'Estaba' en la Biblia
`En ti se ha descubierto la desnudez del padre, en ti han humillado a la que estaba impura por su menstruación.
luego te sentaste en un suntuoso diván ante el cual estaba preparada una mesa en la que habías puesto mi incienso y mi aceite.
Entonces dije acerca de aquella que estaba consumida por {sus} adulterios: `` ¿Cometerán ahora fornicaciones con ella, estando ella {así?}"
`En el Edén estabas, {en} el huerto de Dios; toda piedra preciosa era tu vestidura: el rubí, el topacio y el diamante, el berilo, el ónice y el jaspe, el zafiro, la turquesa y la esmeralda; y el oro, la hechura de tus engastes y de tus encajes, estaba en ti. El día que fuiste creado fueron preparados.
``He aquí, Asiria {era} un cedro en el Líbano de hermosas ramas y frondoso, de sombra abundante y de elevada estatura, y su copa estaba entre las nubes.
``Las aguas lo hicieron crecer y las {corrientes} profundas lo encumbraron; con sus ríos se extendía en torno al lugar donde estaba plantado, y enviaba sus corrientes a todos los árboles del campo.
`Por cuanto has dicho: ``Las dos naciones y las dos tierras serán mías, y las poseeremos", aunque el SEÑOR estaba allí.
`Y las naciones que quedan a vuestro alrededor sabrán que yo, el SEÑOR, he reedificado los lugares en ruinas {y} plantado lo que estaba desolado; yo, el SEÑOR, he hablado y lo haré.'
La mano del SEÑOR vino sobre mí, y me sacó en el Espíritu del SEÑOR, y me puso en medio del valle que estaba lleno de huesos.
Me llevó allá; y he aquí, {había allí} un hombre cuyo aspecto era semejante al bronce, con un cordel de lino y una caña de medir en la mano, y estaba de pie en la puerta.
Midió el vestíbulo de la puerta, {y tenía} ocho codos, y sus pilares, dos codos. Y el vestíbulo de la puerta {estaba} hacia el interior.
El pavimento ({esto es,} el pavimento inferior) {estaba} al lado de las puertas, correspondiendo a la longitud de las puertas.
Sus ventanas, sus pórticos y sus figuras de palmeras {tenían} las mismas medidas de la puerta que daba al oriente; se subía a ella por siete gradas, y su pórtico {estaba} delante de ellas.
Ganchos dobles, de un palmo menor de longitud, estaban colocados en el interior, todo alrededor; y sobre las mesas estaba la carne de la ofrenda.
Fuera de la puerta interior, en el atrio interior, {había} dos cámaras, {una de} las cuales {estaba} al lado de la puerta del norte con su fachada hacia el sur, {y} la otra al lado de la puerta del sur con {su} fachada hacia el norte.
Y midió el atrio, un cuadrado de cien codos de largo y cien codos de ancho; y el altar {estaba} delante del templo.
Las cámaras laterales estaban superpuestas en tres pisos, treinta en cada piso; y las cámaras laterales se extendían hasta el muro que {estaba} en su lado interior, todo alrededor, para que fueran aseguradas sin que fueran aseguradas al muro del templo.
El edificio que {estaba} enfrente de la zona separada, hacia el lado occidental, {tenía} setenta codos de ancho; y el muro del edificio {tenía} cinco codos de ancho, todo alrededor, y su longitud {era} de noventa codos.
Luego me sacó al atrio exterior, hacia el norte, y me llevó a la cámara que {estaba} frente a la zona separada y frente al edificio hacia el norte.
A lo largo de la longitud, {que era} de cien codos, {estaba} la puerta del norte; la anchura {era} de cincuenta codos.
Y debajo de estas cámaras {estaba} la entrada del lado oriental, para entrar en ellas desde el atrio exterior.
Y oí a uno que me hablaba desde el templo, mientras el hombre estaba de pie junto a mí,
Entonces me hizo volver por el camino de la puerta exterior del santuario que da hacia el oriente, y estaba cerrada.
Después me llevó por la entrada que {estaba} al lado de la puerta, a las cámaras sagradas de los sacerdotes que daban al norte; y he aquí, {había} allí un lugar al fondo, hacia el occidente.
Después fue Daniel adonde {estaba} Arioc, a quien el rey había designado para dar muerte a los sabios de Babilonia. Fue y le habló así: No des muerte a los sabios de Babilonia; llévame ante el rey, y declararé al rey la interpretación.
Tú, oh rey, tuviste una visión, y he aquí, {había} una gran estatua; esa estatua {era} enorme y su brillo extraordinario; estaba en pie delante de ti y su aspecto {era} terrible.
Yo, Nabucodonosor, estaba tranquilo en mi casa y próspero en mi palacio.
Aún {estaba} la palabra en la boca del rey, cuando una voz vino del cielo: ``Rey Nabucodonosor, a ti se te declara: El reino te ha sido quitado,
Mientras saboreaba el vino, Belsasar ordenó traer los vasos de oro y plata que Nabucodonosor su padre había sacado del templo que {estaba} en Jerusalén, para que bebieran en ellos el rey y sus nobles, sus mujeres y sus concubinas.
Entonces trajeron los vasos de oro que habían sido sacados del templo, la casa de Dios que {estaba} en Jerusalén, y el rey y sus nobles, sus mujeres y sus concubinas bebieron en ellos.
Y he aquí, otra segunda bestia, semejante a un oso, estaba levantada de un costado, y en su boca, entre sus dientes, {tenía} tres costillas; y le dijeron así: ``Levántate, y devora mucha carne."
Cuando miré en la visión, sucedió que al mirar, yo {me encontraba} en la ciudadela de Susa, que {está} en la provincia de Elam, y vi en la visión que yo estaba junto al río Ulai.
Alcé, pues, mis ojos y miré, y he aquí que un carnero estaba delante del río. Tenía dos cuernos, y los dos cuernos {eran} altos, pero uno {era} más alto que el otro, y el más alto creció el último.
El se acercó adonde yo estaba, y cuando llegó, me aterroricé y caí sobre mi rostro, pero él me dijo: Entiende, hijo de hombre, que la visión se refiere al tiempo del fin.
Mientras él hablaba conmigo, caí en un sueño profundo con mi rostro en tierra; él me tocó y me hizo incorporar donde yo estaba.
Yo, Daniel, me sentí agotado y enfermo algunos días. Después me levanté y atendí los asuntos del rey; pero yo estaba espantado a causa de la visión, y no había nadie que {la} interpretara.
Aún estaba yo hablando, orando y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y presentando mi súplica delante del Señor mi Dios por el santo monte de mi Dios,
todavía estaba yo hablando en oración, cuando Gabriel, el hombre a quien había visto en la visión al principio, se me acercó, estando yo muy cansado, como a la hora de la ofrenda de la tarde.
alcé los ojos y miré, y he aquí, había un hombre vestido de lino, cuya cintura estaba ceñida con {un cinturón de} oro puro de Ufaz.
Y he aquí, uno semejante a un hombre tocó mis labios; entonces abrí mi boca y hablé, y dije al que estaba delante de mí: Señor mío, a causa de la visión me ha invadido la angustia y me he quedado sin fuerzas.
Y {uno de ellos} dijo al hombre vestido de lino que estaba sobre las aguas del río: ¿Para cuándo {será} el fin de {estas} maravillas?
Y oí al hombre vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, que levantando su mano derecha y su mano izquierda al cielo, juró por aquel que vive para siempre, que será por un tiempo, tiempos y la mitad de {un tiempo}; y cuando se termine la destrucción del poder del pueblo santo, se cumplirán todas estas {cosas}.
Esto El me mostró: He aquí, el Señor estaba junto a un muro hecho a plomo, y tenía en su mano una plomada.
Los marineros tuvieron miedo y cada uno clamaba a su dios; y arrojaron al mar la carga que estaba en el barco para aligerarlo. Pero Jonás había bajado a la bodega del barco, se había acostado y dormía profundamente.
Y oró al SEÑOR, y dijo: ¡Ah SEÑOR! ¿No era esto lo que yo decía cuando aún estaba en mi tierra? Por eso me anticipé a huir a Tarsis, porque sabía yo que tú eres un Dios clemente y compasivo lento para la ira y rico en misericordia, y que te arrepientes del mal {con que amenazas}.
He aquí, de noche vi un hombre que iba montado en un caballo rojo; él estaba entre los mirtos que había en la quebrada, y detrás de él, caballos rojos, castaños y blancos.
Y el hombre que estaba entre los mirtos respondió y dijo: Estos son los que el SEÑOR ha enviado a recorrer la tierra.
Y ellos respondieron al ángel del SEÑOR que estaba entre los mirtos y dijeron: Hemos recorrido la tierra, y he aquí, toda la tierra está en paz y tranquila.
y con gran enojo estoy yo enojado contra las naciones que están confiadas; porque cuando yo estaba un poco enojado, ellas contribuyeron al mal.'
Entonces me mostró al sumo sacerdote Josué, que estaba delante del ángel del SEÑOR; y Satanás estaba a su derecha para acusarlo.
Y Josué estaba vestido de ropas sucias, en pie delante del ángel.
Después dijo: Que le pongan un turbante limpio en la cabeza. Y le pusieron un turbante limpio en la cabeza y le vistieron con ropas {de gala}; y el ángel del SEÑOR estaba allí.
`` ¿No son {estas} las palabras que el SEÑOR proclamó por medio de los antiguos profetas, cuando Jerusalén estaba habitada y próspera con sus ciudades a su alrededor, y el Neguev y la tierra baja estaban habitados?"
Mi pacto con él era de vida y paz, las cuales le di para que {me} reverenciara; y él me reverenció, y estaba lleno de temor ante mi nombre.
La verdadera instrucción estaba en su boca, y no se hallaba iniquidad en sus labios; en paz y rectitud caminaba conmigo, y apartaba a muchos de la iniquidad.
Y habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí, la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo sobre {el lugar} donde estaba el Niño.
Entonces Jesús llegó* de Galilea al Jordán, a {donde estaba} Juan, para ser bautizado por él.
Y de pronto se desató una gran tormenta en el mar, de modo que las olas cubrían la barca; pero Jesús estaba dormido.
Mientras El aún estaba hablando a la multitud, he aquí, su madre y sus hermanos estaban afuera, deseando hablar con El.
Y se congregaron {junto} a El grandes multitudes, por lo que subió a una barca y se sentó; y toda la multitud estaba de pie en la playa.
Después de despedir a la multitud, subió al monte a solas para orar; y al anochecer, estaba allí solo.
Pero la barca estaba ya a muchos estadios de tierra, {y} era azotada por las olas, porque el viento era contrario.
Mientras estaba aún hablando, he aquí, una nube luminosa los cubrió; y una voz {salió} de la nube, diciendo: Este es mi Hijo amado en quien me he complacido; a El oíd.
Pero cuando el rey entró a ver a los comensales, vio allí a uno que no estaba vestido con traje de boda,
estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí."
fui forastero, y no me recibisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis."
se le acercó una mujer con un frasco de alabastro de perfume muy costoso, y lo derramó sobre su cabeza cuando estaba sentado {a la mesa.}
Al atardecer, estaba El sentado {a la mesa} con los doce discípulos.
Mientras todavía estaba El hablando, he aquí, Judas, uno de los doce, llegó acompañado de una gran multitud con espadas y garrotes, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo.
Pedro estaba sentado fuera en el patio, y una sirvienta se le acercó y dijo: Tú también estabas con Jesús el galileo.
Cuando salió al portal, lo vio otra {sirvienta} y dijo* a los que estaban allí: Este estaba con Jesús el nazareno.
Y {Jesús} no le respondió ni a una sola pregunta, por lo que el gobernador estaba muy asombrado.
Y viendo Pilato que no conseguía nada, sino que más bien se estaba formando un tumulto, tomó agua y se lavó las manos delante de la multitud, diciendo: Soy inocente de la sangre de este justo; ¡allá vosotros!
Y María Magdalena estaba allí, y la otra María, sentadas frente al sepulcro.
Juan estaba vestido de pelo de camello, tenía un cinto de cuero a la cintura, y comía langostas y miel silvestre.
Y estuvo en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás; y estaba entre las fieras, y los ángeles le servían.
Y he aquí estaba en la sinagoga de ellos un hombre con un espíritu inmundo, el cual comenzó a gritar,
Levantándose muy de mañana, cuando todavía estaba oscuro, salió, y se fue a un lugar solitario, y allí oraba.
Habiendo entrado de nuevo en Capernaúm varios días después, se oyó que estaba en casa.
Y como no pudieron acercarse a El a causa de la multitud, levantaron el techo {encima} de donde El estaba; y cuando habían hecho una abertura, bajaron la camilla en que yacía el paralítico.
Comenzó a enseñar de nuevo junto al mar; y se llegó a El una multitud tan grande que tuvo que subirse a una barca {que estaba} en el mar, y se sentó; y toda la multitud estaba en tierra a la orilla del mar.
Despidiendo a la multitud, le llevaron* con ellos en la barca, como estaba; y había otras barcas con El.
El estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; entonces le despertaron* y le dijeron*: Maestro, ¿no te importa que perezcamos?
Al instante la fuente de su sangre se secó, y sintió en su cuerpo que estaba curada de su aflicción.
Mientras estaba todavía hablando, vinieron* de {casa del} oficial de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto, ¿para qué molestas aún al Maestro?
Y se burlaban de El. Pero El, echando fuera a todos, tomó* consigo al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con El, y entró* donde estaba la niña.
Y estaba maravillado de la incredulidad de ellos. Y recorría las aldeas de alrededor enseñando.
Al anochecer, la barca estaba en medio del mar, y El {estaba} solo en tierra.
porque no habían entendido lo de los panes, sino que su mente estaba embotada.
y recorrieron apresuradamente toda aquella comarca, y comenzaron a traer a los enfermos en sus camillas adonde oían {decir} que El estaba.
Cuando ella volvió a su casa, halló que la niña estaba acostada en la cama, y que el demonio había salido.
Entonces llegaron* a Jericó. Y cuando salía de Jericó con sus discípulos y una gran multitud, un mendigo ciego {llamado} Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino.
Los principales sacerdotes y los escribas oyeron {esto} y buscaban cómo destruirle, porque le tenían miedo, pues toda la multitud estaba admirada de su enseñanza.
En ese momento, mientras todavía estaba El hablando, llegó* Judas, uno de los doce, acompañado de una multitud con espadas y garrotes, de parte de los principales sacerdotes, de los escribas y de los ancianos.
Cada día estaba con vosotros en el templo enseñando, y no me prendisteis; pero {esto ha sucedido} para que se cumplan las Escrituras.
Pedro le siguió de lejos hasta dentro del patio del sumo sacerdote; estaba sentado con los alguaciles, calentándose al fuego.
Pero Jesús no respondió nada más; de modo que Pilato estaba asombrado.
Viendo el centurión que estaba frente a El, la manera en que expiró, dijo: En verdad este hombre era Hijo de Dios.
las cuales cuando {Jesús} estaba en Galilea, le seguían y le servían; y {había} muchas otras que habían subido con El a Jerusalén.
vino José de Arimatea, miembro prominente del concilio, que también esperaba el reino de Dios; y llenándose de valor, entró adonde estaba Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús.