'Del' en la Biblia
antes en la ley del SEÑOR es su voluntad, y en su ley pensará de día y de noche.
Del SEÑOR es la salud: Sobre tu pueblo será tu bendición. (Selah.)
Alabaré yo al SEÑOR conforme a su justicia, y cantaré al nombre del SEÑOR el Altísimo.
¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?
las aves de los cielos, y los peces del mar; lo que pasa por los caminos del mar.
Porque demandando la sangre se acordó de ellos; no se olvidó del clamor de los humildes.
Por cuanto se alabó el malo del deseo de su alma, y diciendo bien al robador, blasfema del SEÑOR.
Tú has visto; porque tú miras el trabajo, y el enojo, para dar justicia en tus manos; a ti se acoge el pobre, tú eres el amparo del huérfano.
Quebranta el brazo del inicuo; del malo buscarás su maldad, y no la hallarás.
El SEÑOR está en el templo de su santidad; la silla del SEÑOR está en el cielo; sus ojos ven, sus párpados prueban a los hijos de los hombres.
Sobre los malos lloverá lazos; fuego y azufre, con vientos de torbellinos, será la porción del cáliz de ellos.
Las palabras del SEÑOR son palabras limpias, como plata refinada en horno de tierra, colada siete veces.
El consejo del pobre habéis escarnecido, por cuanto el SEÑOR es su esperanza.
Para las obras humanas, por la palabra de tus labios yo observé los caminos del violento.
Guárdame como lo negro de la niña del ojo, escóndeme con la sombra de tus alas.
Levántate, oh SEÑOR; prevén su encuentro, póstrale; libra mi alma del malo con tu espada;
Dolores del Seol me rodearon, me previnieron lazos de muerte.
Y cabalgó sobre un querubín, y voló; voló sobre las alas del viento.
Y aparecieron las honduras de las aguas, y se descubrieron los cimientos del mundo por tu reprensión, oh SEÑOR, por el soplo del viento de tu nariz.
Por cuanto guardé los caminos del SEÑOR, y no me volví impío apostatando de mi Dios.
Dios, perfecto su camino; la palabra del SEÑOR afinada; escudo es a todos los que esperan en él.
Porque ¿qué Dios hay fuera del SEÑOR? ¿Y qué fuerte fuera de nuestro Dios?
Y los molí como polvo delante del viento; los esparcí como lodo de las calles.
En toda la tierra salió su hilo, y al cabo del mundo sus palabras. En ellos puso tabernáculo para el sol.
La ley del SEÑOR es perfecta, que convierte el alma; el testimonio del SEÑOR es fiel, que hace sabio al pequeño.
Los mandamientos del SEÑOR son rectos, que alegran el corazón; el precepto del SEÑOR es puro, que alumbra los ojos.
El temor del SEÑOR es limpio, que permanece para siempre; los derechos del SEÑOR son verdad, todos justos.
El SEÑOR te oiga en el día de la angustia; te ensalce el nombre del Dios de Jacob.
Estos confían en carros, y aquéllos en caballos; mas nosotros del nombre del SEÑOR nuestro Dios tendremos memoria.
Por cuanto el Rey confía en el SEÑOR, y en la misericordia del Altísimo, no será conmovido.
Mas yo soy gusano, y no varón; oprobio de los hombres, y desecho del pueblo.
Pero tú eres el que me sacó del vientre, el que me haces esperar en ti desde que estaba a los pechos de mi madre.
Libra de la espada mi alma; del poder del perro mi vida.
Sálvame de la boca del león, y de los cuernos de los unicornios líbrame.
Porque no menospreció ni abominó la aflicción del pobre en espíritu, ni de él escondió su rostro; y cuando clamó a él, le oyó.
Porque del SEÑOR es el reino; y él se enseñoreará de los gentiles.
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida; y en la Casa del SEÑOR reposaré para siempre.
Del SEÑOR es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan.
¿Quién subirá al monte del SEÑOR? ¿Y quién estará en el lugar de su santidad?
El recibirá bendición del SEÑOR, y justicia del Dios de salud.
Yod Todas las sendas del SEÑOR son misericordia y verdad, para los que guardan su pacto y sus testimonios.
Nun El secreto del SEÑOR es para los que le temen; y a ellos hará conocer su pacto.
SEÑOR, la habitación de tu Casa he amado, y el lugar del tabernáculo de tu gloria.
Una cosa he demandado al SEÑOR, ésta buscaré; que esté yo en la Casa del SEÑOR todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del SEÑOR, y para inquirir en su templo.
Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; me esconderá en el escondrijo de su tienda; en roca me pondrá alto.
Hubiera yo desmayado, si no creyera que tengo de ver la bondad del SEÑOR en la tierra de los vivientes.
Porque no entendieron las obras del SEÑOR, y el hecho de sus manos, los derribará, y no los edificará.
Voz del SEÑOR sobre las aguas; el Dios de gloria hizo tronar; el SEÑOR sobre las muchas aguas.
Voz del SEÑOR con potencia; voz del SEÑOR con gloria.
Voz del SEÑOR que quebranta los cedros; y quebrantó el SEÑOR los cedros del Líbano.
Voz del SEÑOR que corta llamas de fuego.
Voz del SEÑOR que hará temblar el desierto; hará temblar el SEÑOR el desierto de Cades.
Voz del SEÑOR que hará estar de parto a las ciervas, y desnudará los bosques; y en su templo todos los suyos le dicen gloria.
Oh SEÑOR, hiciste subir mi alma del Seol; me diste vida de mi descendimiento a la sepultura.
y no me encerraste en mano del enemigo; hiciste estar mis pies en anchura.
He sido olvidado del todo como un muerto; he venido a ser como un vaso perdido.
Los esconderás en el escondedero de tu rostro de las arrogancias del hombre; los esconderás en el tabernáculo a cubierto de contención de lenguas.
Porque recta es la palabra del SEÑOR, y toda su obra es hecha con verdad.
El ama justicia y juicio; de la misericordia del SEÑOR está llena la tierra.
Con la palabra del SEÑOR fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos con el espíritu de su boca.
El junta como en un montón las aguas del mar; él pone por tesoros los abismos.
Tema al SEÑOR toda la tierra; teman de él todos los habitadores del mundo.
El consejo del SEÑOR permanecerá para siempre; los pensamientos de su corazón por todas las generaciones.
El rey no es salvo con la multitud del ejército; no escapa el valiente con la mucha fuerza.
He aquí, el ojo del SEÑOR sobre los que le temen, sobre los que esperan su misericordia;
Zain El ángel del SEÑOR acampa en derredor de los que le temen, y los defiende.
Caf Venid, hijos, oídme; el temor del SEÑOR os enseñaré.
Nun Apártate del mal, y haz el bien; busca la paz, y síguela.
Sámec Los ojos del SEÑOR están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos.
Ayin La ira del SEÑOR contra los que mal hacen, para cortar de la tierra la memoria de ellos.
Cof Muchos son los males del justo; mas de todos ellos lo librará el SEÑOR;
Sean como el tamo delante del viento; y el ángel del SEÑOR los acose.
Sea su camino oscuridad y resbaladeros; y el ángel del SEÑOR el que los persiga.
Todos mis huesos dirán: SEÑOR, ¿quién como tú, que libras al pobre del más fuerte que él, y al pobre y menesteroso del que le despoja?
La rebelión del impío me dice al corazón: No hay temor de Dios delante de sus ojos.
Se embriagarán de la grosura de tu Casa; y tú los abrevarás del torrente de tus delicias.
Tet Mejor es lo poco del justo, que las muchas riquezas de los pecadores.
Caf Porque los impíos perecerán, y los enemigos del SEÑOR como los más gordos de los carneros serán consumidos; se disiparán como humo.
Mem Por el SEÑOR son ordenados los pasos del hombre bueno, y él quiere su camino.
Sámec Apártate del mal, y haz el bien, y vivirás para siempre.
Pe La boca del justo hablará sabiduría; y su lengua proferirá juicio.
Estoy debilitado y molido en gran manera; bramo a causa del alboroto de mi corazón.
Hazme saber, SEÑOR, mi fin, y cuánta sea la medida de mis días; sepa yo cuánto tengo de ser del mundo.
Líbrame de todas mis rebeliones; no me pongas por escarnio del loco.
Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; y puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.
Entonces dije: He aquí, vengo; en el envoltorio del libro está escrito de mí:
El SEÑOR lo sustentará sobre el lecho del dolor; mullirás toda su cama en su enfermedad.
Mi alma tuvo sed de Dios, del Dios vivo. ¡Cuándo vendré, y compareceré delante de Dios!
Dios mío, mi alma está en mí abatida; por tanto me acordaré de ti desde la tierra del Jordán, y de los hermonitas, desde el monte de Mizar.
Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí? ¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo?
Porque tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿por qué me has desechado? ¿Por qué andaré enlutado por la opresión del enemigo?
Nos hiciste retroceder del enemigo, y nos saquearon para sí los que nos aborrecieron.
por la voz del que me blasfema y deshonra, por la voz del enemigo y del que se venga.
si nos hubiéramos olvidado del Nombre de nuestro Dios, o alzado nuestras manos a dios ajeno,
¿No demandaría Dios esto? Porque él conoce los secretos del corazón.
Rebosa mi corazón palabra buena; yo digo en mis obras del Rey; mi lengua es pluma de escribiente muy ligero.
Tus saetas agudas con que caerán pueblos debajo de ti, penetrarán en el corazón de los enemigos del Rey.
Y las hijas de Tiro con presente; aun los ricos del pueblo suplicarán tu favor.
Toda ilustre es de dentro la hija del rey; de brocado de oro es su vestido.
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