'Digo' en la Biblia
Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban, se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti digo: Levántate.
Mas ¿qué salisteis a ver? ¿Un profeta? Sí, os digo, y aun más que profeta.
Porque os digo que entre los nacidos de mujer, no hay mayor profeta que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de Dios, mayor es que él.
Por lo cual te digo que sus muchos pecados le han sido perdonados; porque amó mucho; mas a quien se le perdona poco, poco ama.
Y os digo en verdad, que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que vean el reino de Dios.
Y os digo que será más tolerable el castigo para Sodoma en aquel día, que para aquella ciudad.
Porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.
Os digo, que aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, no obstante, por su importunidad, se levantará y le dará todo lo que necesite.
Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que murió entre el altar y el templo. De cierto os digo que será demandada de esta generación.
Y yo os digo, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después nada más pueden hacer.
Mas os enseñaré a quién debéis temer: Temed a Aquél que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno: Sí, os digo: A Éste temed.
Y os digo que todo aquel que me confesare delante de los hombres, también el Hijo del Hombre le confesará delante de los ángeles de Dios;
Y dijo a sus discípulos: Por tanto os digo: No os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis.
Considerad los lirios, cómo crecen; no labran, ni hilan; y os digo que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos.
Bienaventurados aquellos siervos a quienes el señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá y les servirá.
En verdad os digo que él le pondrá sobre todos sus bienes.
¿Pensáis que he venido a la tierra para dar paz? Os digo: No, sino disensión.
Te digo que no saldrás de allí, hasta que hayas pagado hasta la última blanca.
Os digo: No, antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.
Os digo: No, antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.
Porfiad a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán.
Pero Él dirá: Os digo que no os conozco de dónde seáis; apartaos de mí todos vosotros, obradores de maldad.
He aquí, vuestra casa os es dejada desierta; y de cierto os digo que no me veréis, hasta que venga el tiempo en que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor.
Porque os digo que ninguno de aquellos hombres que fueron convidados, gustará mi cena.
Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos, que no necesitan arrepentimiento.
Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.
Y yo os digo: Haceos amigos de las riquezas de maldad, para que cuando fallareis, os reciban en las moradas eternas.
Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado, y el otro será dejado.
Os digo que pronto cobrará venganza por ellos. Pero cuando el Hijo del Hombre venga, ¿hallará fe en la tierra?
Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido.
De cierto os digo, que el que no recibiere el reino de Dios como un niño, no entrará en él.
Y Él les dijo: De cierto os digo, que nadie hay que haya dejado casa, o padres, o hermanos, o esposa, o hijos, por el reino de Dios,
Pues yo os digo que a todo el que tiene le será dado; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
Y Él respondiendo, les dijo: Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarían.
Entonces Jesús les dijo: Yo tampoco os digo con qué autoridad hago estas cosas.
Y dijo: En verdad os digo que esta viuda pobre echó más que todos.
De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.
Porque os digo que no comeré más de ella, hasta que se cumpla en el reino de Dios.
porque os digo que no beberé del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga.
Y Él dijo: Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes que tú hayas negado tres veces que me conoces.
Porque os digo que es necesario que se cumpla todavía en mí aquello que está escrito: Y con los malos fue contado; porque lo que concierne a mí, cumplimiento tiene.
Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo: Hoy estarás conmigo en el paraíso.
Y le dijo: De cierto, de cierto os digo: De aquí en adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subiendo y descendiendo sobre el Hijo del Hombre.
Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo: El que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios.
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto testificamos, y no recibís nuestro testimonio.
¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que venga la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega.
Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada de sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que Él hace, eso también hace el Hijo igualmente.
De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.
De cierto, de cierto os digo: Vendrá hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que oyeren vivirán.
Pero yo no recibo el testimonio de hombre; pero digo esto para que vosotros seáis salvos.
Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo: Me buscáis, no porque visteis los milagros, sino porque comisteis el pan y os saciasteis.
Entonces Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés pan del cielo; mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo.
De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí tiene vida eterna.
Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.
Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo: Todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.
¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Y si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis?
De cierto, de cierto os digo, si alguno guarda mi palabra, jamás verá muerte.
Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.
De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, el tal es ladrón y salteador.
Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas.
De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.
De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió.
Desde ahora os lo digo, antes que suceda, para que cuando suceda, creáis que yo soy.
De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare, a mí me recibe; y el que a mí recibe, recibe al que me envió.
Habiendo dicho esto, Jesús se turbó en espíritu, y testificó diciendo: De cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar.
Hijitos, aún un poco estaré con vosotros. Me buscaréis; pero como dije a los judíos, así os digo a vosotros ahora: A donde yo voy, vosotros no podéis venir.
Jesús le respondió: ¿Tu vida pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo: No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces.
De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, las obras que yo hago él también las hará; y mayores que éstas hará, porque yo voy a mi Padre.
Pero yo os digo la verdad: Os es necesario que yo me vaya; porque si yo no me fuere, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.
De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo se alegrará; pero aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo.
En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará.
Aquel día pediréis en mi nombre, y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros;
De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías e ibas a donde querías; pero cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras.
Y ahora os digo: Apartaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecerá;
Digo la verdad en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo.
Mas digo: ¿No han oído? Antes bien, por toda la tierra ha salido la voz de ellos, y sus palabras hasta los confines de la tierra.
Mas digo: ¿No lo sabe Israel? Primeramente Moisés dice: Yo os provocaré a celos con los que no son mi pueblo; Con gente insensata os provocaré a ira.
Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? ¡En ninguna manera! Porque también yo soy israelita, de la simiente de Abraham, de la tribu de Benjamín.
Digo, pues: ¿Han tropezado para que cayesen? ¡En ninguna manera! Mas por su caída vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos.
Digo, pues, por la gracia que me ha sido dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí, que el que debe tener, sino que piense de sí con mesura, conforme a la medida de la fe que Dios repartió a cada uno.
Digo, pues, que Cristo Jesús fue ministro de la circuncisión por la verdad de Dios, para confirmar las promesas hechas a los padres,
Digo esto ahora, porque cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo.
Para vuestra vergüenza lo digo. ¿Será así, que no haya entre vosotros sabio, ni siquiera uno que pueda juzgar entre sus hermanos?
Pero esto digo por permisión, no por mandamiento.
Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les sería si se quedasen como yo,
Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene esposa no creyente, y ella consiente en habitar con él, no la despida.
Pero esto digo, hermanos, que el tiempo es corto; resta, pues, que los que tienen esposa sean como si no la tuviesen,
Y esto digo para vuestro provecho; no para tenderos lazo, sino para lo honesto y decente, y para que sin impedimento os acerquéis al Señor.
¿Digo esto como hombre? ¿No dice esto también la ley?
Como a sabios hablo; juzgad vosotros lo que digo.
¿Qué digo, pues? ¿Que el ídolo es algo, o que sea algo lo que es sacrificado a los ídolos?
Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios.
La conciencia, digo, no la tuya, sino la del otro. Pues ¿por qué se ha de juzgar mi libertad por la conciencia de otro?
Despertad a justicia, y no pequéis; porque algunos no conocen a Dios; para vergüenza vuestra lo digo.
Mas esto digo, hermanos; que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios; ni la corrupción hereda la incorrupción.
He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos, pero todos seremos transformados.
No lo digo para condenaros; porque ya he dicho antes, que estáis en nuestros corazones, para morir y para vivir juntamente.