'Orad' en la Biblia
Entonces el Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: Orad al SEÑOR que quite las ranas de mí y de mi pueblo; y dejaré ir al pueblo, para que sacrifique al SEÑOR.
Y dijo el Faraón: Yo os dejaré ir para que sacrifiquéis al SEÑOR vuestro Dios en el desierto, con tal que no vayáis más lejos; orad por mí.
Orad al SEÑOR; y cesen los truenos de Dios y el granizo; y yo os dejaré ir, y no quedaréis más aquí.
Orad por la paz de Jerusalén: Sean prosperados los que te aman.
Ahora, pues, orad a la faz de Dios, y él tendrá piedad de nosotros; esto de vuestra mano vino, ¿le seréis agradables? Dijo el SEÑOR de los ejércitos.
Mas yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os calumnian y os persiguen;
Vosotros, pues, orad de esta manera: ``Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en sábado;
Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está presto, mas la carne débil.
Orad pues, que no acontezca vuestra huida en invierno.
Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo.
Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad es presto, mas la carne enferma.
Bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian.
Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación.
y les dijo: ¿Por qué dormís? Levantaos, y orad para que no entréis en tentación.
Con toda oración y súplica orad en todo tiempo en el Espíritu, y así, velad con toda perseverancia y súplica por todos los santos;
y {orad} por mí, para que me sea dada palabra al abrir mi boca, a fin de dar a conocer sin temor el misterio del evangelio,
Orad sin cesar.
Hermanos, orad por nosotros.
Finalmente, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor se extienda rápidamente y sea glorificada, así como {sucedió} también con vosotros;
Orad por nosotros, porque confío que tenemos buena conciencia, deseando conversar bien en todo.
Por tanto, confesaos vuestros pecados unos a otros, y orad unos por otros para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede lograr mucho.
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