'Mandamientos' en la Biblia
Y dije: Te ruego, oh SEÑOR, Dios de los cielos, fuerte, grande, y terrible, que guardas el pacto y la misericordia a los que te aman y guardan tus mandamientos;
En extremo nos hemos corrompido contra ti, y no hemos guardado los mandamientos, y estatutos y juicios, que mandaste a Moisés tu siervo.
mas si os volviereis a mí, y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra. Si fuere vuestro lanzamiento hasta el cabo de los cielos, de allí los juntaré; y los traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre.
Y sobre el monte de Sinaí descendiste, y hablaste con ellos desde el cielo, y les diste juicios rectos, leyes verdaderas, estatutos y mandamientos buenos;
y les diste a conocer el sábado de tu santidad, y les prescribiste, por mano de Moisés tu siervo, mandamientos y estatutos y ley.
Mas ellos y nuestros padres hicieron soberbiamente, y endurecieron su cerviz, y no escucharon tus mandamientos,
Y les protestaste que se volvieran a tu ley; mas ellos hicieron soberbiamente, y no oyeron tus mandamientos, sino que pecaron contra tus juicios (los cuales si el hombre hiciere, en ellos vivirá); y dieron hombro renitente, y endurecieron su cerviz, y no escucharon.
y nuestros reyes, nuestros príncipes, nuestros sacerdotes, y nuestros padres, no pusieron por obra tu ley, ni atendieron a tus mandamientos ni a tus testimonios con que les protestabas.
Fortificados con sus hermanos, sus nobles, vinieron en juramento de maldición de que andarían en la ley de Dios, que fue dada por mano de Moisés, siervo de Dios; y que guardarían y pondrían por obra todos los mandamientos del SEÑOR nuestro Señor, sus juicios y sus estatutos;
Los mandamientos del SEÑOR son rectos, que alegran el corazón; el precepto del SEÑOR es puro, que alumbra los ojos.
con el fin de poner su confianza en Dios, y no olvidar de las obras de Dios, y guardar sus mandamientos:
si profanaren mis estatutos, y no guardaren mis mandamientos;
sobre los que guardan su pacto, y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra.
Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles, poderosos en fortaleza, que ejecutáis sus mandamientos, obedeciendo a la voz de su palabra.
Mem Las obras de sus manos son verdad y juicio, Nun fieles son todos sus mandamientos;
El principio de la sabiduría es el temor del SEÑOR; buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos; su alabanza permanece para siempre.
Alef Bienaventurado el varón que teme al SEÑOR, Bet y en sus mandamientos se deleita en gran manera.
Tú encargaste tus mandamientos, que sean muy guardados.
Entonces no sería yo avergonzado, cuando mirara en todos tus mandamientos.
Con todo mi corazón te he buscado, no me dejes errar de tus mandamientos.
En tus mandamientos meditaré, y consideraré tus caminos.
Advenedizo soy yo en la tierra, no encubras de mí tus mandamientos.
Reprendiste a los soberbios, malditos los que yerran de tus mandamientos.
Hazme entender el camino de tus mandamientos, y meditaré de tus maravillas.
Por el camino de tus mandamientos correré, cuando ensanchares mi corazón.
Guíame por la senda de tus mandamientos, porque en ella tengo mi voluntad.
He aquí yo he codiciado tus mandamientos, vivifícame en tu justicia.
Y andaré en libertad, porque busqué tus mandamientos.
Y me deleitaré en tus mandamientos, que he amado.
Alzaré asimismo mis manos a tus mandamientos que amé; y meditaré en tus estatutos.
Esto tuve, porque guardaba tus mandamientos.
Me apresuré, y no me retardé en guardar tus mandamientos.
Compañero soy yo a todos los que te temieren, y guardaren tus mandamientos.
Bondad de sentido y sabiduría me enseña; porque tus mandamientos he creído.
Sobre mí fabricaron mentira los soberbios, mas yo guardaré de todo corazón tus mandamientos.
YOD Tus manos me hicieron y me formaron; hazme entender, y aprenderé tus mandamientos.
Sean avergonzados los soberbios, porque sin causa me han calumniado; pero yo, meditaré en tus mandamientos.
Todos tus mandamientos son la misma verdad; sin causa me persiguen; ayúdame.
Casi me han consumido por tierra; mas yo no he dejado tus mandamientos.
Nunca jamás me olvidaré de tus mandamientos; porque con ellos me has vivificado.
Tuyo soy yo, guárdame; porque he buscado tus mandamientos.
Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos; porque me son eternos.
He entendido más que los ancianos, porque he guardado tus mandamientos.
De tus mandamientos he adquirido entendimiento; por tanto he aborrecido todo camino de mentira.
Me pusieron lazo los impíos; pero yo no me desvié de tus mandamientos.
Apartaos de mí los malignos, porque guardaré los mandamientos de mi Dios.
Por eso he amado tus mandamientos más que el oro, y más que oro muy puro.
Por eso todos los mandamientos de todas las cosas estimé rectos; aborrecí todo camino de mentira.
Mi boca abrí y suspiré; porque deseaba tus mandamientos.
Redímeme de la violencia de los hombres; y guardaré tus mandamientos.
Pequeño soy yo y desechado; mas no me he olvidado de tus mandamientos.
Aflicción y angustia me hallaron; mas tus mandamientos fueron mis deleites.
Cercano estás tú, oh SEÑOR; y todos tus mandamientos son la misma verdad.
Ya ha mucho que he entendido de tus mandamientos, Que para siempre los fundaste.
Mira, oh SEÑOR, que amo tus mandamientos; vivifícame conforme a tu misericordia.
Tu salud he esperado, oh SEÑOR; y tus mandamientos he puesto por obra.
He guardado tus mandamientos, y tus testimonios; porque todos mis caminos están delante de ti.
Hablará mi lengua tus dichos; porque todos tus mandamientos son la misma justicia.
Sea tu mano en mi socorro; porque tus mandamientos he escogido.
Yo me perdí como oveja extraviada; busca a tu siervo; porque no me he olvidado de tus mandamientos.
Hijo mío, si tomares mis palabras, y mis mandamientos guardares dentro de ti,
Hijo mío, no te olvides de mi ley; y tu corazón guarde mis mandamientos;
Y él me enseñaba, y me decía: Sustente tu corazón mis razones, guarda mis mandamientos, y vivirás.
Hijo mío, guarda mis razones, y encierra contigo mis mandamientos.
Guarda mis mandamientos, y vivirás; y mi ley como las niñas de tus ojos.
El sabio de corazón recibirá los mandamientos; mas el que habla locuras caerá.
El fin de todo el sermón es oído: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es toda la felicidad del hombre.
¡Deseo que miraras tú a mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un río, y tu justicia como las ondas del mar.
Y dijo Jeremías a la familia de los recabitas: Así dijo el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel: Porque escuchasteis el mandamiento de Jonadab vuestro padre, y guardasteis todos sus mandamientos, e hicisteis conforme a todas las cosas que os mandó;
Y ella mudó mis juicios y mis ordenanzas en impiedad más que los gentiles, y más que las tierras que están alrededor de ella; porque desecharon mis juicios y mis mandamientos, y no anduvieron en ellos.
Por tanto, así dijo el Señor DIOS: Por haberos yo multiplicado más que a los gentiles que están alrededor de vosotros, no habéis andado en mis mandamientos, ni habéis guardado mis leyes. Ni aun según los juicios de los gentiles que están alrededor de vosotros habéis hecho.
Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis mandamientos, y guardéis mis derechos, y los pongáis por obra.
Y oré al SEÑOR mi Dios, y confesé, y dije: Ahora Señor, Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus mandamientos;
hemos pecado, hemos hecho iniquidad, hemos obrado impíamente, y hemos sido rebeldes, y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus juicios.
Efraín es vejado, quebrantado en juicio, porque quiso andar en pos de mandamientos.
Porque los mandamientos de Omri se han guardado, y toda obra de la casa de Acab; y en los consejos de ellos anduvisteis, para que yo te diera en asolamiento, y tus moradores para ser silbados. Llevaréis, por tanto, el oprobio de mi pueblo.
De manera que cualquiera que desatare uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñare a los hombres, muy pequeño será llamado en el Reino de los cielos; mas cualquiera que los hiciere y los enseñare, éste será llamado grande en el Reino de los cielos.
Y fue, que acabando Jesús de dar mandamientos a sus doce discípulos, se fue de allí a enseñar y a predicar en las ciudades de ellos.
Mas en vano me adoran, enseñando doctrinas y mandamientos de hombres.
Y él le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno es bueno sino uno, es a saber, Dios; y si quieres entrar a la vida, guarda los mandamientos.
De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
Y en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres.
Los mandamientos sabes: No adulteres. No cometas homicidio. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre.
Y eran ambos justos delante de Dios, andando sin reprensión en todos los mandamientos y estatutos del Señor.
Los mandamientos sabes: No cometerás homicidio; no adulterarás; no hurtarás; no dirás falso testimonio; honra a tu padre y a tu madre.
Si me amáis, guardad mis mandamientos;
El que tiene mis mandamientos, y los guarda, aquel es el que me ama; y el que me ama, será amado de mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.
Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; como yo también he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.
Hasta el día en que, habiendo dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que escogió, fue recibido arriba;
La circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es; sino la observancia de los mandamientos de Dios.
Si alguno, a su parecer, es profeta, o espiritual, reconozca lo que os escribo, porque son mandamientos del Señor.
La ley tampoco es de la fe; sino: El hombre que hiciere los mandamientos, vivirá por ellos.
deshaciendo en su carne las enemistades, que eran la ley de los mandamientos en orden a ritos, para edificar en sí mismo los dos en un nuevo hombre, haciendo la paz,
Los cuales perecen en el mismo uso por ser mandamientos y doctrinas de hombres.
Aristarco, mi compañero en la prisión, os saluda, y Marcos, el sobrino de Bernabé (acerca del cual habéis recibido mandamientos; si fuere a vosotros, recibidle),
Porque ya sabéis qué mandamientos os dimos por el Señor Jesús.
no atendiendo a fábulas judaicas, ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad.
Porque habiendo leído Moisés todos los mandamientos de la Ley a todo el pueblo, tomando la sangre de los becerros y de los machos cabríos con agua, y lana de grana, e hisopo, roció a todo el pueblo, y juntamente al mismo libro,
Y en esto sabemos que nosotros le hemos conocido, si guardamos sus mandamientos.
El que dice: Yo le he conocido, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y no hay verdad en él.
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