'Venido' en la Biblia
No penséis que he venido para desatar la ley o los profetas; no he venido para desatarla, sino para cumplirla.
Y he aquí clamaron, diciendo: ¿Qué tenemos contigo, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá a molestarnos antes de tiempo?
Y aconteció que estando él sentado a la mesa en su casa, he aquí que muchos publicanos y pecadores, que habían venido, se sentaron juntamente a la mesa con Jesús y sus discípulos.
Andad pues, y aprended qué cosa es: Misericordia quiero, y no sacrificio; porque no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a arrepentimiento.
No penséis que he venido para meter paz en la tierra; no he venido para meter paz, sino espada.
Porque he venido para hacer disensión del hombre contra su padre, y de la hija contra su madre, y de la nuera contra su suegra.
Y venido a su tierra, les enseñó en la sinagoga de ellos, de tal manera que ellos estaban fuera de sí, y decían: ¿De dónde tiene éste esta sabiduría, y estas maravillas?
Porque el Hijo del hombre es venido para salvar lo que se había perdido.
diciendo: ¡Ah! ¿Qué tienes con nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres: el Santo de Dios.
Y les dice: Vamos a los lugares vecinos, para que predique también allí; porque para esto he venido.
Y oyéndolo Jesús, les dice: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los que tienen mal. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a enmienda.
Pero los escribas que habían venido de Jerusalén, decían que tenía a Beelzebú; y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios.
Y venido un día oportuno, en que Herodes, en la fiesta de su nacimiento, daba una cena a sus príncipes y tribunos, y a los principales de Galilea;
Y se juntaron a él fariseos, y algunos de los escribas, que habían venido de Jerusalén;
Si los envío en ayunas a sus casas, desmayarán en el camino; porque algunos de ellos han venido de lejos.
Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser; la cual había venido en grande edad, y había vivido con su marido siete años desde su virginidad;
diciendo: Déjanos, ¿qué tenemos contigo Jesús Nazareno? ¿Has venido a destruirnos? Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios.
Y aconteció un día, que él estaba enseñando, y los fariseos y doctores de la ley estaban sentados, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalén; y la virtud del Señor estaba allí para sanarlos.
No he venido a llamar justos, sino pecadores a arrepentimiento.
Y descendió con ellos, y se paró en un lugar llano, en compañía de sus discípulos, y una grande multitud de pueblo de toda Judea y de Jerusalén, y de la costa de Tiro y de Sidón, que habían venido a oírle, y para ser sanados de sus enfermedades;
porque el Hijo del hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea.
porque un amigo ha venido a mí de camino, y no tengo qué ponerle delante;
¿Pensáis que he venido a la tierra a dar paz? No, os digo; sino disensión.
Y él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha matado el becerro grueso, por haberle recibido salvo.
Y Jesús dijo a los que habían venido a él, a los príncipes de los sacerdotes, y a los capitanes del Templo, y a los ancianos: ¿Cómo a ladrón habéis salido con espadas y con bastones?
Y le dice Jesús: ¿Qué tengo yo contigo, mujer? Aún no ha venido mi hora.
Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios por maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no estuviere Dios con él.
Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a aquel recibiréis.
Cuando alzó Jesús los ojos, y vio que había venido a él grande multitud, dice a Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman éstos?
y entrando en un navío, iban cruzando el mar hacia Capernaum. Y era ya oscuro, y Jesús no había venido a ellos.
Les dice entonces Jesús: Mi tiempo aún no es venido; mas vuestro tiempo siempre es presto.
Entonces clamaba Jesús en el Templo, enseñando y diciendo: Y a mí me conocéis, y sabéis de dónde soy; pero no he venido de mí mismo; mas el que me envió es verdadero, al cual vosotros no ignoráis.
Entonces procuraban prenderle; mas ninguno puso en él mano, porque aún no había venido su hora.
Respondió Jesús, y les dijo: Aunque yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; mas vosotros no sabéis de dónde vengo, y a dónde voy.
Estas palabras habló Jesús en el lugar de las limosnas, enseñando en el Templo; y nadie le prendió; porque aún no había venido su hora.
Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuera Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; que no he venido de mí mismo, mas él me envió.
Si éste no fuera venido de Dios, no pudiera hacer nada.
Y dijo Jesús: Yo, para juicio he venido a este mundo; para que los que no ven, vean; y los que ven, sean cegados.
El ladrón no viene sino para hurtar, y matar, y destruir las ovejas ; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, a consolarlas de su hermano.
Le dice: Sí Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.
Jesús entonces, como la vio llorando, y a los judíos que habían venido juntamente con ella llorando, se embraveció en Espíritu, se alborotó a sí mismo,
Entonces muchos de los judíos que habían venido a María, y habían visto lo que había hecho Jesús, creyeron en él.
El siguiente día, la multitud que había venido al día de la Fiesta, cuando oyeron que Jesús venía a Jerusalén,
Por lo cual también había venido la multitud a recibirle, porque habían oído que él había hecho esta señal;
Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? Padre, sálvame de esta hora; mas por esto he venido en esta hora.
Respondió Jesús, y dijo: No ha venido esta voz por mi causa, sino por causa de vosotros.
Yo, la Luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.
Y el que oyere mis palabras, y no creyere, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo.
Antes del día de la Fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que su hora había venido para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.
Si no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado, mas ahora no tienen excusa de su pecado.
Salí del Padre, y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo, y voy al Padre.
Le dijo entonces Pilato: ¿Luego Rey eres tú? Respondió Jesús: Tú dices que YO SOY Rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la Verdad. Todo aquel que es de la Verdad, oye mi voz.
Entonces vino también Nicodemo, el que antes había venido a Jesús de noche, trayendo un compuesto de mirra y de áloes, como cien libras.
Y entonces entró también el otro discípulo, que había venido primero al monumento, y vio, y creyó.
Entonces él se levantó, y fue; y he aquí un Etíope, eunuco, gobernador de Candace, reina de los Etíopes, el cual era puesto sobre todos sus tesoros, y había venido a adorar a Jerusalén,
Entonces Pedro, descendiendo a los hombres que eran enviados por Cornelio, dijo: He aquí, yo soy el que buscáis; ¿cuál es la causa por la que habéis venido?
por lo cual, llamado, he venido sin dudar. Así que pregunto: ¿por qué causa me habéis hecho venir?
Y dijo: Cornelio, tu oración es oída, y tus limosnas han venido en memoria en la presencia de Dios.
Envía pues a Jope, y haz venir a un Simón, que tiene por sobrenombre Pedro; éste posa en casa de Simón, un curtidor, junto al mar; (el cual venido, te hablará).
Y se espantaron los fieles que eran de la circuncisión, que habían venido con Pedro, de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo.
Mas no hallándolos, trajeron a Jasón y a algunos hermanos a los gobernadores de la ciudad, dando voces: Que éstos son los que alborotan el mundo, y han venido acá;
Y hallando a un judío llamado Aquila, natural del Ponto, que hacía poco que había venido de Italia, y a Priscila su mujer, (porque Claudio había mandado que todos los judíos saliesen de Roma) se vino a ellos;
Y queriendo él pasar a Acaya, los hermanos exhortados, escribieron a los discípulos que le recibiesen; y venido él, aprovechó mucho por la gracia a los que habían creído;
sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y tentaciones que me han venido por las asechanzas de los judíos;
Y venido a nosotros, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles.
¿Qué hay pues? En todo caso es necesario que la multitud se junte, porque oirán que has venido.
Y venido el día, algunos de los judíos se juntaron, e hicieron voto bajo maldición, diciendo que ni comerían ni beberían hasta que hubiesen matado a Pablo.
Y deteniéndose entre ellos no más de diez días, venido a Cesarea, el siguiente día se sentó en el tribunal, y mandó que Pablo fuese traído.
El cual venido, le rodearon los judíos que habían venido de Jerusalén, poniendo contra Pablo muchas y graves acusaciones, las cuales no podían probar;
Así que, habiendo venido ellos juntos acá, sin ninguna dilación, al día siguiente, sentado en el tribunal, mandé traer al hombre;
Así que, yo sin la ley vivía por algún tiempo; mas venido el mandamiento, el pecado revivió, y yo morí;
Y como antes dijo Isaías: Si el Señor de los ejércitos no nos hubiera dejado simiente, como Sodoma habríamos venido a ser, y a Gomorra fuéramos semejantes.
Mas digo: ¿No ha venido al conocimiento Israel? Primeramente Moisés dice: Yo os provocaré a celos con gente que no es mía; con gente ignorante os provocaré a ira.
Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que es venido de Dios, para que conozcamos lo que Dios nos ha dado;
somos blasfemados, y rogamos; hemos venido a ser como la basura de este mundo, inmundicias de todos hasta ahora.
El que no amare al Señor Jesús, el Cristo, sea anatema. Nuestro Señor ha venido.
Mas yo llamo a Dios por testigo sobre mi alma, que hasta ahora no he venido a Corinto por ser indulgente con vosotros.
Mas venido el cumplimiento del tiempo, Dios envió su Hijo, nacido de mujer, nacido súbdito de la ley,
En esto conoced el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesús, el Cristo, es venido en carne es de Dios;
y todo espíritu que no confiesa que Jesús, el Cristo, es venido en carne, no es de Dios; y éste es el espíritu del anticristo, del cual vosotros habéis oído que ha de venir, y que ahora ya está en el mundo.
Pero sabemos que el Hijo de Dios es venido, y nos ha dado entendimiento; para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesús, el Cristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.
Porque muchos engañadores son entrados en el mundo, los cuales no confiesan que Jesús, el Cristo, es venido en carne. Este tal engañador es, y anticristo.
¡Ay de ellos! Porque han seguido el camino de Caín, y han venido a parar en el error del premio de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré.
De los cuales también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, el Señor es venido con sus santos millares,
porque el gran día de su ira es venido, ¿y quién podrá estar delante de él?
Respondió uno de los ancianos, y me preguntó: ¿Estos que están vestidos de luengas ropas blancas, quiénes son, y de dónde han venido?
Y yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han venido de grande tribulación, y han lavado sus luengas ropas, y las han blanqueado en la sangre del Cordero.
Y son siete reyes. Los cinco son caídos; el uno es; el otro aun no es venido; y cuando fuere venido, es necesario que dure breve tiempo.