81 casos

'Respondió' en la Biblia

Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer;

Y le respondió Jehová: Ciertamente que cualquiera que matare a Caín, siete veces será castigado. Entonces Jehová puso señal en Caín, para que no lo matase cualquiera que le hallara.

Y respondió Abram al rey de Sodoma: He alzado mi mano a Jehová Dios Altísimo, poseedor de los cielos y de la tierra,

Y respondió Abram: Señor Jehová ¿qué me has de dar, siendo así que ando sin hijos, y el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer?

Y respondió Abram a Sarai: He ahí tu sierva en tu mano, haz con ella lo que bien te pareciere. Y como Sarai la afligía, ella huyó de su presencia.

Y le dijo: Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes tú, y a dónde vas? Y ella respondió: Huyo de delante de Sarai mi señora.

Y respondió Dios: Ciertamente Sara tu esposa te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Isaac; y confirmaré mi pacto con él, y con su simiente después de él por pacto perpetuo.

Y le dijeron: ¿Dónde está Sara tu esposa? Y él respondió: Aquí en la tienda.

Entonces respondió Jehová: Si hallare en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo este lugar por amor de ellos.

Y volvió a hablarle, y dijo: Quizá se hallarán allí cuarenta. Y respondió: No lo haré por amor de los cuarenta.

Y dijo: No se enoje ahora mi Señor, si hablare; quizá se hallarán allí treinta. Y respondió: No lo haré si hallare allí treinta.

Y dijo: He aquí ahora que he emprendido el hablar a mi Señor: quizá se hallarán allí veinte. No la destruiré, respondió, por amor de los veinte.

Y volvió a decir: No se enoje ahora mi Señor, si hablare solamente una vez: quizá se hallarán allí diez. No la destruiré, respondió, por amor de los diez.

Y le respondió: He aquí he recibido también tu súplica sobre esto, y no destruiré la ciudad de que has hablado.

Y Abraham respondió: Porque dije para mí: Cierto no hay temor de Dios en este lugar, y me matarán por causa de mi esposa.

Y respondió Abimelec: No sé quién haya hecho esto, ni tampoco tú me lo hiciste saber, ni yo lo he oído hasta hoy.

Y él respondió: Que estas siete corderas tomarás de mi mano, para que me sean en testimonio de que yo cavé este pozo.

Y aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí.

Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto?

Y respondió Abraham: Dios se proveerá el cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos.

Entonces el Ángel de Jehová le dio voces del cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí.

Este Efrón se hallaba entre los hijos de Het: y respondió Efrón heteo a Abraham, en oídos de los hijos de Het, de todos los que entraban por la puerta de su ciudad, diciendo:

Y respondió a Efrón en oídos del pueblo de la tierra, diciendo: Antes, si te place, te ruego que me oigas; yo daré el precio de la heredad, tómalo de mí, y sepultaré en ella mi muerta.

Y el criado le respondió: Quizá la mujer no querrá venir en pos de mí a esta tierra: ¿volveré, pues, tu hijo a la tierra de donde saliste?

Y ella respondió: Bebe, señor mío; y se dio prisa a bajar su cántaro sobre su mano, y le dio a beber.

Y ella respondió: Soy hija de Betuel, hijo de Milca, el cual ella dio a luz a Nacor.

Entonces él me respondió: Jehová, en cuya presencia he andado, enviará su ángel contigo, y prosperará tu camino; y tomarás esposa para mi hijo de mi linaje y de la casa de mi padre.

Entonces le pregunté, y dije: ¿De quién eres hija? Y ella respondió: Hija de Betuel, hijo de Nacor, que le dio a luz Milca. Entonces le puse un pendiente sobre su nariz, y brazaletes sobre sus manos:

Entonces respondió su hermano y su madre: Espere la doncella con nosotros a lo menos diez días, y después irá.

Y llamaron a Rebeca, y le dijeron: ¿Irás tú con este varón? Y ella respondió: Sí, iré.

Y le respondió Jehová: Dos naciones hay en tu seno, y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas: Y el un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, y el mayor servirá al menor.

Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura.

Y los hombres de aquel lugar le preguntaron acerca de su esposa; y él respondió: Es mi hermana; porque tuvo miedo de decir: Es mi esposa; pues se dijo: Los hombres del lugar me matarán por causa de Rebeca, pues ella era de hermoso aspecto.

Y llamó Abimelec a Isaac, y dijo: He aquí ella es de cierto tu esposa; ¿cómo, pues, dijiste: Es mi hermana? E Isaac le respondió: Porque dije: Quizá moriré por causa de ella.

Y aconteció que cuando Isaac envejeció, y sus ojos se oscurecieron quedando sin vista, llamó a Esaú, su hijo el mayor, y le dijo: Mi hijo. Y él respondió: Heme aquí.

Y su madre respondió: Hijo mío, sea sobre mí tu maldición; solamente obedece a mi voz, y ve y tráemelos.

Y él fue a su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, ¿quién eres, hijo mío?

Entonces Isaac dijo a su hijo: ¿Cómo es que la hallaste tan pronto, hijo mío? Y él respondió: Porque Jehová tu Dios hizo que se encontrase delante de mí.

Y dijo: ¿Eres tú mi hijo Esaú? Y él respondió: Yo soy.

Y él respondió: Bien llamaron su nombre Jacob, que ya me ha suplantado dos veces; se apoderó de mi primogenitura, y he aquí ahora ha tomado mi bendición. Y dijo: ¿No has guardado bendición para mí?

Isaac respondió y dijo a Esaú: He aquí yo le he puesto por señor tuyo, y le he dado por siervos a todos sus hermanos; de trigo y de vino le he provisto; ¿qué, pues, te haré a ti ahora, hijo mío?

Y Esaú respondió a su padre: ¿No tienes más que una sola bendición, padre mío? Bendíceme también a mí, padre mío. Y alzó Esaú su voz, y lloró.

Y Labán respondió: Mejor es que te la dé a ti, y no que la dé a otro hombre; quédate conmigo.

Y Labán respondió: No se hace así en nuestro lugar, que se dé la menor antes de la mayor.

Y ella respondió: ¿Es poco que hayas tomado mi marido, sino que también te has de llevar las mandrágoras de mi hijo? Y dijo Raquel: Pues dormirá contigo esta noche por las mandrágoras de tu hijo.

Y Labán le respondió: Halle yo ahora gracia en tus ojos, y quédate; pues he experimentado que Jehová me ha bendecido por tu causa.

Y él respondió: Tú sabes cómo te he servido, y cómo ha estado tu ganado conmigo;

Y él dijo: ¿Qué te daré? Y respondió Jacob: No me des nada: si hicieres por mí esto, volveré a apacentar tus ovejas.

Y respondió Raquel y Lea, y le dijeron: ¿Acaso tenemos todavía parte o heredad en la casa de nuestro padre?

Y Jacob respondió, y dijo a Labán: Porque tuve miedo; pues dije, que quizás me quitarías por fuerza tus hijas.

Entonces Jacob se enojó, y discutió con Labán; y respondió Jacob y dijo a Labán: ¿Cuál es mi transgresión? ¿Cuál es mi pecado, para que con tanto ardor hayas venido en mi persecución?

Y respondió Labán, y dijo a Jacob: Las hijas son hijas mías, y los hijos, hijos míos son, y las ovejas son mis ovejas, y todo lo que tú ves es mío: ¿y qué puedo yo hacer hoy a estas mis hijas, o a sus hijos que ellas han dado a luz?

Y Él le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob.

Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y Él respondió: ¿Por qué preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí.

Y alzó sus ojos, y vio las mujeres y los niños, y dijo: ¿Quiénes son éstos? Y él respondió: Son los niños que Dios ha dado a tu siervo.

Y él dijo: ¿Qué te propones con todas estas cuadrillas que he encontrado? Y él respondió: El hallar gracia en los ojos de mi señor.

Y levantémonos, y subamos a Betel; y haré allí altar al Dios que me respondió en el día de mi angustia, y ha sido conmigo en el camino que he andado.

Y dijo Israel a José: ¿No están tus hermanos apacentando las ovejas en Siquem? Ven, y te enviaré a ellos. Y él respondió: Heme aquí.

Y él respondió: Busco a mis hermanos; te ruego que me muestres dónde apacientan sus ovejas.

Y aquel hombre respondió: Ya se han ido de aquí; yo les oí decir: Vamos a Dotán. Entonces José fue tras de sus hermanos, y los halló en Dotán.

Él respondió: Yo te enviaré del ganado un cabrito de las cabras. Y ella dijo: ¿Me darás prenda hasta que lo envíes?

Entonces él dijo: ¿Qué prenda te daré? Ella respondió: Tu anillo, tu cordón y el bordón que tienes en tu mano. Y él se los dio, y entró a ella, la cual concibió de él.

Entonces respondió José, y dijo: Ésta es la interpretación: Los tres canastillos tres días son.

Y respondió José a Faraón, diciendo: No está en mí; Dios será el que responda paz a Faraón.

Entonces respondió José a Faraón: El sueño de Faraón es uno mismo: Dios ha mostrado a Faraón lo que va a hacer.

Entonces Rubén les respondió, diciendo: ¿No os hablé yo y dije: No pequéis contra el joven; y no escuchasteis? He aquí también su sangre es requerida.

Y respondió Judá, diciendo: Aquel varón nos protestó con ánimo resuelto, diciendo: No veréis mi rostro al menos que vuestro hermano venga con vosotros.

Entonces Israel su padre les respondió: Pues que así es, hacedlo; tomad de lo mejor de la tierra en vuestros sacos, y llevad a aquel varón un presente, un poco de bálsamo, y un poco de miel, aromas y mirra, nueces y almendras.

Y él respondió: Paz a vosotros, no temáis; vuestro Dios y el Dios de vuestro padre os dio el tesoro en vuestros costales: yo recibí vuestro dinero. Y sacó a Simeón a ellos.

Y él respondió: Nunca yo tal haga: el varón en cuyo poder fue hallada la copa, él será mi siervo; vosotros id en paz a vuestro padre.

Y Jacob respondió a Faraón: Los días de los años de mi peregrinación son ciento treinta años; pocos y malos han sido los días de los años de mi vida, y no han llegado a los días de los años de la vida de mis padres en los días de su peregrinación.

Mas cuando duerma con mis padres, me llevarás de Egipto y me sepultarás en el sepulcro de ellos. Y él respondió: Yo haré como tú dices.

Y respondió José a su padre: Son mis hijos, que Dios me ha dado aquí. Y él dijo: Acércalos ahora a mí, y los bendeciré.

Y les respondió José: No temáis: ¿acaso estoy yo en lugar de Dios?

Reina Valera Gómez (© 2010)