'Castigo' en la Biblia
Y sabed hoy; porque no hablo con vuestros hijos que no han sabido ni visto el castigo del SEÑOR vuestro Dios, su grandeza, su mano fuerte, y su brazo extendido,
Ahora pues, mi padre os cargó de pesado yugo, mas yo añadiré a vuestro yugo; mi padre os castigó con azotes, mas yo os heriré con escorpiones.
y les habló conforme al consejo de los jóvenes, diciendo: Mi padre agravó vuestro yugo, pero yo añadiré a vuestro yugo; mi padre os castigó con azotes, mas yo os castigaré con escorpiones.
No permitió que nadie los oprimiera; antes por amor de ellos castigó a los reyes.
Así que, mi padre os cargó de grave yugo, y yo añadiré a vuestro yugo; mi padre os castigó con azotes, y yo con escorpiones.
y les habló conforme al consejo de los jóvenes, diciendo: Mi padre agravó vuestro yugo, y yo añadiré a vuestro yugo; mi padre os castigó con azotes, y yo con escorpiones.
Porque la iniquidad no sale del polvo, ni el castigo reverdece de la tierra.
Porque temí el castigo de Dios, contra cuya alteza yo no tendría poder.
Y ahora, reyes, entended; admitid castigo, jueces de la tierra.
¡Aborreciendo tú el castigo, y echando detrás de ti mis palabras!
No consintió que hombre los agraviara; y por causa de ellos castigó los reyes.
Me castigó gravemente JAH, mas no me entregó a la muerte.
Para conocer sabiduría y castigo; para entender las razones prudentes;
para recibir el castigo de prudencia, justicia, juicio y equidad;
El principio del conocimiento es el temor del SEÑOR; los locos despreciaron la sabiduría y el castigo.
Oye, hijo mío, el castigo de tu padre, y no deseches la ley de tu madre;
No deseches, hijo mío, el castigo del SEÑOR; ni te fatigues de su corrección;
Oíd, hijos, el castigo del padre; y estad atentos para que sepáis inteligencia.
Ten el castigo, no lo dejes; guárdalo, porque eso es tu vida.
y digas: ¡Cómo aborrecí el castigo, y mi corazón menospreció la reprensión;
El morirá por no haberse sometido al castigo; y por la grandeza de su locura, errará.
Porque el mandamiento es candela, y la enseñanza luz; y camino de vida las reprensiones del castigo;
Recibid mi castigo, y no plata; y ciencia más que el oro escogido.
Escuchad al castigo, y sed sabios; y no lo menospreciéis.
Camino a la vida es guardar el castigo; mas el que deja la reprensión, yerra.
El que ama el castigo ama la sabiduría; mas el que aborrece la reprensión, es carnal.
El hijo sabio toma el castigo del padre; mas el burlador no escucha la reprensión.
Pobreza y vergüenza tendrá el que menosprecia el castigo; mas el que guarda la corrección, será honrado.
El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; mas el que lo ama, madruga a castigarlo.
El loco menosprecia el castigo de su padre; mas el que guarda la corrección, saldrá prudente.
El castigo es molesto al que deja el camino; mas el que aborreciere la corrección, morirá.
El que tiene en poco el castigo, menosprecia su alma; mas el que escucha la corrección, tiene corazón entendido.
Abominación es al SEÑOR todo altivo de corazón; el pacto que él haga, no será sin castigo.
El que escarnece al pobre, afrenta a su Hacedor; y el que se alegra en la calamidad ajena, no quedará sin castigo.
El testigo falso no quedará sin castigo; y el que habla mentiras, perecerá.
Escucha el consejo, y recibe el castigo, para que seas sabio en tu vejez.
Aplica tu corazón al castigo, y tus oídos a las palabras de sabiduría.
No detengas el castigo del niño; porque si lo hirieres con vara, no morirá.
Y yo miré, y lo puse en mi corazón; lo vi, y tomé castigo.
Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestras iniquidades. El castigo de nuestra paz fue sobre él; y por su llaga hubo cura para nosotros.
Oh SEÑOR, ¿Por ventura no miran tus ojos a la verdad? Los azotaste, y no les dolió; los consumiste, y no quisieron recibir castigo; endurecieron sus rostros más que la piedra, no quisieron tornarse.
Les dirás por tanto: Esta es la gente que no escuchó la voz del SEÑOR su Dios, ni tomó castigo; se perdió la fe, y de la boca de ellos fue cortada.
Y me volvieron la cerviz, y no el rostro; y cuando les enseñaba, madrugando y enseñando, no oyeron para recibir castigo;
Así dijo el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel: Ve, y di a los varones de Judá, y a los moradores de Jerusalén: ¿Nunca recibiréis castigo escuchando mis palabras? Dijo el SEÑOR.
Tau: Cumplido es tu castigo por tu iniquidad, oh hija de Sion: nunca más te hará transportar. Visitará tu iniquidad, oh hija de Edom; descubrirá tus pecados.
Y serás oprobio, y deshonra, y castigo, y espanto a los gentiles que están alrededor de ti, cuando yo hiciere en ti juicios en furor e ira, y en reprensiones de ira. Yo, el SEÑOR, he hablado.
Y se apresuró el SEÑOR sobre el castigo, y lo trajo sobre nosotros; porque justo es el SEÑOR nuestro Dios en todas sus obras que hizo, porque no escuchamos su voz.
Efraín será asolado el día del castigo; en las tribus de Israel hice conocer mi verdad.
Y romped vuestro corazón, y no vuestros vestidos; y convertíos al SEÑOR vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira, y grande en misericordia, y que se arrepiente del castigo.
Diciendo: Ciertamente ahora me temerás; recibirás castigo, y no será derribada su habitación, todo lo cual yo visité sobre ella; mas ellos se levantaron de mañana y corrompieron todas sus obras.
y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que el SEÑOR de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por mano de los profetas primeros; fue, por tanto, hecho gran castigo por el SEÑOR de los ejércitos.
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