230 casos

'Pies' en la Biblia

y dijo: He aquí ahora, señores míos, os ruego que entréis en la casa de vuestro siervo y paséis {en ella} la noche y lavéis vuestros pies; entonces os levantaréis temprano y continuaréis vuestro camino. Pero ellos dijeron: No, sino que pasaremos la noche en la plaza.

Entonces el hombre entró en la casa, y {Labán} descargó los camellos y les dio paja y forraje, y agua para lavar los pies de él y los pies de los hombres que estaban con él.

Después el hombre llevó a los hombres a casa de José, y les dio agua y se lavaron los pies; y dio forraje a sus asnos.

El cetro no se apartará de Judá, ni la vara de gobernante de entre sus pies, hasta que venga Siloh, y a él {sea dada} la obediencia de los pueblos.

Cuando Jacob terminó de encargar {estas cosas} a sus hijos, recogió sus pies en la cama y expiró, y fue reunido a su pueblo.

Entonces Séfora tomó un pedernal, cortó el prepucio de su hijo y lo echó a los pies de Moisés, y dijo: Tú eres, ciertamente, un esposo de sangre para mí.

``Y de esta manera lo comeréis: ceñidos vuestros lomos, las sandalias en vuestros pies y el cayado en vuestra mano, lo comeréis apresuradamente. Es la Pascua del SEÑOR.

Y con ella se lavarán las manos y los pies Aarón y sus hijos.

Y se lavarán las manos y los pies para que no mueran; y será estatuto perpetuo para ellos, para Aarón y su descendencia, por todas sus generaciones.

y con ella Moisés, Aarón y sus hijos se lavaban las manos y los pies.

``Todo lo que anda sobre su vientre, todo lo que camina sobre cuatro {patas,} todo lo que tiene muchos pies, con respecto a todo lo que se arrastra sobre la tierra, no los comeréis porque es abominación.

Y si la lepra brota y se extiende en la piel, y la lepra cubre toda la piel {del que tenía} la infección, desde su cabeza hasta sus pies, hasta donde pueda ver el sacerdote,

Y sucederá que cuando las plantas de los pies de los sacerdotes que llevan el arca del SEÑOR, el Señor de toda la tierra, se asienten en las aguas del Jordán, las aguas del Jordán quedarán cortadas, {y} las aguas que fluyen de arriba se detendrán en un montón.

y cuando los que llevaban el arca entraron en el Jordán y los pies de los sacerdotes que llevaban el arca se mojaron en la orilla del agua (porque el Jordán se desborda por todas sus riberas todos los días de la cosecha),

y ordenadles, diciendo: ``Tomad doce piedras de aquí, de en medio del Jordán, del lugar donde los pies de los sacerdotes están firmes, y llevadlas con vosotros y colocadlas en el alojamiento donde habéis de pasar la noche."

Entonces Josué levantó doce piedras en medio del Jordán, en el lugar donde habían estado los pies de los sacerdotes que llevaban el arca del pacto, y allí permanecen hasta hoy.

Y sucedió que cuando los sacerdotes que llevaban el arca del pacto del SEÑOR subieron de en medio del Jordán, y las plantas de los pies de los sacerdotes salieron a tierra seca, las aguas del Jordán volvieron a su lugar y corrieron sobre todas sus riberas como antes.

Entonces el capitán del ejército del SEÑOR dijo a Josué: Quítate las sandalias de tus pies, porque el lugar donde estás es santo. Y así lo hizo Josué.

y sandalias gastadas y remendadas en sus pies, y vestidos viejos sobre sí; y todo el pan de su provisión estaba seco {y} desmenuzado.

Y sucedió que cuando llevaron estos reyes a Josué, Josué llamó a todos los hombres de Israel, y dijo a los jefes de los hombres de guerra que habían ido con él: Acercaos, poned vuestro pie sobre el cuello de estos reyes. Ellos se acercaron y pusieron los pies sobre sus cuellos.

Huyó Adoni-bezec, pero lo persiguieron, lo prendieron y le cortaron los pulgares de las manos y de los pies.

Y Adoni-bezec dijo: Setenta reyes, con los pulgares de sus manos y de sus pies cortados, recogían {migajas} debajo de mi mesa; como yo he hecho, así me ha pagado Dios. Lo llevaron a Jerusalén, y allí murió.

A sus pies él se encorvó, cayó, quedó tendido; a sus pies se encorvó {y} cayó; donde se encorvó, allí quedó muerto.

Y lo llevó a su casa y dio forraje a los asnos; y ellos se lavaron los pies, comieron y bebieron.

Y sucederá que cuando él se acueste, notarás el lugar donde se acuesta; irás, descubrirás sus pies y te acostarás; entonces él te dirá lo que debes hacer.

Cuando Booz hubo comido y bebido, y su corazón estaba contento, fue a acostarse al pie del montón {de grano;} y ella vino calladamente, descubrió sus pies y se acostó.

Y sucedió que a medianoche el hombre se asustó, se volvió, y he aquí que una mujer estaba acostada a sus pies.

Y ella se acostó a sus pies hasta la mañana, y se levantó antes que una {persona} pudiera reconocer a otra; y él dijo: Que no se sepa que ha venido mujer a la era.

Entonces Jonatán trepó con manos y pies, y tras él su escudero; y caían {los filisteos} delante de Jonatán, y tras él su escudero {los} remataba.

Y se echó a sus pies y dijo: Señor mío, sólo sobre mí sea la culpa. Te ruego que permitas que tu sierva te hable, y que escuches las palabras de tu sierva.

Y ella se levantó y postrándose rostro en tierra, dijo: He aquí, vuestra sierva es una criada para lavar los pies de los siervos de mi señor.

Estaban allí los tres hijos de Sarvia: Joab, Abisai y Asael. Y Asael {era tan} ligero de pies como una gacela del campo.

Tus manos no estaban atadas, ni tus pies puestos en grillos; como el que cae delante de los malvados, has caído. Y todo el pueblo volvió a llorar por él.

Y Jonatán, hijo de Saúl, tenía un hijo lisiado de los pies. {Este} tenía cinco años cuando de Jezreel llegaron las noticias {de la muerte} de Saúl y Jonatán, y su nodriza lo tomó y huyó, pero sucedió que en su prisa por huir, él se cayó y quedó cojo. Su nombre {era} Mefiboset.

Y David dio una orden a los jóvenes, y ellos los mataron y les cortaron las manos y los pies y {los} colgaron junto al estanque en Hebrón. Pero tomaron la cabeza de Is-boset y {la} sepultaron en el sepulcro de Abner, en Hebrón.

Y dijo el rey: ¿No queda aún alguien de la casa de Saúl a quien yo pueda mostrar la bondad de Dios? Y Siba respondió al rey: Aún queda un hijo de Jonatán lisiado de ambos pies.

pero Mefiboset moraba en Jerusalén, porque siempre comía a la mesa del rey. Estaba lisiado de ambos pies.

Después dijo David a Urías: Desciende a tu casa, y lava tus pies. Salió Urías de la casa del rey, y tras él fue enviado un obsequio del rey.

Subía David la cuesta del {monte de los} Olivos, y mientras iba, lloraba con la cabeza cubierta y {los pies} descalzos. Y todo el pueblo que {iba} con él cubrió cada uno su cabeza, e iban llorando mientras subían.

También Mefiboset, hijo de Saúl, descendió al encuentro del rey; y no se había aseado los pies, ni recortado el bigote, ni lavado la ropa, desde el día en que el rey se marchó hasta el día en que volvió en paz.

Inclinó también los cielos, y descendió con densas tinieblas debajo de sus pies.

Los he consumido y los he destrozado, y no pudieron levantarse; cayeron debajo de mis pies.

También sabes lo que me hizo Joab, hijo de Sarvia, lo que hizo a los dos comandantes de los ejércitos de Israel, a Abner, hijo de Ner, y a Amasa, hijo de Jeter, a los cuales mató; también derramó sangre de guerra en {tiempo de} paz. Y puso sangre de guerra en el cinturón que lo ceñía y en las sandalias que tenía en sus pies.

Tú sabes que mi padre David no pudo edificar una casa al nombre del SEÑOR su Dios a causa de las guerras en que se vio envuelto, hasta que el SEÑOR puso a sus enemigos bajo las plantas de sus pies.

Los demás hechos de Asa y todo su poderío, todo lo que hizo y las ciudades que edificó, ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Judá? Sólo que en el tiempo de su vejez se enfermó de los pies.

Cuando ella llegó al monte, al hombre de Dios, se asió de sus pies. Y Giezi se acercó para apartarla, pero el hombre de Dios dijo: Déjala, porque su alma está angustiada y el SEÑOR me lo ha ocultado y no me lo ha revelado.

Entonces ella entró, cayó a sus pies y se postró en tierra, y tomando a su hijo, salió.

Y fueron para enterrarla, pero de ella no encontraron más que el cráneo, los pies y las palmas de sus manos.

Y haré que nunca más los pies de Israel vaguen {fuera} de la tierra que di a sus padres, con tal de que cuiden de hacer conforme a todo lo que les he mandado, y conforme a toda la ley que mi siervo Moisés les ordenó.

En el año treinta y nueve de su reinado, Asa se enfermó de los pies. Su enfermedad era grave, pero aun en su enfermedad no buscó al SEÑOR, sino a los médicos.

Por cuarenta años proveíste para ellos en el desierto {y} nada les faltó, sus vestidos no se gastaron ni se hincharon sus pies.

Ester habló de nuevo delante del rey, cayó a sus pies, y llorando, le imploró que impidiera los {propósitos} perversos de Amán agagueo y el plan que había tramado contra los judíos.

El que está en holgura desprecia la calamidad, como {cosa} preparada para aquellos cuyos pies resbalan.

Pones mis pies en el cepo, y vigilas todas mis sendas; pones límite a las plantas de mis pies,

Porque es arrojado en la red por sus propios pies, y sobre mallas camina.

cuando en leche se bañaban mis pies, y la roca me derramaba ríos de aceite!

Ojos era yo para el ciego, y pies para el cojo.

A {mi} derecha se levanta el populacho, arrojan {lazos} a mis pies y preparan contra mí sus caminos de destrucción.

Mis pasos se han mantenido firmes en tus senderos. No han resbalado mis pies.

También inclinó los cielos, y descendió con densas tinieblas debajo de sus pies.

Los destrocé y no pudieron levantarse; cayeron debajo de mis pies.

Porque perros me han rodeado; me ha cercado cuadrilla de malhechores; me horadaron las manos y los pies.

y no me has entregado en manos del enemigo; tú has puesto mis pies en lugar espacioso.

El somete pueblos debajo de nosotros, y naciones bajo nuestros pies.

Pues tú has librado mi alma de la muerte, y mis pies de tropiezo, para que yo pueda andar delante de Dios en la luz de la vida.

En cuanto a mí, mis pies estuvieron a punto de tropezar, casi resbalaron mis pasos.

Con grillos afligieron sus pies, él mismo fue puesto en cadenas,

tienen manos, y no palpan; tienen pies, y no caminan; no emiten sonido alguno con su garganta.

De todo mal camino he refrenado mis pies, para guardar tu palabra.

Plantados están nuestros pies dentro de tus puertas, oh Jerusalén.

el que guiña los ojos, el que hace señas con los pies, el que señala con los dedos,

¿O puede caminar un hombre sobre carbones encendidos sin que se quemen sus pies?

Se corta los pies {y} bebe violencia el que envía recado por mano de necio.

Me he quitado la ropa, ¿cómo he de vestirme {de nuevo}? He lavado mis pies, ¿cómo los volveré a ensuciar?

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