'Hemos' en la Biblia
que hemos oído y conocido, y que nuestros padres nos han contado.
Hemos sido el oprobio de nuestros vecinos, escarnio y burla de los que nos rodean.
Porque hemos sido consumidos con tu ira, y por tu furor hemos sido conturbados.
Nosotros hemos pecado como nuestros padres, hemos hecho iniquidad, nos hemos conducido impíamente.
Hemos oído del orgullo de Moab, un gran orgullo, de su arrogancia, de su altivez y de su furor; son falsas sus vanas jactancias.
Y en aquel día se dirá: He aquí, éste es nuestro Dios a quien hemos esperado para que nos salvara; éste es el SEÑOR a quien hemos esperado; regocijémonos y alegrémonos en su salvación.
Ciertamente, {siguiendo} la senda de tus juicios, oh SEÑOR, te hemos esperado; tu nombre y tu memoria son el anhelo del alma.
Porque habéis dicho: Hemos hecho un pacto con la muerte, hemos hecho un convenio con el Seol; cuando pase el azote abrumador, no nos alcanzará, porque hemos hecho de la mentira nuestro refugio y en el engaño nos hemos escondido.
Oh SEÑOR, ten piedad de nosotros; en ti hemos esperado. Sé nuestra fortaleza cada mañana, también nuestra salvación en tiempo de angustia.
Mas El fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz, {cayó} sobre El, y por sus heridas hemos sido sanados.
{Dicen:} `` ¿Por qué hemos ayunado, y tú no {lo} ves? ¿{Por qué} nos hemos humillado, y tú no haces caso?" He aquí, en el día de vuestro ayuno buscáis {vuestra} conveniencia y oprimís a todos vuestros trabajadores.
Hemos venido a ser {como} aquellos sobre los que nunca gobernaste, {como} aquellos que nunca fueron llamados por tu nombre.
Acostémonos en nuestra vergüenza, y que nos cubra nuestra humillación; porque hemos pecado contra el SEÑOR nuestro Dios, nosotros y nuestros padres desde nuestra juventud hasta hoy, y no hemos obedecido la voz del SEÑOR nuestro Dios.
Hemos oído de su fama, flaquean nuestras manos. La angustia se ha apoderado de nosotros, dolor como de mujer de parto.
¿Por qué estamos {aún} sentados? Congregaos, y entremos en las ciudades fortificadas, y perezcamos allí, pues el SEÑOR nuestro Dios nos hace perecer y nos ha dado a beber agua envenenada, porque hemos pecado contra el SEÑOR.
Pasó la siega, terminó el verano, y nosotros no hemos sido salvados.
Porque voz de lamentación se oye desde Sion: `` ¿Cómo hemos sido arrasados! En gran manera estamos avergonzados, porque tenemos que abandonar la tierra, porque han derribado nuestras moradas."
Aunque nuestras iniquidades testifican contra nosotros, oh SEÑOR, obra por amor de tu nombre. En verdad han sido muchas nuestras apostasías, contra ti hemos pecado.
Reconocemos, oh SEÑOR, nuestra impiedad, la iniquidad de nuestros padres, pues hemos pecado contra ti.
Y sucederá que cuando anuncies a este pueblo todas estas palabras, ellos te dirán: `` ¿Por qué el SEÑOR ha pronunciado toda esta gran calamidad contra nosotros? ¿Cuál es nuestra iniquidad y cuál es nuestro pecado que hemos cometido contra el SEÑOR nuestro Dios?"
Y nosotros hemos obedecido la voz de Jonadab, hijo de Recab, nuestro padre, en todo lo que él nos mandó de no beber vino en todos nuestros días, ni nosotros, ni nuestras mujeres, ni nuestros hijos, ni nuestras hijas,
Hemos habitado solamente en tiendas, y hemos obedecido y hecho conforme a todo lo que nos mandó nuestro padre Jonadab.
Pero desde que dejamos de quemar sacrificios a la reina del cielo y derramarle libaciones, carecemos de todo, y por la espada y por el hambre hemos sido acabados.
Así dice el SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel: ``Vosotros y vuestras mujeres habéis hablado con vuestra boca y {lo} habéis realizado con vuestras manos, diciendo: `Ciertamente cumpliremos los votos que hemos hecho de quemar sacrificios a la reina del cielo y de derramarle libaciones.' ¡Id a cumplir vuestros votos! ¡Poned por obra vuestros votos!"
Hemos oído del orgullo de Moab ({es} muy orgulloso), de su soberbia, de su orgullo, de su arrogancia y de su altivez.
Estamos avergonzados porque hemos oído la afrenta; la ignominia ha cubierto nuestros rostros, porque extranjeros han entrado en los santuarios de la casa del SEÑOR.
Han abierto contra ti su boca todos tus enemigos; silban y rechinan los dientes, dicen: {La} hemos devorado. Ciertamente este es el día que esperábamos; {lo} hemos alcanzado, {lo} hemos visto.
Nosotros hemos transgredido y nos hemos rebelado; tú no has perdonado.
Aun nuestros ojos desfallecían, {buscar} ayuda fue inútil. En nuestro velar hemos aguardado a una nación incapaz de salvar.
Hemos quedado huérfanos, sin padre, nuestras madres, como viudas.
A Egipto {y} a Asiria nos hemos sometido para saciarnos de pan.
Ha caído la corona de nuestra cabeza. ¿Ay de nosotros, pues hemos pecado!
``Para la matanza ha sido afilada, para brillar como el rayo ha sido pulida." ¿Acaso hemos de alegrarnos, cuando el cetro de mi hijo desprecia toda vara?
hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho lo malo, nos hemos rebelado y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas.
No hemos escuchado a tus siervos los profetas que hablaron en tu nombre a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra.
Oh SEÑOR, nuestra es la vergüenza del rostro, {y} de nuestros reyes, de nuestros príncipes y de nuestros padres, porque hemos pecado contra ti.
Al Señor nuestro Dios {pertenece} la compasión y el perdón, porque nos hemos rebelado contra El,
y no hemos obedecido la voz del SEÑOR nuestro Dios para andar en sus enseñanzas, que El puso delante de nosotros por medio de sus siervos los profetas.
Ciertamente todo Israel ha transgredido tu ley y se ha apartado, sin querer obedecer tu voz; por eso ha sido derramada sobre nosotros la maldición y el juramento que está escrito en la ley de Moisés, siervo de Dios, porque hemos pecado contra El.
Como está escrito en la ley de Moisés, toda esta calamidad ha venido sobre nosotros, pero no hemos buscado el favor del SEÑOR nuestro Dios, apartándonos de nuestra iniquidad y prestando atención a tu verdad.
Por tanto, el SEÑOR ha estado guardando esta calamidad y la ha traído sobre nosotros; porque el SEÑOR nuestro Dios es justo en todas las obras que ha hecho, pero nosotros no hemos obedecido su voz.
Y ahora, Señor Dios nuestro, que sacaste a tu pueblo de la tierra de Egipto con mano poderosa, y te has hecho un nombre, como hoy {se ve}, hemos pecado, hemos sido malos.
Ciertamente ahora dirán: No tenemos rey, porque no hemos temido al SEÑOR. Y el rey, ¿qué haría por nosotros?
vosotros que os alegráis por Lo-debar, que decís: ¿No hemos tomado para nosotros Carnáyim con nuestra {propia} fuerza?
Visión de Abdías. Así dice el Señor DIOS acerca de Edom: Hemos oído un mensaje del SEÑOR, y un mensajero ha sido enviado a las naciones, {diciendo:} Levantaos y alcémonos contra él en batalla.
En aquel día se dirá contra vosotros un refrán y se proferirá una amarga lamentación, diciendo: ``Hemos sido totalmente destruidos; El ha cambiado la porción de mi pueblo. ¿Cómo me la ha quitado! Al infiel ha repartido nuestros campos."
Y ellos respondieron al ángel del SEÑOR que estaba entre los mirtos y dijeron: Hemos recorrido la tierra, y he aquí, toda la tierra está en paz y tranquila.
y a hablar a los sacerdotes que eran de la casa del SEÑOR de los ejércitos, y a los profetas, diciendo: ¿Debemos llorar en el mes quinto y abstenernos como lo hemos hecho durante tantos años?
Así dice el SEÑOR de los ejércitos: ``En aquellos días diez hombres de todas las lenguas de las naciones asirán el vestido de un judío, diciendo: `Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros.'"
Aunque Edom dice: Hemos sido destruidos, pero volveremos y edificaremos las ruinas, el SEÑOR de los ejércitos dice así: Ellos edificarán, pero yo destruiré. Y los llamarán territorio impío y pueblo contra quien el SEÑOR está indignado para siempre.
El hijo honra a {su} padre, y el siervo a su señor. Pues si yo soy padre, ¿dónde está mi honor? Y si yo soy señor, ¿dónde está mi temor? --dice el SEÑOR de los ejércitos a vosotros sacerdotes que menospreciáis mi nombre--. Pero vosotros decís: `` ¿En qué hemos menospreciado tu nombre?"
Ofreciendo sobre mi altar pan inmundo. Y vosotros decís: `` ¿En qué te hemos deshonrado?" En que decís: ``La mesa del SEÑOR es despreciable."
Habéis cansado al SEÑOR con vuestras palabras. Y decís: ¿En qué {le} hemos cansado? Cuando decís: Todo el que hace mal es bueno a los ojos del SEÑOR, y en ellos El se complace; o: ¿Dónde está el Dios de la justicia?
Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis estatutos y no los habéis guardado. Volved a mí y yo volveré a vosotros --dice el SEÑOR de los ejércitos. Pero decís: `` ¿Cómo hemos de volver?"
¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me estáis robando. Pero decís: `` ¿En qué te hemos robado?" En los diezmos y en las ofrendas.
Vuestras palabras han sido duras contra mí --dice el SEÑOR--. Pero decís: `` ¿Qué hemos hablado contra ti?"
¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque vimos su estrella en el oriente y hemos venido a adorarle.
``Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores.
Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué, pues, recibiremos?
diciendo: ``Estos últimos han trabajado {sólo} una hora, pero los has hecho iguales a nosotros que hemos soportado el peso y el calor abrasador del día."
Y él se levantó, y tomando al instante la camilla, salió a la vista de todos, de manera que todos estaban asombrados, y glorificaban a Dios, diciendo: Jamás hemos visto cosa semejante.
{Entonces} Pedro comenzó a decirle: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.
Cuando {sus padres} le vieron, se quedaron maravillados; y su madre le dijo: Hijo, ¿por qué nos has tratado de esta manera? Mira, tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia.
Respondiendo Simón, dijo: Maestro, hemos estado trabajando toda la noche y no hemos pescado nada, pero porque tú lo pides, echaré las redes.
Y el asombro se apoderó de todos y glorificaban a Dios; y se llenaron de temor, diciendo: Hoy hemos visto cosas extraordinarias.
Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que se os ha ordenado, decid: ``Siervos inútiles somos; hemos hecho {sólo} lo que debíamos haber hecho."
Y Pedro dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.
Y ellos dijeron: ¿Qué necesidad tenemos ya de testimonio? Pues nosotros mismos lo hemos oído de su propia boca.
Y comenzaron a acusarle, diciendo: Hemos hallado que éste pervierte a nuestra nación, prohibiendo pagar impuesto al César, y diciendo que El mismo es Cristo, un Rey.
Pues de su plenitud todos hemos recibido, y gracia sobre gracia.
El encontró* primero a su hermano Simón, y le dijo*: Hemos hallado al Mesías (que traducido quiere decir, Cristo).
Felipe encontró* a Natanael y le dijo*: Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, y {también} los profetas, a Jesús de Nazaret, el hijo de José.
En verdad, en verdad te digo que hablamos lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero vosotros no recibís nuestro testimonio.
y decían a la mujer: Ya no creemos por lo que tú has dicho, porque nosotros mismos {le} hemos oído, y sabemos que éste es en verdad el Salvador del mundo.
Y nosotros hemos creído y conocido que tú eres el Santo de Dios.
Ellos le contestaron: Somos descendientes de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: ``Seréis libres"?
Entonces la multitud le respondió: Hemos oído en la ley que el Cristo permanecerá para siempre; ¿y cómo dices tú: ``El Hijo del Hombre tiene que ser levantado"? ¿Quién es este Hijo del Hombre?
Entonces los otros discípulos le decían: ¡Hemos visto al Señor! Pero él les dijo: Si no veo en sus manos la señal de los clavos, y meto el dedo en el lugar de los clavos, y pongo la mano en su costado, no creeré.
¿Cómo es que cada uno de nosotros {los} oímos hablar en nuestra lengua en la que hemos nacido?
porque nosotros no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.
Entonces, en secreto persuadieron a {algunos} hombres para que dijeran: Le hemos oído hablar palabras blasfemas contra Moisés y {contra} Dios.
porque le hemos oído decir que este nazareno, Jesús, destruirá este lugar, y cambiará las tradiciones que Moisés nos legó.
Ahora pues, ¿por qué tentáis a Dios poniendo sobre el cuello de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?
Puesto que hemos oído que algunos de entre nosotros, a quienes no autorizamos, os han inquietado con {sus} palabras, perturbando vuestras almas,
Por tanto, hemos enviado a Judas y a Silas, quienes también os informarán las mismas cosas verbalmente.
Después de algunos días Pablo dijo a Bernabé: Volvamos y visitemos a los hermanos en todas las ciudades donde hemos proclamado la palabra del Señor, {para ver} cómo están.
y les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le {respondieron:} No, ni siquiera hemos oído si hay un Espíritu Santo.
Pero en cuanto a los gentiles que han creído, nosotros {les} hemos escrito, habiendo decidido que deben abstenerse de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de lo estrangulado y de fornicación.
los cuales fueron a los principales sacerdotes y a los ancianos y dijeron: Nos hemos comprometido bajo solemne juramento a no probar nada hasta que hayamos matado a Pablo.
Después que llamaron a Pablo, Tértulo comenzó a acusarlo, diciendo {al gobernador:} Ya que por ti hemos obtenido mucha paz, y que por providencia tuya se están llevando a cabo reformas en favor de esta nación,
Pues hemos descubierto que este hombre es verdaderamente una plaga, y que provoca disensiones entre todos los judíos por el mundo entero, y {es} líder de la secta de los nazarenos.
Y ellos le dijeron: Nosotros ni hemos recibido cartas de Judea sobre ti, ni ha venido aquí ninguno de los hermanos que haya informado o hablado algo malo acerca de ti.
por medio de quien hemos recibido la gracia y el apostolado para {promover la} obediencia a la fe entre todos los gentiles, por amor a su nombre;
¿Entonces qué? ¿Somos nosotros mejores {que ellos}? De ninguna manera; porque ya hemos denunciado que tanto judíos como griegos están todos bajo pecado;
por medio de quien también hemos obtenido entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
Y no sólo {esto,} sino que también nos gloriamos en Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien ahora hemos recibido la reconciliación.
¿De ningún modo! Nosotros, que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?
¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?
Por tanto, hemos sido sepultados con El por medio del bautismo para muerte, a fin de que como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida.
Porque si hemos sido unidos {a El} en la semejanza de su muerte, ciertamente lo seremos también {en la semejanza} de su resurrección,