'Quebranto' en la Biblia

Y Jehová enviará contra ti la maldición, quebranto y asombro en todo cuanto pusieres mano é hicieres, hasta que seas destruído, y perezcas presto á causa de la maldad de tus obras, por las cuales me habrás dejado.

Así quebrantó David á los suyos con palabras, y no les permitió que se levantasen contra Saúl. Y Saúl, saliendo de la cueva, fuése su camino.

Díjome el rey: ¿Por qué está triste tu rostro, pues no estás enfermo? No es esto sino quebranto de corazón. Entonces temí en gran manera.

Quebrantóme de quebranto sobre quebranto; Corrió contra mí como un gigante.

Por cuanto quebrantó y desamparó á los pobres, Robó casas, y no las edificó;

Oh cuántas veces la lámpara de los impíos es apagada, Y viene sobre ellos su quebranto, Y Dios en su ira les reparte dolores!

Verán sus ojos su quebranto, Y beberá de la ira del Todopoderoso.

Asaltáronme en el día de mi quebranto: Mas Jehová fué mi apoyo.

Voz de Jehová que quebranta los cedros; Y quebrantó Jehová los cedros del Líbano.

Y llamó al hambre sobre la tierra, Y quebrantó todo mantenimiento de pan.

Por lo que quebrantó él con trabajo sus corazones, Cayeron y no hubo quien los ayudase;

Porque quebrantó las puertas de bronce, Y desmenuzó los cerrojos de hierro.

Quebrantó Jehová el bastón de los impíos, el cetro de los señores;

Y he aquí este carro de hombres viene, un par de caballeros. Después habló, y dijo: Cayó, cayó Babilonia; y todos los ídolos de sus dioses quebrantó en tierra.

Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto: y como que escondimos de él el rostro, fué menospreciado, y no lo estimamos.

Porque á la subida de Luhith con lloro subirá el que llora; porque á la bajada de Horonaim los enemigos oyeron clamor de quebranto.

Sus puertas fueron echadas por tierra, destruyó y quebrantó sus cerrojos: Su rey y sus príncipes están entre las gentes donde no hay ley; Sus profetas tampoco hallaron visión de Jehová.

Hizo envejecer mi carne y mi piel; quebrantó mis huesos.

En muchas aguas te engolfaron tus remeros: viento solano te quebrantó en medio de los mares.

No habías de haber entrado por la puerta de mi pueblo en el día de su quebrantamiento; no, no habías tú de haber mirado su mal el día de su quebranto, ni haber echado mano á sus bienes el día de su calamidad.