291 casos

'Sucedió' en la Biblia

Y sucedió que a la puesta del sol un profundo sueño cayó sobre Abram, y he aquí que el terror de una gran oscuridad cayó sobre él.

Y sucedió que cuando Dios me hizo salir errante de la casa de mi padre, yo le dije a ella: ``Este es el favor que me harás: a cualquier lugar que vayamos, dirás de mí: `Es mi hermano.'"

Y sucedió que antes de haber terminado de hablar, he aquí que Rebeca, hija de Betuel, hijo de Milca, mujer de Nacor, hermano de Abraham, salió con el cántaro sobre su hombro.

Y sucedió que cuando él vio el anillo y los brazaletes en las manos de su hermana, y cuando oyó las palabras de su hermana Rebeca, diciendo: Esto es lo que el hombre me dijo, {Labán} fue al hombre; y he aquí que estaba con los camellos junto a la fuente.

Y sucedió que cuando el siervo de Abraham escuchó sus palabras, se postró en tierra delante del SEÑOR.

Y sucedió que después de la muerte de Abraham, Dios bendijo a su hijo Isaac. Y habitó Isaac junto a Beer-lajai-roi.

Y sucedió que después de haber estado allí largo tiempo, Abimelec, rey de los filisteos, miró por una ventana, y he aquí, vio a Isaac acariciando a Rebeca su mujer.

Y sucedió que aquel mismo día los siervos de Isaac llegaron y le informaron acerca del pozo que habían cavado, y le dijeron: Hemos hallado agua.

Y sucedió que tan pronto como Isaac había terminado de bendecir a Jacob, y apenas había salido Jacob de la presencia de su padre Isaac, su hermano Esaú llegó de su cacería.

Y sucedió que cuando Jacob vio a Raquel, hija de Labán, hermano de su madre, y las ovejas de Labán, hermano de su madre, Jacob subió y quitó la piedra de la boca del pozo, y dio de beber al rebaño de Labán, hermano de su madre.

Y sucedió que cuando Labán oyó las noticias de Jacob, hijo de su hermana, corrió a su encuentro, lo abrazó, lo besó y lo trajo a su casa. Entonces él contó a Labán todas estas cosas.

Y sucedió que al anochecer tomó a su hija Lea y se la trajo, y {Jacob} se llegó a ella.

Y sucedió que cuando Raquel hubo dado a luz a José, Jacob dijo a Labán: Despídeme para que me vaya a mi lugar y a mi tierra.

Y sucedió que por el tiempo cuando el rebaño estaba en celo, alcé los ojos y vi en sueños; y he aquí, los machos cabríos que cubrían las hembras {eran} rayados, moteados y abigarrados.

Pero sucedió que al tercer día, cuando estaban {con más} dolor, dos hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, tomaron cada uno su espada y entraron en la ciudad, que estaba desprevenida, y mataron a todo varón.

Y sucedió que cuando José llegó a sus hermanos, despojaron a José de su túnica, la túnica de muchos colores que llevaba puesta;

Sucedió por aquel tiempo que Judá se separó de sus hermanos, y visitó a un adulamita llamado Hira.

Y sucedió que como a los tres meses, informaron a Judá, diciendo: Tu nuera Tamar ha fornicado, y he aquí, ha quedado encinta a causa de las fornicaciones. Entonces Judá dijo: Sacadla y que sea quemada.

Y sucedió que al tiempo de dar a luz, he aquí, había mellizos en su seno.

Pero he aquí, sucedió que cuando él retiró su mano, su hermano salió. Entonces ella dijo: ¡Qué brecha te has abierto! Por eso le pusieron por nombre Fares.

Y sucedió que desde el tiempo que lo hizo mayordomo sobre su casa y sobre todo lo que poseía, el SEÑOR bendijo la casa del egipcio por causa de José; y la bendición del SEÑOR estaba sobre todo lo que poseía en la casa y en el campo.

Sucedió después de estas cosas que la mujer de su amo miró a José con deseo y {le} dijo: Acuéstate conmigo.

Pero sucedió un día que él entró en casa para hacer su trabajo, y no había ninguno de los hombres de la casa allí dentro;

Y sucedió que cuando él oyó que yo alzaba la voz y gritaba, dejó su ropa junto a mí y salió huyendo afuera.

Después de estas cosas, sucedió que el copero y el panadero del rey de Egipto ofendieron a su señor, el rey de Egipto.

Y sucedió que al tercer día, {que era} el día del cumpleaños de Faraón, {éste} hizo un banquete para todos sus siervos, y levantó la cabeza del jefe de los coperos y la cabeza del jefe de los panaderos en medio de sus siervos.

Y sucedió que por la mañana su espíritu estaba turbado, y mandó llamar a todos los adivinos de Egipto, y a todos sus sabios. Y Faraón les contó sus sueños, pero no hubo quien se los pudiera interpretar a Faraón.

Y aconteció que tal como nos lo había interpretado, así sucedió; a mí me restableció {Faraón} en mi puesto, pero al otro lo ahorcó.

Y sucedió que cuando estaban vaciando sus sacos, he aquí que el atado del dinero de cada uno {estaba} en su saco; y cuando ellos y su padre vieron los atados de su dinero, tuvieron temor.

Y sucedió que cuando acabaron de comer el grano que habían traído de Egipto, su padre les dijo: Volved {allá} y compradnos un poco de alimento.

y sucedió que cuando llegamos a la posada, abrimos nuestros costales, y he aquí, el dinero de cada uno estaba en la boca de su costal, todo nuestro dinero. Así que lo hemos vuelto a traer en nuestra mano.

Y sucedió que después de estas cosas, le dijeron a José: He aquí, tu padre está enfermo. Y él tomó consigo a sus dos hijos, Manasés y Efraín.

Y sucedió que por haber las parteras temido a Dios, El prosperó sus familias.

Y sucedió que el día que el SEÑOR habló a Moisés en la tierra de Egipto,

Y sucedió que al cabo de los cuatrocientos treinta años, en aquel mismo día, todos los ejércitos del SEÑOR salieron de la tierra de Egipto.

Y sucedió que aquel mismo día, el SEÑOR sacó a los hijos de Israel de la tierra de Egipto por sus ejércitos.

Y sucedió que cuando Faraón dejó ir al pueblo, Dios no los guió por el camino de la tierra de los filisteos, aunque estaba cerca, porque dijo Dios: No sea que el pueblo se arrepienta cuando vea guerra y se vuelva a Egipto.

Y sucedió que mientras Aarón hablaba a toda la congregación de los hijos de Israel, miraron hacia el desierto y, he aquí, la gloria del SEÑOR se apareció en la nube.

Y sucedió que por la tarde subieron las codornices y cubrieron el campamento, y por la mañana había una capa de rocío alrededor del campamento.

Y sucedió que en el sexto día recogieron doble porción de alimento, dos gomeres para cada uno. {Y} cuando todos los jefes de la congregación vinieron y se lo hicieron saber a Moisés,

Y sucedió que el séptimo día, algunos del pueblo salieron a recoger, pero no encontraron nada.

Y sucedió que mientras Moisés tenía en alto su mano, Israel prevalecía; y cuando dejaba caer la mano, prevalecía Amalec.

Y sucedió que al día siguiente dijo Moisés al pueblo: Vosotros habéis cometido un gran pecado, y yo ahora voy a subir al SEÑOR, quizá pueda hacer expiación por vuestro pecado.

Y sucedió que el día en que Moisés terminó de levantar el tabernáculo, lo ungió y lo consagró con todos sus muebles; también ungió y consagró el altar y todos sus utensilios.

Y sucedió que en el año segundo, en el mes segundo, el {día} veinte del mes, la nube se levantó de sobre el tabernáculo del testimonio;

Entonces el SEÑOR descendió en la nube y le habló; y tomó del Espíritu que estaba sobre él y {lo} colocó sobre los setenta ancianos. Y sucedió que cuando el Espíritu reposó sobre ellos, profetizaron; pero no volvieron a hacer{lo más.}

será perdonada toda la congregación de los hijos de Israel, y el extranjero que reside entre ellos, pues {sucedió} a todo el pueblo por error.

Sucedió, sin embargo, que cuando la congregación se había juntado contra Moisés y Aarón, se volvieron hacia la tienda de reunión, y he aquí, la nube la cubría y la gloria del SEÑOR apareció.

Y sucedió que a la mañana siguiente, Balac tomó a Balaam y lo hizo subir a los lugares altos de Baal, y desde allí vio un extremo del pueblo.

Y sucedió que en el año cuarenta, el mes undécimo, el primer {día} del mes, Moisés habló a los hijos de Israel conforme a todo lo que el SEÑOR le había ordenado que les {diera,}

Sucedió después de la muerte de Moisés, siervo del SEÑOR, que el SEÑOR habló a Josué, hijo de Nun, y ayudante de Moisés, diciendo:

Y sucedió que {a la hora de} cerrar la puerta, al oscurecer, los hombres salieron; no sé adónde fueron. Id de prisa tras ellos, que los alcanzaréis.

Y sucedió que al cabo de tres días los oficiales pasaron por medio del campamento;

Y sucedió que cuando todo el pueblo acabó de pasar el Jordán, el SEÑOR habló a Josué, diciendo:

y sucedió que cuando todo el pueblo había acabado de pasar, el arca del SEÑOR y los sacerdotes pasaron delante del pueblo.

Y sucedió que cuando los sacerdotes que llevaban el arca del pacto del SEÑOR subieron de en medio del Jordán, y las plantas de los pies de los sacerdotes salieron a tierra seca, las aguas del Jordán volvieron a su lugar y corrieron sobre todas sus riberas como antes.

Y sucedió que cuando terminaron de circuncidar a toda la nación, permanecieron en sus lugares en el campamento hasta que sanaron.

Y sucedió que cuando Josué estaba cerca de Jericó, levantó los ojos y miró, y he aquí, un hombre estaba frente a él con una espada desenvainada en la mano, y Josué fue hacia él y le dijo: ¿Eres de los nuestros o de nuestros enemigos?

Y sucedió que después que Josué había hablado al pueblo, los siete sacerdotes que llevaban las siete trompetas de cuerno de carnero delante del SEÑOR, se adelantaron y tocaron las trompetas; y el arca del pacto del SEÑOR los seguía.

Y sucedió que, a la séptima vez, cuando los sacerdotes tocaron las trompetas, Josué dijo al pueblo: ¡Gritad! Pues el SEÑOR os ha dado la ciudad.

Entonces el pueblo gritó y {los sacerdotes} tocaron las trompetas; y sucedió que cuando el pueblo oyó el sonido de la trompeta, el pueblo gritó a gran voz y la muralla se vino abajo, y el pueblo subió a la ciudad, cada hombre derecho hacia adelante, y tomaron la ciudad.

Y sucedió que cuando Israel acabó de matar a todos los habitantes de Hai en el campo {y} en el desierto, adonde ellos los habían perseguido y todos habían caído a filo de espada hasta ser exterminados, todo Israel volvió a Hai y la hirieron a filo de espada.

Y sucedió que al cabo de tres días después de haber hecho pacto con ellos, oyeron que eran vecinos y que habitaban en su tierra.

Y sucedió que cuando Adonisedec, rey de Jerusalén, oyó que Josué había capturado a Hai y que la había destruido por completo (como había hecho con Jericó y con su rey, así había hecho con Hai y con su rey), y que los habitantes de Gabaón habían concertado la paz con Israel y estaban dentro de su tierra,

Y sucedió que mientras huían delante de Israel, {cuando} estaban en la bajada de Bet-horón, el SEÑOR arrojó desde el cielo grandes piedras sobre ellos hasta Azeca, y murieron; y {fueron} más los que murieron por las piedras del granizo que los que mataron a espada los hijos de Israel.

Y sucedió que cuando Josué y los hijos de Israel terminaron de herirlos con gran matanza, hasta que fueron destruidos, y que los sobrevivientes que de ellos quedaron habían entrado en las ciudades fortificadas,

Y sucedió que cuando llevaron estos reyes a Josué, Josué llamó a todos los hombres de Israel, y dijo a los jefes de los hombres de guerra que habían ido con él: Acercaos, poned vuestro pie sobre el cuello de estos reyes. Ellos se acercaron y pusieron los pies sobre sus cuellos.

Y sucedió que a la hora de la puesta del sol, Josué dio órdenes y los bajaron de los árboles, y los echaron en la cueva donde se habían escondido; y sobre la boca de la cueva pusieron grandes piedras {que permanecen} hasta el día de hoy.

Y sucedió que cuando ella vino {a él,} éste la persuadió a que pidiera un campo a su padre. Ella entonces se bajó del asno, y Caleb le dijo: ¿Qué quieres?

Y sucedió que cuando los hijos de Israel se hicieron fuertes, sometieron a los cananeos a trabajos forzados, pero no los expulsaron totalmente.

Y sucedió que después de estas cosas Josué, hijo de Nun, siervo del SEÑOR, murió a la edad de ciento diez años.

Y sucedió que cuando ella vino {a él,} éste la persuadió a que pidiera un campo a su padre. Ella entonces se bajó del asno, y Caleb le dijo: ¿Qué quieres?

Y sucedió que cuando Israel se hizo fuerte, sometieron a los cananeos a trabajos forzados, pero no los expulsaron totalmente.

Y sucedió que cuando el ángel del SEÑOR habló estas palabras a todos los hijos de Israel, el pueblo alzó su voz y lloró.

Sucedió que aquella misma noche el SEÑOR le dijo: Toma el novillo de tu padre y otro novillo de siete años; derriba el altar de Baal que pertenece a tu padre y corta la Asera que está junto a él;

Gedeón tomó diez hombres de sus siervos e hizo como el SEÑOR le había dicho; y sucedió, que como temía mucho a la casa de su padre y a los hombres de la ciudad para hacerlo de día, lo hizo de noche.

Y así sucedió. Cuando se levantó temprano en la mañana, exprimió el vellón y escurrió el rocío del vellón, un tazón lleno de agua.

Y sucedió que al morir Gedeón, los hijos de Israel volvieron a prostituirse con los baales e hicieron a Baal-berit su dios.

Después de cierto tiempo sucedió que los hijos de Amón pelearon contra Israel.

Pues sucedió que cuando la llama subía del altar hacia el cielo, el ángel del SEÑOR ascendió en la llama del altar. Al ver {esto,} Manoa y su mujer cayeron rostro en tierra.

Y sucedió que cuando lo vieron, trajeron a treinta compañeros para que estuvieran con él.

Mas ella lloró delante de él los siete días que duró su banquete. Y sucedió el séptimo día que él se lo declaró porque ella le presionaba mucho. Entonces ella declaró el enigma a los hijos de su pueblo.

Después de algún tiempo, en los días de la siega del trigo, sucedió que Sansón visitó a su mujer con un cabrito, y dijo: Llegaré a mi mujer en {su} recámara. Pero el padre de ella no lo dejó entrar.

Después de esto sucedió que se enamoró de una mujer del valle de Sorec, que se llamaba Dalila.

Y sucedió que cuando estaban alegres, dijeron: Llamad a Sansón para que nos divierta. Llamaron, pues, a Sansón de la cárcel, y él los divertía. Y lo pusieron de pie entre las columnas.

Caminaron, pues, las dos hasta que llegaron a Belén. Y sucedió que cuando llegaron a Belén, toda la ciudad se conmovió a causa de ellas, y las {mujeres} decían: ¿{No} es ésta Noemí?

Y sucedió que a medianoche el hombre se asustó, se volvió, y he aquí que una mujer estaba acostada a sus pies.

Y sucedió que cuando mencionó el arca de Dios, {Elí} cayó de su asiento hacia atrás, junto a la puerta, se rompió la nuca y murió, pues {era} entrado en años y pesaba mucho. Había juzgado a Israel cuarenta años.

Y sucedió que cuando la habían trasladado, la mano del SEÑOR estuvo contra la ciudad {causando} gran confusión; e hirió a los hombres de la ciudad, desde el menor hasta el mayor, saliéndoles tumores.

Entonces enviaron el arca de Dios a Ecrón. Y sucedió que cuando el arca de Dios llegó a Ecrón, los ecronitas clamaron, diciendo: Han traído el arca del Dios de Israel hasta nosotros para matarnos a nosotros y a nuestro pueblo.

Y observad: si sube por el camino de su territorio a Bet-semes, entonces El nos ha hecho este gran mal. Pero si no, entonces sabremos que no fue su mano la que nos hirió; nos sucedió por casualidad.

Y sucedió que pasó mucho tiempo, veinte años, desde el día en que el arca quedó en Quiriat-jearim; y toda la casa de Israel añoraba al SEÑOR.

Y sucedió que cuando él volvió la espalda para dejar a Samuel, Dios le cambió el corazón, y todas aquellas señales le acontecieron en aquel día.

Y sucedió que cuando todos los que le conocían de antes vieron que ahora profetizaba con los profetas, los del pueblo se decían unos a otros: ¿Qué le ha sucedido al hijo de Cis? ¿Está Saúl también entre los profetas?

Y sucedió que Saúl regresaba del campo detrás de los bueyes, y dijo: ¿Qué {pasa} con el pueblo que está llorando? Entonces le contaron las palabras de los mensajeros de Jabes.

A la mañana siguiente Saúl dispuso al pueblo en tres compañías; y entraron en medio del campamento a la vigilia de la mañana, e hirieron a los amonitas hasta que calentó el día. Y sucedió que los que quedaron fueron dispersados, no quedando dos de ellos juntos.

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