'Del' en la Biblia
Y al tercer día acaeció, que vino uno del campo de Saúl, rotos sus vestidos, y tierra sobre su cabeza: y llegando á David, postróse en tierra, é hizo reverencia.
Y preguntóle David: ¿De dónde vienes? Y él respondió: Heme escapado del campo de Israel.
Y David le dijo: ¿Qué ha acontecido? ruégote que me lo digas. Y él respondió: El pueblo huyó de la batalla, y también muchos del pueblo cayeron y son muertos: también Saúl y Jonathán su hijo murieron.
(Dijo también que enseñasen al arco á los hijos de Judá. He aquí que está escrito en el libro del derecho:)
Y David subió allá, y con él sus dos mujeres, Ahinoam Jezreelita y Abigail, la que fué mujer de Nabal del Carmelo.
Y Joab hijo de Sarvia, y los siervos de David, salieron y encontráronlos junto al estanque de Gabaón: y como se juntaron, paráronse los unos de la una parte del estanque, y los otros de la otra.
Y estaban allí los tres hijos de Sarvia: Joab, y Abisai, y Asael. Este Asael era suelto de pies como un corzo del campo.
Mas Joab y Abisai siguieron á Abner; y púsoseles el sol cuando llegaron al collado de Amma, que está delante de Gía, junto al camino del desierto de Gabaón.
Y juntáronse los hijos de Benjamín en un escuadrón con Abner, y paráronse en la cumbre del collado.
Su segundo Chileab, de Abigail la mujer de Nabal, el del Carmelo; el tercero, Absalóm, hijo de Maachâ, hija de Talmai rey de Gessur:
Y he aquí los siervos de David y Joab, que venían del campo, y traían consigo gran presa. Mas Abner no estaba con David en Hebrón, que ya lo había él despedido, y él se había ido en paz.
Entonces dijo David á Joab, y á todo el pueblo que con él estaba: Romped vuestros vestidos, y ceñíos de sacos, y haced duelo delante de Abner. Y el rey iba detrás del féretro.
Y todo el pueblo y todo Israel entendieron aquel día, que no había venido del rey que Abner hijo de Ner muriese.
Y tenía el hijo de Saúl dos varones, los cuales eran capitanes de compañía, el nombre de uno era Baana, y el del otro Rechâb, hijos de Rimmón Beerothita, de los hijos de Benjamín: (porque Beeroth era contada con Benjamín;
Los hijos pues de Rimmón Beerothita, Rechâb y Baana, fueron y entraron en el mayor calor del día en casa de Is-boseth, el cual estaba durmiendo en su cámara la siesta.
Y cuando lo llevaban de la casa de Abinadab que estaba en Gabaa, con el arca de Dios, Ahio iba delante del arca.
Y fué dado aviso al rey David, diciendo: Jehová ha bendecido la casa de Obed-edom, y todo lo que tiene, á causa del arca de Dios. Entonces David fué, y trajo el arca de Dios de casa de Obed-edom á la ciudad de David con alegría.
Y aun te ha parecido poco esto, Señor Jehová, pues que también has hablado de la casa de tu siervo en lo por venir. ¿Es ése el modo de obrar del hombre, Señor Jehová?
De los Siros, de los Moabitas, de los Ammonitas, de los Filisteos, de los Amalecitas, y del despojo de Hadad-ezer hijo de Rehob, rey de Soba.
Y respondió Siba al rey: Conforme á todo lo que ha mandado mi Señor el rey á su siervo, así lo hará tu siervo. Mephi-boseth, dijo el rey, comerá á mi mesa, como uno de los hijos del rey.
Y moraba Mephi-boseth en Jerusalem, porque comía siempre á la mesa del rey; y era cojo de ambos pies.
Y viendo los hijos de Ammón que se habían hecho odiosos á David, enviaron los hijos de Ammón y tomaron á sueldo á los Siros de la casa de Rehob, y á los Siros de Soba, veinte mil hombres de á pie: y del rey de Maaca mil hombres, y de Is-tob doce mil hombr
Entregó luego lo que quedó del pueblo en mano de Abisai su hermano, y púsolo en orden para encontrar á los Ammonitas.
Y envió Hadad-ezer, y sacó los Siros que estaban de la otra parte del río, los cuales vinieron á Helam, llevando por jefe á Sobach general del ejército de Hadad-ezer.
Mas los Siros huyeron delante de Israel: é hirió David de los Siros la gente de setecientos carros, y cuarenta mil hombres de á caballo: hirió también á Sobach general del ejército, y murió allí.
Y como Uría vino á él, preguntóle David por la salud de Joab, y por la salud del pueblo, y asimismo de la guerra.
Después dijo David á Uría: Desciende á tu casa, y lava tus pies. Y saliendo Uría de casa del rey, vino tras de él comida real.
Mas Uría durmió á la puerta de la casa del rey con todos los siervos de su señor, y no descendió á su casa.
Y Uría respondió á David: El arca, é Israel y Judá, están debajo de tiendas; y mi señor Joab, y los siervos de mi señor sobre la haz del campo: ¿y había yo de entrar en mi casa para comer y beber, y á dormir con mi mujer? Por vida tuya, y por vida de tu a
Y saliendo luego los de la ciudad, pelearon con Joab, y cayeron algunos del pueblo de los siervos de David; y murió también Uría Hetheo.
Si el rey comenzare á enojarse, y te dijere: ¿Por qué os acercasteis á la ciudad peleando? ¿no sabíais lo que suelen arrojar del muro?
¿Quién hirió á Abimelech hjo de Jerobaal? ¿no echó una mujer del muro un pedazo de una rueda de molino, y murió en Thebes? ¿por qué os llegasteis al muro?: entonces tú le dirás: También tu siervo Uría Hetheo es muerto.
Pero los flecheros tiraron contra tus siervos desde el muro, y murieron algunos de los siervos del rey; y murió también tu siervo Uría Hetheo.
Porque tú lo hiciste en secreto; mas yo haré esto delante de todo Israel, y delante del sol.
Y éste le dijo: Hijo del rey, ¿por qué de día en día vas así enflaqueciendo? ¿no me lo descubrirás á mí? Y Amnón le respondió: Yo amo á Thamar la hermana de Absalom mi hermano.
Y aconteció pasados dos años, que Absalom tenía esquiladores en Bala-hasor, que está junto á Ephraim; y convidó Absalom á todos los hijos del rey.
Y como Absalom lo importunase, dejó ir con él á Amnón y á todos los hijos del rey.
Y había Absalom dado orden á sus criados, diciendo: Ahora bien, mirad cuando el corazón de Amnón estará alegre del vino, y en diciéndoos yo: Herid á Amnón, entonces matadle, y no temáis; que yo os lo he mandado. Esforzaos pues, y sed valientes.
Y los criados de Absalom hicieron con Amnón como Absalom lo había mandado. Levantáronse luego todos los hijos del rey, y subieron todos en sus mulos, y huyeron.
Y estando aún ellos en el camino, llegó á David el rumor que decía: Absalom ha muerto á todos los hijos del rey, que ninguno de ellos ha quedado.
Y Jonadab, hijo de Simea hermano de David, habló y dijo: No diga mi señor que han muerto á todos los jóvenes hijos del rey, que sólo Amnón es muerto: porque en boca de Absalom estaba puesto desde el día que Amnón forzó á Thamar su hermana.
Por tanto, ahora no ponga mi señor el rey en su corazón esa voz que dice: Todos los hijos del rey son muertos: porque sólo Amnón es muerto.
Y dijo Jonadab al rey: He allí los hijos del rey que vienen: es así como tu siervo ha dicho.
Y como él acabó de hablar, he aquí los hijos del rey que vinieron, y alzando su voz lloraron. Y también el mismo rey y todos sus siervos lloraron con muy grandes lamentos.
Y CONOCIENDO Joab hijo de Sarvia, que el corazón del rey estaba por Absalom,
Pues el rey oirá, para librar á su sierva de mano del hombre que me quiere raer á mí, y á mi hijo juntamente, de la heredad de Dios.
Mas el rey dijo: Váyase á su casa, y no vea mi rostro. Y volvióse Absalom á su casa, y no vió el rostro del rey.
Y estuvo Absalom por espacio de dos años en Jerusalem, y no vió la cara del rey.
Y Absalom respondió á Joab: He aquí, yo he enviado por ti, diciendo que vinieses acá, á fin de enviarte yo al rey á que le dijeses: ¿Para qué vine de Gessur? mejor me fuera estar aún allá. Vea yo ahora la cara del rey; y si hay en mí pecado, máteme.
Vino pues Joab al rey, é hízoselo saber. Entonces llamó á Absalom, el cual vino al rey, é inclinó su rostro á tierra delante del rey: y el rey besó á Absalom.
Y levantábase Absalom de mañana, y poníase á un lado del camino de la puerta; y á cualquiera que tenía pleito y venía al rey á juicio, Absalom le llamaba á sí, y decíale: ¿De qué ciudad eres? Y él respondía: Tu siervo es de una de las tribus de Israel.
También envió Absalom por Achitophel Gilonita, del consejo de David, á Gilo su ciudad, mientras hacía sus sacrificios. Y la conjuración vino á ser grande, pues se iba aumentando el pueblo con Absalom.
Y los siervos del rey dijeron al rey: He aquí, tus siervos están prestos á todo lo que nuestro señor el rey eligiere.
Y todos sus siervos pasaban á su lado, con todos los Ceretheos y Peletheos; y todos los Getheos, seiscientos hombres que habían venido á pie desde Gath, iban delante del rey.
Y he aquí, también iba Sadoc, y con él todos los Levitas que llevaban el arca del pacto de Dios; y asentaron el arca del pacto de Dios. Y subió Abiathar después que hubo acabado de salir de la ciudad todo el pueblo.
Mirad, yo me detendré en los campos del desierto, hasta que venga respuesta de vosotros que me dé aviso.
Y como David llegó á la cumbre del monte para adorar allí á Dios, he aquí Husai Arachîta que le salió al encuentro, trayendo rota su ropa, y tierra sobre su cabeza.
¿No estarán allí contigo Sadoc y Abiathar sacerdotes? Por tanto, todo lo que oyeres en la casa del rey, darás aviso de ello á Sadoc y á Abiathar sacerdotes.
Y como David pasó un poco de la cumbre del monte, he aquí Siba, el criado de Mephi-boseth, que lo salía á recibir con un par de asnos enalbardados, y sobre ellos doscientos panes, y cien hilos de pasas, y cien panes de higos secos, y un cuero de vino.
Y dijo el rey á Siba: ¿Qué es esto? Y Siba respondió: Los asnos son para la familia del rey, en que suban; los panes y la pasa para los criados, que coman; y el vino, para que beban los que se cansaren en el desierto.
Y echando piedras contra David, y contra todos los siervos del rey David: y todo el pueblo, y todos los hombres valientes estaban á su diestra y á su siniestra.
Jehová te ha dado el pago de toda la sangre de la casa de Saúl, en lugar del cual tú has reinado: mas Jehová ha entregado el reino en mano de tu hijo Absalom; y hete aquí sorprendido en tu maldad, porque eres varón de sangres.
Y como David y los suyos iban por el camino, Semei iba por el lado del monte delante de él, andando y maldiciendo, y arrojando piedras delante de él, y esparciendo polvo.
Por tanto enviad inmediatemente, y dad aviso á David, diciendo: No quedes esta noche en los campos del desierto, sino pasa luego el Jordán, porque el rey no sea consumido, y todo el pueblo que con él está.
Empero fueron vistos por un mozo, el cual dió cuenta á Absalom: sin embargo los dos se dieron priesa á caminar, y llegaron á casa de un hombre en Bahurim, que tenía un pozo en su patio, dentro del cual se metieron.
Y tomando la mujer de la casa una manta, extendióla sobre la boca del pozo, y tendió sobre ella el grano trillado; y no se penetró el negocio.
Y después que ellos se hubieron ido, estotros salieron del pozo, y fuéronse, y dieron aviso al rey David; y dijéronle: Levantaos y daos priesa á pasar las aguas, porque Achitophel ha dado tal consejo contra vosotros.
Y consignó la tercera parte del pueblo al mando de Joab, y otra tercera al mando de Abisai, hijo de Sarvia, hermano de Joab, y la otra tercera parte al mando de Ittai Getheo. Y dijo el rey al pueblo: Yo también saldré con vosotros.
Y derramándose allí el ejército por la haz de toda la tierra, fueron más los que consumió el bosque de los del pueblo, que los que consumió el cuchillo aquel día.
Y el hombre dijo á Joab: Aunque me importara en mis manos mil siclos de plata, no extendiera yo mi mano contra el hijo del rey; porque nosotros lo oímos cuando el rey te mandó á ti y á Abisai y á Ittai, diciendo: Mirad que ninguno toque en el joven Absalo
Y respondió Joab: No es razón que yo te ruegue. Y tomando tres dardos en sus manos, hincólos en el corazón de Absalom, que aun estaba vivo en medio del alcornoque.
Y había Absalom en su vida tomado y levantádose una columna, la cual está en el valle del rey; porque había dicho: Yo no tengo hijo que conserve la memoria de mi nombre. Y llamó aquella columna de su nombre: y así se llamó el Lugar de Absalom, hasta hoy.
Y respondió Joab: Hoy no llevarás las nuevas: las llevarás otro día: no darás hoy la nueva, porque el hijo del rey es muerto.
Y el atalaya volvió á decir: Paréceme el correr del primero como el correr de Ahimaas hijo de Sadoc. Y respondió el rey: Ese es hombre de bien, y viene con buena nueva.
Entonces Ahimaas dijo en alta voz al rey: Paz. E inclinóse á tierra delante del rey, y dijo: Bendito sea Jehová Dios tuyo, que ha entregado á los hombres que habían levantado sus manos contra mi señor el rey.
Y el rey dijo: ¿El mozo Absalom tiene paz? Y Ahimaas respondió: Vi yo un grande alboroto cuando envió Joab al siervo del rey y á mí tu siervo; mas no sé qué era.
Entonces se levantó el rey, y sentóse á la puerta; y fué declarado á todo el pueblo, diciendo: He aquí el rey está sentado á la puerta. Y vino todo el pueblo delante del rey; mas Israel había huído, cada uno á sus estancias.
Asimismo diréis á Amasa: ¿No eres tú también hueso mío y carne mía? Así me haga Dios, y así me añada, si no fueres general del ejército delante de mí para siempre, en lugar de Joab.
Y con él venían mil hombres de Benjamín; asimismo Siba criado de la casa de Saúl, con sus quince hijos y sus veinte siervos, los cuales pasaron el Jordán delante del rey.
Atravesó después la barca para pasar la familia del rey, y para hacer lo que le pluguiera. Entonces Semei hijo de Gera se postró delante del rey cuando él había pasado el Jordán.
También Barzillai Galaadita descendió de Rogelim, y pasó el Jordán con el rey, para acompañarle de la otra parte del Jordán.
Mas Barzillai dijo al rey: ¿Cuántos son los días del tiempo de mi vida, para que yo suba con el rey á Jerusalem?
El rey entonces pasó á Gilgal, y con él pasó Chimham; y todo el pueblo de Judá, con la mitad del pueblo de Israel, pasaron al rey.
Y todos los varones de Judá respondieron á todos los de Israel: Porque el rey es nuestro pariente. Mas ¿por qué os enojáis vosotros de eso? ¿hemos nosotros comido algo del rey? ¿hemos recibido de él algún don?
Fué pues Amasa á juntar á Judá; pero detúvose más del tiempo que le había sido señalado.
Y Amasa se había revolcado en la sangre en mitad del camino: y viendo aquel hombre que todo el pueblo se paraba, apartó á Amasa del camino al campo, y echó sobre él una vestidura, porque veía que todos los que venían se paraban junto á él.
Luego, pues, que fué apartado del camino, pasaron todos los que seguían á Joab, para ir tras Seba hijo de Bichri.
La cosa no es así: mas un hombre del monte de Ephraim, que se llama Seba hijo de Bichri, ha levantado su mano contra el rey David: entregad á ése solamente, y me iré de la ciudad. Y la mujer dijo á Joab: He aquí su cabeza te será echada desde el muro.
Entonces el rey llamó á los Gabaonitas, y hablóles. (Los Gabaonitas no eran de los hijos de Israel, sino del residuo de los Amorrheos, á los cuales los hijos de Israel habían hecho juramento: mas Saúl había procurado matarlos con motivo de celo por los hi
Tomando luego Rispa hija de Aja un saco, tendióselo sobre un peñasco, desde el principio de la siega hasta que llovió sobre ellos agua del cielo; y no dejó á ninguna ave del cielo asentarse sobre ellos de día, ni bestias del campo de noche.
En esto Isbi-benob, el cual era de los hijos del gigante, y el peso de cuya lanza era de trescientos siclos de metal, y tenía él ceñida una nueva espada, trató de herir á David:
Otra segunda guerra hubo después en Gob contra los Filisteos: entonces Sibechâi Husathita hirió á Saph, que era de los hijos del gigante.
Después hubo otra guerra en Gath, donde hubo un hombre de grande altura, el cual tenía doce dedos en las manos, y otros doce en los pies, veinticuatro en todos: y también era de lo hijos del gigante.
Me rodearon los dolores del infierno, Y me tomaron descuidado lazos de muerte.
Subió sobre el querubín, y voló: Aparecióse sobre las alas del viento.
Del resplandor de su presencia Se encendieron ascuas ardientes.
Entonces aparecieron los manantiales de la mar, Y los fundamentos del mundo fueron descubiertos, A la reprensión de Jehová, Al resoplido del aliento de su nariz.
Y que me saca de entre mis enemigos: Tu me sacaste en alto de entre los que se levantaron contra mi: Librásteme del varón de iniquidades.
ESTAS son las postreras palabras de David. Dijo David hijo de Isaí, Dijo aquel varón que fué levantado alto, El ungido del Dios de Jacob, El suave en cánticos de Israel:
Será como la luz de la mañana cuando sale el sol, De la mañana sin nubes; Cuando la hierba de la tierra brota Por medio del resplandor después de la lluvia.
Resutados de la Búsqueda continuados...
Resultados de Búsqueda por Versiones
- J2000 (154)
- LBDA (159)
- NBLH (162)
- RV (111)
- SEV (154)
- RV1909 (109)
Resultados de Búsqueda por Libro
- Génesis (180)
- Éxodo (277)
- Levítico (216)
- Números (259)
- Deuteronomio (137)
- Josué (143)
- Jueces (69)
- Rut (11)
- 1 Samuel (108)
- 2 Samuel (109)
- 1 Reyes (142)
- 2 Reyes (133)
- 1 Crónicas (110)
- 2 Crónicas (164)
- Esdras (63)
- Nehemías (71)
- Ester (98)
- Job (100)
- Salmos (176)
- Proverbios (171)
- Eclesiastés (70)
- Cantares (21)
- Isaías (176)
- Jeremías (244)
- Lamentaciones (19)
- Ezequiel (317)
- Daniel (140)
- Oseas (23)
- Joel (13)
- Amós (23)
- Abdías (4)
- Jonás (9)
- Miqueas (16)
- Nahúm (7)
- Habacuc (9)
- Sofonías (11)
- Hageo (12)
- Zacarías (41)
- Malaquías (5)
- Mateo (161)
- Marcos (76)
- Lucas (139)
- Juan (98)
- Hechos (134)
- Romanos (60)
- 1 Corintios (61)
- 2 Corintios (36)
- Gálatas (16)
- Efesios (30)
- Filipenses (11)
- Colosenses (20)
- 1 Tesalonicenses (9)
- 2 Tesalonicenses (9)
- 1 Timoteo (14)
- 2 Timoteo (10)
- Tito (4)
- Filemón (2)
- Hebreos (57)
- Santiago (21)
- 1 Pedro (14)
- 2 Pedro (14)
- 1 Juan (11)
- 2 Juan (2)
- Judas (4)
- Apocalipsis (116)