'Cuando' en la Biblia
Y sucedió que cuando ella vino {a él,} éste la persuadió a que pidiera un campo a su padre. Ella entonces se bajó del asno, y Caleb le dijo: ¿Qué quieres?
Y sucedió que cuando Israel se hizo fuerte, sometieron a los cananeos a trabajos forzados, pero no los expulsaron totalmente.
Y los amorreos persistieron en habitar en el monte de Heres, en Ajalón y en Saalbim; pero cuando el poder de la casa de José se fortaleció, fueron sometidos a trabajos forzados.
Y sucedió que cuando el ángel del SEÑOR habló estas palabras a todos los hijos de Israel, el pueblo alzó su voz y lloró.
Cuando el SEÑOR les levantaba jueces, el SEÑOR estaba con el juez y los libraba de mano de sus enemigos todos los días del juez; porque el SEÑOR se compadecía por sus gemidos a causa de los que los oprimían y afligían.
tampoco yo volveré a expulsar de delante de ellos a ninguna de las naciones que Josué dejó cuando murió,
Cuando los hijos de Israel clamaron al SEÑOR, el SEÑOR levantó un libertador a los hijos de Israel para que los librara, a Otoniel, hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb.
Y vino sobre él el Espíritu del SEÑOR, y juzgó a Israel. Cuando salió a la guerra, el SEÑOR entregó en su mano a Cusán-risataim, rey de Mesopotamia, y su poder prevaleció sobre Cusán-risataim.
Y aconteció que cuando terminó de presentar el tributo, despidió a la gente que había traído el tributo.
Aod vino a él cuando estaba sentado solo en su sala de verano. Y Aod dijo: Tengo un mensaje de Dios para ti. Y él se levantó de su silla.
Y cuando llegó, tocó la trompeta en la región montañosa de Efraín; y los hijos de Israel descendieron con él de la región montañosa, {estando} él al frente de ellos.
Cuando murió Aod, los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos del SEÑOR.
Y he aquí, cuando Barac perseguía a Sísara, Jael salió a su encuentro, y le dijo: Ven, y te mostraré al hombre que buscas. Y él entró con ella, y he aquí que Sísara yacía muerto con la estaca en la sien.
SEÑOR, cuando saliste de Seir, cuando marchaste del campo de Edom, la tierra tembló, también cayeron gotas del cielo, y las nubes destilaron agua.
Porque sucedía que cuando {los hijos de} Israel sembraban, los madianitas venían con los amalecitas y los hijos del oriente y subían contra ellos;
Y cuando los hijos de Israel clamaron al SEÑOR a causa de Madián,
Cuando los hombres de la ciudad se levantaron temprano en la mañana, he aquí, el altar de Baal había sido derribado y cortada la Asera que estaba junto a él, y el segundo novillo había sido ofrecido en el altar que se había edificado.
Y se dijeron unos a otros: ¿Quién ha hecho esto? Y cuando buscaron e inquirieron, dijeron: Gedeón, hijo de Joás, ha hecho esto.
Y así sucedió. Cuando se levantó temprano en la mañana, exprimió el vellón y escurrió el rocío del vellón, un tazón lleno de agua.
Cuando llegó Gedeón, he aquí que un hombre estaba contando un sueño a su amigo, y decía: He aquí, tuve un sueño; un pan de cebada iba rodando hasta el campamento de Madián, y llegó hasta la tienda y la golpeó de manera que cayó, y la volcó de arriba abajo y la tienda quedó extendida.
Cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación, se inclinó y adoró. Volvió al campamento de Israel, y dijo: Levantaos, porque el SEÑOR ha entregado en vuestras manos el campamento de Madián.
Y les dijo: Miradme, y haced lo mismo que yo. Y he aquí, cuando yo llegue a las afueras del campamento, como yo haga, así haréis vosotros.
Cuando yo y todos los que estén conmigo toquemos la trompeta, entonces también vosotros tocaréis las trompetas alrededor de todo el campamento, y decid: ``Por el SEÑOR y por Gedeón."
Y llegó Gedeón con los cien hombres que estaban con él a las afueras del campamento, al principio de la guardia de media{noche,} cuando apenas habían apostado la guardia; tocaron las trompetas y rompieron los cántaros que tenían en las manos.
Cuando las tres compañías tocaron las trompetas, rompieron los cántaros, y sosteniendo las antorchas en la mano izquierda y las trompetas en la mano derecha para tocarlas, gritaron: ¡La espada del SEÑOR y de Gedeón!
Cuando tocaron las trescientas trompetas, el SEÑOR puso la espada del uno contra el otro por todo el campamento; y el ejército huyó hasta Bet-sita, en dirección de Zerera, hasta la orilla de Abel-mehola, junto a Tabat.
Y capturaron a los dos jefes de Madián, Oreb y Zeeb; mataron a Oreb en la peña de Oreb y mataron a Zeeb en el lagar de Zeeb, cuando perseguían a Madián. Y trajeron a Gedeón las cabezas de Oreb y Zeeb del otro lado del Jordán.
Entonces los hombres de Efraín le dijeron: ¿Qué es esto que nos has hecho, al no llamarnos cuando fuiste a pelear contra Madián? Y lo criticaron duramente.
Dios ha entregado en vuestras manos a los jefes de Madián, Oreb y Zeeb; ¿y qué pude hacer yo en comparación con vosotros? Entonces se aplacó la ira de ellos contra él cuando dijo esto.
Y Gedeón respondió: Muy bien, cuando el SEÑOR haya entregado en mi mano a Zeba y a Zalmuna, trillaré vuestras carnes con espinos del desierto y con abrojos.
Y habló también a los hombres de Peniel, diciendo: Cuando yo vuelva sano y salvo, derribaré esta torre.
Y subió Gedeón por el camino de los que habitaban en tiendas al este de Noba y Jogbeha, y atacó el campamento cuando el campamento estaba desprevenido.
Cuando Zeba y Zalmuna huyeron, los persiguió; capturó a los dos reyes de Madián, Zeba y Zalmuna y llenó de terror a todo el ejército.
Cuando se lo informaron a Jotam, fue y se paró en la cumbre del monte Gerizim, y alzando su voz, clamó y les dijo: Escuchadme, habitantes de Siquem, para que os oiga Dios.
Y cuando Zebul, gobernante de la ciudad, oyó las palabras de Gaal, hijo de Ebed, se encendió en ira.
Y sucederá en la mañana, en cuanto salga el sol, que te levantarás temprano y arremeterás contra la ciudad; y he aquí, que cuando él y el pueblo que está con él salga contra ti, harás con ellos lo que te venga a mano.
Y él tomó a su gente, la dividió en tres compañías y puso emboscada en el campo; cuando miró y vio al pueblo salir de la ciudad, se levantó contra ellos y los mató.
Cuando los hombres de Israel vieron que Abimelec había muerto, cada cual partió para su casa.
Cuando los sidonios, los amalecitas y los maonitas os oprimían, clamasteis a mí, y yo os libré de sus manos.
Y la mujer de Galaad le dio hijos; y cuando los hijos de su mujer crecieron, echaron fuera a Jefté, y le dijeron: No tendrás heredad en la casa de nuestro padre, porque eres hijo de otra mujer.
Y cuando los hijos de Amón pelearon contra Israel, los ancianos de Galaad fueron a traer a Jefté de la tierra de Tob.
Entonces Jefté dijo a los ancianos de Galaad: ¿No me odiasteis y me echasteis de la casa de mi padre? ¿Por qué, pues, habéis venido a mí ahora cuando estáis en apuros?
Y el rey de los hijos de Amón dijo a los mensajeros de Jefté: Porque Israel tomó mi tierra, cuando subieron de Egipto, desde el Arnón hasta el Jaboc y el Jordán; por tanto devuélvela ahora en paz.
``Porque cuando subieron de Egipto, e Israel pasó por el desierto hasta el mar Rojo y llegó a Cades,
sucederá que cualquiera que salga de las puertas de mi casa a recibirme cuando yo vuelva en paz de los hijos de Amón, será del SEÑOR, o lo ofreceré como holocausto.
Cuando Jefté llegó a su casa en Mizpa, he aquí, su hija salió a recibirlo con panderos y con danzas. Era ella su única hija; fuera de ella no tenía hijo ni hija.
Y cuando la vio, él rasgó sus ropas y dijo: ¡Ay, hija mía! Me has abatido y estás entre los que me afligen; porque he dado mi palabra al SEÑOR, y no me puedo retractar.
Y Jefté les respondió: Yo y mi pueblo estábamos en gran contienda con los hijos de Amón, y cuando os llamé, no me librasteis de sus manos.
Y se apoderaron los galaaditas de los vados del Jordán al lado opuesto de Efraín. Y aconteció que cuando {alguno de} los fugitivos de Efraín decía: Dejadme cruzar, los hombres de Galaad le decían: ¿Eres efrateo? Si él respondía: No,
Y Dios escuchó la voz de Manoa. Y el ángel de Dios vino otra vez a la mujer cuando estaba sentada en el campo; y Manoa su marido no estaba con ella.
Manoa se levantó y siguió a su mujer, y cuando llegó al hombre, le dijo: ¿Eres el hombre que habló a la mujer? Y él respondió: Yo soy.
Y Manoa dijo: Cuando tus palabras se cumplan, ¿cómo debe ser el modo de vivir del muchacho y cuál su vocación?
Y Manoa dijo al ángel del SEÑOR: ¿Cuál es tu nombre, para que cuando se cumplan tus palabras, te honremos?
Pues sucedió que cuando la llama subía del altar hacia el cielo, el ángel del SEÑOR ascendió en la llama del altar. Al ver {esto,} Manoa y su mujer cayeron rostro en tierra.
Cuando regresó, se lo contó a su padre y a su madre, diciendo: Vi en Timnat a una mujer de las hijas de los filisteos; ahora pues, tomádmela por mujer.
Cuando regresó más tarde para tomarla, se apartó {del camino} para ver el cadáver del león; y he aquí que había un enjambre de abejas y miel en el cuerpo del león.
Recogió la miel en sus manos y siguió adelante, comiéndo{la} mientras caminaba. Cuando llegó {adonde estaban} su padre y su madre, les dio {miel} y ellos comieron; pero no les contó que había recogido la miel del cuerpo del león.
Y sucedió que cuando lo vieron, trajeron a treinta compañeros para que estuvieran con él.
Entonces Sansón le respondió: Esta vez no tendré culpa en cuanto a los filisteos cuando les haga daño.
Y abrió Dios la cuenca que está en Lehi y salió agua de ella. Cuando bebió, recobró sus fuerzas y se reanimó. Por eso llamó a aquel lugar En-hacore, el cual está en Lehi hasta el día de hoy.
Y tenía ella {hombres} al acecho en un aposento interior. Entonces le dijo: ¡Sansón, los filisteos se te echan encima! Pero él rompió las cuerdas como se rompe un hilo de estopa cuando toca el fuego. Y no se descubrió {el secreto de} su fuerza.
Entonces ella le dijo: ¿Cómo puedes decir: ``Te quiero", cuando tu corazón no está conmigo? Me has engañado estas tres veces y no me has declarado dónde reside tu gran fuerza.
Y cuando la gente lo vio, alabaron a su dios, pues decían: Nuestro dios ha entregado en nuestras manos a nuestro enemigo, al que asolaba nuestra tierra, y multiplicaba nuestros muertos.
Y sucedió que cuando estaban alegres, dijeron: Llamad a Sansón para que nos divierta. Llamaron, pues, a Sansón de la cárcel, y él los divertía. Y lo pusieron de pie entre las columnas.
Cuando él devolvió la plata a su madre, su madre tomó doscientas {piezas} de plata y se las dio al platero que las convirtió en una imagen tallada y una de fundición, y quedaron en casa de Micaía.
Cuando estaban cerca de la casa de Micaía, reconocieron la voz del joven levita; y llegándose allá, le dijeron: ¿Quién te trajo aquí? ¿Qué estás haciendo en este {lugar} y qué tienes aquí?
Cuando entréis, llegaréis a un pueblo confiado, con una tierra espaciosa que Dios la ha entregado en vuestras manos; es un lugar donde no falta nada de lo que hay sobre la tierra.
Cuando aquéllos entraron a la casa de Micaía y tomaron la imagen tallada, el efod, los ídolos domésticos y la imagen de fundición, el sacerdote les dijo: ¿Qué hacéis?
Cuando se alejaron de la casa de Micaía, los hombres que {estaban} en las casas cerca de la casa de Micaía, se juntaron y alcanzaron a los hijos de Dan.
Y los hijos de Dan prosiguieron su camino; y cuando Micaía vio que eran muy fuertes para él, dio la vuelta y regresó a su casa.
En aquellos días, cuando no había rey en Israel, había un levita que residía en la parte más remota de la región montañosa de Efraín, el cual tomó para sí una concubina de Belén de Judá.
Su marido se levantó y fue tras ella para hablarle cariñosamente y hacerla volver, llevando consigo a su criado y un par de asnos. Y ella lo llevó dentro de la casa de su padre, y cuando el padre de la joven lo vio, se alegró de conocerlo.
Cuando el hombre se levantó para irse con su concubina y su criado, su suegro, el padre de la joven, le dijo: He aquí, ya ha declinado el día; te ruego que pases la noche. Mira, el día llega a su fin; pasa la noche aquí para que se alegre tu corazón. Y mañana os levantaréis temprano para vuestro viaje y te irás a tu casa.
Cuando {estaban} cerca de Jebús, el día casi había declinado; y el criado dijo a su señor: Te ruego que vengas, nos desviemos, y entremos en esta ciudad de los jebuseos y pasemos la noche en ella.
Y se desviaron allí para entrar {y} alojarse en Guibeá. Cuando entraron, se sentaron en la plaza de la ciudad porque nadie los llevó a {su} casa para pasar la noche.
Cuando amanecía, la mujer vino y cayó a la entrada de la casa del hombre donde estaba su señor hasta {que se hizo} de día.
Cuando entró en su casa tomó un cuchillo, y tomando a su concubina, la cortó en doce pedazos, miembro por miembro, y la envió por todo el territorio de Israel.
tomaremos diez hombres de cada cien por todas las tribus de Israel, y cien de cada mil, y mil de cada diez mil para proveer víveres para el pueblo, para que cuando vayan a Guibeá de Benjamín {los} castiguen por toda la infamia que han cometido en Israel.
Cuando diez mil hombres escogidos de todo Israel fueron contra Guibeá, la batalla se hizo reñida; pero Benjamín no sabía que el desastre se le acercaba.
Y los hijos de Benjamín vieron que estaban derrotados. Cuando los hombres de Israel cedieron terreno a Benjamín porque confiaban en las emboscadas que habían puesto contra Guibeá,
Pero cuando la nube de humo como columna empezó a levantarse de la ciudad, Benjamín miró tras sí; y he aquí, de toda la ciudad subía {humo} al cielo.
Porque cuando contaron al pueblo, he aquí, ninguno de los habitantes de Jabes-galaad estaba allí.
Y sucederá que cuando sus padres o sus hermanos vengan a quejarse a nosotros, les diremos: Dádnoslas voluntariamente, porque no pudimos tomar en batalla una mujer para cada hombre {de Benjamín,} tampoco vosotros {se} las disteis, {pues} entonces seríais culpables.