51 casos

'Mano' en la Biblia

de los hombres con tu mano, oh SEÑOR, de los hombres de mundo, cuya parte es en esta vida, y cuyo vientre está lleno de tu despensa: sacian a sus hijos, y dejan el resto a su familia.

Al Vencedor: Salmo del siervo del SEÑOR, de David, el cual habló al SEÑOR las palabras de este cántico el día que le libró el SEÑOR de mano de todos sus enemigos, y de mano de Saúl. Entonces dijo: Te amaré, oh SEÑOR, fortaleza mía.

y no me encerraste en mano del enemigo; hiciste estar mis pies en anchura.

Echa mano al escudo y al pavés, y levántate en mi ayuda.

No venga pie de soberbia contra mí; y mano de impíos no me mueva.

Tú con tu mano echaste los gentiles, y los plantaste a ellos; afligiste los pueblos, y los arrojaste.

Dios mío, líbrame de la mano del impío, de la mano del perverso y violento.

¿Por qué retraes tu mano, y tu diestra? ¿Por qué la escondes dentro de tu seno?

Que la copa está en la mano del SEÑOR, y el vino es bermejo, lleno de mistura; y él derrama del mismo; ciertamente sus heces chuparán y tragarán todos los impíos de la tierra.

No se acordaron de su mano, del día que los redimió de angustia;

Los metió después en los términos de su santidad, en este monte que ganó su mano derecha.

y dio en cautividad su fortaleza, y su gloria en mano del enemigo.

En una nada derribara yo sus enemigos, y volviera mi mano sobre sus adversarios.

librado entre los muertos. Como los muertos que duermen en el sepulcro, que no te acuerdas más de ellos, y que son cortados de tu mano.

Asimismo pondré su mano en el mar, y en los ríos su diestra.

Porque en su mano están las profundidades de la tierra, y las alturas de los montes son suyas.

Porque él es nuestro Dios; y nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano. Si hoy oyereis su voz,

Por lo que alzó su mano a ellos, para postrarlos en el desierto,

Y sus enemigos los oprimieron, y fueron quebrantados debajo de su mano.

Y entiendan que esta es tu mano; que tú, el SEÑOR, has hecho esto .

De continuo está mi alma en mi mano; mas no me he olvidado de tu ley.

Sea tu mano en mi socorro; porque tus mandamientos he escogido.

He aquí como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores, y como los ojos de la sierva a la mano de su señora; así nuestros ojos esperan al SEÑOR nuestro Dios, hasta que tenga misericordia de nosotros.

de la cual no llenó el segador su mano, ni sus brazos el que hace gavillas.

Miraba a la mano derecha, y observaba; mas no había quién me conociese; no tuve refugio, no había quién volviese por mi vida.

Envía tu mano desde lo alto; redímeme, y sácame de las muchas aguas, de la mano de los hijos extraños;

Sagradas Escrituras (1569)