'Días' en la Biblia
a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, siendo visto de ellos por cuarenta días, y hablándoles acerca del reino de Dios.
Porque Juan a la verdad bautizó en agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo no muchos días después de estos.
Y en aquellos días Pedro se levantó en medio de los discípulos (el número de las personas allí reunidas, era como de ciento veinte), y dijo:
Y será que en los postreros días, dice Dios: Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne; Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Y vuestros jóvenes verán visiones; Y vuestros ancianos soñarán sueños:
Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas derramaré de mi Espíritu en aquellos días, y profetizarán.
Sí, y todos los profetas desde Samuel y en adelante, cuantos han hablado, también han predicho estos días.
Porque antes de estos días se levantó Teudas, diciendo que era alguien; al que se agregó un número de como cuatrocientos hombres; el cual fue muerto, y todos los que le obedecían fueron dispersados y reducidos a nada.
Después de éste, se levantó Judas el galileo, en los días del empadronamiento, y llevó en pos de sí a mucho pueblo. Éste también pereció; y todos los que le obedecían fueron dispersados.
Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo.
Y en aquellos días, multiplicándose el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que sus viudas eran desatendidas en el ministerio cotidiano.
Y en aquellos días hicieron un becerro, y ofrecieron sacrificio al ídolo, y se regocijaron en la obra de sus manos.
El cual también nuestros padres introdujeron con Jesús en la posesión de los gentiles, a los cuales Dios echó de la presencia de nuestros padres, hasta los días de David;
Y estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió.
Y habiendo tomado alimento, recobró fuerzas. Y estuvo Saulo por algunos días con los discípulos que estaban en Damasco.
Y después de muchos días, los judíos tomaron entre sí consejo para matarle;
Y aconteció en aquellos días que enfermando, murió; la cual, después de lavada, la pusieron en un aposento alto.
Y aconteció que se quedó muchos días en Jope, en casa de un cierto Simón, curtidor.
Entonces Cornelio dijo: Hace cuatro días que a esta hora yo estaba en ayuno; y a la hora novena yo oraba en mi casa, y he aquí un varón se puso delante de mí en vestidura resplandeciente,
Y les mandó que fueran bautizados en el nombre del Señor. Entonces le rogaron que se quedase por algunos días.
Y en aquellos días descendieron unos profetas de Jerusalén a Antioquía.
Y viendo que había agradado a los judíos, procedió para prender también a Pedro. Eran entonces los días de los panes sin levadura.
Y Él fue visto muchos días por los que habían subido juntamente con Él de Galilea a Jerusalén, los cuales son sus testigos al pueblo.
Mirad, oh menospreciadores, y asombraos, y pereced: Porque yo hago una obra en vuestros días, obra que no creeréis, aunque alguien os la contare.
Y después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos y visitemos a los hermanos en todas las ciudades en que hemos predicado la palabra del Señor, para ver cómo están.
y de allí a Filipos, que es la ciudad principal de la provincia de Macedonia, y una colonia; y estuvimos en aquella ciudad algunos días.
Y esto lo hizo por muchos días; pero desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en la misma hora.
Y Pablo, habiéndose detenido aún muchos días allí, despidiéndose de los hermanos, navegó a Siria, y con él Priscila y Aquila, habiéndose rapado la cabeza en Cencrea, porque tenía voto.
Y nosotros, pasados los días de los panes sin levadura, navegamos de Filipos, y en cinco días vinimos a ellos a Troas, donde estuvimos siete días.
Y hallados los discípulos, nos quedamos allí siete días; y ellos decían a Pablo por el Espíritu, que no subiese a Jerusalén.
Y cuando cumplimos aquellos días, partimos, y nos encaminaron todos, con sus esposas e hijos, hasta fuera de la ciudad; y puestos de rodillas en la ribera, oramos.
Y deteniéndonos allí por muchos días, descendió de Judea un profeta llamado Agabo.
Y después de estos días, tomando nuestro bagaje, subimos a Jerusalén.
Entonces Pablo tomó consigo aquellos hombres, y al día siguiente, habiéndose purificado con ellos, entró en el templo para anunciar el cumplimiento de los días de la purificación, hasta que una ofrenda fuese ofrecida por cada uno de ellos.
Y cuando estaban por cumplirse los siete días, los judíos de Asia, al verle en el templo, alborotaron a todo el pueblo y le echaron mano,
¿No eres tú aquel egipcio que levantaste una sedición antes de estos días, y sacaste al desierto cuatro mil hombres sicarios?
Y cinco días después el sumo sacerdote Ananías, descendió con algunos de los ancianos y un cierto orador llamado Tértulo, y comparecieron ante el gobernador contra Pablo.
Porque tú puedes verificar que no hace más de doce días yo subí a adorar a Jerusalén;
Y algunos días después, viniendo Félix con Drusila, su esposa, la cual era judía, llamó a Pablo, y le oyó acerca de la fe en Cristo.
Festo, pues, entrado en la provincia, tres días después subió de Cesarea a Jerusalén.
Y deteniéndose entre ellos más de diez días, descendió a Cesarea; y el día siguiente se sentó en el tribunal, y mandó que trajesen a Pablo.
Y pasados algunos días, el rey Agripa y Bernice vinieron a Cesarea a saludar a Festo.
Y como estuvieron allí muchos días, Festo declaró al rey la causa de Pablo, diciendo: Un hombre ha sido dejado preso por Félix,
Y navegando muchos días despacio, y habiendo apenas llegado delante de Gnido, no dejándonos el viento, navegamos a sotavento de Creta, junto a Salmón.
Y no apareciendo ni sol ni estrellas por muchos días, siendo azotados por una tempestad no pequeña, ya habíamos perdido toda esperanza de salvarnos.
En aquellos lugares había heredades del hombre principal de la isla, llamado Publio, quien nos recibió y nos hospedó amigablemente tres días.
Y llegados a Siracusa, estuvimos allí tres días.
donde hallamos hermanos, y nos rogaron que nos quedásemos con ellos siete días; y así, nos fuimos a Roma;
Y aconteció que tres días después, Pablo convocó a los principales de los judíos; a los cuales, luego que estuvieron reunidos, les dijo: Yo, varones hermanos, no habiendo hecho nada contra el pueblo, ni contra las costumbres de nuestros padres, he sido entregado preso desde Jerusalén en manos de los romanos;