'No' en la Biblia
Para la herencia incorruptible, y que no puede contaminarse, ni marchitarse, conservada en los cielos,
al cual, no habiendo visto, le amáis; en el cual creyendo, aunque al presente no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorificado;
A los cuales fue revelado, que no para sí mismos, sino para nosotros administraban las cosas que ahora os son anunciadas de los que os han predicado el Evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; en las cuales desean mirar los ángeles.
como hijos obedientes, no confor-mándoos con los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia;
sabiendo que habéis sido rescatados de vuestra vana conversación (la cual recibisteis de vuestros padres), no con cosas corruptibles, como oro o plata;
Habiendo purificado vuestras almas en la obediencia de la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro;
siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra del Dios, viviente y que permanece para siempre.
desead, como niños recién nacidos, la leche no adulterada de la palabra, para que por ella crezcáis;
Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sión la principal Piedra de la esquina, escogida, preciosa: Y el que creyere en ella, no será confundido.
Este precioso valor es, pues, para vosotros los que creéis; pero para los que no creen, LA PIEDRA QUE DESECHARON LOS CONSTRUCTORES, ESA, EN PIEDRA ANGULAR SE HA CONVERTIDO,
Y: Piedra de tropiezo, y piedra de escándalo, a aquellos que tropiezan en la Palabra, y no obedecen aquello para lo cual fueron ordenados.
Vosotros, que en el tiempo pasado no erais pueblo, mas ahora sois pueblo de Dios; que en el tiempo pasado no habíais alcanzado misericordia, mas ahora habéis ya alcanzado misericordia.
como estando en libertad, y no como teniendo la libertad por cobertura de malicia, sino como siervos de Dios.
Vosotros siervos, estad sujetos con todo temor a vuestros amos; no solamente a los buenos y humanos, sino también a los injustos.
el cual no hizo pecado; ni fue hallado engaño en su boca;
quien cuando le maldecían no retornaba maldición, y cuando padecía, no amenazaba, sino remitía la causa al que juzga justamente;
Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no obedecen a la Palabra, sean ganados sin palabra por la conversación de sus mujeres,
El adorno de las cuales no sea exterior con peinado ostentoso, y atavío de oro, ni en compostura de ropas;
como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras sois hechas hijas, haciendo bien, y no estáis espantadas de ningún pavor.
Vosotros maridos, igualmente, habitad con ellas sabiamente, dando honor a la mujer, como a vaso más frágil, y como a herederas juntamente de la gracia de la vida; para que vuestras oraciones no sean impedidas.
no volviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino antes por el contrario, bendiciendo, sabiendo que vosotros sois llamados para que poseáis bendición en herencia.
Porque: El que quiere amar la vida, y ver los días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño;
Mas también si alguna cosa padecéis por hacer bien, sois bienaventurados. Por tanto, no temáis por el temor de ellos, ni seáis turbados;
A la figura de la cual el bautismo que ahora corresponde nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, mas dando testimonio de una buena conciencia delante de Dios,) por la resurrección de Jesús el Cristo,
para que ya el tiempo que queda en la carne, viva, no a las concupiscencias de los hombres, sino a la voluntad de Dios.
Y esto parece cosa extraña a los que os vituperan, que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución;
Carísimos, no os maravilléis cuando seáis examinados por fuego, (lo cual se hace para vuestra prueba), como si alguna cosa peregrina os aconteciera;
Pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence; antes glorifique a Dios en esta parte.
Porque es tiempo de que el juicio comience desde la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿qué será el fin de aquellos que no obedecen al Evangelio de Dios?
Apacentad la manada de Dios que está entre vosotros, teniendo cuidado de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia vergonzosa; sino con ánimo pronto;
y no como teniendo señorío sobre las heredades del Señor, sino de tal manera que seáis ejemplos de la manada.
Resultados de Búsqueda por Versiones
Resultados de Búsqueda por Libro
- Génesis (275)
- Éxodo (238)
- Levítico (222)
- Números (185)
- Deuteronomio (344)
- Josué (101)
- Jueces (150)
- Rut (27)
- 1 Samuel (228)
- 2 Samuel (147)
- 1 Reyes (177)
- 2 Reyes (191)
- 1 Crónicas (55)
- 2 Crónicas (158)
- Esdras (29)
- Nehemías (62)
- Ester (33)
- Job (301)
- Salmos (434)
- Proverbios (233)
- Eclesiastés (76)
- Cantares (16)
- Isaías (376)
- Jeremías (488)
- Lamentaciones (49)
- Ezequiel (272)
- Daniel (86)
- Oseas (56)
- Joel (11)
- Amós (57)
- Abdías (8)
- Jonás (9)
- Miqueas (30)
- Nahúm (14)
- Habacuc (14)
- Sofonías (14)
- Hageo (7)
- Zacarías (42)
- Malaquías (20)
- Mateo (271)
- Marcos (172)
- Lucas (287)
- Juan (333)
- Hechos (206)
- Romanos (160)
- 1 Corintios (190)
- 2 Corintios (113)
- Gálatas (54)
- Efesios (26)
- Filipenses (19)
- Colosenses (17)
- 1 Tesalonicenses (28)
- 2 Tesalonicenses (16)
- 1 Timoteo (35)
- 2 Timoteo (19)
- Tito (13)
- Filemón (4)
- Hebreos (108)
- Santiago (45)
- 1 Pedro (31)
- 2 Pedro (19)
- 1 Juan (42)
- 2 Juan (7)
- 3 Juan (6)
- Judas (6)
- Apocalipsis (80)