'Su' en la Biblia
De la hija de Sion se ha ido todo su esplendor. Sus príncipes son como ciervos que no hallan pasto, y huyen sin fuerzas delante del perseguidor.
Jerusalén recuerda en los días de su aflicción y de su vagar todos sus tesoros que existían desde los tiempos antiguos, cuando su pueblo cayó en mano del adversario sin que nadie la ayudara. Al verla sus adversarios, se burlaron de su ruina.
En gran manera ha pecado Jerusalén, por lo cual se ha vuelto cosa inmunda. Todos los que la honraban la desprecian porque han visto su desnudez, y ella gime y se vuelve de espaldas.
Su inmundicia está en sus faldas; no consideró su futuro, y ha caído de manera sorprendente; no hay quien la consuele. Mira, oh SEÑOR, mi aflicción, porque se ha engrandecido el enemigo.
El adversario ha extendido su mano a todos sus tesoros; ciertamente ella ha visto a las naciones entrar en su santuario, a las que tú ordenaste que no entraran en tu congregación.
Todo su pueblo gime buscando pan; han dado sus tesoros a cambio de comida para restaurar sus vidas. Mira, oh SEÑOR, y observa que me están despreciando.
Vosotros, todos los que pasáis por el camino, ¿no os importa esto? Observad y ved si hay dolor como mi dolor, con el que fui atormentada, con el que el SEÑOR {me} afligió el día de su ardiente ira.
Atado ha sido el yugo de mis transgresiones, por su mano han sido entrelazadas, han caído sobre mi cuello. El ha hecho que me falten las fuerzas; el Señor me ha entregado en manos {contra las cuales} no puedo resistir.
El SEÑOR es justo, pues me he rebelado contra su mandamiento. Oíd ahora, pueblos todos, y ved mi dolor: mis vírgenes y mis jóvenes han ido al cautiverio.
Venga toda su maldad delante de ti, y trátalos como a mí me has tratado por todas mis transgresiones; porque son muchos mis gemidos, y desfallece mi corazón.
¿Cómo nubló, en su ira el Señor a la hija de Sion! Ha arrojado del cielo a la tierra la gloria de Israel, y no se ha acordado del estrado de sus pies en el día de su ira.
El Señor ha devorado, no ha perdonado ninguna de las moradas de Jacob. Ha derribado en su furor las fortalezas de la hija de Judá, {las} ha echado por tierra; ha profanado al reino y a sus príncipes.
Ha exterminado en el ardor de {su} ira todas las fuerzas de Israel; ha echado atrás su diestra en presencia del enemigo; y se ha encendido en Jacob como llamas de fuego devorando {todo} en derredor.
Ha entesado su arco como enemigo, ha afirmado su diestra como adversario y ha matado todo lo que era agradable a la vista; en la tienda de la hija de Sion ha derramado su furor como fuego.
Y ha tratado con violencia a su tabernáculo, como a {cabaña de} huerto; ha destruido su lugar de reunión. El SEÑOR ha hecho olvidar en Sion la fiesta solemne y el día de reposo, y ha rechazado en el furor de su ira al rey y al sacerdote.
El SEÑOR ha rechazado su altar, ha despreciado su santuario; ha entregado en manos del enemigo los muros de sus palacios. Gritos se han dado en la casa del SEÑOR como en día de fiesta solemne.
El SEÑOR determinó destruir la muralla de la hija de Sion; ha extendido el cordel, no ha retraído su mano de destruir, y ha hecho que se lamenten el antemuro y el muro; a una desfallecen.
Se han hundido en la tierra sus puertas, El ha destruido y quebrado sus cerrojos. Su rey y sus príncipes están entre las naciones; {ya} no hay ley; tampoco sus profetas hallan visión del SEÑOR.
Dicen a sus madres: ¿Dónde hay grano y vino?, mientras desfallecen como heridos en las plazas de la ciudad, mientras exhalan su espíritu en el regazo de sus madres.
Han abierto contra ti su boca todos tus enemigos; silban y rechinan los dientes, dicen: {La} hemos devorado. Ciertamente este es el día que esperábamos; {lo} hemos alcanzado, {lo} hemos visto.
El SEÑOR ha hecho lo que se propuso, ha cumplido su palabra que había ordenado desde tiempos antiguos; ha derribado sin perdonar, ha hecho que se alegre el enemigo sobre ti, ha exaltado el poder de tus adversarios.
Su corazón clamó al Señor: Muralla de la hija de Sion, corran tus lágrimas como un río día y noche, no te des reposo, no tengan descanso tus ojos.
Yo soy el hombre que ha visto la aflicción bajo la vara de su furor.
Ciertamente contra mí ha vuelto {y} revuelto su mano todo el día.
Ha entesado su arco y me ha puesto como blanco de la flecha.
Hizo que penetraran en mis entrañas las flechas de su aljaba.
He venido a ser objeto de burla de todo mi pueblo, su copla todo el día.
Bueno es para el hombre llevar el yugo en su juventud.
que ponga su boca en el polvo, quizá haya esperanza;
antes bien, si aflige, también se compadecerá según su gran misericordia.
defraudar a un hombre en su litigio: {estas cosas} no aprueba el Señor.
Han abierto su boca contra nosotros todos nuestros enemigos.
Has visto toda su venganza, todas sus tramas contra mí.
Se sienten o se levanten, míra{los}, yo soy el objeto de su copla.
Tú les darás su pago, oh SEÑOR, conforme a la obra de sus manos.
Los hijos preciados de Sion, que valían su peso en oro puro, ¿cómo son tenidos por vasijas de barro, obra de manos de alfarero!
Sus consagrados eran más puros que la nieve, más blancos que la leche, más rojizos de cuerpo que los corales, {como} el zafiro su apariencia.
Más negro que el hollín es su aspecto, no se les reconoce por las calles; se ha pegado su piel a sus huesos, se ha marchitado, se ha vuelto como madera.
El SEÑOR ha cumplido su furor, ha derramado su ardiente ira; y ha encendido un fuego en Sion que ha consumido sus cimientos.
El aliento de nuestras vidas, el ungido del SEÑOR, fue atrapado en sus fosos, {aquel} de quien habíamos dicho: A su sombra viviremos entre las naciones.
Esclavos dominan sobre nosotros, no hay quien nos libre de su mano.
Los ancianos se han apartado de las puertas, los jóvenes de su música.