'Soy' en la Biblia
Invoco al SEÑOR, que es digno de ser alabado, y soy salvo de mis enemigos.
Pero yo soy gusano, y no hombre; oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo.
Soy derramado como agua, y todos mis huesos están descoyuntados; mi corazón es como cera; se derrite en medio de mis entrañas.
El SEÑOR es mi fuerza y mi escudo; en El confía mi corazón, y soy socorrido; por tanto, mi corazón se regocija, y le daré gracias con mi cántico.
Como un muerto soy olvidado, sin ser recordado, soy semejante a un vaso roto.
Y yo alarmado, decía: ¿Cortado soy de delante de tus ojos! Empero tú oíste la voz de mis súplicas cuando a ti clamaba.
Empuña también la lanza y el hacha para enfrentarte a los que me persiguen; di a mi alma: Yo soy tu salvación.
Yo fui joven, y ya soy viejo, y no he visto al justo desamparado, ni a su descendencia mendigando pan.
Mas yo, como el sordo, no oigo; {soy} como el mudo que no abre la boca.
Sí, soy como el hombre que no oye, y en cuya boca no hay réplica.
SEÑOR, hazme saber mi fin, y cuál es la medida de mis días, para que yo sepa cuán efímero soy.
Escucha mi oración, oh SEÑOR, y presta oído a mi clamor; no guardes silencio ante mis lágrimas; porque extranjero soy junto a ti, peregrino, como todos mis padres.
Estad quietos, y sabed que yo soy Dios; exaltado seré entre las naciones, exaltado seré en la tierra.
Oye, pueblo mío, y hablaré; Israel, yo testificaré contra ti. Yo soy Dios, tu Dios.
Pero yo soy como olivo verde en la casa de Dios; en la misericordia de Dios confío eternamente y para siempre.
Hablan de mí los que se sientan a la puerta, y {soy} la canción de los borrachos.
Yo, el SEÑOR, soy tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto; abre bien tu boca y la llenaré.
Guarda mi alma, pues soy piadoso; tú eres mi Dios; salva a tu siervo que en ti confía.
Soy contado entre los que descienden a la fosa; he llegado a ser como hombre sin fuerza,
No puedo dormir; soy cual pájaro solitario sobre un tejado.
Voy pasando como sombra que se alarga; soy sacudido como la langosta.
¿Ah, SEÑOR! Ciertamente yo soy tu siervo, siervo tuyo soy, hijo de tu sierva; tú desataste mis ataduras.
Peregrino soy en la tierra, no escondas de mí tus mandamientos.
Compañero soy de todos los que te temen, y de los que guardan tus preceptos.
Tuyo soy, {Señor,} sálvame, pues tus preceptos he buscado.
Yo soy tu siervo, dame entendimiento para que conozca tus testimonios.
Pequeño soy, y despreciado, {mas} no me olvido de tus preceptos.
¿Ay de mí, porque soy peregrino en Mesec, {y} habito entre las tiendas de Cedar!
Y por tu misericordia, extirpa a mis enemigos, y destruye a todos los que afligen mi alma; pues yo soy tu siervo.