'Soy' en la Biblia
sobre saber tú que no soy impío, y que no hay quien de tu mano me libre?
``Si soy malvado, ¡ay de mí!, y {si} soy justo, no me atrevo a levantar la cabeza. {Estoy} harto de deshonra y consciente de mi aflicción.
Tú dices: Mi doctrina es pura, y yo soy limpio delante de tus ojos.
También tengo corazón como vosotros; no soy yo menos que vosotros; ¿y quién habrá que no pueda decir otro tanto?
Yo soy uno de quien su amigo se mofa, Que invoca á Dios, y él le responde: Con todo, el justo y perfecto es escarnecido.
Como vosotros lo sabéis, lo sé yo; no soy menos que vosotros.
Porque El me ha hecho proverbio del pueblo, y soy uno a quien los hombres escupen.
He aquí yo clamo agravio, y no soy oído; doy voces, y no hay juicio.
Los moradores de mi casa y mis criadas me tienen por extraño, extranjero soy a sus ojos.
Mi aliento es odioso a mi mujer, y soy repugnante a mis propios hermanos.
Y ahora yo soy su canción, y soy hecho a ellos refrán.
Me derribó en el lodo, y soy semejante al polvo, y a la ceniza.
Y respondió Eliú hijo de Baraquel, buzita, y dijo: Yo soy menor de días y vosotros viejos; por tanto he tenido miedo, y he temido de declararos mi opinión.
Heme aquí a mí en lugar de Dios, conforme a tu dicho: De lodo soy yo también formado.
Yo soy limpio y sin rebelión; y soy inocente, y no hay iniquidad en mí.
porque Job ha dicho: Yo soy justo, y Dios me ha quitado mi derecho.
¿Piensas ser conforme a derecho esto que dijiste: Más justo soy yo que Dios?
He aquí que yo soy vil, ¿qué te responderé? Mi mano pongo sobre mi boca.
Invoco al SEÑOR, que es digno de ser alabado, y soy salvo de mis enemigos.
Mas yo soy gusano, y no varón; oprobio de los hombres, y desecho del pueblo.
Soy derramado como agua, y todos mis huesos están descoyuntados; mi corazón es como cera; se derrite en medio de mis entrañas.
El SEÑOR es mi fuerza y mi escudo; en El confía mi corazón, y soy socorrido; por tanto, mi corazón se regocija, y le daré gracias con mi cántico.
Como un muerto soy olvidado, sin ser recordado, soy semejante a un vaso roto.
Y decía yo en mi premura: cortado soy de delante de tus ojos; mas tú ciertamente oíste la voz de mis ruegos, cuando a ti clamaba.
Saca la lanza, cierra contra mis perseguidores; di a mi alma: Yo soy tu salud.
Yo fui joven, y ya soy viejo, y no he visto al justo desamparado, ni a su descendencia mendigando pan.
Mas yo, como el sordo, no oigo; {soy} como el mudo que no abre la boca.
Sí, soy como el hombre que no oye, y en cuya boca no hay réplica.
SEÑOR, hazme saber mi fin, y cuál es la medida de mis días, para que yo sepa cuán efímero soy.
Quita de sobre mí tu plaga; de la guerra de tu mano soy consumido.
Oye mi oración, oh SEÑOR, y escucha mi clamor; no calles ante mis lágrimas; porque peregrino soy contigo, y advenedizo, como todos mis padres.
Cesad, y conoced que yo soy Dios; me ensalzaré en los gentiles, me ensalzaré en la tierra.
Oye, pueblo mío, y hablaré; escucha, Israel, y testificaré contra ti: Yo soy el Dios, el Dios tuyo.
Pero yo soy como olivo verde en la casa de Dios; en la misericordia de Dios confío eternamente y para siempre.
Estoy hundido en cieno profundo, donde no hay pie; soy venido en profundos de aguas, y la corriente me ha anegado.
Hablan de mí los que se sientan a la puerta, y {soy} la canción de los borrachos.
Yo soy pobre y menesteroso; apresúrate a mí, oh Dios. Ayuda mía y mi libertador eres tú; oh SEÑOR, no te detengas.
Yo soy el SEÑOR tu Dios, que te hice subir de la tierra de Egipto; abre tu boca, y yo la llenaré.
Guarda mi alma, porque soy misericordioso; salva tú, oh Dios mío, a tu siervo que en ti confía.
Soy contado con los que descienden al hoyo, soy como hombre sin fuerza;
Yo soy pobre y menesteroso; desde la juventud he llevado tus temores, he estado medroso.
Soy semejante al pelícano del desierto; soy como el búho de las soledades.
Velo, y soy como el pájaro solitario sobre el tejado.
Porque yo soy pobre y necesitado; y mi corazón está herido dentro de mí.
Como la sombra cuando declina me voy; soy arrebatado del viento como langosta.
Así es oh SEÑOR, porque yo soy tu siervo, yo soy tu siervo, hijo de tu sierva; tú rompiste mis prisiones.
Advenedizo soy yo en la tierra, no encubras de mí tus mandamientos.
Compañero soy yo a todos los que te temieren, y guardaren tus mandamientos.
Tuyo soy yo, guárdame; porque he buscado tus mandamientos.
Tu siervo soy yo, dame entendimiento; para que sepa tus testimonios.
Pequeño soy yo y desechado; mas no me he olvidado de tus mandamientos.
¿Ay de mí, porque soy peregrino en Mesec, {y} habito entre las tiendas de Cedar!
Yo soy pacífico; y cuando hablo, ellos guerrean.
Y por tu misericordia disiparás mis enemigos, y destruirás todos los adversarios de mi alma; porque yo soy tu siervo.
Conmigo está el consejo y el ser; yo soy la inteligencia; mía es la fortaleza.
Ciertamente más rudo soy yo que ninguno, ni tengo entendimiento de hombre.
Morena soy, oh hijas de Jerusalén, mas codiciable; como las cabañas de Cedar, como las tiendas de Salomón.
No miréis en que soy morena, porque el sol me miró. Los hijos de mi madre se airaron contra mí, me hicieron guarda de viñas; y mi viña, que era mía, no guardé.
Yo soy el Lirio del campo (de Sarón), y la rosa de los valles.
Mi amado es mío, y yo soy suya; él apacienta {su rebaño} entre los lirios.
Yo soy de mi amado, y mi amado es mío; él apacienta entre los lirios.
Yo soy de mi amado, y conmigo tiene su contentamiento.
Yo soy muro, y mis pechos son como torres, desde que fui en sus ojos como la que halla paz.
Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; que siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, el SEÑOR de los ejércitos.
Ciertamente son necios los príncipes de Zoán; el consejo de los prudentes consejeros de Faraón se ha desvanecido. ¿Cómo diréis por Faraón: Yo soy hijo de los sabios, e hijo de los reyes antiguos?
Yo, el SEÑOR, soy su guardador; a cada momento la riego. Para que nadie la dañe, la guardo noche y día.
Yo dije: En el cortamiento de mis días iré a las puertas del Seol, privado soy del resto de mis años.
¿Quién {lo} ha hecho y {lo} ha realizado, llamando a las generaciones desde el principio? Yo, el SEÑOR, soy el primero, y con los postreros soy.
No temas, que yo estoy contigo; no desmayes, que yo soy tu Dios, que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
Porque yo, el SEÑOR, soy tu Dios, que te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudaré.
Yo soy el primero que he enseñado estas cosas a Sion, y a Jerusalén di la nueva.
Yo soy el SEÑOR, en justicia te he llamado; te sostendré por la mano y por ti velaré, y te pondré como pacto para el pueblo, como luz para las naciones,
Yo soy el SEÑOR. Este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas.
Porque yo soy el SEÑOR, Dios tuyo, el Santo de Israel, guardador tuyo. A Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti.
No temas, porque yo soy contigo; del oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré.
Vosotros sois mis testigos, dice el SEÑOR, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis, que yo mismo soy; antes de mí no fue formado Dios, ni lo será después de mí.
Yo, yo soy el SEÑOR; y fuera de mí no hay quien salve.
Yo anuncié, y salvé, e hice oír, y no hubo entre vosotros extraño. Vosotros pues sois mis testigos, dice el SEÑOR, que yo soy Dios.
Aun desde la eternidad, yo soy, y no hay quien libre de mi mano; yo actúo, ¿y quién lo revocará?
Yo soy el SEÑOR, Santo vuestro, Criador de Israel, vuestro Rey.
Yo, yo soy el que arraigo tus rebeliones por amor de mí; y no me acordaré de tus pecados.
Este dirá: Yo soy del SEÑOR; el otro se llamará del nombre de Jacob; el otro escribirá con su mano, al SEÑOR, otro se pondrá por sobrenombre, Israel.
Así dice el SEÑOR, el Rey de Israel, y su Redentor, el SEÑOR de los ejércitos: ``Yo soy el primero y yo soy el último, y fuera de mí no hay Dios.
Así dice el SEÑOR, Redentor tuyo, y Formador tuyo desde el vientre: Yo soy el SEÑOR, que lo hago todo, que extiendo solo los cielos, que extiendo la tierra por mí mismo;
Yo soy el que confirmo la palabra de su siervo, y cumplo el propósito de sus mensajeros; el que dice de Jerusalén: ``Será habitada"; y de las ciudades de Judá: ``Serán reedificadas, y sus ruinas levantaré";
Yo soy el que dice a la profundidad del mar: `Sécate'; Y Yo secaré tus ríos.
y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy el SEÑOR, el Dios de Israel, que te pongo nombre.
Yo soy el SEÑOR, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste;
para que se sepa desde el nacimiento del sol, y desde donde se pone, que no hay más que yo. Yo soy el SEÑOR, y ninguno más que yo.
Que formo la luz, y creo las tinieblas; que hago la paz y que creo el mal. Yo soy el SEÑOR, que hago todo esto.
Porque así dijo el SEÑOR, que crea los cielos; él mismo, el Dios que forma la tierra, el que la hizo, y la compuso. No la creó para nada; para que fuera habitada la creó: Yo soy el SEÑOR, y ninguno más que yo.
No hablé en escondido, en un lugar oscuro de la tierra. No en balde dije a la generación de Jacob: Buscadme; yo soy el SEÑOR que hablo justicia, que anuncio rectitud.
Declarad y presentad {vuestro caso;} sí, que deliberen juntos: ¿Quién ha anunciado esto desde la antigüedad {y} lo ha declarado desde entonces? ¿No soy yo, el SEÑOR? No hay más Dios que yo, un Dios justo y salvador; no hay {ninguno} fuera de mí.
Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más.
Acordaos de las cosas pasadas desde el siglo, porque yo soy Dios, y no hay más Dios; y nada hay a mí semejante.
Oye, pues, ahora esto, delicada, la que está sentada confiadamente, la que dice en su corazón: Yo soy, y fuera de mí no hay más; no quedaré viuda, ni conoceré orfandad.
Porque te confiaste en tu maldad, diciendo: Nadie me ve. Tu sabiduría, y tu misma ciencia te engañó, ya que dijiste en tu corazón: Yo soy, y nadie más.
Oyeme, Jacob, Israel a quien llamé: Yo soy, yo soy el primero {y} también soy el último.
Así dijo el SEÑOR, Redentor tuyo, el Santo de Israel: Yo soy, el SEÑOR Dios tuyo, que te enseña provechosamente; que te encamina por el camino en que andas.
Y ahora dice el SEÑOR (el que me formó desde el seno materno para {ser} su siervo, para hacer que Jacob vuelva a El y que Israel se reúna con El, porque honrado soy a los ojos del SEÑOR y mi Dios ha sido mi fortaleza),
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