'Del' en la Biblia
Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?
las aves de los cielos y los peces del mar; todo cuanto pasa por los senderos del mar.
Cuando demandó la sangre, se acordó de ellos; no se olvidó del clamor de los pobres.
Porque el malo se jacta del deseo de su corazón, y bendice al codicioso al cual aborrece Jehová.
Tú lo has visto; porque tú miras la maldad y la vejación, para cobrar venganza con tu mano: En ti se refugia el pobre, tú eres el amparo del huérfano.
Quiebra tú el brazo del impío y del maligno; persigue su maldad hasta que no halles ninguna.
Sobre los malos lloverá lazos; fuego, azufre y terrible tempestad; ésta será la porción del cáliz de ellos.
Por la opresión de los pobres, por el gemido de los necesitados, ahora me levantaré, dice Jehová; los pondré a salvo del que contra ellos se engríe.
El consejo del pobre habéis escarnecido, pero Jehová es su refugio.
Levántate, oh Jehová; sal a su encuentro, póstrale; libra mi alma del malo con tu espada;
De los hombres con tu mano, oh Jehová, de los hombres del mundo, que tienen su porción en esta vida, y cuyo vientre llenas de tu tesoro; sacian a sus hijos, y dejan el resto a sus pequeños.
Dolores del infierno me rodearon, me previnieron lazos de muerte.
Y cabalgó sobre un querubín, y voló: Voló sobre las alas del viento.
Entonces aparecieron los senderos de las aguas, y se descubrieron los cimientos del mundo, a tu reprensión, oh Jehová, por el soplo del aliento de tu nariz.
Y los molí como polvo delante del viento; los eché fuera como lodo de las calles.
Me libraste de las contiendas del pueblo; me pusiste por cabeza de gentes; pueblo que yo no conocía, me servirá.
El que me libra de mis enemigos: Tú me enalteciste sobre los que se levantan contra mí; me has librado del hombre violento.
Por toda la tierra salió su hilo, y hasta el extremo del mundo sus palabras. En ellos puso tabernáculo para el sol.
Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; y dulces más que la miel, y la que destila del panal.
«Al Músico principal: Salmo de David» Jehová te oiga en el día de la angustia; El nombre del Dios de Jacob te defienda.
Éstos confían en carros, y aquéllos en caballos; mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria.
Por cuanto el rey confía en Jehová, y en la misericordia del Altísimo, no será conmovido.
Mas yo soy gusano, y no hombre; oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo.
Pero tú eres el que me sacó del vientre; Me hiciste estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre.
Libra de la espada mi alma; del poder del perro mi vida.
Sálvame de la boca del león, porque tú me has escuchado de los cuernos de los unicornios.
Porque no menospreció ni abominó la aflicción del pobre, ni de él escondió su rostro; sino que cuando clamó a Él, le oyó.
Él recibirá bendición de Jehová, y justicia del Dios de su salvación.
Porque Él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; me ocultará en lo reservado de su pabellón; me pondrá en alto sobre una roca.
La voz de Jehová quiebra los cedros; quebró Jehová los cedros del Líbano.
Oh Jehová, hiciste subir mi alma del sepulcro; me diste vida, para que no descendiese a la fosa.
Y no me encerraste en mano del enemigo; hiciste estar mis pies en lugar espacioso.
Los esconderás en el secreto de tu rostro de las arrogancias del hombre; los pondrás en un tabernáculo a cubierto de contención de lenguas.
Él junta como en un montón las aguas del mar: Él pone en depósitos los abismos.
Tema a Jehová toda la tierra: Témanle todos los habitantes del mundo.
El rey no es salvo con la multitud del ejército: No escapa el valiente por la mucha fuerza.
Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño.
Apártate del mal, y haz el bien; Busca la paz, y síguela.
Muchas son las aflicciones del justo; pero de todas ellas lo librará Jehová.
Sean como el tamo delante del viento; y el ángel de Jehová los acose.
Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú, que libras al afligido del más fuerte que él, y al pobre y menesteroso del que le despoja?
«Al Músico principal: Salmo de David, siervo del Señor» La iniquidad del impío me dice al corazón: No hay temor de Dios delante de sus ojos.
Serán plenamente saciados de la grosura de tu casa; y tú los abrevarás del torrente de tus delicias.
Guarda silencio ante Jehová, y espera en Él: No te alteres con motivo del que prospera en su camino, por causa del hombre que hace maldades.
Mejor es lo poco del justo, que las riquezas de muchos pecadores.
Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, y Él aprueba su camino.
Apártate del mal, y haz el bien, y vivirás para siempre.
La boca del justo hablará sabiduría; y su lengua pronunciará juicio.
Líbrame de todas mis transgresiones; no me pongas por escarnio del insensato.
Y me sacó del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.
Entonces dije: He aquí, vengo; en el rollo del libro está escrito de mí:
Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor; ablandarás toda su cama en su enfermedad.
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo: ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?
Dios mío, mi alma está abatida dentro de mí; me acordaré por tanto de ti desde la tierra del Jordán, y de los hermonitas, desde el monte de Mizar.
Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí? ¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo,
Júzgame, oh Dios, y aboga mi causa: Líbrame de nación impía, del hombre de engaño e iniquidad.
Pues que tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿por qué me has desechado? ¿Por qué andaré enlutado por la opresión del enemigo?
por la voz del que me injuria y vitupera, por razón del enemigo y del vengativo.
Si nos hubiésemos olvidado del nombre de nuestro Dios, o extendido nuestras manos a dios ajeno,
¿No demandaría Dios esto? Porque Él conoce los secretos del corazón.
Tus saetas agudas con que caerán pueblos debajo de ti, penetrarán en el corazón de los enemigos del Rey.
Y la hija de Tiro vendrá con presentes; los ricos del pueblo implorarán tu favor.
Toda gloriosa en su interior es la hija del Rey; de brocado de oro es su vestido.
Serán traídas con alegría y gozo; entrarán en el palacio del Rey.
Por tanto no temeremos aunque la tierra sea removida; Aunque se traspasen los montes al corazón del mar;
Hay un río cuyas corrientes alegrarán la ciudad de Dios, el lugar santo de los tabernáculos del Altísimo.
Los príncipes de los pueblos se han reunido, aun el pueblo del Dios de Abraham: Porque de Dios son los escudos de la tierra; Él es muy enaltecido.
Hermosa provincia, el gozo de toda la tierra es el monte de Sión, a los lados del norte, la ciudad del gran Rey.
«Al Músico principal: Salmo para los hijos de Coré» Oíd esto, pueblos todos; escuchad, todos los habitantes del mundo:
Pero Dios redimirá mi alma del poder de la sepultura, porque Él me recibirá. (Selah)
«Salmo de Asaf» El Dios de dioses, Jehová, ha hablado, y convocado la tierra desde el nacimiento del sol hasta donde se pone.
Porque mía es toda bestia del bosque, y los millares de animales en los collados.
Conozco todas las aves de los montes, y mías son las fieras del campo.
Entonces te agradarán los sacrificios de justicia, el holocausto u ofrenda del todo quemada: Entonces ofrecerán becerros sobre tu altar.
Allí se sobresaltaron de pavor donde no había miedo: Porque Dios ha esparcido los huesos del que acampó contra ti: Los avergonzaste, porque Dios los desechó.
a causa de la voz del enemigo, por la opresión del impío; porque iniquidad echaron sobre mí, y con furor me aborrecen.
Me apresuraría a escapar del viento tempestuoso, de la tempestad.
Él enviará desde los cielos, y me salvará de la infamia del que quiere devorarme. (Selah) Dios enviará su misericordia y su verdad.
Se alegrará el justo cuando viere la venganza; sus pies lavará en la sangre del impío.
Danos socorro contra el enemigo, que vana es la ayuda del hombre.
Porque tú has sido mi refugio, y torre fuerte delante del enemigo.
«Al Músico principal: Salmo de David» Escucha, oh Dios, mi voz en mi oración; guarda mi vida del miedo del enemigo.
Escóndeme del consejo secreto de los malignos; de la conspiración de los obradores de iniquidad;
Bienaventurado el que tú escogieres, e hicieres acercarse a ti, para que habite en tus atrios. Seremos saciados del bien de tu casa, de tu santo templo.
Con tremendas cosas, en justicia, nos responderás tú, oh Dios de nuestra salvación, esperanza de todos los términos de la tierra, y de los más remotos confines del mar.
Destilan sobre los pastizales del desierto; y los collados se ciñen de alegría.
Como es lanzado el humo, los lanzarás; como se derrite la cera delante del fuego, así perecerán los impíos delante de Dios.
La tierra tembló; también destilaron los cielos a la presencia de Dios; aquel Sinaí tembló delante de Dios, del Dios de Israel.
Ciertamente Dios herirá la cabeza de sus enemigos, la testa cabelluda del que camina en sus pecados.
El Señor dijo: De Basán los haré volver, haré volver a mi pueblo de las profundidades del mar:
Sácame del lodo, y no sea yo sumergido; sea yo libertado de los que me aborrecen, y de lo profundo de las aguas.
Porque persiguieron al que tú heriste; y cuentan del dolor de los que tú llagaste.
Sean raídos del libro de los vivientes, y no sean escritos con los justos.
Dios mío, líbrame de la mano del impío, de la mano del perverso y violento.
Iré en la fortaleza del Señor Jehová: Haré mención de tu justicia, que es sólo tuya.
«Para Salomón» Oh Dios, da tus juicios al rey, y tu justicia al hijo del rey.
Juzgará a los afligidos del pueblo, salvará los hijos del menesteroso, y quebrantará al violento.
Tendrá misericordia del pobre y del menesteroso, y salvará las almas de los pobres.
Y vivirá, y se le dará del oro de Seba; y se orará por él continuamente; todo el día se le bendecirá.