'Su' en la Biblia
Fiel es Dios, por medio de quien fueron llamados a la comunión con Su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.
Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios por medio de {su propia} sabiduría, agradó a Dios mediante la necedad de la predicación salvar a los que creen.
Pues consideren, hermanos, su llamamiento. No hubo muchos sabios conforme a la carne (normas humanas), ni muchos poderosos, ni muchos nobles.
Ahora bien, el que planta y el que riega son una misma cosa, pero cada uno recibirá su propia recompensa (su propio salario) conforme a su propio trabajo.
Porque la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios. Pues escrito está: {``El es} EL QUE PRENDE A LOS SABIOS EN SU {propia} ASTUCIA."
En efecto, se oye que entre ustedes hay inmoralidad, y una inmoralidad tal como no existe ni siquiera entre los Gentiles, al extremo de que alguien tiene la mujer de su padre.
entreguen a ese tal a Satanás para la destrucción de su carne, a fin de que su espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.
¿Se atreve alguno de ustedes, cuando tiene algo contra su prójimo, a ir a juicio ante los incrédulos y no ante los santos?
Y Dios, que resucitó al Señor, también nos resucitará a nosotros mediante Su poder.
Huyan de la fornicación. Todos {los demás} pecados que un hombre comete están fuera del cuerpo, pero el fornicario peca contra su propio cuerpo.
¿O no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que está en ustedes, el cual tienen de Dios, y que ustedes no se pertenecen a sí mismos?
Porque han sido comprados por un precio. Por tanto, glorifiquen a Dios en su cuerpo y en su espíritu, los cuales son de Dios.
No obstante, por razón de las inmoralidades, que cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido.
Que el marido cumpla su deber para con su mujer, e igualmente la mujer {lo cumpla} con el marido.
La mujer no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino el marido. Y asimismo el marido no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino la mujer.
Sin embargo, yo desearía que todos los hombres fueran como yo. No obstante, cada cual ha recibido de Dios su propio don, unos de una manera y otros de otra.
Pero si lo deja, quédese sin casar, o {de lo contrario} que se reconcilie con su marido, y que el marido no abandone a su mujer.
Y la mujer cuyo marido no es creyente, y él consiente en vivir con ella, no abandone a su marido.
Porque el marido que no es creyente es santificado por medio de su mujer; y la mujer que no es creyente es santificada por medio de su marido creyente. De otra manera sus hijos serían inmundos, pero ahora son santos.
Pero el casado se preocupa por las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer,
y {sus intereses} están divididos. La mujer que no está casada y la virgen se preocupan por las cosas del Señor, para ser santas tanto en cuerpo como en espíritu; pero la casada se preocupa por las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido.
Esto digo para su propio beneficio; no para ponerles restricción, sino para {promover} lo que es honesto y para {asegurar su} constante devoción al Señor.
Y si alguien cree que no está obrando correctamente con respecto a su {hija} virgen, si ella es de edad madura, y si es necesario que así se haga, que haga lo que quiera, no peca; que se case.
Pero el que está firme en su corazón, y sin presión alguna, y tiene control sobre su propia voluntad, y ha decidido en su corazón conservar virgen a su {hija,} bien hará.
Así los dos, el que da en matrimonio a su {hija} virgen, hace bien; y el que no la da en matrimonio, hace mejor.
Sin embargo, no todos tienen este conocimiento. Porque algunos, estando acostumbrados al ídolo hasta ahora, comen {alimento} como si éste fuera sacrificado a un ídolo, y su conciencia, siendo débil, se mancha.
Porque si alguien te ve a ti, que tienes conocimiento, sentado {a la mesa} en un templo de ídolos, ¿no será estimulada su conciencia, si él es débil, a comer lo sacrificado a los ídolos?
Y así, al pecar contra los hermanos y herir su conciencia cuando {ésta} es débil, pecan contra Cristo.
¿Quién ha servido alguna vez como soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta una viña y no come de su fruto? ¿O quién cuida un rebaño y no bebe de la leche del rebaño?
¿No saben que los que desempeñan los servicios sagrados comen la {comida} del templo, {y} los que regularmente sirven al altar, del altar reciben su parte?
Nadie busque su propio {bien,} sino el de su prójimo.
Todo hombre que cubre su cabeza mientras ora o profetiza, deshonra su cabeza.
Pero toda mujer que tiene la cabeza descubierta mientras ora o profetiza, deshonra su cabeza, porque se hace una con la que está rapada.
Porque al comer, cada uno toma primero su propia cena, y uno pasa hambre y otro se embriaga.
Si alguien tiene hambre, coma en su casa, para que no se reúnan para juicio. Los demás asuntos los arreglaré cuando vaya.
Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, distribuyendo individualmente a cada uno según Su voluntad.
Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios, pues nadie {lo} entiende, sino que en {su} espíritu habla misterios.
Los secretos de su corazón quedarán al descubierto, y él se postrará y adorará a Dios, declarando que en verdad Dios está entre ustedes.
Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y Su gracia para conmigo no resultó vana. Antes bien he trabajado mucho más que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios en mí.
Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo en Su venida.
Pero Dios le da un cuerpo como El quiso, y a cada semilla su propio cuerpo.
Por tanto, mis amados hermanos, estén firmes, constantes, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que su trabajo en el Señor no es {en} vano.
Cuando yo llegue, enviaré con cartas a quienes ustedes hayan designado (aprobado), para que lleven su contribución a Jerusalén.
Las iglesias de Asia los saludan. Aquila y Priscila, con la iglesia que está en su casa, los saludan muy afectuosamente en el Señor.