90 casos en 6 traducciones

'Pero' en la Biblia

Pero David había traído el arca de Dios de Quiriat-jearim al lugar que había preparado para ella, porque le había levantado una tienda en Jerusalén.

Pero ¿quién será capaz de edificarle una casa, cuando los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerle? ¿Quién soy yo para que le edifique una casa, aunque sólo sea para quemar {incienso} delante de El?

Hizo también diez pilas para lavar, y puso cinco a la derecha y cinco a la izquierda para lavar las cosas para el holocausto; pero el mar {era} para que los sacerdotes se lavaran en él.

Pero las barras eran tan largas que los extremos de las barras del arca se podían ver delante del santuario interior, mas no se podían ver {desde} afuera; y allí están hasta hoy.

Pero el SEÑOR dijo a mi padre David: ``Por cuanto tuviste en tu corazón edificar una casa a mi nombre, bien hiciste en desearlo en tu corazón.

pero tú no edificarás la Casa, sino tu hijo que saldrá de tus lomos, él edificará Casa a mi nombre.

Pero, ¿morará verdaderamente Dios con los hombres en la tierra? He aquí, los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener, cuánto menos esta casa que yo he edificado.

Pero si vosotros os apartáis y abandonáis mis estatutos y mis mandamientos que he puesto delante de vosotros, y vais y servís a otros dioses y los adoráis,

Pero de los Israelitas Salomón no hizo esclavos para su obra, sino que ellos eran los hombres de guerra, sus capitanes escogidos, los comandantes de sus carros y sus hombres de a caballo.

Pero Salomón le declaró todas sus palabras; ninguna cosa quedó que Salomón no le declarara.

Pero yo no creía lo que me decían, hasta que he venido y mis ojos lo han visto. Y he aquí, no se me había contado ni la mitad de la grandeza de tu sabiduría. Tú superas todo lo que había oído.

Pero él abandonó el consejo que le habían dado los ancianos, y pidió consejo a los jóvenes que se habían criado con él y le servían.

Y los jóvenes que se habían criado con él le respondieron, diciendo: Así dirás al pueblo que te ha hablado, diciendo: ``Tu padre hizo pesado nuestro yugo, pero tú hazlo más ligero para nosotros." Así les dirás: ``Mi dedo meñique es más grueso que los lomos de mi padre.

``Por cuanto mi padre os cargó con un pesado yugo, yo añadiré a vuestro yugo; mi padre os castigó con látigos, pero yo {os castigaré} con escorpiones."

y les habló conforme al consejo de los jóvenes, diciendo: Mi padre hizo pesado vuestro yugo, pero yo lo haré más {pesado;} mi padre os castigó con látigos, pero yo {os castigaré} con escorpiones.

Pero en cuanto a los hijos de Israel que habitaban en las ciudades de Judá, Roboam reinó sobre ellos.

Envió luego el rey Roboam a Adoram, que tenía a su cargo los tributos; pero le apedrearon los hijos de Israel, y murió. Entonces se esforzó el rey Roboam, y subiendo en un carro huyó a Jerusalén.

Pero la palabra del SEÑOR vino a Semaías, hombre de Dios, diciendo:

Pero serán sus siervos; para que sepan qué es servirme a mí, y servir a los reinos de las naciones.

Pero Jeroboam hijo de Nabat, siervo de Salomón hijo de David, se levantó y se rebeló contra su señor;

"Pero en cuanto a nosotros, el SEÑOR es nuestro Dios, y no Lo hemos abandonado; y los hijos de Aarón sirven al SEÑOR como sacerdotes, y los Levitas en {sus} funciones.

Y cada mañana y cada tarde queman holocaustos e incienso aromático al SEÑOR; y el pan está colocado sobre la mesa limpia, y el candelabro de oro con sus lámparas para ser encendidas cada tarde; porque nosotros guardamos la ordenanza del SEÑOR nuestro Dios, pero vosotros le habéis abandonado.

Pero Jeroboam hizo girar una emboscada para venir a ellos por la espalda; y estando así delante de ellos, la emboscada estaba a espaldas de Judá.

Pero se fortificó Abías; y tomó catorce mujeres, y engendró veintidós hijos, y dieciséis hijas.

Pero Asa salió contra él, y ordenaron la batalla en el valle de Sefata junto a Maresa.

Pero Asa y el pueblo que {estaba} con él los persiguieron hasta Gerar. Cayeron tantos Etíopes que no pudieron rehacerse, porque fueron destrozados delante del SEÑOR y delante de Su ejército. Los de Judá recogieron muchísimo botín.

y salió al encuentro de Asa y le dijo: Oídme, Asa y todo Judá y Benjamín: el SEÑOR estará con vosotros mientras vosotros estéis con El. Y si le buscáis, se dejará encontrar por vosotros; pero si le abandonáis, os abandonará.

Pero en su angustia se volvieron al SEÑOR, Dios de Israel, y le buscaron, y El se dejó encontrar por ellos.

Pero los lugares altos no fueron quitados de Israel; sin embargo, el corazón de Asa fue intachable todos sus días.

En el año treinta y nueve de su reinado, Asa se enfermó de los pies. Su enfermedad era grave, pero aun en su enfermedad no buscó al SEÑOR, sino a los médicos.

Pero Josafat dijo: ¿No queda aún aquí {algún} profeta del SEÑOR para que le consultemos?

Y el rey de Israel dijo a Josafat: Todavía queda un hombre por medio de quien podemos consultar al SEÑOR, pero lo aborrezco, porque nunca profetiza lo bueno en cuanto a mí, sino siempre lo malo. Es Micaías, hijo de Imla. Pero Josafat dijo: No hable el rey así.

Pero Sedequías hijo de Quenaana se había hecho unos cuernos de hierro, y decía: Así ha dicho el SEÑOR: Con estos acornearás a los sirios hasta destruirlos del todo.

Pero Micaías dijo: Vive el SEÑOR, que lo que mi Dios {me} diga, eso hablaré.

Y el rey de Israel dijo a Josafat: Yo me disfrazaré para entrar en la batalla, pero tú ponte tus ropas {reales.} Y el rey de Israel se disfrazó y entraron en la batalla.

Pero el rey de Aram había ordenado a los capitanes de sus carros, diciendo: No peleéis contra chico ni contra grande, sino sólo contra el rey de Israel.

Y sucedió que cuando los capitanes de los carros vieron a Josafat, dijeron: Este es el rey de Israel; y se desviaron para pelear contra él. Pero Josafat clamó, y el SEÑOR vino en su ayuda, y Dios los apartó de él,

Pero alguien disparó su arco al azar e hirió al rey de Israel por entre la juntura de la armadura. Y él dijo al cochero: ``Da la vuelta y sácame de la batalla pues estoy gravemente herido."

Pero la batalla arreció aquel día, y el rey de Israel fue sostenido en el carro frente a los arameos hasta la tarde; y murió al ponerse el sol.

Pero el vidente Jehú, hijo de Hananí, salió a encontrarlo y dijo al rey Josafat: `` ¿Vas a ayudar al impío y amar a los que odian al SEÑOR, y con esto {traer} sobre ti la ira del SEÑOR?

Pero se han hallado en ti buenas cosas, porque quemaste los bosques del culto pagano de la tierra, y has apercibido tu corazón a buscar a Dios.

Oh Dios nuestro, ¿no los juzgarás? Porque no tenemos fuerza alguna delante de esta gran multitud que viene contra nosotros, y no sabemos qué hacer; pero nuestros ojos están vueltos hacia ti.

Su padre les había dado muchos presentes de plata, oro y cosas preciosas, y ciudades fortificadas en Judá, pero dio el reino a Joram porque era el primogénito.

Tenía treinta y dos años cuando comenzó a reinar, y reinó ocho años en Jerusalén; y murió sin que nadie lo lamentara, y lo sepultaron en la ciudad de David, pero no en los sepulcros de los reyes.

Pero esto venía de Dios, para que Ocozías fuera hollado viniendo a Joram; porque tan pronto llegó, salió con Joram a encontrarse con Jehú hijo de Nimsi, al cual el SEÑOR había ungido para que talara la casa de Acab.

También buscó a Ocozías, y lo prendieron cuando estaba escondido en Samaria; lo llevaron a Jehú y lo mataron, pero le dieron sepultura, pues decían: Es hijo de Josafat, que buscó al SEÑOR con todo su corazón. Y no quedó nadie de la casa de Ocozías para retener el poder del reino.

Pero Josabet, hija del rey, tomó a Joás, hijo de Ocozías, y lo sacó furtivamente de entre los hijos del rey a quienes estaban dando muerte, y lo puso a él y a su nodriza en la alcoba. Así Josabet, hija del rey Joram, mujer del sacerdote Joiada (pues era hermana de Ocozías), lo escondió de Atalía para que no le diera muerte.

Pero que nadie entre en la casa del SEÑOR sino los sacerdotes y los levitas que ministran; éstos pueden entrar porque son santos. Y que todo el pueblo guarde el precepto del SEÑOR.

Pero el sacerdote Joiada sacó a los capitanes de centenas que estaban al mando del ejército, y les dijo: Sacadla de entre las filas; y al que la siga, matadlo a espada. Porque el sacerdote había dicho: No la matéis en la casa del SEÑOR.

Reunió, pues, a los sacerdotes y a los levitas, y les dijo: Salid a las ciudades de Judá, y recoged dinero de todo Israel para reparar anualmente la casa de vuestro Dios; y daos prisa en esto, pero los levitas no se apresuraron.

Pero después de la muerte de Joiada vinieron los oficiales de Judá y se inclinaron ante el rey, y el rey los escuchó.

Pero ellos conspiraron contra Zacarías, y por orden del rey lo mataron a pedradas en el atrio de la casa del SEÑOR.

Y cuando ellos se alejaron de él (dejándolo muy herido), sus mismos siervos conspiraron contra él a causa de la sangre del hijo del sacerdote Joiada, y lo mataron en su cama. Y murió, y lo sepultaron en la ciudad de David, pero no lo sepultaron en los sepulcros de los reyes.

Pero a sus hijos no les dio muerte, sino que {hizo} conforme a lo que está escrito en la ley en el libro de Moisés, tal como el SEÑOR ordenó, diciendo: No se dará muerte a los padres por los hijos, ni se dará muerte a los hijos por los padres, sino que a cada uno se le dará muerte por su propio pecado.

Pero un hombre de Dios vino a él, diciendo: Oh rey, no dejes que el ejército de Israel vaya contigo, porque el SEÑOR no está con Israel {ni con} ninguno de los hijos de Efraín.

Pero si tú vas, si lo haces, y te esfuerzas para pelear, Dios te hará caer delante de los enemigos; porque en Dios está la fortaleza, o para ayudar, o para derribar.

Pero los del escuadrón que Amasías había despedido, para que no fueran con él a la guerra, se derramaron sobre las ciudades de Judá, desde Samaria hasta Bet-horón, e hirieron de ellos tres mil, y tomaron un gran despojo.

Y Joás, rey de Israel, envió {mensaje} a Amasías, rey de Judá, diciendo: El cardo que estaba en el Líbano, envió a decir al cedro que estaba en el Líbano, diciendo: ``Da tu hija por mujer a mi hijo." Pero pasó una fiera que estaba en el Líbano, y pisoteó el cardo.

Pero Amasías no quiso escuchar, porque esto {venía} de Dios, para entregarlos en mano {de Joás,} pues ellos habían buscado los dioses de Edom.

Pero cayó Judá delante de Israel, y huyó cada uno a su estancia.

Y desde el día en que Amasías se apartó de seguir al SEÑOR, conspiraron contra él en Jerusalén, y él huyó a Laquis; pero lo persiguieron hasta Laquis y allí lo mataron.

Pero cuando llegó a ser fuerte, su corazón se hizo tan orgulloso que obró corruptamente, y fue infiel al SEÑOR su Dios, pues entró al templo del SEÑOR para quemar incienso sobre el altar del incienso.

Pero Uzías, con un incensario en su mano para quemar incienso, se llenó de ira; y mientras estaba airado contra los sacerdotes, la lepra le brotó en la frente, delante de los sacerdotes en la casa del SEÑOR, junto al altar del incienso.

Y él hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR, conforme a todas las cosas que había hecho Uzías su padre, salvo que no entró en el templo del SEÑOR. Pero el pueblo se corrompía aún.

Acaz {tenía} veinte años cuando comenzó a reinar, y reinó dieciséis años en Jerusalén; pero no hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR como su padre David {había hecho,}

Pero había allí un profeta del SEÑOR llamado Oded, y {éste} salió al encuentro del ejército que venía a Samaria, y les dijo: He aquí, porque el SEÑOR, Dios de vuestros padres, estaba airado con Judá, los ha entregado en vuestras manos, y los habéis matado con una furia {que} ha llegado hasta el cielo.

Pues Acaz había tomado una porción {del tesoro} de la casa del SEÑOR, del palacio del rey y de los príncipes, y {la} había dado al rey de Asiria; pero no le sirvió de nada.

sacrificaba a los dioses de Damasco que lo habían derrotado, y decía: Por cuanto los dioses de los reyes de Aram los ayudaron, sacrificaré a ellos para que me ayuden. Pero ellos fueron su ruina y la de todo Israel.

Pero los sacerdotes eran pocos, y no pudieron desollar todos los holocaustos; por eso sus hermanos los levitas los ayudaron hasta que se acabó la obra y hasta que los {otros} sacerdotes se hubieron santificado. Porque los levitas fueron más cuidadosos para santificarse que los sacerdotes.

Pasaron, pues, los correos de ciudad en ciudad por la tierra de Efraín y de Manasés y hasta Zabulón, pero los escarnecían y se burlaban de ellos.

Con él está {sólo} un brazo de carne, pero con nosotros está el SEÑOR nuestro Dios para ayudarnos y pelear nuestras batallas. Y el pueblo confió en las palabras de Ezequías, rey de Judá.

Pero el rey Ezequías y el profeta Isaías, hijo de Amoz, oraron sobre esto, y clamaron al cielo.

Pero Ezequías no correspondió al bien que había recibido, porque su corazón era orgulloso; por tanto, la ira vino sobre él, sobre Judá y sobre Jerusalén.

Pero Ezequías, después de haberse enaltecido su corazón, se humilló, él y los moradores de Jerusalén; y no vino sobre ellos la ira del SEÑOR en los días de Ezequías.

Pero a causa de los embajadores de los príncipes de Babilonia, que enviaron a él para saber del prodigio que había acaecido en aquella tierra, Dios lo dejó, para probarle, para hacer conocer todo lo que estaba en su corazón.

Pero hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR conforme a las abominaciones de las naciones que el SEÑOR había expulsado delante de los Israelitas.

Y el SEÑOR habló a Manasés y a su pueblo, pero ellos no hicieron caso.

Pero el pueblo aun sacrificaba en los lugares altos, aunque al SEÑOR su Dios.

Pero hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, como había hecho su padre Manasés. Amón ofreció sacrificios a todas las imágenes talladas que su padre Manasés había hecho, y las sirvió.

Pero nunca se humilló delante de Jehová, como se humilló Manasés su padre; antes bien Amón aumentó el pecado.

Pero el pueblo de la tierra mató a todos los que habían conspirado contra el rey Amón; y en su lugar el pueblo de la tierra hizo rey a su hijo Josías.

Pero al rey de Judá que os envió a consultar al SEÑOR, así le diréis: ``Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: `En cuanto a las palabras que has oído,

Pero él le envió mensajeros, diciendo: ¿Qué tenemos que ver el uno con el otro, oh rey de Judá? No {vengo} hoy contra ti, sino contra la casa con la que estoy en guerra, y Dios me ha ordenado que me apresure. Por tu propio bien, deja de {oponerte a} Dios, que está conmigo, para que El no te destruya.

Pero el rey de Egipto lo destituyó en Jerusalén, e impuso a la tierra una multa de 3.4 toneladas de plata y 34 kilos de oro.

Y el rey de Egipto puso por rey sobre Judá y Jerusalén, a Eliaquim, hermano de Joacaz, y cambió su nombre por el de Joacim; pero a su hermano Joacaz, lo tomó Necao y lo llevó a Egipto.

Joacim {tenía} veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén. Pero hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR su Dios.

Pero hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR su Dios; y no se humilló delante del profeta Jeremías que le hablaba por boca del SEÑOR.

También se rebeló contra el rey Nabucodonosor que le había hecho jurar {fidelidad} por Dios. Pero endureció su cerviz y obstinó su corazón {en vez} de volverse al SEÑOR, Dios de Israel.

Biblia del Jubileo 2000 (Grátis) copyright

Las citas Bíblicas son tomadas de La Biblia de las Américas © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, http://www.lockman.org. Usadas con permiso

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Reina Valera Gómez (© 2010)