'Eso' en la Biblia

Por eso les hablo por parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden.

Entonces Él les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.

y dijo a sus siervos: Éste es Juan el Bautista; él ha resucitado de los muertos, y por eso maravillas se manifiestan en él.

Y oyó el rey Herodes la fama de Jesús, porque su nombre se había hecho notorio, y dijo: Juan el Bautista ha resucitado de los muertos, y por eso milagros obran en él.

Nada hay fuera del hombre que entrando en él, le pueda contaminar, mas lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre.

Y decía: Lo que sale del hombre, eso contamina al hombre.

Y retuvieron la palabra entre sí, preguntándose entre ellos qué significaría eso de resucitar de los muertos.

Y si alguien os dijere: ¿Por qué hacéis eso? decid que el Señor lo necesita, y que enseguida lo devolverá.

Y cuando os llevaren y entregaren, no os preocupéis por lo que habéis de decir, ni lo premeditéis; sino lo que os fuere dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo.

Pero Jesús ni aun con eso respondió nada; de modo que Pilato se maravillaba.

Y yo no le conocía; mas para que fuese manifestado a Israel, por eso vine yo bautizando en agua.

Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada de sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que Él hace, eso también hace el Hijo igualmente.

Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le es dado de mi Padre.

Por eso Moisés os dio la circuncisión (no porque sea de Moisés, sino de los padres); y en sábado circuncidáis al hombre.

Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis.

El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por eso no las oís vosotros, porque no sois de Dios.

Por eso dijeron sus padres: Edad tiene, preguntadle a él.

Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.

Con todo eso, aun muchos de los príncipes creyeron en Él; mas por causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga.

Pues Él sabía quién le iba a entregar, por eso dijo: No sois limpios todos.

Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; mas porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.

Todo lo que tiene el Padre, es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.

Y todos los que le oían estaban atónitos, y decían: ¿No es éste el que asolaba en Jerusalén a los que invocaban este nombre, y a eso vino acá, para llevarlos presos ante los príncipes de los sacerdotes?

Por eso dice también en otro salmo: No permitirás que tu Santo vea corrupción.

Con todo eso, ellos se detuvieron allí mucho tiempo, hablando con denuedo en el Señor, el cual daba testimonio a la palabra de su gracia, concediendo que señales y milagros fuesen hechos por las manos de ellos.

Pues lo que hago, no lo entiendo, pues no hago lo que quiero; sino lo que aborrezco, eso hago.

Y si lo que no quiero, eso hago, apruebo que la ley es buena.

¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Sino ministros por los cuales habéis creído, y eso según lo que a cada uno ha concedido el Señor.

Porque de nada tengo mala conciencia, mas no por eso soy justificado; pero el que me juzga es el Señor.

Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo; ¿por eso no será del cuerpo?

Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo; ¿por eso no será del cuerpo?

Y si buscando ser justificados en Cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso Cristo ministro de pecado? ¡En ninguna manera!

No os engañéis; Dios no puede ser burlado; pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.

Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.

Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye.