'Saliendo' en la Biblia
Y saliendo ellos, he aquí, le trajeron un hombre mudo, endemoniado.
Y aquel día, saliendo Jesús de casa, se sentó junto al mar.
mas saliendo el sol, se quemó; y se secó, porque no tenía raíz.
Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo misericordia de ellos, y sanó a los que de ellos había enfermos.
Y saliendo Jesús de allí, se fue a las partes de Tiro y de Sidón.
Y saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes.
Y saliendo cerca de la hora tercera, vio otros que estaban en la plaza ociosos;
Y saliendo cerca de la hora undécima, halló otros que estaban ociosos; y les dijo: ¿Por qué estáis aquí todo el día ociosos?
Entonces saliendo ellos de Jericó, le seguía gran multitud.
Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron a todos los que hallaron, malos y buenos; y las bodas fueron llenas de convidados.
Y saliendo él a la puerta, le vio otra, y dijo a los que estaban allí: También éste estaba con Jesús Nazareno.
Y se acordó Pedro de las palabras de Jesús, que le dijo: Antes que cante el gallo, me negarás tres veces. Y saliendo fuera, lloró amargamente.
Y saliendo, hallaron a un cireneo, que se llamaba Simón; a éste cargaron para que llevase su madero.
Entonces ellas , saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Y yendo a dar las nuevas a sus discípulos,
Y luego saliendo de la sinagoga, vinieron a casa de Simón y de Andrés, con Jacobo y Juan.
Entonces saliendo los Fariseos, tomaron consejo con los herodianos contra él, para matarle.
Y luego Jesús se lo permitió. Y saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron en los puercos, y la manada cayó por un despeñadero en el mar; los cuales eran como dos mil; y en el mar se ahogaron.
Y todos aquellos que no os recibieren ni os oyeren, saliendo de allí, sacudid el polvo que está debajo de vuestros pies, en testimonio a ellos. De cierto os digo que será más tolerable será para los de Sodoma y Gomorra en el día del juicio, que para aquella ciudad.
Y saliendo, predicaban que los hombres se arrepintiesen.
Y saliendo ella, dijo a su madre: ¿Qué pediré? Y ella dijo: La cabeza de Juan el Bautista.
Y saliendo Jesús vio gran multitud, y tuvo misericordia de ellos, porque eran como ovejas sin pastor; y les comenzó a enseñar muchas cosas.
Y saliendo ellos del barco, luego le conocieron.
Y saliendo él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para poseer la vida eterna?
Entonces vienen a Jericó; y saliendo él de Jericó y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando.
Y saliendo del Templo, le dice uno de sus discípulos: Maestro, mira qué piedras, y qué edificios.
Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, obrando con ellos el Señor, y confirmando la Palabra con las señales que se seguían. Amén .
Y saliendo, no les podía hablar; y entendieron que había visto visión en el Templo; y él les hablaba por señas, y quedó mudo.
Y saliendo él a tierra, le vino al encuentro de la ciudad un hombre que tenía demonios ya de muchos tiempos; y no vestía vestido, ni estaba en casa, sino por los sepulcros.
Y saliendo, rodeaban por todas las aldeas, anunciando el Evangelio, y sanando por todas partes.
Mas en cualquier ciudad donde entréis, y no os recibieren, saliendo por sus calles, decid:
Y enseñaba de día en el Templo; y de noche saliendo, se estaba en el monte que se llama de las Olivas.
Y saliendo, se fue, como solía, al monte de las Olivas; y sus discípulos también le siguieron.
Y saliendo fuera Pedro, lloró amargamente.
Y saliendo, le seguía; y no sabía que era verdad lo que hacía el ángel, mas pensaba que veía visión.
Y saliendo ellos de la sinagoga de los judíos, los gentiles les rogaron que el sábado siguiente les hablasen estas palabras.
Y saliendo de allí, entró en casa de uno llamado Tito el Justo, temeroso de Dios, la casa del cual estaba junto a la sinagoga.
Al otro día, saliendo Pablo y los que con él estábamos, vinimos a Cesarea; y entrando en casa de Felipe el evangelista, el cual era uno de los siete, posamos con él.
y los demás, parte en tablas, parte en cosas de la nave. Y así aconteció que todos se salvaron saliendo a tierra.