simón, el que lo entregara,
Jesús respondió, y le dijo: Ahora tú no comprendes lo que yo hago, pero lo entenderás después.
Entonces, cuando acabó de lavarles los pies, tomó su manto, y sentándose {a la mesa} otra vez, les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho?
Vosotros me llamáis Maestro y Señor; y tenéis razón, porque lo soy.
En verdad, en verdad os digo: un siervo no es mayor que su señor, ni un enviado es mayor que el que lo envió.
Si sabéis esto, seréis felices si lo practicáis.
Os lo digo desde ahora, antes de que pase, para que cuando suceda, creáis que yo soy.
Entonces Jesús respondió*: Es aquel a quien yo daré el bocado que voy a mojar. Y después de mojar el bocado, lo tomó* y se lo dio* a Judas, {hijo} de Simón Iscariote.
Y después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo*: Lo que vas a hacer, hazlo pronto.
Porque algunos pensaban que como Judas tenía la bolsa del dinero, Jesús le decía: Compra lo que necesitamos para la fiesta, o que diera algo a los pobres.
En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no {fuera así,} os lo hubiera dicho; porque voy a preparar un lugar para vosotros.
Y todo lo que pidáis en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Si me pedís algo en mi nombre, yo {lo} haré.
El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre; y yo lo amaré y me manifestaré a él.
Jesús respondió, y le dijo: Si alguno me ama, guardará mi palabra; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada.
Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, El os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho.
Y os lo he dicho ahora, antes que suceda, para que cuando suceda, creáis.
Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo quita; y todo {el} que da fruto, lo poda para que dé más fruto.
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho.
Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando.
Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque os he dado a conocer todo lo que he oído de mi Padre.
Vosotros no me escogisteis a mí, sino que yo os escogí a vosotros, y os designé para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os {lo} conceda.
Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero como no sois del mundo, sino que yo os escogí de entre el mundo, por eso el mundo os odia.
Pero yo os digo la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, el Consolador no vendrá a vosotros; pero si me voy, os lo enviaré.
Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir.
El me glorificará, porque tomará de lo mío y os {lo} hará saber.
Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que El toma de lo mío y os {lo} hará saber.
En aquel día no me preguntaréis nada. En verdad, en verdad os digo: si pedís algo al Padre, os {lo} dará en mi nombre.