'Enfermedad' en la Biblia
y dijo: Si oyeres atentamente la voz del SEÑOR tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad, de las que envié a los egipcios, te enviaré a ti; porque yo soy el SEÑOR tu Sanador.
Mas al SEÑOR vuestro Dios serviréis, y él bendecirá tu pan y tus aguas; y yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti.
Y quitará el SEÑOR de ti toda enfermedad; y todas las malas plagas de Egipto, que tú conoces; no las pondrá sobre ti, antes las pondrá sobre todos los que te aborrecieren.
Asimismo toda enfermedad y toda plaga que no está escrita en el libro de esta ley, el SEÑOR la enviará sobre ti, hasta que tú seas destruido.
Cuando en la tierra hubiere hambre, o pestilencia; o hubiere tizoncillo, o niebla; o hubiere langosta, o pulgón; si sus enemigos los tuvieren cercados en la tierra de sus puertas; cualquier plaga o enfermedad que sea;
Después de estas cosas aconteció que cayó enfermo el hijo de la señora de la casa, y la enfermedad fue tan grave, que no quedó en él aliento.
Y Ocozías cayó por las celosías de una sala de la casa que tenía en Samaria; y estando enfermo envió mensajeros, y les dijo: Id, y consultad a Baal-zebub dios de Ecrón, si he de sanar de esta mi enfermedad.
Y saliendo él a los manaderos de las aguas, echó dentro la sal, y dijo: Así ha dicho el SEÑOR: Yo sané estas aguas, y no habrá más en ellas muerte ni enfermedad.
Y el rey dijo a Hazael: Toma en tu mano un presente, y ve a recibir al varón de Dios, y consulta por él al SEÑOR, diciendo: ¿He de sanar de esta enfermedad?
Tomó, pues, Hazael en su mano un presente de todos los bienes de Damasco, cuarenta camellos cargados, y le salió a recibir; y llegó, y se puso delante de él, y dijo: Tu hijo Ben-adad, rey de Siria, me ha enviado a ti, diciendo: ¿He de sanar de esta enfermedad?
Estaba Eliseo enfermo de aquella su enfermedad de que murió. Y descendió a él Joás rey de Israel, y llorando delante de él, dijo: ¡Padre mío, padre mío, carros de Israel y su gente de a caballo!
Y si hubiere hambre en la tierra, o si hubiere pestilencia; si hubiere tizoncillo o añublo, langosta o pulgón; o si los cercaren sus enemigos en la tierra de sus ciudades; o cualquier aflicción o enfermedad que sea;
Y el año treinta y nueve de su reinado enfermó Asa de los pies para arriba, y en su enfermedad no buscó al SEÑOR, sino a los médicos.
y a ti con muchas enfermedades, con enfermedad de tus entrañas, hasta que las entrañas se te salgan a causa de la enfermedad de cada día.
Después de todo esto el SEÑOR lo hirió en las entrañas con una enfermedad incurable.
Y aconteció que, pasando un día tras otro, al fin, al cabo de dos años, las entrañas se le salieron por la enfermedad, muriendo así de enfermedad muy penosa. Y no le hizo quema su pueblo, como las había hecho a sus padres.
Devora su piel la enfermedad, devora sus miembros el primogénito de la muerte.
El SEÑOR lo sustentará sobre el lecho del dolor; mullirás toda su cama en su enfermedad.
Y dije: Enfermedad mía es ésta; me acordaré de los años de la diestra del Altísimo,
El espíritu del hombre soportará su enfermedad; mas ¿quién soportará al espíritu quebrantado?
Hay otra enfermedad maligna que he visto debajo del sol: las riquezas guardadas por sus dueños para su mal;
Además todos los días {de su vida} come en tinieblas, con mucha molestia, enfermedad y enojo.
El del hombre a quien Dios dio riquezas, y hacienda, y honra, y nada le falta de todo lo que su alma desea; mas Dios no le dio facultad de comer de ello, sino que los extraños se lo comen. Esto vanidad es, y enfermedad maligna.
Por eso el Señor, DIOS de los ejércitos, enviará una enfermedad extenuante entre sus robustos guerreros; y debajo de su gloria encenderá una hoguera como fuego abrasador.
El día que {las} plantes {las} cercarás con cuidado, y por la mañana harás que florezca tu semilla; {pero} la cosecha {será} un montón {inservible} en el día de enfermedad y de dolor incurable.
Escritura de Ezequías rey de Judá, de cuando enfermó y sanó de su enfermedad.
Mi morada ha sido movida, y traspasada de mí, como tienda de pastor, cortó mi vida como el tejedor; me ha cortado con la enfermedad; entre el día y la noche me consumirás.
Como la fuente nunca cesa de manar sus aguas, así nunca cesa de manar su malicia; injusticia y robo se oye en ella; continuamente en mi presencia, enfermedad y herida.
¡Ay de mí, por mi quebrantamiento! Mi llaga es muy dolorosa. Pero yo dije: Ciertamente enfermedad mía es ésta, y debo sufrirla.
Y verá Efraín su enfermedad, y Judá su llaga: irá entonces Efraín al Assur, y enviará al rey de Jareb; mas él no os podrá sanar, ni os curará la llaga.
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