617 casos en 6 traducciones

'Soy' en la Biblia

Y pondré nervios sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy el SEÑOR.

Y sabréis que yo soy el SEÑOR, cuando abriere vuestros sepulcros, y os sacare de vuestras sepulturas, pueblo mío.

Y seré engrandecido y santificado, y seré conocido en ojos de muchos gentiles; y sabrán que yo soy el SEÑOR.

`Sobre el campo abierto caerás; porque soy yo el que ha hablado' --declara el Señor DIOS.

Y enviaré fuego sobre Magog, y sobre los que moran seguramente en las islas; y sabrán que yo soy el SEÑOR.

Y haré notorio mi santo Nombre en medio de mi pueblo Israel, y nunca más dejaré mancillar mi santo Nombre; y sabrán los gentiles que yo soy el SEÑOR, Santo en Israel.

Y de aquel día en adelante sabrá la Casa de Israel que yo soy el SEÑOR su Dios.

Y sabrán que yo soy el SEÑOR su Dios, cuando después de haberlos hecho pasar a los gentiles, los juntaré sobre su tierra, sin dejar más allá ninguno de ellos.

Y esto será a ellos por heredad; yo seré su heredad; y no les daréis posesión en Israel; yo soy su posesión.

Y me dijo: Daniel, varón de deseos, está atento a las palabras que yo te hablaré, y levántate sobre tus pies; porque yo soy enviado ahora a ti. Y estando hablando conmigo esto, yo estaba temblando.

Soy pues venido para hacerte saber lo que ha de venir á tu pueblo en los postreros días; porque la visión es aún para días;

Y el {Señor} dijo: Ponle por nombre Lo-ammí, porque vosotros no sois mi pueblo y yo no soy vuestro Dios.

Contended con vuestra madre, contended, porque ella no es mi mujer, y yo no soy su marido; que quite, pues, de su rostro sus prostituciones, y sus adulterios de entre sus pechos;

Yo, pues, soy como polilla para Efraín, y como carcoma para la casa de Judá.

Pero yo soy el SEÑOR tu Dios desde la tierra de Egipto; aún te haré morar en tiendas, como en los días de la fiesta.

Mas yo soy el SEÑOR tu Dios desde la tierra de Egipto; por tanto no conocerás Dios fuera de mí, ni otro salvador sino a mí.

Efraín, ¿qué tengo yo que ver ya con los ídolos? Yo respondo y te cuido. Yo soy como un frondoso ciprés; de mí procede tu fruto.

Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy el SEÑOR vuestro Dios, y no hay otro; y mi pueblo nunca jamás será avergonzado.

Haced espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga el flaco: Fuerte soy.

Y conoceréis que yo soy el SEÑOR vuestro Dios, que habito en Sion, monte de mi santidad; y será Jerusalén santa, y extraños no pasarán más por ella.

Entonces respondió Amós, y dijo a Amasías: No soy profeta, ni soy hijo de profeta, sino que soy boyero, y cogedor de higos silvestres;

Y él les respondió: Hebreo soy, y temo al SEÑOR, Dios de los cielos, que hizo el mar y la tierra seca.

Y yo dije: Echado soy de delante de tus ojos; Mas aún veré el santo templo tuyo.

¿Ay de mí!, porque soy como los recogedores de frutos de verano, como los rebuscadores en la vendimia. No hay racimo {de uvas} que comer, {ni} higo temprano que tanto deseo.

Esta es la ciudad alegre que estaba confiada, la que decía en su corazón: Yo soy, y no hay más. ¡Cómo fue tornada en asolamiento, en cama de bestias! Cualquiera que pasare junto a ella silbará, y meneará su mano.

Y habló Hageo, embajador del SEÑOR, en la embajada del SEÑOR, al pueblo, diciendo: Yo soy con vosotros, dijo el SEÑOR.

Pues ahora, Zorobabel, esfuérzate, dice Jehová; esfuérzate también Josué, hijo de Josadac, gran sacerdote; y cobra ánimo, pueblo todo de la tierra, dice Jehová, y obrad: porque yo soy con vosotros, dice Jehová de los ejércitos.

El hijo honró al padre, y el siervo a su señor; y si yo soy Padre, ¿qué es de mi honra? Y si soy Señor, ¿qué es de mi temor? dijo el SEÑOR de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi Nombre. Y diréis: ¿En qué hemos menospreciado tu Nombre?

Maldito el engañoso, que tiene macho en su rebaño, y promete, y sacrifica corrompido al SEÑOR; porque yo soy Gran Rey, dice el SEÑOR de los ejércitos, y mi Nombre es formidable entre los gentiles.

Porque también yo soy hombre bajo potestad, y tengo debajo de mi potestad soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.

¿No me es lícito a mí hacer lo que quiero en mis cosas? o ¿es malo tu ojo, porque yo soy bueno?

Entonces Jesús respondiendo, dijo: No sabéis lo que pedís; ¿podéis beber el vaso que yo he de beber, y ser bautizados del bautismo con que yo soy bautizado? Y ellos le dicen: Podemos.

Y él les dice: A la verdad mi vaso beberéis, y del bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados; mas el sentaros a mi mano derecha y a mi izquierda, no es mío darlo, sino a los que está aparejado por mi Padre.

Entonces respondiendo Judas, que le entregaba, dijo: ¿Por ventura soy yo, Maestro? Le dice: Tú lo has dicho.

Y predicaba, diciendo: Viene tras mí el que es más poderoso que yo, al cual no soy digno de desatar encorvado la correa de sus zapatos.

Salió Jesús y sus discípulos por las aldeas de Cesarea de Filipo. Y en el camino preguntó a sus discípulos, diciéndoles: ¿Quién dicen los hombres que soy yo?

Entonces Jesús les dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el vaso que yo bebo, o ser bautizados del bautismo de que yo soy bautizado?

Y ellos dijeron: Podemos. Y Jesús les dijo: A la verdad, el vaso que yo bebo, beberéis; y del bautismo de que soy bautizado, seréis bautizados.

Y de los muertos que hayan de resucitar, ¿no habéis leído en el libro de Moisés cómo le habló Dios en la zarza, diciendo: Yo Soy el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob?

Y Jesús fue con ellos. Pero cuando ya no estaban lejos de su casa, envió el centurión amigos a él, diciéndole: Señor, no te incomodes, que no soy digno que entres debajo de mi tejado;

Porque también yo soy hombre puesto en potestad, que tengo debajo de mí soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.

ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.

Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque soy atormentado en esta llama.

El le contestó*: ``Siervo inútil, por tus propias palabras te voy a juzgar. ¿Sabías que yo soy un hombre exigente, que recojo lo que no deposité y siego lo que no sembré?

Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Y yo soy entre vosotros como el que sirve.

Y un poco después, viéndole otro, dijo: Y tú de ellos eras. Y Pedro dijo: Hombre, no soy.

Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió: No.

Dijo: Yo soy la voz del que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías.

éste es el que ha de venir tras mí, el cual es antes de mí; del cual yo no soy digno de desatar la correa del zapato.

Vosotros mismos me sois testigos que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él.

Entonces clamaba Jesús en el Templo, enseñando y diciendo: Y a mí me conocéis, y sabéis de dónde soy; pero no he venido de mí mismo; mas el que me envió es verdadero, al cual vosotros no ignoráis.

Y les decía: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo.

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