'Díjome' en la Biblia
Y DIJOME: Hijo del hombre, está sobre tus pies, y hablaré contigo.
Y díjome: Hijo del hombre, yo te envío á los hijos de Israel, á gentes rebeldes que se rebelaron contra mí: ellos y sus padres se han rebelado contra mí hasta este mismo día.
Y DIJOME: Hijo del hombre, come lo que hallares; come este rollo, y ve y habla á la casa de Israel.
Y díjome: Hijo del hombre, haz á tu vientre que coma, é hinche tus entrañas de este rollo que yo te doy. Y comílo, y fué en mi boca dulce como miel.
Díjome luego: Hijo del hombre, ve y entra á la casa de Israel, y habla á ellos con mis palabras.
Y díjome: Hijo del hombre, toma en tu corazón todas mis palabras que yo te hablaré, y oye con tus oídos.
Y fué allí la mano de Jehová sobre mí, y díjome: Levántate, y sal al campo, y allí hablaré contigo.
Entonces entró espíritu en mí, y afirmóme sobre mis pies, y hablóme, y díjome: Entra, y enciérrate dentro de tu casa.
Díjome luego: Hijo del hombre, he aquí quebrantaré el sostén del pan en Jerusalem, y comerán el pan por peso, y con angustia; y beberán el agua por medida, y con espanto.
Y díjome: Hijo del hombre, alza ahora tus ojos hacia el lado del aquilón. Y alcé mis ojos hacia el lado del aquilón, y he aquí al aquilón, junto á la puerta del altar, la imagen del celo en la entrada.
Díjome entonces: Hijo del hombre, ¿no ves lo que éstos hacen, las grandes abominaciones que la casa de Israel hace aquí, para alejarme de mi santuario? Mas vuélvete aún, y verás abominaciones mayores.
Y díjome: Hijo del hombre, cava ahora en la pared. Y cavé en la pared, y he aquí una puerta.
Díjome luego: Entra, y ve las malvadas abominaciones que éstos hacen allí.
Díjome después: Vuélvete aún, verás abominaciones mayores que hacen éstos.
Y díjome: ¿No has visto, hijo del hombre? ¿Es cosa liviana para la casa de Judá hacer las abominaciones que hacen aquí? Después que han llenado la tierra de maldad, y se tornaron á irritarme, he aquí que ponen hedor á mis narices.
Y díjome: La maldad de la casa de Israel y de Judá es grande sobremanera, pues la tierra está llena de sangres, y la ciudad está llena de perversidad: porque han dicho: Dejado ha Jehová la tierra, y Jehová no ve.
Y díjome: Hijo del hombre, estos son los hombres que maquinan perversidad, y dan en esta ciudad mal consejo;
Y cayó sobre mí el espíritu de Jehová, y díjome: Di: Así ha dicho Jehová: Así habéis hablado, oh casa de Israel, y las cosas que suben á vuestro espíritu, yo las he entendido.
Y díjome Jehová: Hijo del hombre, ¿no juzgarás tú á Aholah, y á Aholibah, y les denunciarás sus abominaciones?
Y díjome el pueblo: ¿No nos enseñarás qué nos significan estas cosas que tú haces?
Y díjome: Hijo del hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes.
Díjome entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oid palabra de Jehová.
Y díjome: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo del hombre, y di al espíritu: Así ha dicho el Señor Jehová: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán.
Díjome luego: Hijo del hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo talados.
Y díjome: Esta cámara que mira hacia el mediodía es de los sacerdotes que tienen la guarda del templo.
Midió también su longitud, de veinte codos, y la anchura de veinte codos, delante del templo: y díjome: Este es el lugar santísimo.
La altura del altar de madera era de tres codos, y su longitud de dos codos; y sus esquinas, y su superficie, y sus paredes, eran de madera. Y díjome: Esta es la mesa que está delante de Jehová.
Y díjome: Las cámaras del norte y las del mediodía, que están delante de la lonja, son cámaras santas, en las cuales los sacerdotes que se acercan á Jehová comerán las santas ofrendas: allí pondrán las ofrendas santas, y el presente, y la expiación, y el
Y díjome: Hijo del hombre, este es el lugar de mi asiento, y el lugar de las plantas de mis pies, en el cual habitaré entre los hijos de Israel para siempre: y nunca más contaminará la casa de Israel mi santo nombre, ni ellos ni sus reyes, con sus fornica
Y díjome: Hijo del hombre, así ha dicho el Señor Jehová: Estas son las ordenanzas del altar el día en que será hecho, para ofrecer sobre él holocausto, y para esparcir sobre él sangre.
Y díjome Jehová: Esta puerta ha de estar cerrada: no se abrirá, ni entrará por ella hombre, porque Jehová Dios de Israel entró por ella; estará por tanto cerrada.
Y díjome Jehová: Hijo del hombre, pon tu corazón, y mira con tus ojos, y oye con tus oídos todo lo que yo hablo contigo sobre todas las ordenanzas de la casa de Jehová, y todas sus leyes: y pon tu corazón á las entradas de la casa, y á todas las salidas d
Y díjome: Este es el lugar donde los sacerdotes cocerán el sacrificio por el pecado y la expiación: allí cocerán el presente, por no sacarlo al atrio de afuera para santificar al pueblo.
Y díjome: Estos son los aposentos de los cocineros, donde los servidores de la casa cocerán el sacrificio del pueblo.
Y díjome: ¿Has visto, hijo del hombre? Después me llevó, é hízome tornar por la ribera del arroyo.
Y díjome: Estas aguas salen á la región del oriente, y descenderán á la llanura, y entrarán en la mar: y entradas en la mar, recibirán sanidad las aguas.
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