'Mi' en la Biblia
- 1.Gé 2:23-Gé 27:4
- 2.Gé 27:8-Gé 43:9
- 3.Gé 43:23-Éx 22:27
- 4.Éx 23:15-Números 25:12
- 5.Números 27:14-Jueces 11:19
- 6.Jueces 11:31-1 Samuel 21:15
- 7.1 Samuel 22:3-2 Samuel 14:19
- 8.2 Samuel 14:20-1 Reyes 5:5
- 9.1 Reyes 5:9-2 Reyes 18:35
- 10.2 Reyes 19:27-2 Crónicas 34:25
- 11.2 Crónicas 34:27-Job 16:8
- 12.Job 16:9-Job 31:27
- 13.Job 31:30-Salmos 22:1
- 14.Salmos 22:7-Salmos 38:22
- 15.Salmos 39:1-Salmos 63:5
- 16.Salmos 63:6-Salmos 91:2
- 17.Salmos 91:9-Salmos 119:169
- 18.Salmos 119:170-Proverbios 24:32
- 19.Proverbios 27:11-Isaías 18:4
- 20.Isaías 19:25-Isaías 49:22
- 21.Isaías 50:2-Jeremías 3:15
- 22.Jeremías 3:19-Jeremías 20:9
- 23.Jeremías 20:12-Jeremías 49:11
- 24.Jeremías 49:13-Ezequiel 13:19
- 25.Ezequiel 13:21-Ezequiel 27:1
- 26.Ezequiel 28:1-Daniel 2:3
- 27.Daniel 2:6-Joel 3:5
- 28.Joel 3:17-Malaquías 3:10
- 29.Malaquías 3:13-Marcos 7:6
- 30.Marcos 8:33-Lucas 21:17
- 31.Lucas 22:19-Juan 13:18
- 32.Juan 13:20-Hechos 24:19
- 33.Hechos 24:20-2 Corintios 12:9
- 34.2 Corintios 13:3-Apocalipsis 3:20
- 35.Apocalipsis 3:21-Apocalipsis 22:16
y tu corazón se enterneció, y te humillaste delante de Dios oyendo sus palabras sobre este lugar, y sobre sus moradores; y te humillaste delante de mí, y rasgaste tus vestidos, y lloraste en mi presencia, yo también te he oído, dice el SEÑOR.
La carta que nos enviasteis claramente fue leída delante de mí.
Y por mí fue dado mandamiento, y buscaron; y hallaron que aquella ciudad de tiempo antiguo se levanta contra los reyes, y se rebela, y se forma en ella sedición;
Ahora, pues , dad orden que cesen aquellos varones, y no sea esa ciudad edificada, hasta que por mí sea dada nueva orden.
Y por mí es dado mandamiento de lo que habéis de hacer con los ancianos de estos judíos, para edificar esa Casa de Dios: que de la hacienda del rey, que tiene del tributo del otro lado del río, los gastos sean dados luego a aquellos varones, para que no cesen.
También es dado por mí mandamiento, que cualquiera que mudare este decreto, sea derribado un madero de su casa, y enhiesto, sea colgado en él; y su casa sea hecha muladar por esto.
Por mí es dado mandamiento, que cualquiera que quisiere en mi reino, del pueblo de Israel y de sus sacerdotes y levitas, ir contigo a Jerusalén, vaya.
Y por mí el rey Artajerjes es dado mandamiento a todos los tesoreros que están al otro lado del río, que todo lo que os demandare Esdras sacerdote, escriba de la ley del Dios del cielo, se le conceda luego,
Y sobre mí extendió misericordia delante del rey y de sus consultores, y de todos los príncipes poderosos del rey. Y yo, confortado según la mano de mi Dios sobre mí, junté los principales de Israel para que subiesen conmigo.
Y acabadas estas cosas, los príncipes se llegaron a mí, diciendo: El pueblo de Israel, y los sacerdotes y levitas, no se han apartado de los pueblos de las tierras, de los cananeos, heteos, ferezeos, jebuseos, amonitas, y moabitas, egipcios, y amorreos, haciendo conforme a sus abominaciones.
Lo cual oyendo yo, rasgué mi vestido y mi manto, y arranqué de los cabellos de mi cabeza y de mi barba, y me senté atónito.
Y se juntaron a mí todos los temerosos de las palabras del Dios de Israel, a causa de la prevaricación de los de la transmigración; mas yo estuve sentado atónito hasta el sacrificio de la tarde.
Y al sacrificio de la tarde me levanté de mi aflicción; y habiendo rasgado mi vestido y mi manto, me postré de rodillas, y extendí mis palmas al SEÑOR mi Dios,
y dije: Dios mío, confuso y avergonzado estoy para levantar, oh Dios mío, mi rostro a ti; porque nuestras iniquidades se han multiplicado sobre nuestra cabeza, y nuestros delitos han crecido hasta el cielo.
esté ahora atento tu oído, y tus ojos abiertos, para oír la oración de tu siervo, que yo hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí , yo y la casa de mi padre hemos pecado.
mas si os volviereis a mí, y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra. Si fuere vuestro lanzamiento hasta el cabo de los cielos, de allí los juntaré; y los traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre.
Y dije al rey: El rey viva para siempre. ¿Cómo no estará triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas consumidas del fuego?
y carta para Asaf, guarda de la huerta del rey, a fin que me dé madera para enmaderar los portales del palacio de la Casa, y para el muro de la ciudad, y la casa donde entraré. Y me lo otorgó el rey, según la benéfica mano del SEÑOR sobre mí.
y me levanté de noche, yo y unos pocos varones conmigo, y no declaré a hombre alguno lo que Dios había puesto en mi corazón que hiciese en Jerusalén; ni había bestia conmigo, excepto la bestia en que cabalgaba.
Entonces les declaré cómo la mano de mi Dios era buena sobre mí, y asimismo las palabras del rey, que me había dicho. Y dijeron: Levantémonos, y edifiquemos. Y confortaron sus manos para bien.
Porque los que edificaban, cada uno tenía su espada ceñida a sus lomos, y así edificaban y el que tocaba la trompeta estaba junto a mí.
Además sacudí mi vestido, y dije: Así sacuda Dios de su casa y de su hacienda a todo varón que no cumpliere esto, y así sea sacudido y vacío. Y respondió toda la congregación: ¡Amén! Y alabaron al SEÑOR. Y el pueblo hizo conforme a esto.
Mas los primeros capitanes que fueron antes de mí, cargaron al pueblo, y tomaron de ellos por el pan y por el vino sobre cuarenta siclos de plata; a más de esto, sus criados se enseñoreaban sobre el pueblo; pero yo no hice así, a causa del temor de Dios.
Además de esto, en la obra de este muro restauré mi parte, y no compramos heredad; y todos mis criados juntos estaban allí a la obra.
También tuve ciento cincuenta hombres de los judíos y magistrados, y los que venían a nosotros de los gentiles que están en nuestros contornos a mi mesa.
Y lo que se aderezaba para cada día era un buey, seis ovejas escogidas, y aves también se aparejaban para mí, y cada diez días vino en toda abundancia; y con todo esto nunca requerí el pan del capitán, porque la servidumbre de este pueblo era grave.
Acuérdate de mí para bien, Dios mío, y de todo lo que hice a este pueblo.
Y entendí que Dios no lo había enviado, sino que hablaba aquella profecía contra mí, porque Tobías y Sanbalat le habían alquilado por salario.
También contaban delante de mí sus buenas obras, y a él le referían mis palabras. Y enviaba Tobías cartas para atemorizarme.
Mandé a mi hermano Hanani, y a Hananías, príncipe del templo en Jerusalén (porque era éste, como varón de verdad y temeroso de Dios, sobre muchos);
Y puso Dios en mi corazón que juntase los principales, y los magistrados, y el pueblo, para que fuesen empadronados por el orden de sus linajes; y hallé el libro de la genealogía de los que habían subido antes, y encontré en él escrito:
Acuérdate de mí, oh Dios, en orden a esto, y no raigas mis misericordias que hice en la Casa de mi Dios, y en sus guardas.
Y dije a los levitas que se purificasen, y viniesen a guardar las puertas, para santificar el día del sábado. También por esto acuérdate de mí, Dios mío, y perdóname según la muchedumbre de tu misericordia.
Y uno de los hijos de Joiada, hijo de Eliasib el sumo sacerdote era yerno de Sanbalat horonita; por tanto lo ahuyenté de mí.
y para la ofrenda de la leña en los tiempos señalados, y para las primicias. Acuérdate de mí, Dios mío, para bien.
Ve, y junta a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días, noche ni día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente, y así entraré al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca.
Entonces respondió Ester, y dijo: Mi petición y mi demanda es :
Si he hallado gracia en los ojos del rey, y si place al rey otorgar mi petición y hacer mi demanda, que venga el rey con Amán al banquete que les dispondré; y mañana haré conforme a lo que el rey ha mandado.
Y añadió Amán: También la reina Ester a ninguno hizo venir con el rey al banquete que ella dispuso, sino a mí; y aun para mañana soy convidado de ella con el rey.
Entró, pues, Amán, y el rey le dijo: ¿Qué se hará al hombre cuya honra desea el rey? Y dijo Amán en su corazón: ¿A quién deseará el rey hacer honra más que a mí?
Entonces la reina Ester respondió y dijo: Oh rey, si he hallado gracia en tus ojos, y si al rey place, séame dada mi vida por mi petición, y mi pueblo por mi demanda.
Porque vendidos estamos yo y mi pueblo, para ser destruidos, para ser muertos y echados a perder. Si para siervos y siervas fuéramos vendidos, me callaría, aunque el enemigo no compensara el daño al rey.
Porque ¿cómo podré yo ver el mal que alcanzará a mi pueblo? ¿Cómo podré yo ver la destrucción de mi nación?
Y el SEÑOR dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios, y apartado de mal?
y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo tornaré allá. El SEÑOR dio, y el SEÑOR quitó; sea el nombre del SEÑOR bendito.
Y el SEÑOR dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado de mal, y que aún retiene su perfección, habiéndome tú incitado contra él, para que lo arruinara sin causa?
Porque antes que mi pan, viene mi suspiro; y mis gemidos corren como aguas.
El negocio también me era a mí oculto; mas mi oído ha percibido algo de ello.
Y un espíritu que pasó por delante de mí, hizo que se erizara el vello de mi carne.
¡Oh, si pesasen al justo mi queja y mi tormento, y se alzasen igualmente en balanza!
Porque mi tormento pesaría más que la arena del mar; y por tanto mis palabras son cortadas.
Porque las saetas del Todopoderoso están en mí, cuyo veneno bebe mi espíritu; y terrores de Dios me combaten.
Las cosas que mi alma no quería tocar antes , ahora por los dolores son mi comida.
¡Quién me diese que viniese mi petición, y que Dios me diese lo que espero;
¿Cuál es mi fortaleza para esperar aún? ¿Y cuál mi fin para dilatar mi vida?
¿Es mi fortaleza la de las piedras? O mi carne, ¿es de acero?
¿Os he dicho yo : Traedme, y pagad por mí de vuestra hacienda;
Ahora pues, si queréis, mirad en mí, y ved si mentiré delante de vosotros.
Tornad ahora, y no haya iniquidad; volved aún a mirar por mi justicia en esto.
Si hay iniquidad en mi lengua; o si mi paladar no discierne los tormentos.
Mi carne está vestida de gusanos, y de terrones de polvo; mi piel hendida y abominable.
Acuérdate que mi vida es un viento, y que mis ojos no volverán para ver el bien.
Los ojos de los que ahora me ven, no me verán más; tus ojos serán sobre mí, y dejaré de ser.
Por tanto yo no reprimiré mi boca; hablaré con la angustia de mi espíritu, y me quejaré con la amargura de mi alma.
Cuando digo: Mi cama me consolará, mi cama atenuará mis quejas;
Y mi alma tuvo por mejor el ahogamiento, y quiso la muerte más que a mis huesos.
¿Hasta cuándo no me dejarás, ni me soltarás hasta que trague mi saliva?
Si he pecado, ¿qué te haré, oh Guarda de los hombres? ¿Por qué me has puesto contrario a ti, y que a mí mismo sea pesado?
¿Y por qué no quitas mi rebelión, y perdonas mi iniquidad? Porque ahora dormiré en el polvo, y si me buscares de mañana, ya no seré hallado.
He aquí que él pasará delante de mí, y yo no lo veré; y pasará, y no lo entenderé.
Que aunque yo sea justo, no responderé; antes habré de rogar a mi juez.
Que si yo le invocase, y él me respondiese, aún no creeré que haya escuchado mi voz.
Que aún no me ha concedido que tome mi aliento; mas me ha llenado de amarguras.
Si yo me justificare, me condenará mi boca; si me predicare perfecto, él me hará inicuo.
Si yo me predicare imperfecto, no conozco mi alma; condenaré mi vida.
Si digo: Quiero olvidar mi queja, dejaré mi aburrimiento, y me esforzaré.
Quite de sobre mí su verdugo, y su terror no me perturbe.
Y hablaré, y no le temeré; porque en este estado no estoy en mí.
Mi alma es cortada en mi vida; por tanto soltaré mi queja sobre mí, y hablaré con amargura de mi alma.
para que inquieras mi iniquidad, y busques mi pecado,
Vida y misericordia me concediste, y tu visitación guardó mi espíritu.
Si pequé, ¿me acecharás, y no me limpiarás de mi iniquidad?
Si fuere malo, ¡ay de mí! Y si fuere justo, no levantaré mi cabeza, estando hastiado de deshonra, y de verme afligido.
Y vas creciendo, cazándome como león; tornando y haciendo en mí maravillas.
Renovando tus plagas contra mí, y aumentando conmigo tu furor, remudándose sobre mí ejércitos.
Tú dices: Mi manera de vivir es pura, y yo soy limpio delante de tus ojos.
Oíd, pues, ahora mi disputa, y estad atentos a los argumentos de mis labios.
¿Por qué quitaré yo mi carne con mis dientes, y pondré mi alma en mi palma?
Aparta de mí tu mano, y no me asombre tu terror.
¿Cuántas iniquidades y pecados tengo yo? Hazme entender mi prevaricación y mi pecado.
¿Por qué escribes contra mí amarguras, y me haces cargo de los pecados de mi juventud?
¡Oh quién me diera que me escondieses en la sepultura, que me encubrieras hasta apaciguarse tu ira, que me pusieses plazo, y de mí te acordaras!
Si el hombre muriere, ¿por ventura vivirá? Todos los días de mi edad esperaré, hasta que venga mi transformación.
Pues ahora me cuentas los pasos, y no das dilación a mi pecado.
Tienes sellada en manojo mi prevaricación, y enmiendas a mi iniquidad.
También yo hablaría como vosotros. Deseo que vuestra alma estuviera en lugar de la mía, que yo os tendría compañía en las palabras, y sobre vosotros movería mi cabeza.
Mas si hablo, mi dolor no cesa; y si dejo de hablar , no se aparta de mí.
Pero ahora me ha fatigado; has tú asolado toda mi compañía.
Tú me has arrugado; el testigo es mi magrez, que se levanta contra mí para testificar en mi rostro.
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- 25.Ezequiel 13:21-Ezequiel 27:1
- 26.Ezequiel 28:1-Daniel 2:3
- 27.Daniel 2:6-Joel 3:5
- 28.Joel 3:17-Malaquías 3:10
- 29.Malaquías 3:13-Marcos 7:6
- 30.Marcos 8:33-Lucas 21:17
- 31.Lucas 22:19-Juan 13:18
- 32.Juan 13:20-Hechos 24:19
- 33.Hechos 24:20-2 Corintios 12:9
- 34.2 Corintios 13:3-Apocalipsis 3:20
- 35.Apocalipsis 3:21-Apocalipsis 22:16