'Un' en la Biblia
Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan.
Éste es Aquél de quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo.
Jesús viendo que Natanael venía hacia Él, dijo de él: He aquí un verdadero israelita en quien no hay engaño.
Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y desparramó el dinero de los cambistas, y trastornó las mesas;
Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, príncipe de los judíos.
Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho: ¿No será Éste el Cristo?
Vino, pues, Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Y había en Capernaúm un oficial del rey, cuyo hijo estaba enfermo.
Y hay en Jerusalén, a la puerta de las Ovejas, un estanque, que en hebreo es llamado Betesda, el cual tiene cinco pórticos.
Porque un ángel descendía a cierto tiempo al estanque y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese.
Y estaba allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo.
Él era antorcha que ardía y alumbraba; y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz.
Y subió Jesús a un monte, y se sentó allí con sus discípulos.
Felipe le respondió: Doscientos denarios de pan no les bastarían para que cada uno de ellos tome un poco.
Un muchacho está aquí que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; pero ¿qué es esto entre tantos?
Y se levantó el mar por un gran viento que soplaba.
Si recibe el hombre la circuncisión en sábado, para que la ley de Moisés no sea quebrantada, ¿os enojáis conmigo porque en sábado sané completamente a un hombre?
Entonces Jesús les dijo: Aún un poco de tiempo estoy con vosotros, y luego voy al que me envió.
¿Acaso juzga nuestra ley a un hombre, sin antes oírle y saber lo que hace?
Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Le dijeron entonces: Nosotros no somos nacidos de fornicación; un Padre tenemos, que es Dios.
Y pasando Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento.
Entonces unos de los fariseos decían: Este hombre no es de Dios, pues no guarda el sábado. Otros decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer tales milagros? Y había disensión entre ellos.
También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.
Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas; y su rostro estaba envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.
ni consideráis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca.
Y halló Jesús un asnillo, y se montó sobre él; como está escrito:
No temas hija de Sión: He aquí tu Rey viene, sentado sobre un pollino de asna.
Y la multitud que estaba presente, y había oído, decía que había sido un trueno. Otros decían: Un ángel le ha hablado.
Entonces Jesús les dijo: Aún por un poco está la luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, no sea que os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va.
Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido.
Hijitos, aún un poco estaré con vosotros. Me buscaréis; pero como dije a los judíos, así os digo a vosotros ahora: A donde yo voy, vosotros no podéis venir.
Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; que como yo os he amado, así también os améis unos a otros.
Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis.
Un poco más, y no me veréis; y otra vez un poco, y me veréis; porque yo voy al Padre.
Entonces algunos de sus discípulos dijeron entre ellos: ¿Qué es esto que nos dice: Un poco, y no me veréis; y otra vez, un poco, y me veréis, y: Porque yo voy al Padre?
Así que decían: ¿Qué es esto que dice: Un poco? No entendemos lo que habla.
Y Jesús sabía que le querían preguntar, y les dijo: ¿Preguntáis entre vosotros de esto que dije: Un poco, y no me veréis; y otra vez, un poco, y me veréis?
La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque ha venido su hora; pero después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo.
Cuando Jesús hubo dicho estas palabras, salió con sus discípulos al otro lado del arroyo de Cedrón, donde había un huerto, en el cual Él entró, y sus discípulos.
Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la sacó, e hirió a un siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco.
Y Caifás era el que había dado el consejo a los judíos, de que convenía que un hombre muriese por el pueblo.
Y escribió también Pilato un título, que puso sobre la cruz. Y el escrito era: JESÚS DE NAZARET, EL REY DE LOS JUDÍOS.
Y estaba allí una vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre una esponja, y puesta sobre un hisopo, se la acercaron a la boca.
Y vino también Nicodemo, el que antes había venido a Jesús de noche, trayendo un compuesto de mirra y de áloe, como cien libras.
Y en el lugar donde había sido crucificado había un huerto; y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual aún no había sido puesto ninguno.
y el sudario que había estado sobre su cabeza, no puesto con los lienzos, sino envuelto en un lugar aparte.
Y cuando llegaron a tierra, vieron brasas puestas, y un pez sobre ellas, y pan.