'Ojo' en la Biblia
Ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie,
Y cuando alguno hiriere el ojo de su siervo, ó el ojo de su sierva, y lo entortare, darále libertad por razón de su ojo.
O corcobado, ó lagañoso, ó que tuviere nube en el ojo, ó que tenga sarna, ó empeine, ó compañón relajado;
Rotura por rotura, ojo por ojo, diente por diente: según la lesión que habrá hecho á otro, tal se hará á él.
Y lo dirán á los habitadores de esta tierra; los cuales han oído que tú, oh Jehová, estabas en medio de este pueblo, que ojo á ojo aparecías tú, oh Jehová, y que tu nube estaba sobre ellos, y que de día ibas delante de ellos en columna de nube, y de noche
Y consumirás á todos los pueblos que te da Jehová tu Dios: no los perdonará tu ojo; ni servirás á sus dioses, que te será tropiezo.
No consentirás con él, ni le darás oído; ni tu ojo le perdonará, ni tendrás compasión, ni lo encubrirás:
Guárdate que no haya en tu corazón perverso pensamiento, diciendo: Cerca está el año séptimo, el de la remisión; y tu ojo sea maligno sobre tu hermano menesteroso para no darle: que él podrá clamar contra ti á Jehová, y se te imputará á pecado.
No le perdonará tu ojo: y quitarás de Israel la sangre inocente, y te irá bien.
Y no perdonará tu ojo: vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.
La cortarás entonces la mano, no la perdonará tu ojo.
El hombre tierno en ti, y el muy delicado, su ojo será maligno para con su hermano, y para con la mujer de su seno, y para con el resto de sus hijos que le quedaren;
La tierna y la delicada entre vosotros, que nunca la planta de su pie probó á sentar sobre la tierra, de ternura y delicadeza, su ojo será maligno para con el marido de su seno, y para con su hijo, y para con su hija,
Hallólo en tierra de desierto, Y en desierto horrible y yermo; Trájolo alrededor, instruyólo, Guardólo como la niña de su ojo.
Y Naas Ammonita les respondió: Con esta condición haré alianza con vosotros, que á cada uno de todos vosotros saque el ojo derecho, y ponga esta afrenta sobre todo Israel.
El ojo que le habrá visto, nunca más le verá; Ni su lugar le echará más de ver.
El ojo del adúltero está aguardando la noche, Diciendo: No me verá nadie: Y esconde su rostro.
Senda que nunca la conoció ave, Ni ojo de buitre la vió:
Guárdame como lo negro de la niñeta del ojo, Escóndeme con la sombra de tus alas,
He aquí, el ojo de Jehová sobre los que le temen, Sobre los que esperan en su misericordia;
No se alegren de mí mis enemigos injustos: Ni los que me aborrecen sin causa hagan del ojo.
El que plantó el oído, ¿no oirá? El que formó el ojo, ¿no verá?
El que guiña del ojo acarrea tristeza; Y el loco de labios será castigado.
El oído que oye, y el ojo que ve, Ambas cosas ha igualmente hecho Jehová.
El ojo misericordioso será bendito, Porque dió de su pan al indigente.
No comas pan de hombre de mal ojo, Ni codicies sus manjares:
Apresúrase á ser rico el hombre de mal ojo; Y no conoce que le ha de venir pobreza.
El ojo que escarnece á su padre, Y menosprecia la enseñanza de la madre, Los cuervos lo saquen de la arroyada, Y tráguenlo los hijos del águila.
Y con arcos tirarán á los niños, y no tendrán misericordia de fruto de vientre, ni su ojo perdonará á hijos.
Voz de tus atalayas! alzarán la voz, juntamente darán voces de júbilo; porque ojo á ojo verán que Jehová vuelve á traer á Sión.
Ni nunca oyeron, ni oídos percibieron, ni ojo ha visto Dios fuera de ti, que hiciese por el que en él espera.
Por tanto, vivo yo, dice el Señor Jehová, ciertamente por haber violado mi santuario con todas tus abominaciones, te quebrantaré yo también: mi ojo no perdonará, ni tampoco tendré yo misericordia.
Y mi ojo no te perdonará, ni tendré misericordia; antes pondré sobre ti tus caminos, y en medio de ti estarán tus abominaciones; y sabréis que yo soy Jehová.
Y mi ojo no perdonará, ni tendré misericordia: según tus caminos pondré sobre ti, y en medio de ti serán tus abominaciones; y sabréis que yo Jehová soy el que hiero.
Pues también yo haré en mi furor; no perdonará mi ojo, ni tendré misericordia, y gritarán á mis oídos con gran voz, y no los oiré.
Y á los otros dijo á mis oídos: Pasad por la ciudad en pos de él, y herid; no perdone vuestro ojo, ni tengáis misericordia.
Así pues, yo, mi ojo no perdonará, ni tendré misericordia: el camino de ellos tornaré sobre su cabeza.
No hubo ojo que se compadeciese de ti, para hacerte algo de esto, teniendo de ti misericordia; sino que fuiste echada sobre la haz del campo, con menosprecio de tu vida, en el día que naciste.
Con todo los perdonó mi ojo, no matándolos, ni los consumí en el desierto;
Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos: Después de la gloria me enviará él á las gentes que os despojaron: porque el que os toca, toca á la niña de su ojo.
Y dije: ¿Qué es? Y él dijo: Este es un epha que sale. Además dijo: Este es el ojo de ellos en toda la tierra.
Mal haya el pastor de nada, que deja el ganado. Espada sobre su brazo, y sobre su ojo derecho: del todo se secará su brazo, y enteramente será su ojo derecho oscurecido.
Por tanto, si tu ojo derecho te fuere ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti: que mejor te es que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.
Oísteis que fué dicho á los antiguos: Ojo por ojo, y diente por diente.
La lámpara del cuerpo es el ojo: así que, si tu ojo fuere sincero, todo tu cuerpo será luminoso:
Mas si tu ojo fuere malo, todo tu cuerpo será tenebroso. Así que, si la lumbre que en ti hay son tinieblas, ¿cuántas serán las mismas tinieblas?
Y ¿por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu ojo?
O ¿cómo dirás á tu hermano: Espera, echaré de tu ojo la mota, y he aquí la viga en tu ojo?
Hipócrita! echa primero la viga de tu ojo, y entonces mirarás en echar la mota del ojo de tu hermano.
Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo y échalo de ti: mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno del fuego.
Mas os digo, que más liviano trabajo es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.
¿No me es lícito á mi hacer lo que quiero con lo mío? ó ¿es malo tu ojo, porque yo soy bueno?
Los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, las desvergüenzas, el ojo maligno, las injurias, la soberbia, la insensatez.
Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo: mejor te es entrar al reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado á la Gehenna;
Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que el rico entrar en el reino de Dios.
¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y la viga que está en tu propio ojo no consideras?
¿O cómo puedes decir á tu hermano: Hermano, deja, echaré fuera la paja que está en tu ojo, no mirando tú la viga, que está en tu ojo? Hipócrita, echa primero fuera de tu ojo la viga, y entonces verás bien para sacar la paja que está en el ojo de tu herman
La antorcha del cuerpo es el ojo: pues si tu ojo fuere simple, también todo tu cuerpo será resplandeciente; mas si fuere malo, también tu cuerpo será tenebroso.
Porque más fácil cosa es entrar un camello por el ojo de una aguja, que un rico entrar en el reino de Dios.
Antes, como está escrito: Cosas que ojo no vió, ni oreja oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que ha Dios preparado para aquellos que le aman.
Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo: ¿por eso no será del cuerpo?
Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato?
Ni el ojo puede decir á la mano: No te he menester: ni asimismo la cabeza á los pies: No tengo necesidad de vosotros.
En un momento, en un abrir de ojo, á la final trompeta; porque será tocada la trompeta, y los muertos serán levantados sin corrupción, y nosotros seremos transformados.
No sirviendo al ojo, como los que agradan á los hombres; sino como siervos de Cristo, haciendo de ánimo la voluntad de Dios;
Siervos, obedeced en todo á vuestros amos carnales, no sirviendo al ojo, como los que agradan á los hombres, sino con sencillez de corazón, temiendo á Dios:
He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra se lamentarán sobre él. Así sea. Amén.
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