'Hace' en la Biblia
Y Labán respondió: No se hace así en nuestro lugar, que se dé la menor antes de la mayor.
Será Dan serpiente junto al camino, Cerasta junto á la senda, Que muerde los talones de los caballos, Y hace caer por detrás al cabalgador de ellos.
Ve, y junta los ancianos de Israel, y diles: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac, y de Jacob, me apareció, diciendo: De cierto os he visitado, y visto lo que se os hace en Egipto;
Y todo aquello sobre que cayere alguno de ellos después de muertos, será inmundo; así vaso de madera, como vestido, ó piel, ó saco, cualquier instrumento con que se hace obra, será metido en agua, y será inmundo hasta la tarde, y así será limpio.
Y al séptimo día mirará la plaga: y si hubiere cundido la plaga en el vestido, ó estambre, ó en la trama, ó en piel, ó en cualquiera obra que se hace de pieles, lepra roedora es la plaga; inmunda será.
Todo el tiempo de su nazareato, de todo lo que se hace de vid de vino, desde los granillos hasta el hollejo, no comerá.
Que hace justicia al huérfano y á la viuda; que ama también al extranjero dándole pan y vestido.
Mas pasaréis el Jordán, y habitaréis en la tierra que Jehová vuestro Dios os hace heredar, y él os dará reposo de todos vuestros enemigos alrededor, y habitaréis seguros.
Porque es abominación á Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios las echó de delante de ti.
No vestirá la mujer hábito de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es á Jehová tu Dios cualquiera que esto hace.
Porque abominación es á Jehová tu Dios cualquiera que hace esto, cualquiera que hace agravio.
Y será que cuando le vinieren muchos males y angustias, entonces responderá en su cara este cántico como testigo, pues no caerá en olvido de la boca de su linaje: porque yo conozco su ingenio, y lo que hace hoy antes que le introduzca en la tierra que jur
Jehová mata, y él da vida: El hace descender al sepulcro, y hace subir.
El levanta del polvo al pobre, Y al menesteroso ensalza del estiércol, Para asentarlo con los príncipes; Y hace que tengan por heredad asiento de honra: Porque de Jehová son las columnas de la tierra, Y él asentó sobre ellas el mundo.
Y díjole Saúl: ¿Por qué habéis conspirado contra mí, tú y el hijo de Isaí, cuando tú le diste pan y espada, y consultaste por él á Dios, para que se levantase contra mí y me acechase, como lo hace hoy día?
Y yo te ruego que perdones á tu sierva esta ofensa; pues Jehová de cierto hará casa firme á mi señor, por cuanto mi señor hace las guerras de Jehová, y mal no se ha hallado en ti en tus días.
Y Achîs creía á David, diciendo así: El se hace abominable en su pueblo de Israel, y será siempre mi siervo.
Que yo ahora aún soy tierno rey ungido; y estos hombres, los hijos de Sarvia, muy duros me son: Jehová dé el pago al que mal hace, conforme á su malicia.
Desde el día que puse jueces sobre mi pueblo Israel; y yo te daré descanso de todos tus enemigos. Asimimso Jehová te hace saber, que él te quiere hacer casa.
Entonces la mujer dijo: ¿Por qué pues piensas tú otro tanto contra el pueblo de Dios? que hablando el rey esta palabra, es como culpado, por cuanto el rey no hace volver á su fugitivo.
Y DIERON aviso á Joab: He aquí el rey llora, y hace duelo por Absalom.
El que hace mis pies como de ciervas, Y el que me asienta en mis alturas;
El que engrandece las saludes de su rey, Y hace misericordia á su ungido, A David, y á su simiente, para siempre.
Con todo, tú atenderás á la oración de tu siervo, y á su plegaria, oh Jehová Dios mío, oyendo propicio el clamor y oración que tu siervo hace hoy delante de ti:
Y él le envió embajadores, diciendo: ¿Qué tenemos yo y tú, rey de Judá? Yo no vengo contra ti hoy, sino contra la casa que me hace guerra: y Dios dijo que me apresurase. Déjate de meterte con Dios, que es conmigo, no te destruya.
Sea notorio al rey, que fuimos á la provincia de Judea, á la casa del gran Dios, la cual se edifica de piedra de mármol; y los maderos son puestos en las paredes, y la obra se hace apriesa, y prospera en sus manos.
El cual hace cosas grandes é inescrutables, Y maravillas que no tienen cuento:
Porque él es el que hace la llaga, y él la vendará: El hiere, y sus manos curan.
Que remueve la tierra de su lugar, Y hace temblar sus columnas:
El que hace cosas grandes é incomprensibles, Y maravillosas, sin número.
Con él está la fortaleza y la existencia; Suyo es el que yerra, y el que hace errar.
El hace andar á los consejeros desnudos de consejo, Y hace enloquecer á los jueces.
Van á tientas como en tinieblas y sin luz, Y los hace errar como borrachos.
El señorío y el temor están con él: El hace paz en sus alturas.
Ciertamente espíritu hay en el hombre, E inspiración del Omnipotente los hace que entiendan.
Que le hace que su vida aborrezca el pan, Y su alma la comida suave.
¿Cuánto menos á aquel que no hace acepción de personas de príncipes, Ni el rico es de él más respetado que el pobre? Porque todos son obras de sus manos.
Que nos enseña más que á las bestias de la tierra, Y nos hace sabios más que las aves del cielo?
Tronará Dios maravillosamente con su voz; El hace grandes cosas, que nosotros no entendemos.
Así hace retirarse á todo hombre, Para que los hombres todos reconozcan su obra.
¿Quién puso por cuenta los cielos con sabiduría? Y los odres de los cielos, ¿quién los hace parar,
Hace burla del espanto, y no teme, Ni vuelve el rostro delante de la espada.
Saeta no le hace huir; Las piedras de honda se le tornan aristas.
Hace hervir como una olla la profunda mar, Y tórnala como una olla de ungüento.
En pos de sí hace resplandecer la senda, Que parece que la mar es cana.
Y será como el árbol plantado junto á arroyos de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.
El que no detrae con su lengua, Ni hace mal á su prójimo, Ni contra su prójimo acoge oprobio alguno.
Quien su dinero no dió á usura, Ni contra el inocente tomó cohecho. El que hace estas cosas, no resbalará para siempre.
El cual engrandece las saludes de su rey, Y hace misericordia á su ungido, A David y á su simiente, para siempre.
La ley de Jehová es perfecta, que vuelve el alma: El testimonio de Jehová, fiel, que hace sabio al pequeño.
Jehová hace nulo el consejo de las gentes, Y frustra las maquinaciones de los pueblos.
Calla á Jehová, y espera en él: No te alteres con motivo del que prospera en su camino, Por el hombre que hace maldades.
Que hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra: Que quiebra el arco, corta la lanza, Y quema los carros en el fuego.
Agravios maquina tu lengua: Como navaja amolada hace engaño.
El Dios que hace habitar en familia los solos; Que saca á los aprisionados con grillos: Mas los rebeldes habitan en sequedad.
Bendito Jehová Dios, el Dios de Israel, Que solo hace maravillas.
Tú eres el Dios que hace maravillas: Tú hiciste notoria en los pueblos tu fortaleza.
No habitará dentro de mi casa el que hace fraude: El que habla mentiras no se afirmará delante de mis ojos.
Jehová el que hace justicia Y derecho á todos los que padecen violencia.
El que hace á sus ángeles espíritus, Sus ministros al fuego flameante.
El que hace producir el heno para las bestias, Y la hierba para el servicio del hombre; Sacando el pan de la tierra.
Y el vino que alegra el corazón del hombre, Y el aceite que hace lucir el rostro, Y el pan que sustenta el corazón del hombre.
Allí anidan las aves; En las hayas hace su casa la cigüeña.
Hace parar la tempestad en sosiego, Y se apaciguan sus ondas.
El derrama menosprecio sobre los príncipes, Y les hace andar errados, vagabundos, sin camino:
Y levanta al pobre de la miseria, Y hace multiplicar las familias como rebaños de ovejas.
El hace habitar en familia á la estéril, Gozosa en ser madre de hijos. Aleluya.
Voz de júbilo y de salvación hay en las tiendas de los justos: La diestra de Jehová hace proezas.
La diestra de Jehová sublime: La diestra de Jehová hace valentías.
El principio de tus palabras alumbra; Hace entender á los simples.
De la cual no hinchió segador su mano, Ni sus brazos el que hace gavillas.
El hace subir las nubes del cabo de la tierra; El hizo los relámpagos para la lluvia; El saca los vientos de sus tesoros.
Al solo que hace grandes maravillas, Porque para siempre es su misericordia.
Que hace derecho á los agraviados; Que da pan á los hambrientos: Jehová suelta á los aprisionados;
El es el que cubre los cielos de nubes, El que prepara la lluvia para la tierra, El que hace á los montes producir hierba.
Mas el que comete adulterio con la mujer, es falto de entendimiento: Corrompe su alma el que tal hace.
La mano negligente hace pobre: Mas la mano de los diligentes enriquece.
A su alma hace bien el hombre misericordioso: Mas el cruel atormenta su carne.
El impío hace obra falsa: Mas el que sembrare justicia, tendrá galardón firme.
El justo hace ventaja á su prójimo: Mas el camino de los impíos les hace errar.
El justo aborrece la palabra de mentira: Mas el impío se hace odioso é infame.
LA blanda respuesta quita la ira: Mas la palabra áspera hace subir el furor.
El corazón del sabio hace prudente su boca; Y con sus labios aumenta la doctrina.
El hombre malo lisonjea á su prójimo, Y le hace andar por el camino no bueno:
La pereza hace caer en sueño; Y el alma negligente hambreará.
Como bramido de cachorro de león es el terror del rey: El que lo hace enfurecerse, peca contra su alma.
Los pensamientos con el consejo se ordenan: Y con industria se hace la guerra.
El rey sabio esparce los impíos. Y sobre ellos hace tornar la rueda.
Cuando el escarnecedor es castigado, el simple se hace sabio; Y cuando se amonestare al sabio, aprenderá ciencia.
Como quien liga la piedra en la honda, Así hace el que al necio da honra.
La falsa lengua atormenta al que aborrece: Y la boca lisonjera hace resbaladero.
El que hace errar á los rectos por el mal camino, Él caerá en su misma sima: Mas los perfectos heredarán el bien.
El hombre que hace violencia con sangre de persona, Huirá hasta el sepulcro, y nadie le detendrá.
Y dí mi corazón á inquirir y buscar con sabiduría sobre todo lo que se hace debajo del cielo: este penoso trabajo dió Dios á los hijos de los hombres, en que se ocupen.
Aborrecí por tanto la vida, porque la obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa; por cuanto todo es vanidad y aflicción de espíritu.
He entendido que todo lo que Dios hace, ésto será perpetuo: sobre aquello no se añadirá, ni de ello se disminuirá; y hácelo Dios, para que delante de él teman los hombres.
Y dije yo en mi corazón: Al justo y al impío juzgará Dios; porque allí hay tiempo á todo lo que se quiere y sobre todo lo que se hace.
Ciertamente la opresión hace enloquecer al sabio: y el presente corrompe el corazón.
Todo esto he visto, y puesto he mi corazón en todo lo que debajo del sol se hace: hay tiempo en que el hombre se enseñorea del hombre para mal suyo.
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