56 casos

'Querubines' en la Biblia

Harás también dos querubines de oro, labrados a martillo los harás, en los dos extremos del propiciatorio.

Harás, pues, un querubín en un extremo, y un querubín en el otro extremo: de una pieza con el propiciatorio harás los querubines en sus dos extremos.

Y los querubines extenderán por encima las alas, cubriendo con sus alas el propiciatorio: sus rostros uno enfrente del otro, mirando al propiciatorio los rostros de los querubines.

Y harás también un velo de azul, y púrpura, y carmesí, y de lino torcido: será hecho de obra de arte, con querubines:

Y todos los sabios de corazón entre los que hacían la obra, hicieron el tabernáculo de diez cortinas, de lino torcido, y de azul, y de púrpura y carmesí; las cuales hicieron de obra de arte, con querubines.

Hizo asimismo el velo de azul, y púrpura, y carmesí, y lino torcido, el cual hizo con querubines de obra de arte.

Hizo también los dos querubines de oro, los hizo labrados a martillo, a los dos extremos del propiciatorio:

Un querubín a un extremo, y el otro querubín al otro extremo; de una pieza con el propiciatorio; hizo los querubines a sus dos extremos.

Y los querubines extendían sus alas por encima, cubriendo con sus alas el propiciatorio; y con sus rostros el uno frente al otro, mirando hacia el propiciatorio los rostros de los querubines.

Y cuando entraba Moisés en el tabernáculo de la congregación, para hablar con Él, oía la voz que le hablaba de encima del propiciatorio que estaba sobre el arca del testimonio, de entre los dos querubines; y hablaba con Él.

Y envió el pueblo a Silo, y trajeron de allá el arca del pacto de Jehová de los ejércitos, que estaba entre los querubines; y los dos hijos de Elí, Ofni y Finees, estaban allí con el arca del pacto de Dios.

Y se levantó David, y fue con todo el pueblo que tenía consigo, de Baala de Judá, para hacer pasar de allí el arca de Dios, sobre la cual era invocado el nombre de Jehová de los ejércitos, que mora entre los querubines.

Hizo también en el lugar santísimo dos querubines de madera de olivo, cada uno de diez codos de altura.

Asimismo el otro querubín tenía diez codos; porque ambos querubines eran de un mismo tamaño y de una misma hechura.

Y puso estos querubines en la casa de adentro; y los querubines tenían las alas extendidas, de modo que el ala de uno tocaba una pared, y el ala del otro querubín tocaba a la otra pared, y las otras dos alas se tocaban la una a la otra en la mitad de la casa.

Y esculpió todas las paredes de la casa alrededor de diversas figuras, de querubines, de palmeras, y de botones de flores, por dentro y por fuera.

Las dos puertas eran de madera de olivo; y entalló en ellas figuras de querubines y de palmeras y de botones de flores, y las cubrió de oro; cubrió también de oro los querubines y las palmeras.

Y entalló en ellas querubines y palmeras y botones de flores, y las cubrió de oro ajustado a las entalladuras.

y sobre aquellos tableros que estaban entre molduras, había figuras de leones, de bueyes y de querubines; y sobre las molduras de la base, así encima como debajo de los leones y de los bueyes, había unas añadiduras de bajo relieve.

E hizo en las tablas de las molduras, y en los tableros, entalladuras de querubines, y de leones, y de palmeras, con proporción en el espacio de cada una, y alrededor otros adornos.

Y los sacerdotes metieron el arca del pacto de Jehová en su lugar, en el oráculo de la casa, en el lugar santísimo, debajo de las alas de los querubines.

Porque los querubines tenían extendidas las alas sobre el lugar del arca, y así cubrían los querubines el arca y sus varas por encima.

Y oró Ezequías delante de Jehová, diciendo: Jehová Dios de Israel, que habitas entre los querubines, solo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra; tú hiciste el cielo y la tierra.

Y subió David con todo Israel a Baala de Quiriat-jearim, que es en Judá, para pasar de allí el arca de Jehová Dios que habita entre los querubines, sobre la cual su nombre es invocado.

Además, oro puro por peso para el altar del incienso, para el diseño del carruaje de los querubines de oro que con las alas extendidas cubrían el arca del pacto de Jehová.

Así cubrió la casa, sus vigas, sus umbrales, sus paredes y sus puertas, con oro; y esculpió querubines en las paredes.

Y dentro del lugar santísimo hizo dos querubines, obra de escultura, los cuales cubrió de oro.

La longitud de las alas de los querubines era de veinte codos; porque una ala era de cinco codos, la cual llegaba hasta la pared de la casa; y la otra ala de cinco codos, la cual llegaba al ala del otro querubín.

Así las alas de estos querubines estaban extendidas por veinte codos: y ellos estaban en pie con sus rostros hacia la casa.

Hizo también el velo de azul, púrpura, carmesí y lino, e hizo resaltar en él querubines.

Y los sacerdotes metieron el arca del pacto de Jehová en su lugar, en el santuario interior de la casa, en el lugar santísimo, bajo las alas de los querubines;

pues los querubines extendían las alas sobre el lugar del arca, y cubrían los querubines por encima así el arca como sus barras.

Jehová reina, temblarán los pueblos: Él está sentado sobre los querubines, se conmoverá la tierra.

Y miré, y he aquí en la expansión que había sobre la cabeza de los querubines como una piedra de zafiro, que parecía como semejanza de un trono que se mostró sobre ellos.

Y habló al varón vestido de lino, y le dijo: Entra en medio de las ruedas debajo de los querubines, y llena tus manos con carbones encendidos de entre los querubines, y espárcelos sobre la ciudad. Y él entró a vista mía.

Y los querubines estaban a la mano derecha de la casa cuando este varón entró; y la nube llenaba el atrio de adentro.

Y el estruendo de las alas de los querubines se oía hasta el atrio de afuera, como la voz del Dios Omnipotente cuando habla.

Y aconteció que, cuando mandó al varón vestido de lino, diciendo: Toma fuego de entre las ruedas, de entre los querubines, él entró, y se paró entre las ruedas.

Y un querubín extendió su mano de entre los querubines al fuego que estaba entre los querubines, y tomó, y puso en las manos del que estaba vestido de lino, el cual lo tomó y se salió.

Y apareció en los querubines la figura de una mano de hombre debajo de sus alas.

Y miré, y he aquí cuatro ruedas junto a los querubines, una rueda junto a un querubín, y otra rueda junto a otro querubín; y el aspecto de las ruedas era como la piedra de berilo.

Y cuando andaban los querubines, andaban las ruedas junto con ellos; y cuando los querubines alzaban sus alas para levantarse de la tierra, las ruedas también no se volvían de junto a ellos.

Y la gloria de Jehová se salió de sobre el umbral de la casa, y se puso sobre los querubines.

Y alzando los querubines sus alas, se levantaron de la tierra delante de mis ojos: cuando ellos salieron, también las ruedas al lado de ellos; y se pararon a la entrada de la puerta oriental de la casa de Jehová, y la gloria del Dios de Israel estaba arriba sobre ellos.

Éste era el ser viviente que vi debajo del Dios de Israel en el río de Quebar; y conocí que eran querubines.

Después alzaron los querubines sus alas, y las ruedas en pos de ellos; y la gloria del Dios de Israel estaba encima sobre ellos.

Y estaba labrada con querubines y palmeras; entre querubín y querubín una palmera; y cada querubín tenía dos rostros.

Desde el suelo hasta encima de la puerta había querubines labrados y palmeras, por toda la pared del templo.

Y en las puertas del templo había labrados de querubines y palmeras, como los que estaban labrados en las paredes, y sobre la fachada del pórtico por fuera, había unas vigas de madera.

Reina Valera Gómez (© 2010)