229 casos

'Los' en la Biblia

Entonces los judíos, por cuanto era el día de la preparación, para que los cuerpos no quedasen en la cruz en el sábado (porque era gran día aquel sábado), rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados.

Y vinieron los soldados y quebraron las piernas al primero, y al otro que había sido crucificado con Él.

Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua.

Y después de estas cosas, José de Arimatea, el cual era discípulo de Jesús, aunque secreto por miedo a los judíos, rogó a Pilato que le dejase quitar el cuerpo de Jesús; y Pilato se lo permitió. Entonces vino, y quitó el cuerpo de Jesús.

Y tomaron el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron en lienzos con especias, como es costumbre de los judíos sepultar.

Allí, pues, pusieron a Jesús, por causa del día de la preparación de los judíos, porque aquel sepulcro estaba cerca.

Y corrían los dos juntos; pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro, y llegó primero al sepulcro.

Y bajándose a mirar, vio los lienzos puestos allí; mas no entró.

Luego llegó Simón Pedro tras él, y entró en el sepulcro, y vio los lienzos puestos allí,

y el sudario que había estado sobre su cabeza, no puesto con los lienzos, sino envuelto en un lugar aparte.

Porque aún no habían entendido la Escritura, que era necesario que Él resucitase de los muertos.

y vio dos ángeles en ropas blancas que estaban sentados, el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto.

Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino.

Le dijeron, pues, los otros discípulos: Hemos visto al Señor. Y él les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré.

Estaban juntos Simón Pedro, y Tomás llamado el Dídimo, y Natanael, de Caná de Galilea, y los hijos de Zebedeo, y otros dos de sus discípulos.

Y al amanecer, Jesús se puso a la ribera; mas los discípulos no sabían que era Jesús.

Y los otros discípulos vinieron en una barca (porque no estaban lejos de tierra, sino como a doscientos codos), trayendo la red con los peces.

Jesús les dijo: Traed de los peces que pescasteis ahora.

Jesús les dijo: Venid, comed. Y ninguno de los discípulos osaba preguntarle: ¿Tú, quién eres? Sabiendo que era el Señor.

Ésta era ya la tercera vez que Jesús se manifestaba a sus discípulos, después de haber resucitado de los muertos.

Entonces Pedro, volviéndose, ve a aquel discípulo al cual Jesús amaba, que los seguía, el que también se había recostado en su pecho en la cena, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te va a entregar?

Salió entonces este dicho entre los hermanos, que aquel discípulo no moriría. Pero Jesús no le dijo: No morirá; sino: Si quiero que él quede hasta que yo venga ¿qué a ti?

Y hay también muchas otras cosas que Jesús hizo, las cuales si se escribiesen una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén.

Reina Valera Gómez (© 2010)