'Cuales' en la Biblia
Acuérdate, oh Jehová, contra los hijos de Edom en el día de Jerusalén; los cuales decían: Arrasadla, arrasadla hasta los cimientos.
los cuales maquinan males en su corazón, cada día urden contiendas.
También éstos son proverbios de Salomón, los cuales copiaron los varones de Ezequías, rey de Judá.
Las cuales se pierden en malas ocupaciones, y a los hijos que engendraron nada les queda en la mano.
Porque ¿quién sabe cuál es el bien del hombre en la vida, todos los días de la vida de su vanidad, los cuales él pasa como sombra? Porque ¿quién enseñará al hombre qué será después de él debajo del sol?
También he visto a los impíos ser sepultados, los cuáles entraban y salían del lugar santo, y ser olvidados en la ciudad donde esto hicieron. Esto también es vanidad.
Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años, de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento;
Salomón tuvo una viña en Baal-hamón, la cual entregó a guardas, cada uno de los cuales debía traer mil piezas de plata por su fruto.
los cuales dicen: Venga ya, apresúrese su obra, y veamos; acérquese, y venga el consejo del Santo de Israel, para que lo sepamos!
Pues aún quedará en ella una décima parte, y volverá a ser consumida, como la encina y el roble, de los cuales en la tala queda el tronco, así será el tronco de ella la simiente santa.
Jehová hará venir sobre ti, y sobre tu pueblo, y sobre la casa de tu padre, días cuales nunca vinieron desde el día que Efraín se apartó de Judá, es decir, al rey de Asiria.
En aquel día las ciudades fortificadas serán como los frutos que quedan en los renuevos y en las ramas, las cuales fueron dejadas a causa de los hijos de Israel; y habrá desolación.
a los cuales Él dijo: Éste es el reposo; dad reposo al cansado; y éste es el refrigerio; mas no quisieron oír.
A los cuales dijo el Rabsaces: Decid ahora a Ezequías: El gran rey, el rey de Asiria, dice así: ¿Qué confianza es ésta en que confías?
Los cuales le dijeron: Ezequías dice así: Día de angustia, de reprensión y de blasfemia, es este día; porque los hijos han llegado hasta el punto de nacer, y no hay fuerzas para dar a luz.
Y les dijo Isaías: Diréis así a vuestro señor: Así dice Jehová: No temas por las palabras que has oído, con las cuales me han blasfemado los siervos del rey de Asiria.
He aquí que yo haré retroceder la sombra de los grados, que ha descendido por el sol en el reloj de Acaz, diez grados. Y el sol retrocedió diez grados atrás, por los cuales había ya descendido.
Estate ahora en tus encantamientos, y con la multitud de tus hechizos, en los cuales te fatigaste desde tu niñez; quizá podrás mejorarte, quizá prevalecerás.
Cuando hiciste cosas terribles, cuales nunca esperábamos, y descendiste, se deslizaron los montes ante tu presencia.
por vuestras iniquidades, y las iniquidades de vuestros padres juntamente, dice Jehová, los cuales quemaron incienso sobre los montes, y sobre los collados me afrentaron; por tanto yo les mediré su obra antigua en su seno.
Porque he aquí que yo envío sobre vosotros serpientes, áspides, contra las cuales no hay encantamiento; y os morderán, dice Jehová.
Se han vuelto a las maldades de sus primeros padres, los cuales no quisieron escuchar mis palabras, antes se fueron tras dioses ajenos para servirles; la casa de Israel y la casa de Judá quebrantaron mi pacto, el cual había yo concertado con sus padres.
E irán las ciudades de Judá y los moradores de Jerusalén, y clamarán a los dioses a quienes queman ellos incienso, los cuales no los podrán salvar en el tiempo de su mal.
Por tanto, así dice Jehová sobre los profetas que profetizan en mi nombre, los cuales yo no envié, y que dicen: No habrá ni espada ni hambre en esta tierra: Con espada y con hambre serán consumidos esos profetas.
Porque mis ojos están sobre todos sus caminos, los cuales no se me ocultaron, ni su maldad se esconde de la presencia de mis ojos.
Porque me dejaron, y enajenaron este lugar, y ofrecieron en él perfumes a dioses ajenos, los cuales no habían ellos conocido, ni sus padres, ni los reyes de Judá; y llenaron este lugar de sangre de inocentes.
Y tú, Pasur, y todos los moradores de tu casa iréis cautivos, y entrarás en Babilonia, y allí morirás, y allí serás enterrado tú, y todos tus amigos, a los cuales has profetizado con mentira.
Así dice Jehová Dios de Israel: He aquí yo vuelvo atrás las armas de guerra que están en vuestras manos, con las cuales vosotros peleáis contra el rey de Babilonia y contra los caldeos, que os tienen sitiados fuera de la muralla, y yo los reuniré en medio de esta ciudad.
He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales levantaré a David un Renuevo justo, y un Rey reinará y prosperará, y hará juicio y justicia en la tierra.
Así dice Jehová Dios de Israel: Como a estos buenos higos, así consideraré a los transportados de Judá a los cuales eché de este lugar a tierra de caldeos, para su bien.
Porque así me dijo Jehová Dios de Israel: Toma de mi mano la copa del vino de este furor, y haz que beban de él todas las naciones a las cuales yo te envío.
Y tomé la copa de la mano de Jehová, y di de beber a todas las naciones a las cuales me envió Jehová;
para atender a las palabras de mis siervos los profetas que yo os envío, madrugando en enviarlos, a los cuales no habéis oído;
los cuales sacaron a Urías de Egipto, y lo trajeron al rey Joacim, y lo hirió a espada, y echó su cuerpo en los sepulcros del vulgo.
Y el profeta Jeremías dijo: Amén, así lo haga Jehová. Confirme Jehová tus palabras, con las cuales profetizaste que los vasos de la casa de Jehová, y todos los trasportados, han de ser devueltos de Babilonia a este lugar.
por mano de Elasa hijo de Safán, y de Gemarías hijo de Hilcías, (los cuales envió Sedequías rey de Judá a Babilonia, a Nabucodonosor rey de Babilonia,) diciendo:
Y los perseguiré con espada, con hambre y con pestilencia; y los haré objeto de aversión a todos los reinos de la tierra, de maldición y de espanto, y de escarnio y de afrenta a todas las naciones a las cuales los habré arrojado;
Y todos los trasportados de Judá que están en Babilonia, tomarán de ellos maldición, diciendo: Jehová te ponga como a Sedequías y como a Acab, los cuales asó al fuego el rey de Babilonia.
Porque yo estoy contigo, dice Jehová, para salvarte; y haré consumación en todas las naciones entre las cuales te esparcí; pero en ti no haré consumación, sino que te castigaré con justicia; de ninguna manera te dejaré sin castigo.
He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Jacob y la casa de Judá:
Y edificaron altares a Baal, los cuales están en el valle del hijo de Hinom, para hacer pasar por el fuego a sus hijos y a sus hijas a Moloc, lo cual no les mandé, ni me vino al pensamiento que hiciesen esta abominación, para hacer pecar a Judá.
He aquí que yo los juntaré de todas las tierras a las cuales los eché con mi furor, y con mi enojo y saña grande; y los haré tornar a este lugar, y los haré habitar seguramente,
(Porque vinieron para pelear con los caldeos, para llenarlas de cuerpos de hombres muertos, a los cuales herí yo con mi furor y con mi ira, pues yo escondí mi rostro de esta ciudad, a causa de toda su maldad.)
Y os lo he denunciado hoy, y no habéis obedecido a la voz de Jehová vuestro Dios, ni a todas las cosas por las cuales me envió a vosotros.
Y aconteció que como Jeremías acabó de hablar a todo el pueblo todas las palabras de Jehová su Dios, esto es, todas las palabras por las cuales Jehová su Dios le había enviado a ellos,
Tú, siervo mío Jacob, no temas, dice Jehová; porque yo estoy contigo; porque haré consumación en todas las gentes a las cuales te habré echado; mas en ti no haré consumación, sino que te castigaré con juicio, de ninguna manera te dejaré sin castigo.
De Cedar y de los reinos de Hazor, los cuales hirió Nabucodonosor rey de Babilonia. Así dice Jehová: Levantaos, subid contra Cedar, y destruid a los hijos del oriente.
Extendió su mano el enemigo a todas sus cosas preciosas; y ella ha visto entrar en su santuario las gentes, de las cuales mandaste que no entrasen en tu congregación.
El yugo de mis transgresiones está atado por su mano, ataduras han subido sobre mi cerviz: ha hecho que falten mis fuerzas; me ha entregado el Señor en manos contra las cuales no podré levantarme.
Tales eran sus rostros; y tenían sus alas extendidas por encima, cada uno dos, las cuales se juntaban; y las otras dos cubrían sus cuerpos.
Cuando arroje yo sobre ellos las perniciosas saetas del hambre, que serán para destrucción, las cuales enviaré para destruiros, entonces aumentaré el hambre sobre vosotros, y quebrantaré entre vosotros la provisión de pan.
Y los que de vosotros escaparen, se acordarán de mí entre las naciones entre las cuales serán cautivos; porque yo me quebranté a causa de su corazón fornicario, que se apartó de mí, y a causa de sus ojos, que fornicaron tras sus ídolos; y se avergonzarán de sí mismos, a causa de los males que hicieron en todas sus abominaciones.
Traeré, por tanto, a los más malos de las naciones, los cuales poseerán sus casas; y haré cesar la soberbia de los poderosos, y sus santuarios serán profanados.
Y el Espíritu me elevó, y me metió por la puerta oriental de la casa de Jehová, la cual mira hacia el oriente: y he aquí a la entrada de la puerta veinticinco varones, entre los cuales vi a Jaazanías hijo de Azur, y a Pelatías hijo de Benaía, príncipes del pueblo.
Los cuales dicen: No será tan pronto; edifiquemos casas; ésta será la caldera, y nosotros la carne.
Por tanto, di: Así dice Jehová el Señor: Yo os recogeré de los pueblos, y os congregaré de las tierras en las cuales estáis esparcidos, y os daré la tierra de Israel.
Hijo de hombre, tú habitas en medio de casa rebelde, los cuales tienen ojos para ver, y no ven, tienen oídos para oír, y no oyen, porque son casa rebelde.
Por tanto, he aquí que yo extendí sobre ti mi mano, y disminuí tu provisión ordinaria, y te entregué a la voluntad de las hijas de los filisteos, que te aborrecen, las cuales se avergüenzan de tu camino deshonesto.
Así dice Jehová el Señor: Por cuanto fue descubierta tu suciedad, y tu desnudez ha sido manifestada a tus amantes con tus prostituciones, y a todos los ídolos de tus abominaciones, y en la sangre de tus hijos, los cuales les diste;
por tanto, he aquí que yo reuniré a todos tus amantes con los cuales tomaste placer, y a todos los que amaste, con todos los que aborreciste; y los reuniré contra ti alrededor, y descubriré tu desnudez ante ellos, para que vean toda tu desnudez.
Y te acordarás de tus caminos y te avergonzarás, cuando recibas a tus hermanas, las mayores que tú y las menores que tú, las cuales yo te daré por hijas, mas no por tu pacto.
Pero actué por causa de mi nombre, para que no se infamase ante los ojos de las naciones en medio de las cuales estaban, en cuyos ojos me di a conocer sacándolos de la tierra de Egipto.
y les di mis ordenanzas, y les declaré mis decretos, los cuales el hombre que los hiciere, vivirá por ellos.
Mas se rebeló contra mí la casa de Israel en el desierto; no anduvieron en mis ordenanzas, y desecharon mis decretos, los cuales el hombre que los hiciere, vivirá por ellos; y mis sábados profanaron en gran manera; dije, por tanto, que había de derramar sobre ellos mi ira en el desierto para consumirlos.
Sin embargo los hijos se rebelaron contra mí; no anduvieron en mis estatutos, ni guardaron mis decretos para ponerlos por obra, los cuales el hombre que los hiciere, vivirá por ellos; profanaron mis sábados. Dije entonces que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo contra ellos en el desierto.
Por eso yo también les di estatutos que no eran buenos, y decretos por los cuales no podrían vivir.
las cuales se prostituyeron en Egipto; en su juventud se prostituyeron. Allí fueron apretados sus pechos, y allí fueron estrujados los pechos de su virginidad.
Y se llamaban, la mayor, Ahola, y su hermana, Aholiba; las cuales fueron mías, y dieron a luz hijos e hijas. Y llamaron a Samaria, Ahola; y Jerusalén, Aholiba.
Aun multiplicó sus prostituciones trayendo en memoria los días de su juventud, en los cuales se había prostituido en la tierra de Egipto.
Por tanto, Aholiba, así dice Jehová el Señor: He aquí que yo despierto tus amantes contra ti, de los cuales se sació tu deseo, y yo les haré venir contra ti en derredor;
Porque así dice Jehová el Señor: He aquí, yo te entrego en mano de aquellos que tú aborreciste, en mano de aquellos de los cuales se hastió tu alma;
los cuales obrarán contigo con odio, y tomarán todo lo que tú trabajaste, y te dejarán desnuda y descubierta; y se descubrirá la vergüenza de tus prostituciones; tanto tu lujuria como tus prostituciones.
Estas cosas se harán contigo, porque te prostituiste en pos de las naciones, en las cuales te contaminaste con sus ídolos.
Y aun más, enviaron por hombres que viniesen de lejos, a los cuales había sido enviado mensajero; y he aquí vinieron; y por amor de ellos te lavaste, y pintaste tus ojos, y te ataviaste con adornos;
Así dice Jehová el Señor: Cuando reúna la casa de Israel de los pueblos entre los cuales está esparcida, entonces me santificaré en ellos a los ojos de las naciones, y habitarán en su tierra, la cual di a mi siervo Jacob.
Porque así dice Jehová el Señor: Al fin de cuarenta años juntaré a Egipto de los pueblos entre los cuales fueren esparcidos;
Sus sepulcros fueron puestos a los lados de la fosa, y su gente está por los alrededores de su sepulcro; todos ellos cayeron muertos a espada, los cuales causaron terror en la tierra de los vivientes.
Allí está Elam, y toda su multitud por los alrededores de su sepulcro; todos ellos cayeron muertos a espada, los cuales descendieron incircuncisos a las partes más bajas de la tierra, porque causaron terror en la tierra de los vivientes, mas llevaron su confusión con los que descienden a la fosa.
Y no yacerán con los fuertes que cayeron de los incircuncisos, los cuales descendieron al infierno con sus armas de guerra, y pusieron sus espadas debajo de sus cabezas; mas sus pecados estarán sobre sus huesos, porque fueron terror de fuertes en la tierra de los vivientes.
Allí está Idumea, sus reyes y todos sus príncipes, los cuales con su poderío fueron puestos con los muertos a espada: ellos yacerán con los incircuncisos, y con los que descienden a la fosa.
No se contaminarán ya más con sus ídolos, ni con sus abominaciones, ni con ninguna de sus transgresiones; y los salvaré de todas sus habitaciones en las cuales pecaron, y los limpiaré; y ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios.
Así dice Jehová el Señor: ¿No eres tú aquél de quien hablé yo en tiempos pasados por mis siervos los profetas de Israel, los cuales profetizaron en aquellos tiempos que yo te había de traer sobre ellos?
Cuatro mesas a un lado, y cuatro mesas al otro lado, junto a la puerta; ocho mesas, sobre las cuales degollaban los sacrificios.
Y fuera de la puerta interior, en el atrio de adentro que estaba al lado de la puerta del norte, estaban las cámaras de los cantores, las cuales miraban hacia el sur; una estaba al lado de la puerta del oriente que miraba hacia el norte.
Y la cámara que mira hacia el norte es de los sacerdotes que tienen la guarda del altar; éstos son los hijos de Sadoc, los cuales son llamados de los hijos de Leví para ministrar a Jehová.
Y me dijo: Las cámaras del norte y las del sur, que están delante del área reservada, son cámaras santas, en las cuales los sacerdotes que se acercan a Jehová comerán las cosas santísimas; allí pondrán las ofrendas santas, el presente, y la expiación, y el sacrificio por el pecado; porque el lugar es santo.
Me metió después por la entrada que estaba hacia la puerta, a las cámaras santas de los sacerdotes, las cuales miraban al norte, y vi que había allí un lugar a los lados del occidente.
a los cuales el príncipe de los eunucos puso nombres. A Daniel llamó Beltsasar; y a Ananías, Sadrac; y a Misael, Mesac; y a Azarías, Abed-nego.
Pasados, pues, los días al fin de los cuales había dicho el rey que los trajesen, el príncipe de los eunucos los trajo delante de Nabucodonosor.
Hay unos varones judíos, los cuales pusiste tú sobre los negocios de la provincia de Babilonia; Sadrac, Mesac, y Abed-nego; estos varones, oh rey, no han hecho cuenta de ti; no adoran tus dioses, no adoran la estatua de oro que tú levantaste.
Y sobre ellos tres presidentes (de los cuales Daniel era el primero), a quienes estos gobernadores diesen cuenta, para que el rey no recibiese daño.
en el año primero de su reinado, yo Daniel miré atentamente en los libros el número de los años, de los cuales vino palabra de Jehová al profeta Jeremías, que había de concluir la asolación de Jerusalén en setenta años.
y no obedecimos a la voz de Jehová nuestro Dios, para andar en sus leyes, las cuales Él puso delante de nosotros por medio de sus siervos los profetas.
Y haré talar sus vides y sus higueras, de las cuales ha dicho: Mi pago son, que me han dado mis amantes. Y las reduciré a un matorral, y las comerán las bestias del campo.
Y visitaré sobre ella los tiempos de los Baales, a los cuales incensaba, y se adornaba de sus zarcillos y de sus joyeles, y se iba tras sus amantes olvidándose de mí, dice Jehová.
Y me dijo otra vez Jehová: Ve, ama una mujer amada de su compañero (aunque adúltera), como el amor de Jehová para con los hijos de Israel; los cuales miran a dioses ajenos, y aman frascos de vino.
Y ahora añadieron a su pecado, y de su plata se han hecho según su entendimiento, estatuas de fundición, ídolos, toda obra de artífices; acerca de los cuales dicen a los hombres que sacrifican, que besen los becerros.
¿Dónde está tu rey, para que te salve con todas tus ciudades; y tus jueces, de los cuales dijiste: Dame rey y príncipes?
Y será que cualquiera que invocare el nombre de Jehová, será salvo; porque en el monte de Sión y en Jerusalén habrá salvación, como Jehová ha dicho, y en los que quedaren, a los cuales Jehová habrá llamado.
reuniré a todas las naciones, y las haré descender al valle de Josafat, y allí entraré en juicio con ellas a causa de mi pueblo, y de Israel mi heredad, a los cuales esparcieron entre las naciones, y repartieron mi tierra;