'Oídos' en la Biblia
Y me dijo: Hijo de hombre, toma en tu corazón todas mis palabras que yo te hablaré, y oye con tus oídos.
Pues también yo haré en mi furor; no perdonará mi ojo, ni tendré misericordia; y gritarán a mis oídos con gran voz, y no les oiré.
Y clamó en mis oídos con gran voz, diciendo: Los visitadores de la ciudad han llegado, y cada uno trae en su mano su instrumento para destruir.
Y a los otros dijo a mis oídos: Pasad por la ciudad en pos de él, y herid; no perdone vuestro ojo, ni tengáis misericordia.
Hijo de hombre, tú habitas en medio de casa rebelde, los cuales tienen ojos para ver, y no ven, tienen oídos para oír, y no oyen; porque son Casa rebelde.
en ese día el que escape vendrá a ti con noticias para {tus} oídos?
Y me habló aquel varón, diciendo: Hijo de hombre, mira con tus ojos, y oye con tus oídos, y pon tu corazón a todas las cosas que te muestro; porque para que yo te las mostrara eres traído aquí. Cuenta todo lo que ves a la Casa de Israel.
Y me dijo el SEÑOR: Hijo de hombre, pon tu corazón, y mira con tus ojos, y oye con tus oídos todo lo que yo hablo contigo sobre todas las ordenanzas de la Casa del SEÑOR, y de todas sus leyes; y pon tu corazón a las entradas de la Casa, y a todas las salidas del Santuario.
Los gentiles verán, y se avergonzarán de todas sus valentías; pondrán la mano sobre su boca, ensordecerán sus oídos.
Pero no quisieron escuchar, antes dieron hombro rebelado, y agravaron sus oídos para no oír;
Y orando, no seáis prolijos, como los mundanos que piensan que por su palabrería serán oídos.
El que tiene oídos para oír, oiga.
Quien tiene oídos para oír, oiga.
Porque el corazón de este pueblo está engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y con sus ojos guiñan; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y del corazón entiendan, y se conviertan, y yo los sane.
Mas bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.
Entonces los justos resplandecerán como el sol en el Reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga.
Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros lo convenceremos y os evitaremos dificultades.
Entonces les dijo: El que tiene oídos para oír, oiga.
Si alguno tiene oídos para oír, oiga.
Si alguno tiene oídos para oír, oiga.
Entonces {Jesús,} tomándolo aparte de la multitud, a solas, le metió los dedos en los oídos, y escupiendo, le tocó la lengua {con la saliva;}
Luego fueron abiertos sus oídos, y fue desatada la ligadura de su lengua, y hablaba bien.
¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís? ¿Y no os acordáis?
Porque he aquí, cuando llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre.
Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura en vuestros oídos.
Y cuando acabó todas sus palabras a oídos del pueblo, entró en Capernaúm.
Y otra parte cayó en buena tierra, y cuando fue nacida, llevó fruto a ciento por uno. Diciendo estas cosas clamaba: El que tiene oídos para oír, oiga.
Poned vosotros en vuestros oídos estas palabras; porque ha de acontecer que el Hijo del hombre será entregado en manos de hombres.
Ni para la tierra, ni para el muladar es buena; fuera la arrojan. Quien tiene oídos para oír, oiga.
Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos, vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.
Entonces ellos dando grandes voces, se taparon sus oídos, y arremetieron unánimes contra él;
Y llegó la fama (de estas cosas) a oídos de la Iglesia que estaba en Jerusalén; y enviaron a Bernabé que fuera hasta Antioquía.
Porque pones en nuestros oídos unas nuevas cosas, queremos pues saber qué quiere ser esto.
porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y de los oídos oyeron pesadamente, y sus ojos taparon; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y entiendan de corazón, y se conviertan, y yo los sane.
(como está escrito: Les dio Dios espíritu de remordimiento, ojos con que no vean, y oídos con que no oigan,) hasta el día de hoy.
Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oídos, acumularán para sí maestros conforme a sus propios deseos;
y apartarán sus oídos de la verdad, y se volverán a mitos.
He aquí, el jornal de los obreros que han segado vuestras tierras (el cual por engaño no les ha sido pagado de vosotros) clama, y los clamores de los que han segado, han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos.
Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor está sobre aquellos que hacen males.