'Está' en la Biblia
- 1.Gé 1:12-Gé 37:30
- 2.Gé 37:32-Éx 32:13
- 3.Éx 33:4-Números 6:7
- 4.Números 6:13-Deuteronomio 4:32
- 5.Deuteronomio 4:41-Josué 11:6
- 6.Josué 11:16-Jueces 19:23
- 7.Jueces 19:24-1 Samuel 26:11
- 8.1 Samuel 26:16-1 Reyes 8:54
- 9.1 Reyes 9:3-2 Reyes 15:26
- 10.2 Reyes 15:31-2 Crónicas 30:5
- 11.2 Crónicas 30:9-Ester 6:4
- 12.Ester 6:5-Salmos 5:2
- 13.Salmos 6:3-Salmos 95:10
- 14.Salmos 96:10-Proverbios 31:26
- 15.Eclesiastés 2:10-Isaías 28:1
- 16.Isaías 28:4-Jeremías 7:2
- 17.Jeremías 7:10-Jeremías 32:22
- 18.Jeremías 32:23-Ezequiel 17:7
- 19.Ezequiel 17:10-Oseas 6:3
- 20.Oseas 6:5-Mateo 4:7
- 21.Mateo 4:10-Marcos 3:21
- 22.Marcos 3:24-Lucas 11:18
- 23.Lucas 11:21-Juan 8:4
- 24.Juan 8:5-Hechos 23:13
- 25.Hechos 23:25-1 Corintios 9:9
- 26.1 Corintios 9:10-Colosenses 1:9
- 27.Colosenses 1:20-2 Pedro 1:4
- 28.2 Pedro 1:5-Apocalipsis 22:19
Por esta razón también, obrando con toda diligencia, añadid a vuestra fe, virtud, y a la virtud, conocimiento;
Porque de esta manera os será abundantemente administrada la entrada en el Reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Por tanto, siempre estaré listo para recordaros estas cosas, aunque vosotros {ya las} sabéis y habéis sido confirmados en la verdad que está presente {en vosotros}.
También considero justo, mientras esté en este cuerpo (en esta morada), estimularlos recordándoles estas cosas,
Pues cuando El recibió honor y gloria de Dios Padre, la majestuosa Gloria le hizo esta declaración: Este es mi Hijo amado en quien me he complacido;
Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos juntamente con él en el Monte Santo.
y en {su} avaricia os explotarán con palabras falsas. El juicio de ellos, desde hace mucho tiempo no está ocioso, ni su perdición dormida.
Estos son fuentes sin agua, y nubes traídas de torbellino de viento; para los cuales está guardada eternalmente la oscuridad de las tinieblas.
Carísimos, yo os escribo ahora esta segunda carta, por la cual despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento;
y diciendo: ¿Dónde está la Promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación.
Cierto ellos ignoran voluntariamente, que los cielos fueron en el tiempo antiguo, y la tierra que por agua y en agua está asentada, por la palabra de Dios;
Mas, oh amados, no ignoréis esta una cosa: que un día delante del Señor es como mil años y mil años como un día.
Puesto que todas estas cosas han de ser destruidas de esta manera, ¡qué clase de personas no debéis ser vosotros en santa conducta y en piedad,
Y esta es la Promesa que oímos de él, y os la anunciamos: Que Dios es luz, y en él no hay tinieblas.
mas si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión con él, entre nosotros, y la sangre de Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo pecado.
Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros.
Si dijéremos que no hemos pecado, lo hacemos a él mentiroso, y su Palabra no está en nosotros.
El que dice: Yo he llegado a conocerle, y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él;
Mas el que guarda su Palabra, la caridad de Dios está verdaderamente perfecta en él; por esto sabemos que estamos en él.
El que dice que está en él, debe andar como él anduvo.
Por otra parte, os escribo un mandamiento nuevo, el cual es verdadero en El y en vosotros, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya está alumbrando.
El que dice que está en la luz; y aborrece a su Hermano, el tal aún está en tinieblas.
El que ama a su hermano, está en la luz, y no hay tropiezo en él.
Mas el que aborrece a su Hermano, está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe adónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.
No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo; si alguno ama al mundo, la caridad del Padre no está en él.
Y esta es la Promesa, la cual él nos prometió, que es vida eterna.
Y cualquiera que tiene esta esperanza en él, se purifica, como él también es limpio.
Cualquiera que es nacido de Dios, no hace pecado, porque su simiente está en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.
Porque, esta es la anunciación que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros.
Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte á vida, en que amamos á los hermanos. El que no ama á su hermano, está en muerte.
Mas el que tuviere bienes de este mundo, y viere á su hermano tener necesidad, y le cerrare sus entrañas, ¿cómo está el amor de Dios en él?
Y el que guarda sus mandamientos, está en él, y él en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.
y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo, es venido en carne, no es de Dios; y éste es el espíritu del anticristo del cual vosotros habéis oído que ha de venir, y que ahora ya está en el mundo.
Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque el que en vosotros está, es mayor que el que está en el mundo.
Ninguno vió jamás á Dios. Si nos amamos unos á otros, Dios está en nosotros, y su amor es perfecto en nosotros:
Cualquiera que confesare que Jesús es el Hijo de Dios, Dios está en él, y él en Dios.
En la caridad no hay temor; mas la perfecta caridad echa fuera el temor; porque el temor tiene pena; de donde el que teme, no está completo en caridad.
Porque esta es la caridad de Dios, que guardemos sus mandamientos, y sus mandamientos no son gravosos.
Porque todo aquel que es nacido de Dios, vence al mundo; y esta es la victoria que vence al mundo, es a saber nuestra fe.
Y este es el testimonio, que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.
Y esta es la confianza que tenemos en Dios, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.
Sabemos que somos de Dios, y todo el mundo está puesto en maldad.
Por la verdad que está en nosotros, y será perpetuamente con nosotros:
Y esta es la caridad, que andemos según su mandamiento. Y el mandamiento es: Que andéis en él, como vosotros habéis oído desde el principio.
Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en vuestra casa, ni le digáis: ¡bienvenido!
Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que seas sano, así como tu alma está en prosperidad.
Pues mucho me regocijé cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de la verdad que está en ti, y de cómo tú andas en la verdad.
Por esta causa, si yo fuere, daré a entender las obras que hace, hablando con palabras maliciosas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a los Hermanos, y prohibe a los que los quieren recibir, y los echa de la Iglesia.
Porque algunos hombres han entrado encubiertamente sin temor ni reverencia de Dios; los cuales desde antes habían estado ordenados para esta condenación, convirtiendo la gracia de nuestro Dios en disolución, y negando a Dios que solo es el que tiene dominio, y a nuestro Señor, Jesús el Cristo.
fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza; estrellas erráticas, a las cuales está reservada la oscuridad de las tinieblas para siempre.
Mas haced salvos a los otros con temor, arrebatándolos del fuego; mas con esto aborreciendo aun hasta la ropa que está contaminada de tocamiento de carne.
Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta Profecía, y guardan las cosas que en ella están escritas, porque el tiempo está cerca.
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias: Al que venciere, daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del Paraíso de Dios.
Y escribe al ángel de la Iglesia que está en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos, dice estas cosas:
Yo sé tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; y tienes mi Nombre, y no has negado mi fe, aun en los días en que fue Antipas mi testigo fiel, el cual ha sido muerto entre vosotros, donde Satanás mora.
Pero yo digo a vosotros, y a los demás que estáis en Tiatira: Cualesquiera que no tienen esta doctrina, y que no han conocido las profundidades de Satanás (como ellos dicen), Yo no enviaré sobre vosotros otra carga.
Y escribe al ángel de la Iglesia que está en Sardis: El que tiene los siete Espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice estas cosas: Yo conozco tus obras; que tienes nombre de que vives, y estás muerto.
Y escribe al ángel de la Iglesia que está en Filadelfia: El Santo y Verdadero, que tiene la llave de David; que abre y ninguno cierra; que cierra y ninguno abre, dice estas cosas:
`Porque has guardado la palabra de mi perseverancia, yo también te guardaré de la hora de la prueba, esa {hora} que está por venir sobre todo el mundo para poner a prueba a los que habitan sobre la tierra.
Y cuando aquellos animales dan gloria y honra y alabanza al que está sentado en el trono, al que vive para siempre jamás;
los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoraban al que vive para siempre jamás; y echan sus coronas delante del trono, diciendo:
Y oí a toda criatura que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y que está sobre el mar, y todas las cosas que están en él, diciendo: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea alabanza, honra, y gloria, y potencia, para siempre jamás.
y decían a los montes y a las piedras: Caed sobre nosotros, y escondednos de la cara de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero;
y clamaban a alta voz, diciendo: Salvación al que está sentado sobre el trono de nuestro Dios, y al Cordero.
Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado en el trono morará entre ellos.
porque el Cordero que está en medio del trono los regirá, y los guiará a fuentes vivas de aguas; y Dios limpiará toda lágrima de los ojos de ellos.
Y otro ángel vino, y se paró delante del altar, teniendo un incensario de oro; y le fue dado mucho incienso de las oraciones de todos los santos para que los pusiera sobre el altar de oro, el cual está delante del trono.
Tienen colas parecidas a escorpiones, y aguijones; y en sus colas {está} su poder para hacer daño a los hombres por cinco meses.
Y el sexto ángel tocó la trompeta; y oí una voz de los cuatro cuernos del altar de oro, el cual está delante de los ojos de Dios;
Porque su potencia está en su boca y en sus colas. Porque sus colas eran semejantes a serpientes que tienen cabezas, y por ellas dañan.
Y oí una voz del cielo que hablaba otra vez conmigo, y me decía: Anda ve, y toma el libro abierto en la mano del ángel que está sobre el mar y sobre la tierra.
Y echa fuera el patio que está dentro del templo, y no lo midas, porque es dado a los gentiles; y hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses.
El templo de Dios que está en el cielo fue abierto; y el arca de su pacto se veía en su templo, y hubo relámpagos, voces y truenos, y un terremoto y una fuerte granizada.
El que lleva en cautividad, va en cautividad; el que a espada matare, es necesario que a espada sea muerto. Aquí está la paciencia y la fe de los santos.
éste también beberá del vino de la ira de Dios, el cual está echado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles, y delante del Cordero;
Aquí está la paciencia de los santos; aquí están los que guardan los mandamientos de Dios, y la fe de Jesús.
Y otro ángel salió del templo, clamando con alta voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar te es venida, porque la mies de la tierra está seca.
Y salió otro ángel del templo que está en el cielo, teniendo también una hoz aguda.
Y el séptimo {ángel} derramó su copa en el aire; y una gran voz salió del templo, del trono, que decía: Hecho está.
Entonces hubo relámpagos, voces y truenos; y hubo un gran terremoto tal como no lo había habido desde que el hombre está sobre la tierra; {fue} tan grande {y} poderoso terremoto.
Y vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo, diciéndome: Ven, y te mostraré la condenación de la gran ramera, la cual está sentada sobre muchas aguas;
La bestia que viste, era y no es, y está para subir del abismo e ir a la destrucción. Y los moradores de la tierra, cuyos nombres no se han escrito en el libro de la vida desde la fundación del mundo, se asombrarán al ver la bestia que era y no es, y {que} vendrá.
Aquí está la mente que tiene sabiduría. Las siete cabezas son siete montes sobre los que se sienta la mujer;
y viendo el humo de su incendio, dieron voces, diciendo: ¿Cuál era semejante a esta gran ciudad?
Y un ángel fuerte tomó una piedra como una gran piedra de molino, y la arrojó en el mar, diciendo: Con esta violencia será derribada Babilonia, aquella gran ciudad, y nunca más será hallada.
Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron y adoraron a Dios, que {está} sentado en el trono, {y} decían: ¿Amén! ¡Aleluya!
Y {está} vestido de un manto empapado en sangre, y su nombre es: El Verbo de Dios.
Mas los otros muertos no volvieron a vivir hasta que sean cumplidos los mil años. Esta es la primera resurrección.
Y el diablo que los engañaba, fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde está la bestia y el falso Profeta; y serán atormentados día y noche para siempre jamás.
Y el Hades y la muerte fueron lanzados en el lago de fuego. Esta es la muerte segunda.
Entonces oí una gran voz que decía desde el trono: He aquí, el tabernáculo de Dios está entre los hombres, y El habitará entre ellos y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará entre ellos.
Y el que está sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y añadió*: Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas.
También me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tiene sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.
Y la ciudad está situada y puesta cuadrangular, y su largura es tanta como su anchura. Y él midió la Ciudad con la caña de oro, doce mil estadios; y la largura y la altura y la anchura de ella son iguales.
Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro; porque el tiempo está cerca.
Y he aquí, yo vengo presto, y mi galardón está conmigo, para recompensar a cada uno según fuere su obra.
Y si alguno disminuyere de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa Ciudad, y de las cosas que están escritas en este libro.
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